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Geopolítica del conflicto palestino–israelí

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Geopolítica del conflicto palestino–israelí

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Por Manuel Salvador Espinoza Jarquín

PUBLICADO EN MOLOTOV DIGITAL FSLN

El genocidio por décadas del sionismo judío aplicado al pueblo palestino, la humillación, el horror, destrucción, muerte y destierro de miles de miles de palestinos en la franja de Gaza en este mes es solo una muestra de un conflicto que está fuera de todo tipo de lógica, aun cuando los medios masivos de información occidentales tratan de venderle al mundo que solo se trata de una respuesta lógica y justa al ataque terrorista del grupo Hamas a inicios de octubre del corriente.

Un elemento por excelencia de manipulación sobre las verdaderas causas de dicha matanza permanente y exterminio planificado sionista es la “pertenencia territorial”. Primero porque no solo es desconocida y difícil de comprender a tal grado de poder aclarar y revertirla, sino que millones se someten a creerla de una forma alienante-religiosa y sin cuestionamiento alguno.

Por eso comprender el conflicto árabe-palestino-israelí implica retroceder en el tiempo y explorar la historia, cultura , religión y geografía de los diferentes pueblos que han habitado la región durante milenios. Desde una perspectiva antropológica y etnológica, que demanda el análisis geopolítico, podemos observar que las bases del conflicto nos trasladan a la aparición de los cananeos, filisteos y hebreos, así como otros pueblos en la región y entender como éste se manipula religiosamente a su favor.

Pueblos y territorios: los Cananeos

Es uno de los grupos más antiguos en habitar la región que hoy conocemos como Palestina/Israel. Aparecieron en la región hace miles de años, alrededor del tercer milenio antes de Cristo. Era un pueblo semita que se estableció en una tierra fértil y estratégicamente ubicada, con acceso al mar Mediterráneo. Un “pueblo semita” se refiere a los grupos étnicos y culturales que comparten una herencia cultural y una lengua común conocida como las lenguas semitas. Estas incluyen idiomas como el hebreo, el árabe, el arameo, el acadio y otros.

El término “semita” se deriva de Sem, uno de los tres hijos de Noé (Sem, Cam y Jafet) que, en la narrativa bíblica, después del Diluvio Universal, Noé y sus hijos se convirtieron en los ancestros de la humanidad. Estos por su fenotipo racial se dividieron y poblaron África (Cam), Medio Oriente (Sem) y Europa Oriental (Jafet).

Los pueblos semitas se originaron y vivieron en diversas regiones del Medio Oriente, el norte de África y algunas partes de la Península Arábiga.

Estos pueblos compartieron características lingüísticas, culturales y, en algunos casos, religiosas a lo largo de la historia. Y como es básico en las relaciones humanas, el conflicto por territorialidad, creencias religiosas y poder fueron moldeando su desarrollo histórico. Algunos de los grupos étnicos y culturas semitas más conocidos incluyen:

Árabes: El grupo étnico más grande que habla lenguas semitas, especialmente el árabe. Arameos: Se encontraban en áreas que incluían la región de Aram- Damasco (Siria). Acadios: Un antiguo pueblo semita que vivía en la región de Mesopotamia. Fenicios: Habitaban en la región costera del Levante, en lo que hoy es Líbano. Eran conocidos por su comercio y navegación.

Desde el punto de vista religioso, los cananeos adoraban a una variedad de dioses y diosas, incluyendo a Baal y Astarté. Sus creencias religiosas y prácticas incluían sacrificios rituales y cultos en altares sagrados. Su cultura estaba estrechamente vinculada a la tierra y la agricultura, y se consideraban a sí mismos como un pueblo elegido por sus dioses para habitar esta tierra fértil.

He aquí uno de las primeras fuentes de choque religioso con los hebreos (judíos), ya que estos dioses se mencionan en varios pasajes de la biblia hebrea (Antiguo Testamento), en un contexto en el que los profetas hebreos condenan la adoración de estas deidades como idolatría. La lucha contra la adoración de Baal y Astarté se convirtió en los primeros intentos de imposición de creencias religiosas de un pueblo a otro.

Los Filisteos

Los filisteos, también conocidos como “peleset” en inscripciones egipcias antiguas, eran un pueblo del mar que se estableció en la costa suroeste de la región, en lo que hoy es Gaza y sus alrededores. Los filisteos aparecieron en la región alrededor del siglo XII a.C., mucho antes que los hebreos.

Culturalmente, los filisteos eran distintos de los cananeos y los hebreos. Tenían sus propias deidades y prácticas religiosas. Uno de sus dioses más conocidos era Dagón. Además, los filisteos eran conocidos por su destreza en la guerra y la metalurgia, y se les atribuye la introducción de la tecnología del hierro en la región. Los filisteos son bien conocidos por su enfrentamiento con los hebreos en la Biblia.

Ni cananeos, ni filisteos existen como grupo étnico o cultural en la actualidad, su nombre ha perdurado a lo largo de la historia y fueron absorbidos por otros grupos y civilizaciones que conquistaron la región.

Los Hebreos

Practicaban una forma temprana de monoteísmo, adorando al Dios Yahvé. Eran un grupo étnico y religioso que aparecieron en la región a principios del segundo milenio antes de Cristo, mucho despues que cananeos y filisteos; y “hacen creer”, por medio de la biblia, que son descendientes de Abraham, quien desciende de Sem. Pero si vemos bien, Abraham era procedente de la ciudad de Ur (ubicada en Irak) de los Caldeos y al proceder de Sem, era de raza semita y fenotipo árabe semita tipo iraquí, iraní o árabe saudita.

Los caldeos eran un antiguo grupo étnico que se originó en la región de Caldea, en la baja Mesopotamia, que corresponde principalmente al sur de la actual Irak. Cananeos, filisteos o hebreos, eran grupos diferentes con sus propias identidades y territorios distintos. La relación de los caldeos con estos grupos era principalmente geográfica. Su influencia en la región de Babilonia fue por su papel en la creación del Imperio Neobabilónico, que incluía la conquista de Jerusalén y la deportación de los hebreos del Reino de Judá en el año 586 a.C. por el rey Nabucodonosor II.

Desde una perspectiva histórica, los hebreos habitaron la región en varias etapas y períodos, estableciendo el Reino de Israel y el Reino de Judá antes de ser conquistados y exiliados por las potencias extranjeras, como los asirios y los babilonios. Cabe destacar que en la región conocida como la “Tierra del Canaán”, (La Tierra prometida) además de los cananeos, filisteos y hebreos, vivieron diversos grupos étnicos y culturas como los:

Amorreos: habitaban en varias partes de la Tierra de Canaán. Jebuseos: habitaban en la ciudad de Jebús, que luego se convirtió en Jerusalén. Los hebreos, bajo el liderazgo del rey David, capturaron Jebús y la convirtieron en la capital de su reino, Jerusalén. Hititas: aunque se originaron en Anatolia (lo que hoy es Turquía), los hititas tuvieron gran presencia en estas tierras.

Fenicios: vivían principalmente en la costa mediterránea, en lo que hoy es Líbano. Fueron conocidos por su destreza en la navegación y el comercio, y fundaron colonias comerciales en toda la región mediterránea. Arameos: hablaban la lengua aramea y vivían en áreas circundantes, como Aram-Damasco. El arameo se convirtió en una lengua importante en la región y se hablaba en todo el Cercano Oriente. Edomitas y moabitas: estos grupos vivían al este de la Tierra de Canaán, en lo que hoy son Jordania y partes del desierto del Negev. Filonitas: habitaban en la región de Filistea.

Cada uno de estos grupos étnicos tenía su propia cultura, lengua y tradiciones, y su interacción en la región de Canaán a lo largo de los siglos influyó en la historia y la diversidad cultural de la región. La presencia árabe semita fue la que mayor se disgregó por todo el Medio Oriente y no la hebrea. En el caso de Palestina, se puede entender esta como una identidad producto y reunión de la diversidad étnica y religiosa de los pueblos arriba mencionados, y los lugares que originariamente habitaron.

Lo anterior explica de manera tácita que el territorio de Palestina no puede ser totalmente de Israel, sino que más bien amplía el espectro del conflicto palestino-israelí; por lo tanto, se eleva al nivel de un conflicto árabe-israelí por la procedencia de los pueblos originarios.

Bases religiosas del conflicto

Las bases religiosas del conflicto por territorio palestino-israelí son profundas y complejas. Para los judíos, la tierra de Israel es vista como su herencia histórica y espiritual, prometida por Dios (Yahvé) a Abraham, pero siendo Abraham descendiente de Sem, la tierra prometida no era para los judíos jafetitas o cametitas, sino para sus descendientes quienes eran semitas.

Por eso para los palestinos, la tierra también tiene un significado religioso profundo. La Ciudad Vieja de Jerusalén alberga importantes lugares sagrados musulmanes, como la Mezquita de Al-Aqsa. Además, los cristianos consideran a Jerusalén un lugar de importancia religiosa debido a su asociación con la vida de Jesús, quien tambien por cierto era semita. ¿Será que por eso los mismos judíos lo condenaron a ser crucificado? ¿Será que por eso los judíos no lo reconocen como el mesías?

Bases culturales del conflicto

Se remontan a los tiempos antiguos y han evolucionado a lo largo de los siglos y se integran de la: Lengua y Cultura, Arte, Música y Literatura, Educación y Medios de Comunicación, Historia del Conflicto e Identidades religiosas, que generan tres grandes temas que fundamentan el conflicto.

Herencia cultural y territorial: Ambos grupos, judíos e israelíes, por un lado, y palestinos por el otro, reclaman derechos históricos y una conexión ancestral con la tierra. Estas se basan en narrativas culturales de miles de años. • Narrativas de exilio y retorno: Exilio Asirio (cuando el Reino de Israel del norte fue conquistado por el Imperio Asirio en el año 722 a.C., lo que resultó en la dispersión de las tribus del norte de Israel. Estas tribus se conocen como las “Diez Tribus Perdidas”, en términos de la narrativa bíblica solamente.

Exilio Babilónico, que ocurrió después de la destrucción del Primer Templo en Jerusalén por el rey babilónico Nabucodonosor II en el año 586 a.C. Durante este exilio, una gran parte de la población judía fue llevada cautiva a Babilonia.

Exilio Romano. Tras la destrucción del Segundo Templo en Jerusalén en el año 70 d.C. durante la Gran Revuelta Judía, muchos judíos fueron llevados cautivos por los romanos. Además, después de la revuelta liderada por Bar Kojba en 135 d.C., los romanos prohibieron a los judíos vivir en Jerusalén y su entorno, lo que resultó en la dispersión de la población judía a través del Imperio Romano.

Diáspora Judía y Palestina: A lo largo de la historia, los judíos se dispersaron por todo el mundo, estableciendo comunidades judías por doquier. Esta ha mantenido la idea del retorno a la tierra ancestral de Israel, conocida como la “Tierra Prometida”, que ha sido un elemento central en el movimiento sionista, que abogaba por la creación de un Estado judío en la Tierra de Israel.

Los eventos traumáticos, como la Nakba en 1948 (El Destierro de los palestinos), que como resultado el número total de muertos árabes palestinos se calcula en torno a las 13 000 personas. Unos 750.000 árabes palestinos fueron expulsados y desterrados de sus hogares, convirtiéndose en refugiados. La mayoría de ellos asentándose en campamentos improvisados en Cisjordania (ocupada por Transjordania). O el campo de concentración de palestinos en Gaza de más de 2 millones, que no pueden entrar o salir por el cerco sionista.

De tal manera, que: a) La creación de Israel en 1948 se percibió como un “retorno a casa” para muchos judíos. b) Del mismo modo que el incumplimiento ante la creación del estado palestino ha generado una enorme diáspora en el exilio por el robo de sus tierras, han mantenido la demanda del “derecho al retorno” de los refugiados palestinos a sus hogares.

Los intereses de las potencias en el conflicto

Estos son mucho más fáciles de explicar y creer, pues no son narrativas de fe religiosas, sino acciones políticas, militares y económicas de actores internacionales a la luz de sus intereses económicos y especulativos privados que, junto a grupos sionistas en Inglaterra y los EEUU, son los verdaderos culpables del horror de ese conflicto y la barbarie aplicada al pueblo palestino.

Los intereses geopolíticos de Gran Bretaña en el Medio Oriente durante los siglos XIX y XX estuvieron relacionados con objetivos estratégicos, económicos y políticos de mantenimiento y expansión de su imperio colonial, que hasta hoy día tienen un impacto significativo en la configuración de la región y en su historia moderna.

• El control de rutas comerciales marítimas y terrestres estratégicas para asegurar el flujo de recursos y materias primas hacia el Reino Unido. La región del Medio Oriente, con su ubicación geográfica entre Europa, Asia y África, era y es de importancia crítica en este sentido. El Canal de Suez, por ejemplo, que conecta el Mar Mediterráneo con el Mar Rojo, se convirtió en una vía de tránsito vital tambien para el despliegue de fuerzas militares y la proyección del poder británico en la región y más allá.

• Control y apropiación de recursos naturales estratégicos: de la industria petrolera, minerales en países como Irak, Irán y Arabia Saudita y productos agrícolas en la región.

• Debilitar al Imperio Otomano. En la IGM, por su posición geográfica que abarcaba gran parte del Medio Oriente, era crucial para el control de rutas comerciales y de navegación. Además, la protección de intereses económicos en la región otomana, incluyendo la inversión en ferrocarriles, compañías petroleras y comercio, que se extendían hasta la India.

Por eso el apoyo disfrazado a los movimientos árabes contra el Imperio Otomano. Un ejemplo destacado fue el apoyo al líder árabe Sharif Hussein bin Ali y su Revuelta Árabe, que buscaba liberar a los territorios árabes del dominio turco-otomano. Estableció alianzas y acuerdos políticos con líderes y gobiernos en la región para garantizar su establecimiento de Mandatos de la Sociedad de Naciones en territorios como Palestina y Mesopotamia, tras el fin de la IGM.

De ahí que el apoyo de Gran Bretaña a las organizaciones sionistas y su respaldo al establecimiento del Estado de Israel a finales del siglo XIX y principios del siglo XX se relaciona con los intereses geopolíticos que mencioné anteriormente en el Medio Oriente. Veía a organizaciones como un medio para ganar influencia en la región y asegurar el control estratégico de áreas clave.

La Declaración Balfour de 1917, emitida por el entonces Ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Arthur Balfour, expresaba el apoyo británico a la creación de “un hogar nacional para el pueblo judío” en Palestina, lo que constituye la piedra angular del conflicto.

Dominio anglosajón judío en USA

La fusión del capital y dominio anglosajón judío en la política y economía norteamericana. Después de la Segunda Guerra Mundial, continuó con la estrategia de dominio y control británica. Estados Unidos desarrolló sus intereses geopolíticos en el Medio Oriente que, de igual manera, han influido en su política en la región hasta hoy día.

El petróleo se convirtió en un recurso estratégico fundamental en la posguerra. Garantizar el acceso a estas reservas y controlar los precios del petróleo fue un interés primordial. La creación de alianzas con países productores de petróleo, como Arabia Saudita, se convirtió en una parte importante de la política estadounidense en la región.

Contención del comunismo y la influencia soviética en el Medio Oriente, incluyó la creación de aliados estratégicos como Israel, Arabia Saudita, Irán y Turquía, que proporcionaron bases militares, recursos estratégicos y apoyo a las políticas estadounidenses en la región.

Algo esencial ha sido la promoción de la inestabilidad regional a través de choques entre los países árabes y los judíos en el Medio Oriente. Esto implicó la alimentación de conflicto que llevaron a la rivalidad entre estados como los casos de Irak vs Irán, Pakistán vs la India, Arabia Saudita vs Irán o creación de grupos terroristas como Al-Queda y otros más. La construcción de esos elementos de desestabilización para el control de la balanza de poder, les permitió ejercer un liderazgo amenazante regional. Como es el caso de la posesión del arma nuclear por Israel sin permitirles a otros poseerlas.

Por esa razón, ni persas (Irán), turcos o árabes han logrado destruir a Israel. Más bien han sido penetrados por los servicios de inteligencia occidentales e israelí en función de dividirlos y debilitarlos en cuanto su posición de unidad árabe en apoyo a Palestina. El más crudo ejemplo de operaciones de inteligencia ha sido el asesinato de Yasser Arafat y la creación del grupo Hámas para socavar la unidad palestina y el prestigio de su lucha por su forma radical.

Si observamos con atención, cada vez que Hámas realiza una acción contra Israel, la respuesta del gobierno sionista es asimétrica en cuanto a destrucción de infraestructura y cantidad de vidas humanas, sobre todo el de niños palestinos. Estas acciones le sirven de excusa a la medida para el genocidio, destierro de los palestinos y acumular una fuerza militar cada vez más destructiva.

Se especula mucho que esta vez los servicios de inteligencia no vieron venir el ataque de este mes, pero como respuesta el gobierno sionista amenazó que si 1.5 millones de sus pobladores no salían de Gaza lo lamentarían toda la vida, continuando así su estrategia de desocupación y usurpación del territorio palestino.

En conclusión, ha sido Inglaterra, los EEUU y el capital judío global, los que han facilitado la “Tierra Prometida” a Israel a costa del martirio y exterminio del pueblo palestino. Lo han armado hasta los dientes y permitido que cometa los niveles de genocidio de manera impune contra ese pueblo. Por eso, hasta hoy día Israel se ha dado el gusto y antojo de no acatar el 95% de las resoluciones de la ONU a favor de permitir el retorno a su tierra de millones de palestinos disgregados por todo el planeta y mucho menos de la construcción de un Estado Palestino. El holocausto palestino continúa y su resistencia también.

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