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La Unión Soviética, un Estado meritocrático. Por Christian Lamesa (Argentina)   

Distinguido Analista Internacional en colaboración con el CREI

Yacasi una década atrás, una empresa automotriz de origen norteamericano lanzaba un spot publicitario en el que hablaba de meritocracia (creo yo, sin entender demasiado bien lo que esto significa), y estaba dirigido a los consumidores de clase media de la Argentina, ya que es mayoritariamente a ese segmento social, al cual están dirigidos, en gran medida, los vehículos que produce esa empresa.

Esto no habría sido más que otra estrategia de marketing, apelando a anhelos aspiracionales para vender más que sus competidores, si no fuera por la polémica surgida, dada la indignada respuesta de amplios sectores y dirigentes de la progresía argentina, quienes alzaron su voz encolerizada denostando la idea de “meritocracia”, sin comprender bien (al igual que la automotriz norteamericana), de lo que estaban hablando.

Nada de esto es tan grave, sin embargo, el uso inadecuado del lenguaje siempre trae consecuencias negativas y cada tanto la polémica persiste resurge. Los unos argumentan para defender algo que desconocen, ya que en su mayoría nunca han logrado nada por mérito propio, sino más bien por privilegios heredados o por pertenencia de clase, y los otros, debido a la ignorancia acerca de lo que realmente es la meritocracia, la atacan al asociarla a cierto elitismo, no pudiendo ser esta idea algo más alejado de la realidad. Acerca de esto intentaré ahondar a lo largo de este artículo.

Los orígenes de la meritocracia se remontan a la antigua China, donde existía un sistema de exámenes imperiales, cuya finalidad era la selección de los mejores, los cuales servirían al emperador y al Estado, siendo esto definido por la capacidad y el mérito de los postulantes y no por su posición social. Esta tradición se basaba en los principios éticos instaurados por el pensador chino Confucio, nacido en el año 551 a.C.

El confusionismo como doctrina, determinaba cuales eran las máximas virtudes a las que debían aspirar las personas, siendo éstas, la tolerancia, la bondad, la benevolencia, el amor al prójimo, y el respeto a los mayores y a los antepasados. Estas virtudes también tenían que verse reflejadas en el Estado, el cual debía gobernar de acuerdo a estas normas éticas, y en consecuencia era necesario privilegiar la enseñanza y los ritos para la formación y selección del «hombre bueno» destinado a servir al Estado.

La implementación de este sistema ya se había generalizado en el Imperio Chino en el siglo XIV, como una manera de luchar contra la aristocracia.

Mucho más acá en el tiempo, sin duda la Unión Soviética ha sido el único Estado verdaderamente meritocrático que existió, permitiendo con esta política, la realización de hazañas que han quedado escritas en los anales de la historia y enumeraré algunos de los ejemplos más notables, pero antes describiré brevemente como fue que el sistema político del país favoreció la llegada de los mejores, a los lugares de mayor responsabilidad, basándose únicamente en el trabajo, la voluntad y el esfuerzo por el progreso del Estado y el bien común.

El sistema de los Soviets (consejos) en la URSS, estaba diseñado de forma tal, que la representación era real y surgía directamente de los trabajadores, campesinos y soldados, los cuales elegían a sus representantes directamente de entre ellos mismos, en cada fábrica, granja colectiva o cuartel, pudiendo revocar esa representación en cualquier momento, en caso de que aquel que fuera elegido por sus pares no cumpliese con el mandato delegado ante el Soviet de los Trabajadores. También estaban los Soviets de los pueblos y las ciudades, los cuales designaban a sus representantes a los Soviets Supremos que tenían cada una de las repúblicas que formaban la URSS. Por último estaba el máximo órgano que era el Soviet Supremo de la Unión Soviética formado por los delegados de las repúblicas que integraban el país.

Si bien siempre en la URSS se incentivó lo colectivo por sobre lo individual, también es cierto que el Estado alentaba y premiaba el esfuerzo por encima de lo que se esperaba habitualmente de un ciudadano soviético, y estas dos ideas no se contradicen en lo absoluto, ya que el logro extraordinario de uno, servía de inspiración y motivación para los demás, en aras de la grandeza del país y el bien común. Parte de esto eran las condecoraciones que se les otorgaban a trabajadores, científicos y otros ciudadanos que se distinguían por su labor, siendo la más alta de ellas, la de Héroe del Trabajo Socialista.

Todo esto, no era ni más ni menos que el Estado promoviendo las conductas que consideraba positivas para la sociedad, incentivando y premiando el esfuerzo y el mérito, al mismo tiempo que desalentaba las negativas, como la pereza por ejemplo, tal como lo podemos leer en el Artículo 12 de la Constitución soviética del año 1936, donde dice: “El trabajo es en la URSS una obligación y una causa de honor de cada ciudadano apto para el mismo, de acuerdo con el principio de «el que no trabaja, no come». En la URSS se cumple el principio del socialismo: «De cada uno, según su capacidad; a cada uno, según su trabajo».”

Para terminar, es importante ver como esta política se plasmaba en innumerables casos reales, hombres y mujeres que con su trabajo, voluntad y hazañas, llevadas a niveles extraordinarios, contribuyeron a la construcción del gran país que fue la Unión Soviética, y como ejemplo nombraré a algunos de los más famosos, cuyos orígenes humildes no fueron un escollo para llegar a los sitios más altos, sino que esto fue determinado tan solo por su talento, esfuerzo, mérito y determinación.

Quizás el más célebre de los que he seleccionado es Yuri Alekséyevich Gagarin, el cosmonauta soviético que pasó a la historia por ser el primer ser humano en volar al espacio exterior y además regresar sano y salvo a la Tierra. Los padres del futuro héroe trabajaban en una granja colectiva, Alekséi Ivánovich, su padre, era carpintero y su madre, Anna Timoféievna desempañaba su trabajo en la lechería de la granja. Yuri y su familia sufrieron los embates de la guerra y la ocupación nazi. En 1950, a los 16 años, trabajó como aprendiz en la industria metalúrgica al mismo tiempo que completaba sus estudios secundarios, graduándose con honores. En 1955 ingreso en la Escuela Superior de Pilotos de la Fuerza Aérea y así comenzó el camino que lo llevaría al espacio. Inicialmente preseleccionado junto a otros ciento cincuenta y cuatro pilotos, el número se redujo a veinte, los cuales debieron pasar por numerosas pruebas de resistencia física y psicológica. En la decisión final de la comisión a cargo del programa espacial, para que Yuri Gagarin fuera el piloto del Vostok 1, también tuvo importancia la opinión favorable de los compañeros de éste, debido a la actitud y al compromiso que había demostrado a lo largo de todo el periodo de entrenamiento y pruebas. Así fue como finalmente el 12 de abril de 1961, el cosmonauta soviético se convirtió en el primer hombre en ver a la Tierra desde el espacio exterior, fue galardonado como Héroe de la Unión Soviética por su hazaña y quedó hasta el día de hoy en el corazón de los pueblos que integraban la URSS.

Alekséi Grigórievich Stajánov era un humilde trabajador de la mina Tsentrálnaya-Írmina de la ciudad de Kádievka, en Donbáss, quien en el año 1935, logró extraer ciento dos toneladas de carbón durante su turno de trabajo de seis horas, siendo siete toneladas la cantidad habitual que un minero sacaba a lo largo de una jornada de trabajo. El 9 de septiembre del mismo año superaría su logro al extraer doscientas veintisiete toneladas en su turno laboral. Debido a su esfuerzo, Stakhánov sirvió de inspiración y ejemplo a todos los trabajadores. Entre 1936 y 1941, el minero soviético fue enviado a la Academia Industrial de Moscú; en 1941 fue designado director de la mina Nº31 de Karangadá, Kazajstán y de 1943 a 1957, formó parte del Ministerio de la Industria del Carbón y llegó a ser diputado del Soviet Supremo; también recibió las condecoraciones, “Orden de Lenin” en dos ocasiones, la “Orden de la Bandera Roja”, y en reconocimiento a su sacrificio personal dedicado al progreso de su país, fue galardonado en 1970 con el título de “Héroe del Trabajo Socialista”.

General Zhúkov

El mariscal Gueorgui Konstantínovich Zhúkov, fue ni más ni menos que el comandante soviético que guió al Ejército Rojo hasta Berlín, liberando a media Europa y aplastando al nazismo (y proféticamente dijo: “Liberamos a Europa del fascismo, pero nunca nos perdonarán por ello”). Fue quien venció a los japoneses en la Batalla de Jaljin Gol en 1939, cuando parecían invencibles. El mariscal Zhúkov dirigió la exitosa defensa de Moscú, participó del triunfo en Stalingrado contra los ejércitos fascistas, logró romper el bloqueo de Leningrado, coordinó la Batalla de Kursk y lideró la Operación Bagratión, que expulsó a los alemanes del territorio soviético. Habiendo nacido en 1896, en el seno de una familia de campesinos pobres, llego a ser uno de los mayores héroes de la historia soviética y rusa, recibiendo entre muchas otras condecoraciones, el galardón de Héroe de la Unión Soviética en cuatro oportunidades.

Mijaíl Timoféyevich Kaláshnikov posiblemente sea el más famoso de todos, debido al invento que también lleva su apellido, el célebre fusil de asalto AK 47. Kaláshnikov también provenía de una familia campesina extremadamente pobre, luchó en la guerra contra los invasores nazis y fue herido por una bomba mientras comandaba un tanque T-34 durante la Batalla de Bryansk. Durante su hospitalización decidió que diseñaría un arma que fuera confiable y que jamás fallase, con la cual sus camaradas pudieran defender a la patria y estar seguros. Como ingeniero autodidacta diseñó una de las mejores armas militares de la historia, la cual debió pasar por duras pruebas de funcionamiento, compitiendo con diseños de armeros soviéticos ya consagrados, por aquel entonces, logrando superar a todos y convirtiéndose, el AK 47, en el fusil oficial del Ejército Soviético. Mijaíl Kaláshnikov recibió a lo largo de su vida numerosos reconocimientos por su trabajo, como así también, entre otros, los títulos de Héroe del Trabajo Socialista y el de Héroe de la Federación Rusa.

El último al que quiero mencionar es un ciudadano ruso, pero que más de la mitad de su vida transcurrió en la URSS y a mí entender, él también es una muestra de la meritocracia de la época soviética, y me refiero a Vladímir Vladímirovich Putin. El actual presidente de la Federación Rusa es hijo de Vladímir Spiridónovich Putin, un capataz de fábrica, que antes fue oficial de la Marina Soviética, siendo condecorado por su participación en la defensa de Leningrado contra el ejército alemán, resultando gravemente herido, y de María Ivánovna Pútina, trabajadora de la misma fábrica que su marido. Vladímir Vladímirovich al terminar sus estudios secundarios, ingresó en la carrera de Derecho en la Universidad Estatal de Leningrado, de la cual se graduó como licenciado y debido a su desempeño como estudiante, fue reclutado para trabajar en el Comité para la Seguridad del Estado (KGB). En 1991, luego del colapso de la URSS, Putin renuncia al KGB y comienza su actividad política en San Petersburgo (ex Leningrado). Lo que sigue es más o menos conocido para todos, el primer día del año 2000 se convierte en el presidente de la Federación Rusa y veintiún años más tarde es considerado por muchos millones de personas (entre los que me incluyo), como uno de los más grandes líderes de toda la historia rusa y uno de los más destacados estadistas a nivel mundial de todos los tiempos. Todo esto proviniendo de una humilde familia trabajadora de Leningrado, ¡meritocracia pura!

Así pues, la próxima vez que se hable de meritocracia, les sugeriría a los que la defienden, que lo piensen mejor, ya que en una verdadera meritocracia no creo que pudieran sentirse muy a gusto, ya que los privilegios heredados no cuentan como méritos. Y a los progres que la atacan, les pediría que tengan conocimiento acerca de las cosas de las que hablan, a no ser que de verdad sepan su significado y realmente estén en contra de la meritocracia, tal cual es, lo que explicaría el desempeño desastroso de muchos funcionarios con muy pocos méritos para los cargos que ostentaban.

Christian Lamesa, nacido en la ciudad de Buenos Aires en 1971.

Analista geopolítico, fotógrafo y escritor. Autor del libro “La paternidad del mal – Los cómplices de Hitler”.

Nominado al premio de la Sociedad Rusa «Znanie» (Российское общество «Знание») como «Educador extranjero del año 2023»

Embajador en la República Argentina de la Sociedad Rusa «Znanie» (Российское общество «Знание»)

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Operación final en curso! Rusia tomó la delantera! C/ Roman Romachev Director de R-Tecno (Rusia)

Prensa Alternativa en colaboración con el Director del CREI, Manuel Espinoza Entrevista a Roman V. Romachev, Director de la compañía “R – Tecno”, Oficial en Retiro del FSB y Ex jefe de la Dirección R de la Contrainteligencia.

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Setenta años de Dien Bien Phu: una derrota épica

– 
Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro

Director de Diario El Minuto para Argentina
Distinguido Analista Internacional (Argentina) Colaborador CREI

https://estrategiaydefensadelsigloxxi.blogspot.com/2024/08/setenta-anos-de-dien-bien-phu-una.html?spref=fb&fbclid=IwY2xjawFADn1leHRuA2FlbQIxMQABHYhsLQ_C7uJ_ocXu6SSRWUHXWvglw1Yy_dKAHvefVpyk82flfJi0k215QA_aem_Y5eJuI3svY7-IIWK5YizjA&m=1

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Netanyahu is provoking a regional war

02.09.2024 Author: Nikolay Plotnikov

Nikolay PLOTNIKOV, Head of the Centre for Scientific and Analytical Information, Institute of Oriental Studies of the Russian Academy of Sciences, Doctor of Political Sciences, exclusively for the online magazine «New Eastern Outloo

Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu continues to drag his country into a war with no end in sight. Despite the fact that Israel razed the Gaza Strip to the ground and eliminated several Hamas and Hezbollah leaders, it did not come close to victory on either the northern or southern fronts.

According to the high-ranking US officials, cited by the New York Times, the Israel Defence Forces (IDF) did everything they could militarily in Gaza, yet still, they failed to destroy Hamas.

Rapid deterioration of the situation on the border with Lebanon

On August 25, the situation on the border with Lebanon sharply escalated. More than 100 Israeli Air Force fighter jets launched a pre-emptive strike on Hezbollah missile launchers in southern Lebanon. The IDF also intercepted several dozen drone strikes en route to the central part of Israel. Before that, Hezbollah sent 250 rockets and 20 UAVs at northern Israel in response to the assassination of its military leader Fuad Shukr.

According to Reuters, the parties exchanged information through intermediaries explaining their positions so as to prevent further escalation. The 12th Israeli TV channel confirmed that the Israeli leadership is optimistic about the possibility of a diplomatic solution to the crisis. Hezbollah leader Hassan Nasrallah said that the group may consider ending the current round of hostilities. Moshe Yaalon, the former chief of the IDF General Staff, who worked under Netanyahu, expressed confidence that Iran and Hezbollah were not interested in escalation and added that he could not say the same about the Israeli leadership.

However, Netanyahu is not satisfied with this course of events. He remains committed to an exclusively military solution to the problem. There are many in Israel who share his vision and are messianic. They support the followers of Ze’ev (Vladimir) Jabotinsky, the ideologue of revisionist Zionists, in their quest to do what they have always wanted and promised: to expel the Palestinians, as they believe, from the land of Israel.

Is Israel planning a Nakba part 2?

Apparently, to achieve this goal, militant Zionists (according to some sources, there are at least 2 million of them in Israel) intend to impose their vision on the United States and involve them in a large-scale regional war if they are prevented from implementing their project of forcibly expelling Palestinians (creating a second Nakba) from the West Bank of the Jordan River.

Benjamin Netanyahu is persistently playing the card of dragging Iran into this war. His first attempt was to strike at the Iranian diplomatic mission in Damascus and kill the IRGC general. Ended in failure. Iran’s retaliatory strike was symbolic and did not cause much damage to Israel.

The second attempt was the defiant assassination of the head of the Hamas political wing, Ismail Haniyeh, in Tehran. Netanyahu expects that if Iran responds to the assassination of Haniyeh and strikes back, then the United States will be forced to defend Israel and strike Iran.

Seeing that Iran is holding off and not succumbing to his ventures, Netanyahu may well decide on another plot under a plausible pretext: to launch a preemptive strike against Iran. The calculation of Netanyahu is still the same, thinking that the Americans will not be able to stay away in the event of Iran’s retaliatory actions.

If the United States vetoes a strike on Iran before the presidential election so that Kamala Harris does not lose and Iran does not take retaliatory measures for Haniyeh’s death, then Netanyahu may expand hostilities from Gaza to the West Bank to expel the Palestinians. To do this, he may well order a serious provocation in the area of the Temple Mount. For example, to set fire to the Al-Aqsa Mosque to provoke a Palestinian retaliation. At the same time, it should be borne in mind that the Israeli settlers in the West Bank, of whom there are more than 700 thousand (among whom there are tens of thousands that have US citizenship as well as an Israeli one), were handed a large number of small arms, distributed on the instructions of the Minister of National Security, Itamar Ben-Gvir.

For Netanyahu and his right-wing radical entourage, the worse the situation, the better. The revisionist Zionists need a crisis or confusion caused by the war to fully implement their Nakba 2 project. Among other things, this allows Netanyahu to stay in power – even at such a price.

As a result, the United States is trapped in its unconditional military support for Israel and Netanyahu does not have much time left to drag Iran into the war. As noted by Yossi Werther, a political columnist for Haaretz, for almost a year after October 7, 2023, Israel, under the leadership of Netanyahu, found itself in the worst strategic situation in its entire history.

As for Iran and Hezbollah, it seems that they understood the intentions of Netanyahu. Iran is unlikely to play by Netanyahu’s rules and is unlikely to enter into open confrontation with him. There are numerous signs that Tehran has chosen the tactic of attrition vis-à-vis Israel.

Nikolay PLOTNIKOV, Head of the Centre for Scientific and Analytical Information, Institute of Oriental Studies of the Russian Academy of Sciences, Doctor of Political Sciences, exclusively for the online magazine «New Eastern Outlook»

Tags: Confrontation between Israel and IranIranLebanonMiddle EastMilitary conflictPalestinePalestinian Conflict

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https://journal-neo.su/2024/09/02/netanyahu-is-provoking-a-regional-war

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¿Quién dice que son democráticas?, Las elecciones más peligrosas de USA

Por> Manuel S. Espinoza J., Director del CREI

sandinista — 24 agosto, 2024 

https://www.visionsandinista.net/category/analisi/

Manuel Salvador Espinoza J. (*)

Como lo hemos declarado muchas veces ya, el gobierno de los Estados Unidos es el que critica los procesos electorales en nuestro continente y hasta se permite intervenir durante todo el proceso electoral desde antes de su inicio, seleccionando al candidato de su preferencia; durante la fase de campaña, financia y con el apoyo de los medios de comunicación promueve al candidato, y al final en desconocer o reconocer los resultados de los comicios independientemente donde éstos se realicen.

Y aunque ellos no se ven en un espejo, todos vemos cómo más de una centena de razones de acciones antidemocráticas electorales, se han venido percibiendo en las elecciones de Estados Unidos de Norteamérica en este primer cuarto del siglo XXI. Por lo menos unas veinte razones marcan claramente el declive moral y de la democracia USA, que desde ya ponen en riesgo las próximas elecciones presidenciales en noviembre de este año.

En la lucha por el poder y el triunfo electoral presidencial, tanto el Partido Republicano como el Partido Demócrata implementan diversas estrategias para consolidarse como el partido dominante o partido único, lo que vendría a no solo debilitar el sistema electoral y la democracia bipartidista USA, ya viciada por sí mismo, sino que a la constitución misma y todo derecho del electorado norteamericano.

Las elecciones, fuera de ser una fiesta cívica y democrática, es una acción de guerra política que al final tiene por lógica colocar a un grupo político de poder económico sobre el resto a nivel nacional o, en todo caso, lograr una mejor distribución del poder económico, militar a través de una victoria política electoral.

Estrategias de los republicanos

En este sentido, las estrategias del Partido Republicano han estado dirigidas a:

La masiva restricción al voto. Esto implementa leyes   de   identificación de votantes, reducción de lugares de votación y limitación del voto por correo en estados controlados por republicanos, y lo que desalienta e/o impide el voto en grupos que tienden a apoyar a los demócratas, como la minorías y jóvenes.

El Sitema Gerrymandering, que lo explicamos de manera extensa en la entrega de noviembre del 2020 en Visión Sandinista titulado “El Mega Fraude Electoral en las Elecciones USA” https://www.visionsandinista. net/2020/11/23/el-mega-fraude-electoral-en-las-elecciones-usa-y-el-nexo-con-el-estado-profundo-deep-state/. Bajo este sistema dibujan y redibujan los distritos electorales en estados claves para favorecer la representación republicana en el Congreso, asegurando que las áreas con mayoría republicana tengan más poder y se diluya el voto demócrata.

Movilización del electorado simpatizante, como los cristianos evangélicos y los conservadores rurales, a través de políticas y discursos retóricos que compaginen con sus valores, como la oposición al aborto y la defensa de la Segunda Enmienda, que facilita el derecho de los ciudadanos estadounidenses a poseer y portar armas, ratificada el 15 de diciembre de 1791 con la lógica de: “Siendo necesaria una Milicia bien regulada para la seguridad de un Estado libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas”.

Una enmienda dañina y peligrosa a la seguridad ciudadana ante tantos tiroteos en las escuelas y lugares públicos que, a menudo con horror, vemos que ocurren en ese país. Demás está decir que esta enmienda ha sido objeto de amplios debates y controversias en el contexto de la legislación sobre el control de armas en los Estados Unidos y con poco éxito, ya que las empresas vendedoras de armas realizan todo tipo de lobby y sobornos a los congresistas para su no modificación.

Bloqueo de nombramientos judiciales, como ocurrió con la confirmación de la juez Amy Coney Barrett en 2020. Una jugada que les garantiza influencia a largo plazo con jueces en la Corte Suprema y tribunales federales, tanto que hoy esa acción aún facilita el posible retorno de Donald Trump a la presidencia.

Estrategias de los demócratas

Entre las estrategias del Partido Demócrata podemos distinguir varias acciones electorales como:

La expansión del voto, promoviendo leyes que amplíen el acceso al voto como la votación anticipada, el registro automático de votantes y la eliminación de restricciones de identificación, con el objetivo de aumentar la participación de grupos demográficos que tienden a apoyar a los demócratas.

Diversidad de alianzas con minorías étnicas, comunidades LGBTQ+, mujeres y jóvenes, ofreciendo políticas supuestas progresistas y globalista, que defienden necesidades y preocupaciones como los derechos civiles y la igualdad de género que con esa fachada de inclusivas son destructivas a la sociedad, el núcleo familiar, los valores ciudadanos y del individuo.

El control de los medios de comunicación, en manos, sobre todo, de judíos anglosajones que bien han aprovechado la influencia en los medios tradicionales y digitales de comunicación, promoviendo una narrativa y cobertura mediática sesgada para influir en la percepción pública contra los republicanos.

Presión y movilización social con el uso de movimientos y organizaciones sociales como Black Lives Matter o March for Our Lives, para presionar por cambios políticos y movilizar votantes en temas clave como la justicia racial y el control de armas, creando una base activista fuerte, pero sin llegar a las transformaciones necesarias que los afronorteamericanos, latinos y asiáticos realmente necesitan.

Estrategias similares de ambos

Ambos partidos conducen estrategias similares como:

Campañas de demonización y de desinformación. Enmarcan a los candidatos republicanos y sus políticas como extremistas o antidemocráticas, racistas y xenofóbicas, anti migratorias y dictatoriales para alienar a votantes moderados e indecisos. Por ejemplo, en la campaña del 2016 se anunciaba a Donald Trump como agente del Kremlin y en estas elecciones 2024 podemos ver la imagen que se está vendiendo como un psicópata, que se realizó un auto atentado y quien representa una seria amenaza para la democracia.

Mientras tanto los republicanos realizan campañas iguales hacia Kamala Harris, quien ya Trump la ha acusado de mentirosa e incapaz de gobernar. También desinforman con teorías de conspiración, de fraudes y noticias falsas para sembrar dudas sobre la legitimidad de los candidatos demócratas y el buen curso de las elecciones en general.

Control del financiamiento de campañas, para asegurarse el apoyo de grandes donantes y grupos de interés, lo que les permite financiar costosas campañas publicitarias y superar al rival en presencia mediática. El hecho más reciente: la recolección multimillonaria en cuestión de días de Kamala Harris como candidata demócrata.

Litigios electorales en tribunales para impugnar leyes electorales o resultados que consideran desfavorables, buscando anular o modificar elecciones a su favor.

Narrativa de miedo como herramienta política, advirtiendo que la victoria del adversario llevaría al país a la ruina económica, la pérdida de derechos fundamentales o la destrucción del orden social existente y logrado durante la administración en función.

Manipulación del sistema electoral. Ambos partidos son acusados de intentar influir en el diseño del sistema electoral, como la discusión sobre la abolición del Colegio Electoral por parte de algunos demócratas, lo que podría alterar significativamente la dinámica de las elecciones presidenciales.

Deslegitimación del adversario, desprestigiando a la administración o las elecciones ganadas por el adversario ya sea mediante investigaciones, audiencias o campañas de relaciones públicas que siembran dudas sobre la legitimidad del oponente.

Problemas específicos del país

Estas acciones tácticas electorales apenas reflejan una parte de la intensa competitividad entre ambos partidos norteamericanos, en su objetivo de consolidar el poder a largo plazo en el escenario político estadounidense. Pero existen problemas específicos que están transformando fundamentalmente a los Estados Unidos al reducir las libertades individuales, y poniendo en riesgo la seguridad del país a un plazo muy cercano.

Defensa de la Segunda Enmienda como la vista en el 2013, tras el tiroteo en la escuela primaria Sandy Hook, en Connecticut, que obligó a proponer leyes para limitar la venta de armas de asalto y que no fueron aprobadas a nivel federal porque perjudicaba el comercio de armas a lo interno y los jugosos bonos que muchos miembros del congreso reciben para que nunca prosperen.

El Estado de vigilancia evidente en las revelaciones de Edward Snowden en 2013, que mostraron que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estaba realizando vigilancia masiva sobre ciudadanos   estadounidenses y extranjeros sin su conocimiento, incluyendo el monitoreo de llamadas telefónicas y correos electrónicos no solo de ciudadanos norteamericanos, sino hasta de mandatarios extranjeros.

Erosión de la libertad religiosa cuando en el 2014 la Corte Suprema de Estados Unidos falló a favor de Hobby Lobby, una empresa cristiana que se oponía a proporcionar ciertos tipos de control de natalidad a sus empleados bajo la Ley de Cuidado de Salud Asequible (Obamacare). Este caso reflejó las crecientes tensiones entre la libertad religiosa y las políticas de salud pública.

El abusivo activismo judicial. En 2015 la Corte Suprema de EEUU, en el caso Obergefell vs. Hodges, legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país. Los críticos argumentaron que la Corte estaba imponiendo su ideología al país, en lugar de dejar que los estados decidieran este tema a nivel local.

La agenda globalista, promovida por los demócratas y vista en el acuerdo de París sobre el cambio climático, firmado en 2015, que obligó a los países a cumplir con ciertos objetivos de   reducción de emisiones bajo la estrategia de destrucción de las capacidades de comercialización internacional de sus recursos energéticos estratégicos como gas, petróleo y carbón. Críticos, como Donald Trump, argumentaron que el acuerdo ponía a Estados Unidos en desventaja económica en comparación con países como China e India.

Corrupción política, como se notó en el escándalo de los “Papeles de Panamá” en 2016 y que reveló cómo políticos y empresarios en todo el mundo, incluidos varios de América Latina, escondían dinero en paraísos fiscales para evadir impuestos. Este caso subrayó la corrupción y falta de transparencia en las altas esferas del poder.

La inmigración descontrolada que, desde el 2018 hasta todo lo que va del 2024, caravanas inmensas de migrantes que viajaban desde Centroamérica hacia Estados Unidos, ha provocado serios debates sobre la crisis en la frontera sur, especialmente en ciudades fronterizas republicanas como Tijuana, México y El Paso, Texas.

Estas, al ver sobrecargados sus sistemas de asilo y recursos locales, optaron por enviarlos a otros estados demócratas, inclusive a la capital. Con gran decepción se puede ver gigantescos asentamientos en calles y avenidas principales de Los Ángeles, San Francisco, New York, Washington D.C, etc.

La política de ambientalismo radical ampliada en 2019, cuando era claro que las políticas radicales propuestas, como el Green New Deal en Estados Unidos, dañarían la economía y las libertades personales con el aumento de la impresión del dólar en cantidades exorbitantes para este propósito.

La expansión del poder gubernamental expuesto durante el ejercicio de control global conocido ya como la pandemia del Covid-19 (2020); muchos gobiernos, incluyendo el de California bajo el gobernador Gavin Newsom, impusieron restricciones estrictas como   cierres de negocios y toques de queda. Esta demostración fue un claro ejemplo de cómo el gobierno puede ejercer demasiado control sobre la vida diaria de las personas.

Falsas políticas de identidad como fue el caso del movimiento Black Lives Matter, que ganó prominencia tras la muerte de George Floyd en 2020. Si bien muchos apoyan su lucha contra la injusticia racial, otros critican que el enfoque en la raza puede dividir a la sociedad y aumentar las tensiones raciales, sobre todo cuando su uso es meramente por cantidad de votos para llevar a los demócratas al poder y no por verdaderas reivindicaciones de los derechos de las minorías raciales.

Declive de los estándares educativos que a menudo se ve en claros ejemplos como en el 2020 en el Distrito Escolar Unificado de San Francisco, que decidió renombrar 44 escuelas que llevaban el nombre de figuras históricas como George Washington y Abraham Lincoln, alegando que eran símbolos de opresión. Está claro que solo se trata de una agenda política y no centrado en la educación y enseñanza de hechos históricos y habilidades esenciales.

Corrupción en los medios. Durante las elecciones presidenciales de 2020, el escándalo sobre la laptop de Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden, fue cubierto de manera muy diferente por distintos medios como The New York Post, que publicó la historia ampliamente, mientras que otros como The New York Times fue acusado de minimizar o ignorar la historia, lo que llevó a acusaciones de parcialidad.

La falta de integridad electoral en las elecciones presidenciales de 2020, con serias acusaciones de fraude electoral, especialmente en estados claves como Georgia y Pennsylvania. Aunque los tribunales rechazaron la mayoría de las demandas, la controversia alimentó una profunda desconfianza en el proceso electoral entre muchos votantes que hasta hoy persisten en la discusión electoral actual.

La erosión de la libertad de expresión, se pudo ver en 2021  cuando Twitter y Facebook suspendieron permanentemente la cuenta del expresidente Donald Trump, obligándolo a abrir su propia red social. Lo anterior demuestra del poderío anglo-sionista de las grandes plataformas tecnológicas que están controlando todas aquellas voces anti sistémicas.

Los gastos militares en aumento década tras décadas en guerras proxy, sin fin y sin victorias más que el repudio y rechazo internacional. Desde Afganistán (desde el 2001) e Irán (2003), pasando por Libia, Siria (2011) hasta el financiamiento de más de 200 mil millones de dólares en financiamiento del régimen de Zelensky en Ucrania (2022-2024) han generado una conciencia anti bélica en el electorado en general.

Sistema de rechazo, malestar e implosión

Con elementos antes mencionados como la permisión de la inmigración ilegal, la represión racial y la impunidad policiaca contra las minorías afrodescendientes, la falta de asistencia social ante el desgaste por los gastos astronómicos militares viene generando un sistema de rechazo, malestar e implosión paulatina en la sociedad norteamericana, generando el rechazo al liderazgo político gubernamental.

Lo anterior se ejemplifica en la Militarización de las Disputas Políticas, vistas en las protestas tras la muerte de George Floyd en 2020, se convirtieron en disturbios en ciudades como Portland y Kenosha, donde se produjeron incendios, saqueos y enfrentamientos violentos destructivos a la moral y a la pérdida de la identidad nacional producto de la oleada migratoria no regulada. Otro claro ejemplo fue la toma del capitolio por parte de los simpatizantes de Trump en el 2020, después que declarara fraude electoral.

Técnicamente, tanto el perverso Colegio Electoral como los estados indecisos, hacen de la elecciones nada justas o democráticas. Si bien es cierto es hasta posible llegar a eliminar al Colegio Electoral, pero es harto difícil acertar la inclinación en cada elección de los estados indecisos, que son seis estados los que marcarán la victoria del próximo presidente USA.

Por ejemplo, los votos de Nueva York pueden no decidir nada. Ni la de los que viven y votan en California, que es el estado más grande del país. Es por la forma en que se elige al presidente, ya que hay estados que no marcan la diferencia. Pero Arizona, Georgia, Michigan, Wisconsin, Nevada y, especialmente, Pensilvania, la marcan. Es en estos seis estados donde se desarrolla esencialmente la campaña electoral presidencial.

Es que los votantes en estos estados están divididos casi por igual entre republicanos y demócratas. Cuando alguien gana una elección aquí, normalmente lo hace con un margen de unos pocos puntos porcentuales, ¡o incluso hasta una fracción de porcentaje! Eso es lo que sucedió en el 2016 a favor de Trump, o todo lo contrario como lo fue en el 2020 a favor de Biden.

En ambas elecciones los seis estados pasaron de un partido a otro. Nada raro. Hay estados rojos declarados (republicanos) y azules (demócratas). Pero es que estos seis estados son indecisos como Pensilvania, que ha generado la convicción de que quien gane en él, gana las elecciones a nivel nacional.

Con el atentado o auto atentado a Donald Trump, donde por milímetros casi pierde la vida, las elecciones en Estados Unidos se han tornado muy peligrosas y sobre todo en un periodo de su historia política donde el escenario de una segunda guerra civil no deja de salir en los medios informativos y analíticos. ¿Es este el último atentado a los candidatos a la Casa Blanca en estas elecciones?

Desde luego que ninguno de los partidos podrá alcanzar el nivel de partido único, pero sí se está claro que ésta será la única elección presidencial que pueda desatar una enorme fractura no solo política, sino hasta territorial, que hagan que posiblemente lleguen a ser las últimas elecciones en Norteamérica. Y esto sin incluir el declive generado por el accionar de factores externos que emanan de su enfrentamiento contra China, Rusia, Irán y Corea del Norte o por la consolidación de los BRICS.

Por lo tanto, no solo se trata de entender una serie de enormes problemas que la sociedad norteamericana padece y adolece por el formato antidemocrático de la política interna norteamericana. Se trata de entender antiguos y nuevos factores que integran una nueva realidad interna y externa de los EEUU, en una coyuntura internacional que permanentemente está socavando y amenazando los pilares principales de la estructura del poder nacional y global yanqui.

El candidato que escoja no el pueblo USA, sino el Deep State (estado profundo) a salir victorioso en las elecciones presidenciales de noviembre 2024, primero deberá llegar vivo al final de la contienda y en una sociedad que no entre a una nueva guerra civil para poder lidiar con una potencia en declive y en la ya iniciada tercera guerra mundial.

Director del Centro Regional de Estudios Internacionales CREI