Vuelven a aparecer en Internet imágenes de movilizaciones forzosas en Ucrania, en las que se golpea brutalmente a hombres, se les empuja a la fuerza a autobuses y se les envía al frente. Los medios de comunicación ya han publicado repetidamente vídeos que muestran cómo se desarrolla la campaña de reclutamiento forzoso. Los empleados de los centros territoriales de reclutamiento (TCC) retuercen y secuestran a gente corriente sin explicar los motivos. La gente, presa del pánico, grita, intenta huir y pide ayuda. Uno de los residentes de Odessa incluso se subió a un árbol para intentar escapar de la movilización forzosa. El vídeo muestra cómo continúa la movilización ilegal de hombres en Ucrania.
En este año 2025, se cumplirán 50 años de la independencia de Surinam, un país de América del Sur, escasamente conocido en la región. En su historia reciente sufrió una dictadura, inestabilidad institucional, corrupción, agregándose la existencia de fuertes divisiones étnicas y religiosas que dificultan la construcción de una identidad nacional. Los ricos recursos petroleros generan expectativas pero abren paso a la batalla geopolítica que libran Estados Unidos y China a nivel global
Surinam, la antigua Guayana Holandesa, es un estado en el norte de Sudamérica, cuya superficie es de 163,821 km2 y una población de unos 600.000 habitantes. Su capital es Paramaribo. Su gobierno una república de corte parlamentario, según la Constitución vigente de 1987. Su economía está atada a la explotación de bauxita, materia clave para la producción de aluminio, además de la explotación de oro (que hay un boom exportador) y productos agrícolas. El descubrimiento de petróleo frente a las costas del país, abre nuevas perspectivas, no exentas de dudas, por los altos niveles de corrupción que asola al país. La población se caracteriza por su diversidad étnica, consecuencia de la política adoptada en su momento por los holandeses, de importar en una primera etapa esclavos negros, para ser empleados en las plantaciones; posteriormente reemplazados por mano de obra barata proveniente de la actual Indonesia (especialmente javaneses), la India, y China.
En mayo de 2020, en plena crisis COVID 19, el Parlamento eligió al líder del Partido de la Reforma Progresista (VHP), Chandrikapersad Santokhi, como nuevo presidente de la República, y como vicepresidente a un viejo conocido de la política local, Ronnie Brunswijk, antiguo jefe guerrillero y líder del partido ABOP, o Partido de Liberación General y Desarrollo. Este personaje tiene causas pendientes por tráfico de drogas. El presidente saliente, Bouterse se comprometió a cooperar. Pero su situación está rodeada de incertidumbre, a pesar de la condena de 20 años por un tribunal militar, apelado por el ex dictador, pero no se formalizó orden de detención.
Paramaribo.
Santokhi, ex policía y ex ministro de Justicia, tiene prestigio social, dado que ha impulsado políticas de cooperación contra el narcotráfico, ha dado duros golpes a este flagelo en su país, pero hereda un país, con estructuras corruptas, infiltradas por el crimen organizado, tolerado durante la larga presencia de Bouterse en el poder. El gobierno de coalición tiene una serie de acuerdos, pero no se menciona el tema delicado del narcotráfico, asimismo, la necesidad de contar con el apoyo del vicepresidente Brunswijk, limita cualquier maniobra para lanzar una efectiva lucha contra el crimen organizado. La debilidad del gobierno, está revelada por el propio presidente Santokhi, quien a un medio holandés, señaló que la extradición de Bouterse, corre por cuenta de la Justicia, que como indican informes internacionales, su independencia es más que cuestionable. Asimismo, es preciso reformar la ley que impide la extradición. En diciembre de 2024, Bouterse murió en su residencia, habiendo evadido la orden de detención por los crímenes cometidos en 1982, cuando la junta militar que el presidía aprobó el fusilamiento de 15 opositores. Por este hecho, el ex dictador asumió la responsabilidad política, pidió disculpas a los familiares por los llamados “Asesinatos de Diciembre” pero rechazó la idea de ir detenido. Personaje controvertido, siendo presidente electo democráticamente, impulsó programas sociales, pero por otro lado tenía vínculos con el narcotráfico, como quedó reflejado en una condena por parte de un tribunal neerlandés en 1999. Al no existir tratado de extradición entre Países Bajos y Surinam, Bouterse pudo eludir la condena. Su salida de la escena política local, sin ninguna duda tendrá su impacto en las elecciones previstas para este año.
El ex dictador Desi Bouterse.
Surinam está a punto de convertirse en una “potencia petrolera”: Total Energies estima que las reservas marinas producirán 200.000 barriles por día para 2028, y estimaciones informales de otras fuentes alcanzan más de 500.000 en 10 años. Esto se compara con los niveles de producción de petróleo de Venezuela (783.000) y la Guayana Francesa (650.000 bpd). El director general de Staatsolie (petrolera surinamesa) Annand Jagesar, estima que Surinam podría ganar entre 16.000 y 26.000 millones de dólares de su industria petrolera, duplicando o incluso triplicando su producto interno bruto y sus perspectivas económicas a largo plazo. Existen cálculos más conservadores que estiman ganancias en los próximos diez años de unos US$ 10.000 millones. El presidente Santokhi prometió un programa de participación de las regalías a todos los ciudadanos adultos de Surinam, siguiendo el ejemplo de Guyana. El Banco Mundial estima que uno de cada cinco surinameses vive por debajo de la línea de la pobreza. La producción petrolera comenzará en 2028, como anunció la francesa Total con una inversión en explotación off shore por más de US$ 15.000 millones. El gobierno creó un Fondo soberano, a semejanza de Noruega con la idea de administrar de manera sustentable las ganancias petroleras.
El país afectado por el cambio climático, como también la desforestación de la Amazonia, se ha visto azotado desde 2023 por diversas sequías, con incendios forestales y serios problemas de abastecimiento de agua. El alza de precios elevó el costo de vida. La vida es más difícil en el interior, donde cientos de familia viven de la agricultura de subsistencia. Las escuelas abren un par de veces por semana por el problema de la falta de agua. El gobierno aún no declaró el estado de emergencia. Una sociedad dividida por razones étnicas y políticas junto con la riqueza que puede generar el petróleo, plantean serios desafíos, para que la nueva riqueza pueda traducirse en desarrollo y no alimentar la corrupción y el despilfarro
En materia de seguridad existen problemas de control de fronteras, que facilitan no solo el tráfico de drogas, sino de oro, y una incipiente piratería en aguas lindantes con Guyana, donde pescadores son objeto de actos de violencia y que ambos países carecen de medios adecuados para enfrentarlos. Surinam vendió dos modernos aviones Airbus C-212, con capacidad de patrulla marítima, por falta de mantenimiento. Su modesta fuerza naval, convertida en Guardia Costera, apenas cuenta con medios adecuados, a excepción de lanchas de patrulla fluvial y costera. El gobierno del presidente Santokhi logró adquirir un moderno patrullero para la modesta marina y alcanzar acuerdos de cooperación con Brasil, Francia. Países Bajos, India, Estados Unidos y Guyana.
En 2018, fue descubierto un astillero para construcción de sumergibles por parte de la mafia colombiana. El 90% del país está cubierto de selvas y existen carencias para ejercer un control efectivo. El lavado de dinero es creciente y pone de manifiesto el poder del crimen organizado. En los 90, apenas había un puñado de casinos, ahora hay una treintena, en un país de 576.000 habitantes.
Los problemas de control de fronteras, ayudan a la minería ilegal, con su impacto ambiental. Grupos criminales provenientes de Brasil, se dedican a este lucrativo negocio, que para el país significa el 70% de sus exportaciones. El gobierno asumió la responsabilidad de controlar la exportación de oro, que pareciera que genera evasiones por millones, algo que implica al vicepresidente Brunswijk, poseedor de concesiones mineras. El poder de la corrupción, llevo a que la Unidad de Inteligencia Antiterrorista, fuera disuelta en 2019, algo que llevó a que el Departamento de Estado, de los Estados Unidos, hiciera un llamado de atención. En un Informe de la ONG británica Insight Crimen señala lo siguiente “Su geografía también hace al país atractivo como punto de tránsito para el envío de narcóticos a Europa, directamente o por medio de África occidental. Los narcóticos ingresan por tierra desde Guyana o en barcos de pesca venezolanos que sueltan los paquetes de cocaína rastreables con GPS en aguas internacionales cerca de la costa de Surinam. La droga también entra por vía aérea desde Brasil en avionetas que pueden aterrizar en una de las docenas de pistas formales, pero desiertas en medio de la selva. La cocaína sale del país por el puerto principal de Paramaribo y el aeropuerto internacional de Zanderij”. También se transportan drogas en yates de placer y posiblemente en submarinos (ver https://es.insightcrime.org/noticias-sobre-crimen-organizado-en-surinam/surinam/). Existe según dicha ONG, una aceitada organización con ex militares, funcionarios y empresarios ligados a esta actividad. Otro problema que padece el país, son los delitos ambientales, por ejemplo la caza furtiva de jaguares con destino al mercado chino.
Presidente Santokhi, espera ser reelecto en mayo de 2025.
La historia de Surinam y una independencia marcada por la inestabilidad
Los holandeses se establecieron definitivamente con la Paz de Breda, consecuencia de la Segunda Guerra Anglo Holandesa, en 1667, luego que la zona fuera objeto de disputa con los británicos y franceses. En 1683, es creada la Sociedad de Surinam, para explotar la colonia, con mano de obra esclava traída de África. El trato fue brutal, incluso para los estándares de la época, a tal punto que muchos, los que podían, huyeron a las selvas del interior. Allí surgieron los “Maroons” (“negros pardos” o también conocidos como cimarrones) que se adaptaron a vivir junto con los pueblos originarios de Surinam, desplazados al interior por la brutal colonización holandesa. Estos grupos estuvieron en conflicto con los colonos a lo largo del siglo XVIII. Las guerras napoleónicas, significó que el territorio estuviera en manos británicas, finalmente devuelto en 1814 al recién creado Reino de los Países Bajos.
Viejo grabado neerlandés sobre la violencia a los esclavos negros.
La esclavitud fue abolida en 1863, pero los holandeses establecieron que los libertos estaban sujetos a trabajar por diez años con un salario en las plantaciones, como compensación a los hacendados. Dado que muchos colonos no pagaron a sus antiguos esclavos, compensaron las deudas con tierras, dando origen a pequeños propietarios, todavía presentes en determinadas zonas del país. El resto de los libertos engrosaron la ciudad de Paramaribo. La falta de mano de obra impulsó que fueran traídos bajo contratos, trabajadores del Sudeste de Asia e India, también sujetos a un régimen de servidumbre. Esta política, permitió por un lado sustituir antiguas plantaciones de azúcar, café, algodón y cacao, por arroz, frutas y otros productos. En 1941, Estados Unidos ocupó la Guayana Holandesa como se conocía en ese tiempo. Los Países Bajos habían sido ocupados por Alemania y el gobierno holandés estaba en el exilio en Londres. Los estadounidenses querían garantizar que la bauxita fuera destinada a su esfuerzo de guerra, ingresando de lleno el territorio a la esfera de control económico de Washington.
Sequía en Surinam.
En 1954, Surinam, adquiere plena autonomía interna, junto a las Antillas Holandesas, pero ello no impidió que el nacionalismo, se hiciera presente especialmente en la población afro descendiente y criollos (mestizos con africanos). Este proceso de autonomía comenzó en 1946, con elecciones parlamentarias e impulsó a la vida política local. Políticamente el país estaba dividido por cuestiones étnicas, el Partido Nacional o NPK por sus siglas en holandés, representaba a la población africana o criolla, en contraposición estaba el Partido Democrático Unido o VDP, de la población hindú. Finalmente el 25 de noviembre de 1975, los holandeses otorgaron la independencia y fue creada la República de Surinam. La oposición de los inmigrantes asiáticos a la independencia, llevó a que más de 100.000 abandonaran el país, rumbo a Países Bajos, dado la incertidumbre que generaba la idea de un país lejos de la tutela holandesa. La paridad de fuerzas entre los partidos citados, que se modificaba con alianzas circunstanciales con partidos étnicos minoritarios, unido a la corrupción, La fuerte dependencia económica de los Países Bajos, como la injerencia de las multinacionales ligadas a la minería, ALCOA y Billiton fue un factor de inestabilidad política de manera temprana. El primer presidente del país, fue Johan Ferrier, que había sido el gobernador bajo mandato holandés y que con el golpe de 1980, fue exiliado a Países Bajos y como primer ministro, Henck Arron del NPS.
Miles de surinameses abandonaron la antigua Guayana Neerlandesa en 1975.
La precaria independencia, generó rápidamente tensiones y problemas. El país, además de corrupción y una clara incapacidad administrativa, era dependiente de la ayuda holandesa, agregándose la polarización política, la falta de una identidad nacional (en el país, a pesar de su escasa demografía se utilizan una decena de idiomas). El pequeño ejército de 600 efectivos, tuvo una crisis de disciplina con los sargentos, dado a problemas de falta de pago, que desencadenó una rebelión, que terminó en golpe de Estado (Golpe de los Sargentos o De Sergeantencoup), ante una institucionalidad débil y con escasa cohesión. Los golpistas, formado por un núcleo de 16 sargentos, liderados por Dési Bouterse se hicieron con el poder, desplazando al presidente Ferrier y al primer ministro Arron. El país quedó en manos del Consejo Militar Nacional, controlado por Bouterse, quien seis meses después del golpe, desplaza en agosto de 1980, al presidente Ferrier, y lo reemplaza por un médico, Hendrick Rudolf Chin A Sen. El parlamento y los partidos políticos son disueltos.
Sargentos golpistas de 1980.
Faltos de programa ideológico los golpistas, apelaron a sectores emigrados a Países Bajos, fuertemente influidos por corrientes de izquierda. Pero las tensiones en el marco del gobierno revolucionario son evidentes, dado que los civiles comienzan alejarse del proceso. El llamado Frente Revolucionario, no logró aglutinar a la población, fracasan los planes económicos para romper las ataduras con las multinacionales. Estados Unidos y los Países Bajos presionan abiertamente para la normalización y evitar cualquier simpatía con Cuba (el acercamiento fue más retórico que real). Hacia finales de 1982, hay un intento de contragolpe de estado, liderado por Wilfred Hawker, el 15 de marzo de 1981, luego otra intentona, el 12 de marzo de 1982, que le costó ser fusilado, siendo transmitida la ejecución en la televisión local. Es una etapa de intento de seguir una vía socialista, dado que el gobierno de Surinam se acercó a los regímenes de Cuba, Nicaragua y Grenada (bajo el gobierno progresista de Maurice Bishop). Pero el gobierno no tiene consenso social suficiente, las promesas de vía al socialismo, son más una expresión de deseo que una voluntad real de Bouterse para llevarlo a cabo; la oposición es creciente, que terminó en una huelga general impulsada por el principal sindicato del país, Moderbond. Era noviembre de 1982, un mes fatídico para el país. La oposición al régimen se incrementó sustancialmente con la participación de estudiantes universitarios, sectores económicos, dado que el gobierno surinamés dio por tierra los acuerdos destinados a democratizar el país, tras la huelga de Moderbond. La Junta Militar denunció un golpe perpetrado con apoyo de Estados Unidos y los Países Bajos, y en la noche del 8 diciembre de 1982, catorce dirigentes académicos, políticos, y militares, son arrestados, muchos de ellos torturados para después ser fusilados en Fuerte Zeelandia, por tropas que respondían al comandante Bouterse (luego del golpe se ascendió a sí mismo a la escala de oficiales). En esos tiempos, también se inició las presuntas vinculaciones del dictador con el narcotráfico, dado que según la ONG británica Insight Crimen, Pablo Escobar, el tristemente célebre narcotraficante colombiano, visitó el país y se contactó con el jefe militar surinamés.
Bouterse en el Fuerte Zeelandia en 1982.
En 1983, las relaciones con Estados Unidos pasaron por el peor momento, cuando dos diplomáticos fueron expulsados por actividades contra el régimen surinamés. Pero la invasión de Grenada, dio por terminado el idilio con Cuba. Las promesas de formar brigadas juveniles para defender la revolución de 1980, quedaron en la nada y cientos de técnicos y asesores cubanos, como diplomáticos, fueron expulsados por el gobierno militar surinamés (no cabe duda que carecía de convicciones ideológicas y todo fue mero oportunismo político).
Incendio en el cuartel de policía por parte de los golpistas en 1980.
La inestabilidad política se tradujo en una guerrilla, los llamados “Comandos de la Selva” liderados por otro sargento, ex guardaespaldas de Bouterse, Ronnie Brunswijk. En 1986, con la captura de doce soldados surinameses, en la zona de Moengo, cercana a la frontera con Guayana Francesa, se inició un conflicto que perduró hasta la década del 90. En noviembre de 1986, la localidad de Moiwana, fue testigo de la masacre de 35 civiles, varios de ellos menores de edad, por parte de las tropas del gobierno. El conflicto terminó con Acuerdos de Paz de Kourou, en 1989, estableciendo entre los diversos puntos, el desarme de los Comandos de la Selva, programas de integración económica para los maroons o afro descendientes de la zona del conflicto, amnistía y reconocimiento de derechos. Los pueblos originarios, se sintieron discriminados y mantuvieron las hostilidades un tiempo más, hasta que gran parte de los insurgentes fue detenido o asesinado. En este conflicto, poco conocido, hubo 7.000 refugiados, y graves violaciones a los derechos humanos.
Los Comandos de la Selva. Insurgencia que se opuso a Bouterse.
En 1987, fueron llamadas elecciones libres en teoría, dado que Desi Bouterse, como jefe del minúsculo ejército, siguió controlando la política del país. En 1990, el gobierno democrático fue derrocado y en 1992, nuevamente fue restablecida la democracia. Bouterse hombre fuerte del país, mantuvo una importante gravitación en la política, no exento de graves acusaciones, entre ellas de narcotráfico, que terminó con una condena en ausencia por parte de un tribunal neerlandés y con la respectiva orden de captura internacional, todavía vigente. En 2010, Bouterse fue electo presidente, tramitando ante un tribunal local, el juicio por el fusilamiento de Fuerte Zeelandia en 1982 de doce personas, entre ellas un ciudadano con pasaporte holandés. El parlamento controlado por el partido del ex dictador, por medio de una ley de amnistía, eximió al flamante presidente Bouterse de ir a la cárcel.
La ley de Amnistía fue dejada sin efecto por la Justicia, y en diciembre de 2019, Bouterse apeló la sentencia de veinte años que le dio un tribunal militar. Este personaje controvertido tuvo dos mandatos presidenciales, gracias a las alianzas electorales que le permitieron conseguir los votos necesarios en la Asamblea Nacional para ser elegido jefe de estado. En su gestión se mostró simpatizante del régimen venezolano del fallecido presidente Hugo Chávez (por razones de oportunismo político, no por convicciones reales). Los conflictos con los Países Bajos se hicieron evidentes por la condena por tráfico de drogas, acusaciones sobre violaciones de derechos humanos en el pasado. El indulto a su hijo adoptivo, Romano Meriba, condenado en 2005, a quince años de prisión por robo y homicidio a un comerciante chino en 2002, generó tormentas políticas en el pequeño país.
En mayo de 2020, el New York Times, publicó el escándalo que movilizó a muchos surinameses, de la mano del banquero Steven Coutinho, al denunciar al presidente Bouterse, de usar US$ 200 millones de reservas del Banco Central (de 800 que tenía) para la importación de alimentos, poniendo en evidencia falencias en la producción de los mismos. Este personaje, de 43 años, habló de la peculiaridad del sistema político surinamés, que permite que alguien como el ex dictador Bouterse, siga teniendo gravitación en la política. Siempre con manejos autoritarios. Su hijo Dino Bouterse, quien en 2003, fue condenado por contrabando de armas, al intentar llevar a cabo dicha operación en la colonia holandesa de Curazao. En 2013, el hecho más grave, fue cuando Dino, se contactó con el grupo Hezbollah, prometiendo una base en Surinam, a cambio de participar en los mecanismos informales de financiamiento de dicha organización libanesa y apoyar su presunto interés de expansión en Sudamérica. Agentes encubiertos de la DEA, grabaron al hijo de Bouterse en las negociaciones, y finalmente fue arrestado en Panamá y enviado a Nueva York, donde fue juzgado y cumple 15 años de prisión. Cabe destacar que Dino fue jefe de la Unidad Antiterrorista de Surinam, y la condena resultó menor, gracias a que confesó las negociaciones que llevó a cabo con el citado grupo libanés.
En tiempos del dominio neerlandés.
Surinam un país que busca tener su identidad Las relaciones con los vecinos, no son tan fáciles. Paramaribo tiene una disputa con Guyana respecto al New River Triangle, de 13.500 km2, que data de fines del siglo XIX. Es una zona al sur de Surinam. Incluso en 1969, tropas guyanesas tuvieron choques con tropas de la entonces Guayana Holandesa. Desde entonces, Guyana mantiene presencia militar en la zona. El inicio de explotación petrolera, potenciará inclusive las modestas Fuerzas de Defensa de este país, lo que indicaría que el conflicto está lejos de solucionarse. Respecto a Guayana Francesa, Surinam reclama un área de 5.000 km2 situada entre los ríos Litani (Itany) y Marouini (Maroni), ambos afluentes del río Lawa, pero un plan de asistencia al desarrollo, habilitaría que la postura francesa prevaleciera, como mecanismo para poner fin a la disputa.
El boom del oro, ha impulsado a muchos brasileños a instalarse en Surinam. La minería ilegal, pone en riesgo la biodiversidad. Dado que el 93% del país, lo ocupan selvas, casi vírgenes, lo que lo convierte en un tesoro para el país. La corrupción, la escasa capacidad de control, ha permitido una intensa actividad ilegal, con su impacto ambiental, agregándose las limitaciones para controlar también el sector legal de la minería del oro. Esto atrae a muchos brasileños, especialmente en zonas despobladas o poco pobladas en el país. La presión demográfica del poderoso vecino es una realidad. Históricamente, Brasil ha tenido una relación cercana con Surinam, incluso materializado por una modesta ayuda militar. La presión demográfica, donde un número creciente de trabajadores brasileños supera a los locales, genera incertidumbre si a largo plazo, sobre cuestiones de balance demográfico.
La población es étnicamente muy diversa, se concentra en un 90% en la costa, el 27.4% son de origen indostánico, el 37.4% son afro descendientes. En este caso están divididos en dos grupos, los criollos, que tienen mestizaje con antiguos colonos, son el 15.7% aproximadamente, frente al 21.7% de los llamados maroons. Estos descienden de antiguos esclavos fugitivos. Los javaneses representan el 14% de la población. Un 13% son de origen mixto, pero con raíces chinas. El 1% son holandeses, recuerdo de la importante población que emigró antes de la independencia. La población de pueblos originarios es del 3.7 %. Existe presencia de inmigrantes judíos, libaneses, haitianos, dominicanos, brasileños. El país tiene como idioma nacional al holandés, oficial en la administración pública, escuelas, negocios, medios de comunicación, pero que conviven con otros trece idiomas, destacándose el Sranang Tongo, una lengua criolla basada en el inglés, como también las variantes que usan los maroons. Los descendientes de los inmigrantes asiáticos usan el javanés, dialectos de la india, cantonés y el hakka, dialecto hablado en determinadas regiones de China. Además de los idiomas hablados por los pueblos originarios.
La herencia colonial, la dictadura de los años 80, han marcado a la sociedad local, que sigue teniendo divisiones y problemas para la construcción de una identidad nacional. Dado que los partidos siguen formándose sobre bases étnicas. Es una de las grandes deudas pendientes de la dirigencia del país, de impulsar una identidad colectiva, lo que ha generado, durante años, inestabilidad política, facilitando proyectos políticos, como el de Bouterse, que ha derivado en un andamiaje institucional vulnerable a la corrupción e incompetencia.
Omán es un actor poco conocido fuera del Próximo Oriente, pero por su posición geográfica, tiene un alto valor geopolítico, especialmente por el control de la península de Musendam, que cierra la entrada al Golfo Pérsico
Ha sido noticia estos últimos días por las negociaciones que se llevarán a cabo en su capital, Mascate, entre Irán y Estados Unidos por el programa nuclear. Estamos frente a un país con una rica historia.
Omán es un país de 309.500 km2 y una población 4.5 millones de habitantes (80% musulmanes) con una importante proporción de población extranjera (50%), inmigrantes vinculados a la industria petrolera y servicios asociados. El grado de tolerancia religiosa existente se debe a la visión del Islam ibadí, permite que existan iglesias donde se practique abiertamente su culto. Una política exterior pragmática, le ha permitido maniobrar en una región altamente conflictiva, la solidez de las instituciones ha facilitado una transición ordenada con la llegada del nuevo sultán Haitham bin Tariq al-Busaíd, que asumió el poder en un mundo complejo, entonces afectado por la pandemia COVID, y en el plano regional, una creciente escalada por la competencia por la supremacía regional por parte de Arabia Saudita e Irán. La estabilidad del país y su seguridad, dependen de mantener la peculiar política exterior del fallecido sultán Qabus, y poder reconvertir la economía, que muestra signos de extrema vulnerabilidad por los altibajos del precio del petróleo, principal recurso del país, y que por cierto en un futuro no muy lejano se agotará. Esto impulsó sectores vinculados con la minería (con participación del estado), producción de hidrógeno verde, que se inserta en una estrategia nacional, donde las autoridades omaníes, buscan posicionar al país como líder en este campo.
El país apuesta a desarrollos para promover la transición energética y el potencial minero, ofrece importantes posibilidades para las industrias vinculadas con la producción de automóviles eléctricos. Esto genera un especial interés por parte de China. La cooperación entre ambos países se traduce en el impulso del Parque Industrial de Duqm y también tiene su vertiente militar, donde existe el interés de Pekín de establecer una base militar.
La posición geográfica es una de las grandes fortalezas de Omán, es la conectividad a través de los puertos de Mascate, Duqm, Salalah y Sohar, especialmente con la costa oriental de África, la India y el Extremo Oriente. Los importantes intereses marítimos, no tienen su correlato en la capacidad de defenderlos. Omán apuesta convertirse en un centro logístico y de comercio marítimo internacional. La Visión 2040, documento que fija los objetivos nacionales del país, impulsó inversiones en puertos y los estudios para conectar por ferrocarril a Omán con Emiratos Árabes Unidos, teniendo como objetivo reducir la vulnerabilidad del paso de mercaderías por el “inflamable” Estrecho de Ormuz.
El ibadismo, corriente dominante en el Islam omaní desde hace centurias, ha sido un verdadero seguro contra la expansión de ideas radicalizadas que afectan a los países del área. Ningún omaní ha sido parte de los movimientos terroristas o insurgentes que operan en la región. La transición ordenada con la muerte del sultán Qabus, puso en evidencia la estabilidad de las instituciones por el mismo promovidas. Las fuerzas armadas son políticamente neutrales y tienen un buen nivel de profesionalismo, aunque por sus capacidades, no están a la altura de lidiar con el desafío iraní. El nuevo sultán, sabe del peso que tienen las fuerzas armadas en la estabilidad del país, no en vano, eligió a su hermano Sayyid Shihab bin Tariq para presidir el Consejo de Defensa, manteniendo este organismo de gran importancia, bajo control directo de la familia real, acompañado con la designación de nuevos altos mandos militares de su confianza tales como el comandante de la Guardia Real y de la Fuerza Especial, unidad de elite militar, que depende directamente del monarca.
Mascate, capital de Omán.
Las limitadas capacidades militares, impulsó la acertada política de neutralidad y promoción del diálogo, además de estrechar vínculos con Estados Unidos, Gran Bretaña (país con el cual conserva una relación estrecha) y potencias emergentes como India o China. Esto permitió convertir a Mascate en la capital de la “mediación” de la región, donde la familia reinante, caracterizada por su moderación, impulsó canales de diálogo en la competencia geopolítica entre Irán y los sauditas, y en el conflicto de Yemen. A pesar de la activa participación de la diplomacia omaní en la crisis de Siria, Yemen, el programa nuclear iraní, no mantiene relaciones diplomáticas con Israel, incluso desde la llegada al gobierno de la coalición liderada por el primer ministro Netanyahu. La “potencia diplomática” de Omán, quedó reflejado en las conversaciones preliminares el 12 de abril de 2025, entre el titular de exteriores iraní Abbas Araghchi y el enviado especial de la Casa Blanca Steve Witkoff, donde el régimen de Teherán las calificó de “constructivas”.
En el plano interno, el nuevo sultán, tiene como principal desafío diversificar la economía, atada al petróleo, a pesar que el país tiene menores reservas que los otros países del Golfo. El desempleo ha crecido y las tasas de crecimiento, con un tímido 2.2% en 2020, afectan los proyectos de diversificación de la economía, y generar suficientes empleos para una creciente población joven. El país ha buscado por medio de acuerdos con China e Irán, inversiones y apoyo al desarrollo de un importante parque industrial.
Parque industrial de Duqm.
Un país con una larga historia
Las costas de Omán eran conocidas desde tiempos antiguos, como fuente proveedora de cobre y diorita. Entre los siglos VI–IV a.C., el territorio estuvo influenciado por el imperio persa, que ejerció control en la franja costera. Los imperios parto y sasánida, que controlaron Irán, también hicieron acto de presencia en la zona. La cultura persa influenció en las poblaciones locales, les dieron una impronta peculiar frente a otros grupos árabes de la región.
El Islam se hizo presente en el siglo VII, estando en vida el propio Profeta Mahoma. En el año 751, con la caída de los Califas Omeyas, y la llegada de los abásidas en Bagdad como nuevos Califas, la corriente Ibadí del Islam se extendió rápidamente en el territorio del actual Omán e implanto el régimen del imanato, independiente del poder de Bagdad. Los ibadíes, una rama conservadora moderada, tiene como características la elección de los gobernantes por medio de consensos y consentimiento popular. En los siglos X y XII, el territorio fue controlado por la secta de los qármatas, seguido por los buyíes, y los turcos selyuquíes. En el siglo XII, más precisamente en el año 1154, tomó el poder la dinastía Nabhani, que rigió los destinos del país por varios siglos.
Sultán Qabus. Fallecido. Gran artífice de la política exterior omaní.
En 1515, los portugueses arrebataron Mascate a los imanes de Omán, y permanecieron allí hasta 1650, cuando fueron expulsados por los omaníes. El valor estratégico de las costas de Omán, fue rápidamente identificada por los lusitanos. Esto les permitió utilizar el país como “cabeza de puente” hacia la India. Los otomanos controlaron la zona entre los años 1550-51 y 1581-88. La dinastía Nabhani fue restaurada hacia el 1600, para luego ser sustituidos en 1624, por los imanes yarúbidas. Los gobernantes de Omán, una vez expulsados los portugueses se lanzaron al mar, creando un imperio marítimo que se extendió a las costas del sur de Irán, Pakistán, África Oriental, teniendo allí como principal posesión Zanzíbar. Las especies y el tráfico de esclavos fueron base de la economía omaní. Cabe destacar que los imanes adoptaron también el título de sultán, por razones de prestigio e influencia política.
El siglo XVIII encontró al país inmerso en conflictos dinásticos, que favoreció la conquista iraní de los puertos de Mascate y Sohar. En aquel tiempo, el país era ambicionado por británicos y holandeses. Una rebelión contra la dinastía pro iraní local, llevó al clan Al Said hacerse con el poder y con el título de sultán de Mascate en 1748. En 1798, los británicos suscribieron un tratado de amistad con Mascate. Las tribus del interior, resistieron el poder cosmopolita de Mascate, y a lo largo del siglo XIX, hubo enfrentamientos para imponer el imanato en todo el país. La prohibición de la esclavitud, arruinó la economía marítima de Mascate, junto al estallido de conflictos dinásticos. La decadencia económica afectó el reinado del sultán Said Ibn Sultán entre 1839-1844. Este intentó en vano en alcanzar acuerdos con Turquía, Francia y Estados Unidos, en un intento de zafar de la influencia británica, pero Londres contraatacó e impulsó la disolución del imperio marítimo omaní, en 1856, como consecuencia de las luchas por el trono de Omán. A instancias de los británicos, una rama de la dinastía se quedó con Zanzíbar y las posesiones de África Oriental, mientras que la otra rama bajo el título de sultanes de Omán y Mascate, veían reducidas sus posesiones al territorio actual del país y el puerto de Guadar en el sur de Pakistán.
Imperio omaní en 1856.
En 1891 por medio de un tratado de amistad y comercio, el sultán Faisal ibn Said, abrió las puertas para establecer el protectorado británico. Esto generó tensiones con las tribus del interior, a principios del siglo XX no pagaban tributos y en 1915, entraron en rebelión. A pesar del envío de tropas anglo indias, estas no pudieron contener la revuelta.
El régimen del imanato controló el interior del país, consolidando su independencia de hecho en 1920, y teniendo como sede de gobierno la localidad de Nizwa, a pesar que los soberanos ostentaban el título de Sultán de Mascate y Omán. Los británicos, en su política de divide y reinarás, reconocieron al imanato, por medio del Virrey de la India. En 1954, el imán de Omán, Ghaleb ibn Alí, lideró una rebelión, cuando el sultán de Mascate intentó hacer valer su autoridad en interior del país. Esto iba de la mano con la extensión de la influencia británica, que tenía intereses petrolíferos en la región controladas por los imanes. Ghaleb ibn Alí luchó en vano en El Cairo para hacer valer sus derechos ante la Liga Árabe, e incluso el conflicto fue llevado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas e intervino la citada Liga, para mediar entre las partes. Egipto y Arabia Saudita, apoyaron políticamente al Imanato de manera abierta, lo que incentivó a de alguna manera la revuelta. Los sauditas además de apoyar a los rebeldes, tenían un conflicto fronterizo con Mascate, que llevó a un enfrentamiento armado por el control del oasis de Buraimi, en 1955, entre tropas británicas que protegían al sultán y fuerzas sauditas. En ese mismo año, Omán quedó en manos de una sola autoridad, el sultán de Mascate. La rebelión finalizaría definitivamente en 1959, con auxilio de tropas británicas. En los años 50, el puerto de Guadar, ubicado en la costa de Pakistán, fue vendido a este país, desapareciendo el último vestigio del antiguo imperio marítimo omaní.
En los años 60 fue creado en la región de Dhofar fronteriza con el antiguo Yemen del Sur, el Frente de Liberación de Omán. El crecimiento de la rebelión, puso en entredicho el control del país por parte de las autoridades omaníes. En 1970, el impopular sultán Said bin Taymur, fue derrocado y exiliado por su hijo Qabus bin Said Al Said. Este encontró un país pobre, con altos niveles de analfabetismo y un creciente descontento social. Rápidamente inició una serie de mejoras sociales, y lanzó una ofensiva contra los rebeldes de Dhofar con apoyo británico. Luego Irán envió ayuda (que estaba en manos del régimen del Sha) llegando a desplegar unos 4.000 efectivos. En 1971, los británicos se retiraron del país, cesando el régimen de protectorado, convirtiéndose en un estado plenamente independiente. El sultán Qabus, mantuvo el régimen autocrático heredado de su padre, pero buscó equilibrios entre las distintas tribus e impulsó mejoras en salud, educación e infraestructura.
Las guerrillas del Dhofar aparecieron en 1980, con mayor solidez ideológica, lo que motivó el acercamiento con el régimen de Yemen del Sur, con el objetivo de encontrar una salida negociada al conflicto. En estos años, el país mantuvo una activa política exterior con el claro objetivo de preservar la estabilidad regional y garantizar su propia libertad de acción. Esto llevó a permitir el despliegue de fuerzas de Estados Unidos, y mantener estrechos lazos con la Casa Blanca, además con la antigua metrópoli, Gran Bretaña. El triunfo de la Revolución Iraní, incrementó el valor estratégico del país. El control de la península de Musandam, que cierra el Estrecho de Ormuz, cuello de botella, donde transita miles de petroleros todos los años, transformó a Omán de especial interés para las potencias occidentales.
El sultán retuvo gran parte del poder, asistido en su gestión por un consejo de ministros y un consejo consultivo, con funciones de presentar proyectos legislativos. Ambos organismos eran designados por el monarca. A pesar de ser una monarquía absoluta, el país, se mantuvo estable y con una política exterior independiente, sin dejarse influir por el poderoso vecino saudita, como quedó reflejado en la guerra Irán Irak, donde el sultán Qabus, se mostró favorable a buscar una salida negociada del conflicto, a diferencia de la mayor parte de los países árabes que se alinearon con el dictador iraquí Saddam Hussein. Ejemplo de ello fue el mantenimiento de las relaciones diplomáticas con Egipto, que se convirtió en un paria con la paz con Israel en 1978. En 1991 participó en la Guerra del Golfo, bajo mandato de Naciones Unidas, rompiendo con la tradicional política de neutralidad el sultanato.
En 1996, comenzó una tímida apertura política, con la elección por voto popular del Consejo Consultivo. Asimismo, el sultán creó un Consejo de Estado, como cámara alta, para balancear poder con la cámara electa, incluyendo en su composición a cinco mujeres. El país no cuenta con una constitución, sino está regido por una serie de normas fundamentales, destacándose el estatuto dictado en su momento por el fallecido sultán Qabus.
En la llamada Guerra contra el Terrorismo, impulsada por Estados Unidos desde 2001. Omán apoyó a la coalición que invadió Afganistán, permitiendo que tropas de Estados Unidos puedan usar bases omaníes. Una peculiaridad, es que el país ha permanecido ajeno a la violencia extremista, que azota a los países vecinos. El régimen ha sabido dar respuestas a los reclamos de la sociedad, como experiencia del conflicto del Dhofar, donde en su momento, el gobierno respondió no solo con el empleo de la fuerza, sino con políticas de desarrollo y mejoras sociales.
El sultán Qabus, tuvo un rol diplomático importante en la región, fomentando el diálogo. Podemos calificar que su política exterior ha sido pragmática y realista. Respecto al vecino Irán, mantuvo relaciones desde el inicio de la misma Revolución Islámica. Incluso promovió mecanismos de diálogo tripartitos entre Arabia Saudita, Irán y Estados Unidos. El país fue sede en 2012, de encuentros entre funcionarios iraníes y estadounidenses, con la finalidad de implementar el llamado Acuerdo nuclear. En el marco del plan nuclear iraní, con el riesgo de que Teherán se hiciera con el arma atómica y su impacto en la seguridad regional, el sultán Qabus, ofreció sus buenos oficios en 2015. En 2018, cuando el presidente Donald Trump, retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, Qabus, ofreció servir de canal secundario para reducir la tensión. Omán controla la península de Musandam, un enclave que “cierra” el Estrecho de Ormuz, y las maniobras militares iraníes, preocuparon a Mascate, dado que una escalada de conflicto, afecta directamente a su seguridad e intereses estrechamente vinculados con el tráfico marítimo en la región.
El país se mantuvo al margen de la Primavera Árabe, gracias a la estabilidad del régimen, el consenso social que tiene la monarquía y la política de reformas económicas y sociales, sin tocar las instituciones del país, controladas en todo aspecto por el sultán. Hubo manifestaciones, por temas económicos y la corrupción de altos funcionarios. El gobierno no reprimió, aunque hubo arrestos de activistas, tomó nota de los reclamos y lanzó una serie de cambios, aplacando los ánimos. A pesar de formar parte del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico, Omán se mantuvo siempre independiente de los dictados sauditas. El país conservó sus vínculos con el régimen sirio de al Assad, con Qatar. Se mantuvo neutral en los conflictos de Libia y Yemen. En este último caso, Estados Unidos, ha empelado a Omán como interlocutor con el gobierno de los rebeldes huzíes, especialmente ante el cese del fuego decretado por Arabia Saudita, que tiene como objetivo buscar una salida elegante de una aventura, que resultó un fracaso estrepitoso. Omán, ha sido empleado por agentes diplomáticos occidentales, para mediar en la toma de rehenes en la guerra yemení.
Guerrilleros del grupo marxista del Frente de Liberación de Omán.
En enero de 2021, murió el sultán Qabus, que marcó la política del país por 50 años. Esto despertó muchas suspicacias, dado que no tenía sucesores directos. Este hábil político, había previsto un mecanismo ordenado, para evitar luchas intestinas o un golpe. La elección del sucesor recae en la familia, pero Qabus, había dejado dos sobres escondidos, con los nombres de dos potenciales candidatos a sucederlos, que eran dos sobrinos suyos. Finalmente, en poco tiempo la familia real, eligió a uno de los candidatos sugeridos por el sultán fallecido, Haitham bin Tariq al-Sa’id. Un hombre formado en política exterior, egresado de la Universidad de Oxford. Es un personaje de temperamento reflexivo como su tío. Ocupó cargos en el Ministerio de Exteriores, y empezó adquirir experiencia de gobierno como ministro de Cultura y Patrimonio en 2002. En 2013 fue designado presidente del Comité Oman Vision 2040, organismo creado para diversificar la economía del país y buscar una transición que rompa con la tradicional dependencia de las exportaciones de petróleo.
El clima de tensión entre Irán y Estados Unidos, afecta la seguridad de Omán. En su momento, con la muerte del comandante de las fuerzas especiales Quds, general Soleimani, el riesgo de una operación de represalia iraní contra objetivos militares de Washington en el área, involucraba a Omán. Las actividades militares iraníes en la zona del Estrecho de Ormuz, motivaron a Omán, a permitir en su momento, el despliegue de fuerzas de Estados Unidos, en el estratégico puerto de Duqm, enviando un claro mensaje disuasivo. No obstante, Mascate, busca generar canales de diálogo y reducir las tensiones crecientes en el Golfo.
Con Christian Lamesa (Distinguido Analista Internacional – Argentina) Colaborador del CREI
Episodio 25 Horas previas al Día de la Victoria en Moscú. La verdadera política con Christian Lamesa en México. Esta semana, con Ray Acosta en el Informativo de Radio Oriente Capital, hablamos sobre, como se prepara Rusia en las horas previas a los festejos por el Día de la Victoria en Moscú.