
Manuel Espinoza, director del CREI en Negocios TV (España)
Manuel Espinoza, director del CREI en Negocios TV (España)
Jorge Alejandro Suárez Saponaro (Distinguido Analista Internacional – Argentina) Colaborador del CREI
https://deyseg.com/analysis/1437
Omán es un actor poco conocido fuera del Próximo Oriente, pero por su posición geográfica, tiene un alto valor geopolítico, especialmente por el control de la península de Musendam, que cierra la entrada al Golfo Pérsico
Ha sido noticia estos últimos días por las negociaciones que se llevarán a cabo en su capital, Mascate, entre Irán y Estados Unidos por el programa nuclear. Estamos frente a un país con una rica historia.
Omán es un país de 309.500 km2 y una población 4.5 millones de habitantes (80% musulmanes) con una importante proporción de población extranjera (50%), inmigrantes vinculados a la industria petrolera y servicios asociados. El grado de tolerancia religiosa existente se debe a la visión del Islam ibadí, permite que existan iglesias donde se practique abiertamente su culto. Una política exterior pragmática, le ha permitido maniobrar en una región altamente conflictiva, la solidez de las instituciones ha facilitado una transición ordenada con la llegada del nuevo sultán Haitham bin Tariq al-Busaíd, que asumió el poder en un mundo complejo, entonces afectado por la pandemia COVID, y en el plano regional, una creciente escalada por la competencia por la supremacía regional por parte de Arabia Saudita e Irán. La estabilidad del país y su seguridad, dependen de mantener la peculiar política exterior del fallecido sultán Qabus, y poder reconvertir la economía, que muestra signos de extrema vulnerabilidad por los altibajos del precio del petróleo, principal recurso del país, y que por cierto en un futuro no muy lejano se agotará. Esto impulsó sectores vinculados con la minería (con participación del estado), producción de hidrógeno verde, que se inserta en una estrategia nacional, donde las autoridades omaníes, buscan posicionar al país como líder en este campo.
El país apuesta a desarrollos para promover la transición energética y el potencial minero, ofrece importantes posibilidades para las industrias vinculadas con la producción de automóviles eléctricos. Esto genera un especial interés por parte de China. La cooperación entre ambos países se traduce en el impulso del Parque Industrial de Duqm y también tiene su vertiente militar, donde existe el interés de Pekín de establecer una base militar.
La posición geográfica es una de las grandes fortalezas de Omán, es la conectividad a través de los puertos de Mascate, Duqm, Salalah y Sohar, especialmente con la costa oriental de África, la India y el Extremo Oriente. Los importantes intereses marítimos, no tienen su correlato en la capacidad de defenderlos. Omán apuesta convertirse en un centro logístico y de comercio marítimo internacional. La Visión 2040, documento que fija los objetivos nacionales del país, impulsó inversiones en puertos y los estudios para conectar por ferrocarril a Omán con Emiratos Árabes Unidos, teniendo como objetivo reducir la vulnerabilidad del paso de mercaderías por el “inflamable” Estrecho de Ormuz.
El ibadismo, corriente dominante en el Islam omaní desde hace centurias, ha sido un verdadero seguro contra la expansión de ideas radicalizadas que afectan a los países del área. Ningún omaní ha sido parte de los movimientos terroristas o insurgentes que operan en la región. La transición ordenada con la muerte del sultán Qabus, puso en evidencia la estabilidad de las instituciones por el mismo promovidas. Las fuerzas armadas son políticamente neutrales y tienen un buen nivel de profesionalismo, aunque por sus capacidades, no están a la altura de lidiar con el desafío iraní. El nuevo sultán, sabe del peso que tienen las fuerzas armadas en la estabilidad del país, no en vano, eligió a su hermano Sayyid Shihab bin Tariq para presidir el Consejo de Defensa, manteniendo este organismo de gran importancia, bajo control directo de la familia real, acompañado con la designación de nuevos altos mandos militares de su confianza tales como el comandante de la Guardia Real y de la Fuerza Especial, unidad de elite militar, que depende directamente del monarca.
Mascate, capital de Omán.
Las limitadas capacidades militares, impulsó la acertada política de neutralidad y promoción del diálogo, además de estrechar vínculos con Estados Unidos, Gran Bretaña (país con el cual conserva una relación estrecha) y potencias emergentes como India o China. Esto permitió convertir a Mascate en la capital de la “mediación” de la región, donde la familia reinante, caracterizada por su moderación, impulsó canales de diálogo en la competencia geopolítica entre Irán y los sauditas, y en el conflicto de Yemen. A pesar de la activa participación de la diplomacia omaní en la crisis de Siria, Yemen, el programa nuclear iraní, no mantiene relaciones diplomáticas con Israel, incluso desde la llegada al gobierno de la coalición liderada por el primer ministro Netanyahu. La “potencia diplomática” de Omán, quedó reflejado en las conversaciones preliminares el 12 de abril de 2025, entre el titular de exteriores iraní Abbas Araghchi y el enviado especial de la Casa Blanca Steve Witkoff, donde el régimen de Teherán las calificó de “constructivas”.
En el plano interno, el nuevo sultán, tiene como principal desafío diversificar la economía, atada al petróleo, a pesar que el país tiene menores reservas que los otros países del Golfo. El desempleo ha crecido y las tasas de crecimiento, con un tímido 2.2% en 2020, afectan los proyectos de diversificación de la economía, y generar suficientes empleos para una creciente población joven. El país ha buscado por medio de acuerdos con China e Irán, inversiones y apoyo al desarrollo de un importante parque industrial.
Parque industrial de Duqm.
Un país con una larga historia
Las costas de Omán eran conocidas desde tiempos antiguos, como fuente proveedora de cobre y diorita. Entre los siglos VI–IV a.C., el territorio estuvo influenciado por el imperio persa, que ejerció control en la franja costera. Los imperios parto y sasánida, que controlaron Irán, también hicieron acto de presencia en la zona. La cultura persa influenció en las poblaciones locales, les dieron una impronta peculiar frente a otros grupos árabes de la región.
El Islam se hizo presente en el siglo VII, estando en vida el propio Profeta Mahoma. En el año 751, con la caída de los Califas Omeyas, y la llegada de los abásidas en Bagdad como nuevos Califas, la corriente Ibadí del Islam se extendió rápidamente en el territorio del actual Omán e implanto el régimen del imanato, independiente del poder de Bagdad. Los ibadíes, una rama conservadora moderada, tiene como características la elección de los gobernantes por medio de consensos y consentimiento popular. En los siglos X y XII, el territorio fue controlado por la secta de los qármatas, seguido por los buyíes, y los turcos selyuquíes. En el siglo XII, más precisamente en el año 1154, tomó el poder la dinastía Nabhani, que rigió los destinos del país por varios siglos.
Sultán Qabus. Fallecido. Gran artífice de la política exterior omaní.
En 1515, los portugueses arrebataron Mascate a los imanes de Omán, y permanecieron allí hasta 1650, cuando fueron expulsados por los omaníes. El valor estratégico de las costas de Omán, fue rápidamente identificada por los lusitanos. Esto les permitió utilizar el país como “cabeza de puente” hacia la India. Los otomanos controlaron la zona entre los años 1550-51 y 1581-88. La dinastía Nabhani fue restaurada hacia el 1600, para luego ser sustituidos en 1624, por los imanes yarúbidas. Los gobernantes de Omán, una vez expulsados los portugueses se lanzaron al mar, creando un imperio marítimo que se extendió a las costas del sur de Irán, Pakistán, África Oriental, teniendo allí como principal posesión Zanzíbar. Las especies y el tráfico de esclavos fueron base de la economía omaní. Cabe destacar que los imanes adoptaron también el título de sultán, por razones de prestigio e influencia política.
El siglo XVIII encontró al país inmerso en conflictos dinásticos, que favoreció la conquista iraní de los puertos de Mascate y Sohar. En aquel tiempo, el país era ambicionado por británicos y holandeses. Una rebelión contra la dinastía pro iraní local, llevó al clan Al Said hacerse con el poder y con el título de sultán de Mascate en 1748. En 1798, los británicos suscribieron un tratado de amistad con Mascate. Las tribus del interior, resistieron el poder cosmopolita de Mascate, y a lo largo del siglo XIX, hubo enfrentamientos para imponer el imanato en todo el país. La prohibición de la esclavitud, arruinó la economía marítima de Mascate, junto al estallido de conflictos dinásticos. La decadencia económica afectó el reinado del sultán Said Ibn Sultán entre 1839-1844. Este intentó en vano en alcanzar acuerdos con Turquía, Francia y Estados Unidos, en un intento de zafar de la influencia británica, pero Londres contraatacó e impulsó la disolución del imperio marítimo omaní, en 1856, como consecuencia de las luchas por el trono de Omán. A instancias de los británicos, una rama de la dinastía se quedó con Zanzíbar y las posesiones de África Oriental, mientras que la otra rama bajo el título de sultanes de Omán y Mascate, veían reducidas sus posesiones al territorio actual del país y el puerto de Guadar en el sur de Pakistán.
Imperio omaní en 1856.
En 1891 por medio de un tratado de amistad y comercio, el sultán Faisal ibn Said, abrió las puertas para establecer el protectorado británico. Esto generó tensiones con las tribus del interior, a principios del siglo XX no pagaban tributos y en 1915, entraron en rebelión. A pesar del envío de tropas anglo indias, estas no pudieron contener la revuelta.
El régimen del imanato controló el interior del país, consolidando su independencia de hecho en 1920, y teniendo como sede de gobierno la localidad de Nizwa, a pesar que los soberanos ostentaban el título de Sultán de Mascate y Omán. Los británicos, en su política de divide y reinarás, reconocieron al imanato, por medio del Virrey de la India. En 1954, el imán de Omán, Ghaleb ibn Alí, lideró una rebelión, cuando el sultán de Mascate intentó hacer valer su autoridad en interior del país. Esto iba de la mano con la extensión de la influencia británica, que tenía intereses petrolíferos en la región controladas por los imanes. Ghaleb ibn Alí luchó en vano en El Cairo para hacer valer sus derechos ante la Liga Árabe, e incluso el conflicto fue llevado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas e intervino la citada Liga, para mediar entre las partes. Egipto y Arabia Saudita, apoyaron políticamente al Imanato de manera abierta, lo que incentivó a de alguna manera la revuelta. Los sauditas además de apoyar a los rebeldes, tenían un conflicto fronterizo con Mascate, que llevó a un enfrentamiento armado por el control del oasis de Buraimi, en 1955, entre tropas británicas que protegían al sultán y fuerzas sauditas. En ese mismo año, Omán quedó en manos de una sola autoridad, el sultán de Mascate. La rebelión finalizaría definitivamente en 1959, con auxilio de tropas británicas. En los años 50, el puerto de Guadar, ubicado en la costa de Pakistán, fue vendido a este país, desapareciendo el último vestigio del antiguo imperio marítimo omaní.
En los años 60 fue creado en la región de Dhofar fronteriza con el antiguo Yemen del Sur, el Frente de Liberación de Omán. El crecimiento de la rebelión, puso en entredicho el control del país por parte de las autoridades omaníes. En 1970, el impopular sultán Said bin Taymur, fue derrocado y exiliado por su hijo Qabus bin Said Al Said. Este encontró un país pobre, con altos niveles de analfabetismo y un creciente descontento social. Rápidamente inició una serie de mejoras sociales, y lanzó una ofensiva contra los rebeldes de Dhofar con apoyo británico. Luego Irán envió ayuda (que estaba en manos del régimen del Sha) llegando a desplegar unos 4.000 efectivos. En 1971, los británicos se retiraron del país, cesando el régimen de protectorado, convirtiéndose en un estado plenamente independiente. El sultán Qabus, mantuvo el régimen autocrático heredado de su padre, pero buscó equilibrios entre las distintas tribus e impulsó mejoras en salud, educación e infraestructura.
Las guerrillas del Dhofar aparecieron en 1980, con mayor solidez ideológica, lo que motivó el acercamiento con el régimen de Yemen del Sur, con el objetivo de encontrar una salida negociada al conflicto. En estos años, el país mantuvo una activa política exterior con el claro objetivo de preservar la estabilidad regional y garantizar su propia libertad de acción. Esto llevó a permitir el despliegue de fuerzas de Estados Unidos, y mantener estrechos lazos con la Casa Blanca, además con la antigua metrópoli, Gran Bretaña. El triunfo de la Revolución Iraní, incrementó el valor estratégico del país. El control de la península de Musandam, que cierra el Estrecho de Ormuz, cuello de botella, donde transita miles de petroleros todos los años, transformó a Omán de especial interés para las potencias occidentales.
El sultán retuvo gran parte del poder, asistido en su gestión por un consejo de ministros y un consejo consultivo, con funciones de presentar proyectos legislativos. Ambos organismos eran designados por el monarca. A pesar de ser una monarquía absoluta, el país, se mantuvo estable y con una política exterior independiente, sin dejarse influir por el poderoso vecino saudita, como quedó reflejado en la guerra Irán Irak, donde el sultán Qabus, se mostró favorable a buscar una salida negociada del conflicto, a diferencia de la mayor parte de los países árabes que se alinearon con el dictador iraquí Saddam Hussein. Ejemplo de ello fue el mantenimiento de las relaciones diplomáticas con Egipto, que se convirtió en un paria con la paz con Israel en 1978. En 1991 participó en la Guerra del Golfo, bajo mandato de Naciones Unidas, rompiendo con la tradicional política de neutralidad el sultanato.
En 1996, comenzó una tímida apertura política, con la elección por voto popular del Consejo Consultivo. Asimismo, el sultán creó un Consejo de Estado, como cámara alta, para balancear poder con la cámara electa, incluyendo en su composición a cinco mujeres. El país no cuenta con una constitución, sino está regido por una serie de normas fundamentales, destacándose el estatuto dictado en su momento por el fallecido sultán Qabus.
En la llamada Guerra contra el Terrorismo, impulsada por Estados Unidos desde 2001. Omán apoyó a la coalición que invadió Afganistán, permitiendo que tropas de Estados Unidos puedan usar bases omaníes. Una peculiaridad, es que el país ha permanecido ajeno a la violencia extremista, que azota a los países vecinos. El régimen ha sabido dar respuestas a los reclamos de la sociedad, como experiencia del conflicto del Dhofar, donde en su momento, el gobierno respondió no solo con el empleo de la fuerza, sino con políticas de desarrollo y mejoras sociales.
El sultán Qabus, tuvo un rol diplomático importante en la región, fomentando el diálogo. Podemos calificar que su política exterior ha sido pragmática y realista. Respecto al vecino Irán, mantuvo relaciones desde el inicio de la misma Revolución Islámica. Incluso promovió mecanismos de diálogo tripartitos entre Arabia Saudita, Irán y Estados Unidos. El país fue sede en 2012, de encuentros entre funcionarios iraníes y estadounidenses, con la finalidad de implementar el llamado Acuerdo nuclear. En el marco del plan nuclear iraní, con el riesgo de que Teherán se hiciera con el arma atómica y su impacto en la seguridad regional, el sultán Qabus, ofreció sus buenos oficios en 2015. En 2018, cuando el presidente Donald Trump, retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, Qabus, ofreció servir de canal secundario para reducir la tensión. Omán controla la península de Musandam, un enclave que “cierra” el Estrecho de Ormuz, y las maniobras militares iraníes, preocuparon a Mascate, dado que una escalada de conflicto, afecta directamente a su seguridad e intereses estrechamente vinculados con el tráfico marítimo en la región.
El país se mantuvo al margen de la Primavera Árabe, gracias a la estabilidad del régimen, el consenso social que tiene la monarquía y la política de reformas económicas y sociales, sin tocar las instituciones del país, controladas en todo aspecto por el sultán. Hubo manifestaciones, por temas económicos y la corrupción de altos funcionarios. El gobierno no reprimió, aunque hubo arrestos de activistas, tomó nota de los reclamos y lanzó una serie de cambios, aplacando los ánimos. A pesar de formar parte del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico, Omán se mantuvo siempre independiente de los dictados sauditas. El país conservó sus vínculos con el régimen sirio de al Assad, con Qatar. Se mantuvo neutral en los conflictos de Libia y Yemen. En este último caso, Estados Unidos, ha empelado a Omán como interlocutor con el gobierno de los rebeldes huzíes, especialmente ante el cese del fuego decretado por Arabia Saudita, que tiene como objetivo buscar una salida elegante de una aventura, que resultó un fracaso estrepitoso. Omán, ha sido empleado por agentes diplomáticos occidentales, para mediar en la toma de rehenes en la guerra yemení.
Guerrilleros del grupo marxista del Frente de Liberación de Omán.
En enero de 2021, murió el sultán Qabus, que marcó la política del país por 50 años. Esto despertó muchas suspicacias, dado que no tenía sucesores directos. Este hábil político, había previsto un mecanismo ordenado, para evitar luchas intestinas o un golpe. La elección del sucesor recae en la familia, pero Qabus, había dejado dos sobres escondidos, con los nombres de dos potenciales candidatos a sucederlos, que eran dos sobrinos suyos. Finalmente, en poco tiempo la familia real, eligió a uno de los candidatos sugeridos por el sultán fallecido, Haitham bin Tariq al-Sa’id. Un hombre formado en política exterior, egresado de la Universidad de Oxford. Es un personaje de temperamento reflexivo como su tío. Ocupó cargos en el Ministerio de Exteriores, y empezó adquirir experiencia de gobierno como ministro de Cultura y Patrimonio en 2002. En 2013 fue designado presidente del Comité Oman Vision 2040, organismo creado para diversificar la economía del país y buscar una transición que rompa con la tradicional dependencia de las exportaciones de petróleo.
El clima de tensión entre Irán y Estados Unidos, afecta la seguridad de Omán. En su momento, con la muerte del comandante de las fuerzas especiales Quds, general Soleimani, el riesgo de una operación de represalia iraní contra objetivos militares de Washington en el área, involucraba a Omán. Las actividades militares iraníes en la zona del Estrecho de Ormuz, motivaron a Omán, a permitir en su momento, el despliegue de fuerzas de Estados Unidos, en el estratégico puerto de Duqm, enviando un claro mensaje disuasivo. No obstante, Mascate, busca generar canales de diálogo y reducir las tensiones crecientes en el Golfo.
Imperio Moribundo
Renan Guevara (Analista Colaborador del CREI)
Especialista en Relaciones Internacionales
8 de febrero de 2025
Publicado por Dr. Suarez Saponaro
Distinguido Analista Internacional (Argentina) Colaborador del CREI
En diciembre de 2024, un terremoto generó serios daños al estado insular de Vanuatu, arrojando como salod decenas de muertos. Esto se desarrolló en el marco de una crisis política, que en tres años, el país tuvo cinco cambios de gobierno. La sociedad percibe vivir una situación de caos ante el deterioro del nivel de vida y de los servicios públicos esenciales.
El 17 de diciembre de 2024, un sismo de 7.3 afectó la capital del país, Port Vila, generando importante daños materiales y causando más de una decena de muertos. Infomes de la Embajada de Estados Unidos en la ciudad. En enero de 2025, otro sismo con epicentro a 36 km de la capital volvió a generar daños de importancia. El delito común y la violencia de género se incrementaron, agregándose la crisis política, donde la poblacion es escéptica, dado la inestabilidad institucional. En los últimos dos años, los primeros ministros duraron en sus funciones un promedio de un año. El país enfrenta el creciente problema que impone el cambio climático para las naciones insulares, los deficientes servicios básicos, especialmente en materia de salud e infraestructura. El electorado se moviliza por necesidades, más que por convicciones ideológicas, incluso por lo que aconsejaban los jefes de aldea. La tasa de abstención electoral para las elecciones de enero de 2025 alcanzó el 50%, dado las consecuencias del terremoto, donde muchos dejaron sus casas destruidas por el sismo.
Las divisiones políticas, llevan a coaliciones endebles llevaan a Jotham Napat, del Partido de los Líderes, a buscar formar aliados para poder formar gobierno, logrando a fines de enero un acuerdo entre los principales cinco partidos políticos. El citado político obtuvo nueve escaños de los 52 del Parlamento de Vanuatu, siendo el partido con mayor cantidad de bancas, pero insuficientes para formar gobierno. Solo una mujer, logró una banca, Marie Louis Paulette Milne, ex vice alcalde de Port Vila y esposa del ex primer ministro Moana Kalosil, que quedó afuera del Parlamento por no reunir los votos suficientes de su distrito, Efate. Su figura está muy erosionada, dado que estuvo preso por corrupción hasta 2017.
El éxito relativo del Partido de los Líderes respondíó a las promesas de mejorar la calidad de liderazgo político, de recuperar la confianza de la sociedad en los políticos. Este es gran desafío del 14º Parlamento.
En 2024 fue reformada la Constitución, con la idea de evitar el “transfuguismo” político, obligando a los parlamentarios a permanecer dentro del partido político por el cual fueron electos o en el caso de los independientes, seguir siéndolo hasta que finalicen su mandato. En caso contrario deben renunciar. Este cambio obedeció a los constantes cambios de los legisladores de partido, por mero oportunismo, provocando la caída de numerosos gobiernos.
El gran desafío reconstruir el país luego del terremoto y combatir las consecuencias más duras del subdesarrollo, destacándose que el 47% de los jóvenes tienen problemas con la finalización de sus estudios y afectados por el desempleo. El país depende de la ayuda externa, siendo el principal país donante, Australia. La inestabilidad política afecta la confianza de los países donantes o potenciales prestadores de ayuda como es el caso de China. El país sufrió un retroceso desde 2019, con la caída del 3% del PIB y una caída de los ingresos per cápita del 11%. El FMI prevé una tasa de crecimiento algo modest del 2%, cuando los expertos consideran que el país para romper con sus males estructurales, debería crecer al 7% anual. El país tiene bajos índices de productividad y los ingresos provienen de la venta de pasaportes, la ayuda externa y las remesas de los expatriados. La inversión gubernamental es muy baja en comparación con un gasto público siempre creciente. El fantasma de la inflación es otro serio problema para la economía del país.
La venta de pasaportes, una medida controvertida de Vanuatu – y que está imitando las Islas Salomón – es un mecanismo de ingresos con el objeto de atraer inversores. Se estima que 2.000 personas adquirieron el pasaporte de dicho país, estimándose que para acceder a dicho documento, tiene un costo de US$ 130.000, permitiendo a sus tenedores viajar al Reino Unido y la UE sin visado. En 2024, según el periódico británico The Guardian, el gobierno de Vanuatu recaudó con la venta de pasaportes US$ 100 millones. Esto no está exento de polémicas, dado que hay casos de personajes buscando por la justicia como los hermanos Cajee. Raees Cajee de 21 años, y su hermano de 18, Ameer, fundaron Africrypt, una plataforma de inversión en criptomonedas que, según dijeron los hermanos a los inversores en abril de 2021, había sido hackeada y sus tokens criptográficos habían sido robados. Los abogados de los inversores han alegado desde entonces que los hermanos “desaparecieron” con bitcoins valorados en aproximadamente 3.600 millones de dólares. Los hermanos buscados por la justicia sudafricana adquirieron la ciudadanía de Vanuatu entre 2020 y 2021. Un ex gobernador sirio, Alaa Ibrahim, cercano al clan al Assad, también solicitó su ciudadanía en Vanuatu, adquirió rápidamente un pasaporte, a pesar que la ley de dicho país, exige que los postulantes al pasaporte provenientes de Corea del Norte, Siria, Irak, Irán y Yemen, se requiere estar cinco años fuera de dichos estados. Milagrosamente Ibrahim y su familia lo obtuvieron. El citado medio británico, identificó diversos casos de poderosos magnates, que amasaron su fortuna de manera sospechosa obtuvieron pasaporte de Vanuatu.
Vanuatu como pais del Pacífico, está en un espacio de colisión de intereses entre Australia y China. Pekín ha realizado un importante esfuerzo para incrementar su influencia a través de inversiones, donaciones y créditos. Un caso peculiar fue la donación del lujoso palacio presidencial en Port Vila, junto con otros edificios oficiales, valuados en unos US$ 20 millones. La lista sigue con carreteras, un nuevo muelle, centro de convenciones y un estadio deportivo. El primer ministro Charlote Salwai, luego de la inauguración del nuevo palacio presidencial, viajó a China, donde suscribió una serie de acuerdos integrando a su país en la “Franja de la Ruta” en el marco de la gran estrategia de Pekín de extender su influencia en las redes de transporte y comercio global. Esta política de soft power, permite a los ciudadanos percibir a China como el principal donante de Vanuatu, cuando en realidad Australia sigue siendo el principal fuente de apoyo económico a los países del Pacífico Sur. La cooperación china abarca el ámbito de seguridad, dado que en los disturbios de 2023, personal policial china arribó a Vanuatu para asistir a la policía local. El flamante muello inaugurado en la capital del país, permitió el arribo en 2024 de un moderno destructor de la Armada china, el año anterior, un buque hospital del mismo origen brindó asistencia a la población local. La creciente influencia china, llevó a Estados Unidos a instalar una embajada en Port Vila, colocando a Vanuatu en el mapa de la creciente competencia geopolítico entre la Casa Blanca y sus aliados, frente a Pekín. Vale pena recordar que en relación a su PIB, Vanuatu es uno de los diez países más endeudados respecto a China.
Los líderes como la misma población ven con preocupación esta creciente competencia geopolítica que traduce en un incremento de las presiones de los bandos en pugna, lo que alimenta la inestabilidad y la vulnerabilidad de los estados insulares del Pacífico.
45 años de independencia.
Vanuatu es una república parlamentaria. El jefe del estado electo por un colegio electoral, tiene funciones meramente ceremoniales. El gobierno es ejercido por un primer ministro designado por el Parlamento de 52 diputados renovados cada cuatro años. Existe un Consejo Nacional formado por representantes de jefes de aldea, poniendo en evidencia que los liderazgos tradicionales tienen una fuerte influencia en la política de Vanuatu. El país se divide en seis provincias que tienen sus autoridades locales electas y cierto grado de autonomia.
La capital del país es Port Vila, que constituye un archipiélago de 12.189 km2 y 335.000 habitantes. La mayoría de la población es de origen melanesio – Ni Vanuatu – seguido por minorías asiáticas, europeos y mestizos. La escasa demografía del país convive con 138 lenguas. Los idiomas oficiales son el bislama, una lengua criolla basada en lenguas melanesias, inglés y aportes del francés; inglés y francés. El primero, es una lengua franca empleada en las poblaciones urbanas y de manera creciente en áreas rurales. La mayor parte de la población es cristiana, mayoritariamente protestante.
La economía del país, muy dependiente de la ayuda externa, se sustenta en exportaciones agrícolas, especialmente copra, cacao, carne vacuna y pesca. La minería, donde el manganeso era el producto estrella, su explotación cesó en los años 80. La venta de pasaportes es un negocio lucrativo, no exento de polémicas. El régimen fiscal especial, permitieron que Vanuatu se transforme en un paraíso fiscal y muchas empresas navieras registran sus buques bajo el concepto de “pabellón de conveniencia”.
Los primeros habitantes austronesios arribaron al país entre 1100 a.C y 700 a.C, pertenecientes a la cultura Lapita. Desde 2008 los sitios arqueológicos de esta cultura son patrimonio de la UNESCO. La llegada de los melanesios permitió el desarrollo de la peculiar identidad “Ni Vanuatu” conservando los idiomas traídos por los austronesios. Los contactos con los europeos se remontan a 1605, cuando los españoles se instalaron por un breve período. En 1768 el gran navegante francés Louis Antoine Bougainvile recorrió las islas. En 1774 las islas fueron visitadas por el legendario capitán inglés James Cook. Entre 1825-1830 el comercio de sándalo atrajo a inmigrantes europeos que entraron rápidamente en conflicto con los nativos. La extinción de la madera de sándalo, terminó con el negocio tan lucrativo con China.
La necesidad de trabajadores para las plantaciones en Fiyi, Samoa y Australia, atrajeron a numerosos traficantes, que llevaron millares de hombres que eran reducidos a la servidumbre y bajo duras condiciones de trabajo. Finalmente este tipo de trata fue prohibido a principios del siglo XX. Las enfermedades importadas por los europeos diezmaron a los nativos. En 1838 comenzaron arribar misiones católicas y protestantes. A fines del siglo XIX, colonos británicos y franceses estaban instalados en varias islas. En 1887 hubo un acuerdo de supervisión de la seguridad conjunta entre Reino Unido y Francia, hasta llegar al acuerdo de 1906 que estableció el régimen de Condominio de las Nuevas Hébridas. Las potencias establecieron sus áreas de influencia donde impusieron su idioma, leyes e instituciones completamente separadas. Los nativos eran ciudadanos de segunda y sujetos abusos laborales. Durante unos años fueron traidos varios miles de vietnamitas a trabajar en las plantaciones en condiciones duras, siendo repatriados luego de la Segunda Guerra Mundial.
Las Nuevas Hébridas tenían pocos organismos conjuntos, como el Tribunal Conjunto, destacándose que su presidente era elegido por el rey de España. Los nativos no tenían ciudadanía de ninguna dos administraciones, eran apátridas. Los gobiernos francés y británico estaban representados por Residentes. Teóricamente la policía, los servicios postal y otros servicios públicos eran comunes.
La Segunda Guerra Mundial, por la posición de las islas, trajo aparejado la llegada de 50.000 soldados de Estados Unidos, esto generó un impacto en los nativos, que fueron mejor tratados por los nuevos ocupantes. En el lado francés el gobierno pro Vichy, en 1941 se rindió ante una fuerza australiana, que trajo al comisionado pro Francia Libre Henri Sautot. En la isla Tanna, un tal John Frum, como representante de Karaperamun, dios del Monte Tukosmeru. Este personaje tiene carácter mítico, no se tiene certeza si existió. Según la tradición habría un cataclismo por el cual la isla se volvería plana y el volcán caería creando fértiles llanuras, uniendo a las islas. John Frum (tomado de la frase “John From America”) aparecería dando origen al reino de la felicidad, donde los nativos no tendrían que trabajar y los blancos se irían. Para acelerar su llegada, había que deshacerse de las costumbres europeas, incluyendo el uso del dinero. El jefe Neloaig (Ñelawihang) en el norte de la isla se proclama John Frum, Rey de América y Tanna. Los nativos abandonan las misiones y crece el sentimiento anti europeo. Los británicos desarmaron a los nativos y detuvieron a muchos antoproclamados “John Frum”. No obstante, la creeencia permitió una activa participación de los locales en la construcción de aeródromos, creyendo que las ayuda americana venía en verdad desde un lugar mítico. En Tanna, el príncipe de Edimburgo, en los años 50, fue proclamado dios, dado que consideraban que su vida era coincidente con la mitología local, que un hombre cruzaba el mar para casarse con una mujer poderosa (la reina Isabel II).
El regreso de la administración colonial trajo aparejado ciertas mejoras en los servicios públicos, incorporación de los isleños en un Consejo Asesor, luego denominada Asamblea Representativa. Francia buscaba perpetuar su presencia a diferencia de los británicos que buscaban salir de su antiguo imperio colonial. París estaba preocupada por el efecto contagio que podría tener la descolonización de las Hébridas sobre Nueva Caledonia. La cuestión de las tierras, fue objeto de disputas con los nativos, dando origen al movimiento Na Griamel, para frenar el avance sobre tierras aborígenes. Este grupo posteriromente recibiría dinero de la Fundación Phoenix con sede en Estados Unidos, que buscaba crear “estados libertarios”, agregándose que los franceses verán este grupo político un arma contra el VP para retrasar la independencia de Nuevas Hébridas. En 1971 Na Griamel hizo una presentación a Naciones Unidas para evitar que tierras nativas fueran vendidas a intereses estadounidenses. En 1972, en el sector anglofóno se fundó el Partido Nacional O NHNP, luego denominado Vanua’aku Pati (VP) (Our Land Party), liderado por el pastor protestante Walter Lini en 1977, considerando en su agenda política la idea de una vía al “Socialismo Melanesio”. Los intereses franceses fomentaron la creación de Union des Communautés Néo-Hébridaises, que se integró a la Unión de Partidos Moderados, junto con partidos anglofónos moderados.
En los años 70 se observa el desarrollo del turismo, un régimen de paraíso fiscal y para 1974 la creación de un parlamento. El NHNP (luego conocido como VP) ganó las elecciones y adoptó acciones abiertamente pro independencia en 1977. En ese año fue convocada una conferencia donde participaron Francia, Reino Unido y los partidos isleños para fijar una hoja de ruta para la independencia, fijada para el añoi 1980. Las tensiones entre París y Londres respecto al Condomino. se enfrentaran, y tras las elecciones de noviembre de 1977 donde los Modérés se impusieron ante el boitcot de VP, e incluso el VP proclamó el gobierno provisional popular, que terminó en disturbios en la capital Port Vila.
En 1978 fue creado el Consejo de Ministros y se adoptaron mayores medidas para el autogobierno. En ese año fue designado jefe de gobierno Georges Kalsakau, acompañado con medidas de unificación de los servicios administrativos y públicos del Condominio. Los franceses por las tensiones independentistas en Nueva Caledonia, se resistían a la independencia inmediata del territorio, sino que buscaron ganar tiempo, para tener una mayor influencia en la población. En las elecciones de noviembre de 1979, el partido VP es el vencedor y Nagriamel solo obtuvo un diputado. Walter Lini en carácter de primer ministro buscaba una independencia rápida, llevando a muchos colonos a considerar que la salida era la separación de Espíritu Santo, para preservar sus intereses. Meses previos a la independencia hubo tensiones separatistas en la isla citada y en Tanna.
El 30 de julio de 1980, Nuevas Hébridas dieron paso a la República de Vanuatu, con Walter Lini, como primer ministro. Esto generó resistencias en la isla Espíritu Santo, mayoritariamente francoparlante. Colonos franceses e intereses de Estados Unidos apoyaron al grupo Na Griamel, que proclamó por un breve tiempo la República de Vemarana, bajo el liderazgo de Jimmy Stevens. Los británicos enviaron una pequeña fuerza de marines para restablecer el orden. En la isla de Tanna también estalló una rebelión – en 1974 intentó separarse de la mano del aventurero Antoine Fornelli – proclamando la Nación Tafea, cuya existencia terminó con el envío de dos gendarmes franceses apoyado por policías nativos y milicianos en pocas horas. En 1980, la nueva rebelión terminó con la intervención de tropas británicas. El 28 de mayo rebeldes en Luganville tomaron la ciudad, detuvieron al comisionado y empleados locales, la estación de policía es capturada por nativos armados con archos y flechas. El 1 de junio Jimmy Stevens proclama un gobierno provisional. Unos 2.000 residentes británicos y nativos angloparlantes dejan la isla. En otros puntos del archipielago. El gobierno de Vanuatu buscó negociar con los rebeldes sin éxito. A pedido de Walter Lini, llegaron fuerzas de la Gendarmería francesa y una compañía de marines británica. Los franceses al tomar conocimiento del envío de infantes de marina británicos, optaron por retirar sus gendarmes y enviar unos 200 paracaidistas. Finalmente franceses y británicos se pusieron de acuerdo, enviaron 100 efectivos cada uno y tomaron el aeropuerto de Luganville, sin resistencia alguna y organizaron un perimétro defensivo en torno al mástil donde ondeaba la bandera de Vanuatu. Finalmente las fuerzas se retiraron el 18 de agosto, luego de realizar la recuperación simbólica del territorio, mientras los rebeldes controlaban el interior.
La retirada de las tropas británicas y francesas, fue reemplazada por un acuerdo de Defensa con Papua Nueva Guinea. Michael Somare, primer ministro de dicho país, encontró la posibilidad de asumir el liderazgo sobre los países melanesios, reemplazando a Fiyi. Por otro lado la crisis separatista de Bougainville, planteaba un escenario de empleo del pequeño e inexperto ejército papú. La crisis de Vanuatu era una oportunidad para entrenar a los soldados papúes. Australia brindó apoyo logístico y asesoramiento en el despliegue del batallón enviado a Port Vila, bajo la cobertura de participar en la celebración del día de independencia, para terminar con la crisis separatista de Espíritu Santo. Las fuerzas papúes arribaron a Luganville sin resistencia, en su avance encontraron una débil resistencia de milicianos armados con carabinas de la Segunda Guerra Mundial. En otro punto del territorio desde una patrullera de la pequeña marina de Papua Nueva Guinea, desembarcaron un pelotón de soldados. Finalmente Jimmy Stevens y 70 partidarios fueron capturados por las fuerzas de la “Kumul Force”. El 27 de septiembre de 1980, la guerra de los “Cocos” como la prensa habló burlonamente de la crisis, terminó con tres soldados papúes muertos. Más de dos mil personas fueron detenidas, tanto la policía como las fuerzas de defensa de Papua Nueva Guinea protagonizaron brutalidades contra los separatistas. Jimmy Stevens, fue condenado a 14 años de cárcel. Logró escapar a Nueva Caledonia en 1982, recapturado y de regreso a Vanuatu, sería liberado en 1991, luego de la entrega simbólica de 20 cerdos. En 1994 murió en Vanuatu. Las relaciones con los franceses fueron tensas, a tal punto que el primer ministro Lini deportó a muchos colonos hubo retiro de embajadores e incluso apoyó abiertamente al grupo separatista de los kanakos en Nueva Caledonia. Recién en 1988 las relaciones entre Francia y Vanuatu se normalizaron.
La cuestión de las tierras fue objeto de regulaciones, restringiendo el acceso a los extranjeros, junto con limitaciones para el acceso a la ciudadanía de los colonos, reservándose solo para los Ni Vanuatu. Las necesidades económicas del país, terminaron con esta política y terminaron con la polémica venta de pasaportes. A fines de los 80, una crisis constitucional, donde el presidente Sokomanu intentó derrocar al primer ministro Lini, terminó en disturbios con la intervención de Nueva Zelanda y Australia. En 1991 los francoparlantes se hicieron con el gobierno hasta 1998.
Por Christian Lamesa (Argentina) Destacado Analista Internacional colaborador del CREI
Con Cristian Lamesa Destacado Analista Internacional ( Argentina) Colaborador del CREI
¿Qué consecuencias pueden tener para Netanyahu y el sionismo las fricciones dentro del gabinete para la aprobación de la tregua con HAMAS? El sionismo se aproxima a aceptar una tregua con la resistencia Palestina, es la segunda que aceptaría en menos de un mes, la primera fue con la Resistencia de Hezbolá en el Líbano, aunque en condiciones diferentes, sea cual sea la circunstancia, es un revés para los objetivos israelíes en la región, que es la eliminación de los Movimientos del Eje de la Resistencia. Qatar, el recurrente negociador, lo confirmó y el presidente electo de EEUU, Donald Trump, se atribuyó buena parte del “logro”, lo propio hizo la administración saliente, la de Joe Biden, que en sus manos tuvo la oportunidad de cortar la ayuda de Washington a Tel Aviv en los más de 15 meses, pero guardar silencio y seguir con el envío de pata y armas era su mejor opción. Hamás y la Yihad Islámica ya aceptaron el acuerdo, mediado también por EEUU y Egipto, sin embargo, se espera que en las próximas horas el gabinete del sionismo lo apruebe con 9 de los 11 ministros, pues Benjamín Netanyahu no necesita la totalidad de los representantes de las carteras para la aceptación y posterior entrada en vigor del cese. Lo cumbre para Netanyahu es lo que pudo haber logrado negociar dentro de su gabinete para la aceptación, pues el permanente rechazo de Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, los titulares de finanzas y seguridad nacional, respectivamente, podría hacer tambalear su coalición de gobierno, imponiendo desafíos judiciales para el Premier. El foco queda ahora en el más que seguro recrudecimiento los ataques sionistas contra los civiles en la Franja de Gaza, antes de la aprobación, pues Israel no escatimaría hasta el último minuto para mantener los bombardeos contra zonas civiles. Lo poco que ha dejado ver la mediación sobre los puntos de las conversaciones deja una hermética tregua de la que no se sabe la duración, o los alcances políticos que pueda tener; militarmente se centra sólo en la Franja de Gaza, porque en la Cisjordania ocupada, el sionismo ha recrudecido los ataques, tanto de militares como de colonos, contra los palestinos. En esta edición de Detrás de la Razón analizamos el hermetismo del sionismo para aceptar la tregua y las negociaciones de último minuto que debió hacer el Premier Benjamín Netanyahu, para lograr que la mayoría de sus ministros aceptaran la propuesta.