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Estados Unidos: un abismo en el centro. Por: Atilio Boron (Argentina)

https://www.pagina12.com.ar/781513-estados-unidos-un-abismo-en-el-centro


La rotunda derrota de Kamala Harris (foto) en la reciente elección presidencial de Estados Unidos certifica, por enésima vez, que cuando una sociedad ha sido ganada por una generalizada crispación las propuestas tibias, moderadas, evasivas como las planteadas por la candidata demócrata son el seguro camino para sufrir un aplastante revés electoral. El malhumor social producido por frustraciones de tipo económico o político; o por el temor perversamente infundido por la clase dominante; o por el odio direccionado en contra de categorías sociales estigmatizadas, los inmigrantes de origen latino en el caso norteamericano, hace que la ciudadanía sea atraída por quienes mejor sintonizan con su enojo y su frustración. Y Trump apareció ante los ojos de millones como alguien dispuesto a poner fin a ese estado de cosas. Conclusión: cuando las circunstancias sociales están signadas por la inmoderación. la moderación se convierte en un pecado. Y la candidata demócrata lo cometió.

Harris ciertamente corrió con desventaja. Entró muy tarde en la campaña, producto del inesperado derrumbe de la candidatura del presidente Joe Biden después del fatídico debate con Donald Trump. Para colmo de males, su gestión como vicepresidenta tuvo un tono grisáceo que poco o nada colaboró para construir una imagen presidenciable y atractiva ante los ojos de la opinión pública. Y una sociedad bombardeada por la continua prédica catastrofista de la ultraderecha, azuzados sus peores instintos tribales por el demencial conspiracionismo de Trump y sus voceros hablando de un país “invadido” por indeseables extranjeros, mal podía prestar su apoyo a quien era vista como corresponsable de tan infausta situación, habida cuenta de su condición de vicepresidenta de Estados Unidos.

Los demócratas y sus partidarios en el establishment académico y en el corrupto ecosistema mediático confiaban que dado que “los números de la macro” eran positivos la población recompensaría a sus gobernantes ratificando la continuidad del liderazgo demócrata. Pero tal como lo sabemos muy bien en la Argentina, el hecho que ciertos “números de la macro” luzcan como muy favorables poco o nada tienen que ver con las condiciones concretas de vida imperantes en una sociedad. Esto es especialmente cierto en Estados Unidos, el país con la peor distribución del ingreso entre los capitalismos desarrollados y caracterizado por un persistente aumento de la desigualdad. Ejemplo: el CEO que en 1965 ganaba veinte veces lo que un trabajador promedio de su empresa en 2018 había logrado que sus ingresos fuesen 278 veces superiores al de sus operarios, y la cifra siguió aumentando después de la pandemia. Los hogares de clase media que en 1970 captaban el 62 % del ingreso nacional, para el 2018 su participación se había desplomado al 43 %. Con estos guarismos a la vista Bernie Sanders, reelecto senador por Vermont, dijo que nada de sorpresivo tuvo esta derrota porque el partido Democrático abandonó a la clase trabajadora, y ésta hizo lo propio con ese partido y en gran medida pasó a conformar las huestes plebeyas de Trump.

La suicida corrida hacia la derecha de los Demócratas facilitó la aplastante victoria del magnate. En varios temas claves era muy difícil discernir cuál era la diferencia entre éste y su adversaria. Harris y el magnate neoyorquino competían a ver quién respaldaba con más énfasis el genocidio perpetrado por el régimen sionista en Gaza, el Líbano y Siria. Harris inclusive era más guerrerista que Trump a la hora de hablar sobre la situación en Ucrania. Ambos consideraban a China como una enemiga de Estados Unidos. Sus diferencias en el tema inmigratorio se reducían a algunos matices y ninguno hacía la menor alusión a la fenomenal concentración de la riqueza experimentada en los últimos años y mucho menos sugería las reformas tributarias capaces de atenuarla. Las diferencias entre ambos candidatos eran discernibles en un tema sensible como el aborto -sensible, digámoslo, para un sector del electorado femenino, no para todos- en donde mientras Harris aparecía como muy asertiva Trump hacía gala de sus grandes dotes de demagogo para eludir a tiempo cualquier pregunta al respecto.

En conclusión: Trump llega a la Casa Blanca dotado de poderes casi omnímodos. Gana la presidencia en los colegios electorales, donde cosechó 295 votos contra 226 de Harris. Y también la elección en el voto popular, donde obtuvo poco más de 72 millones de votos, el 50.9 % del total (y casi cinco millones más que su contrincante). Además cuenta con mayoría en el Senado, casi la mayoría en la Cámara de Representantes, y seis de los nueve votos de la Corte Suprema, que ya ha puesto manos a la obra para cerrar las 34 causas pendientes que pesaban sobre el hoy presidente electo.

¿Cuál es el significado de este resultado para los países latinoamericanos? En principio se suponía que Harris seguiría las huellas de Barack Obama y tendría una actitud un poco más dialoguista y respetuosa con los países de la región. Pero el saldo de Obama es complejo: reanudación de las relaciones diplomáticas con Cuba pero también una infame orden ejecutiva declarando a Venezuela una “amenaza excepcional e inminente” a la seguridad nacional de Estados Unidos. Trump no ocultó su desprecio a los países de la región, insultándolos como lo ha hecho de forma aún más acentuada en esta campaña y cumpliendo su mandato sin haber visitado ni un país del área. Fue a la Argentina en 2018 por la reunión del G20 y a Puerto Rico cuando el Huracán María en 2017. Pero poco antes de finalizar su mandato ordenó incluir a Cuba entre los países promotores del terrorismo, una decisión que implica un tremendo golpe en el terreno económico y financiero. Se quejó, además, de la estupidez (según sus palabras) de los demócratas porque cuando estaba a punto de apoderarse del petróleo venezolano aquellos lo dejaron escapar y, dijo: “¡ahora tenemos que pagárselo a Maduro!”. Es decir, nada bueno se puede esperar de Trump, y tampoco de Harris, entre otras cosas porque la política hacia Latinoamérica y el Caribe la decide el “estado profundo” y en muy poco grado los presidentes de turno. Para Washington Nuestra América es una región de acceso exclusivo y excluyente para Estados Unidos, que debe ahuyentar por todos los medios posibles a los forasteros malignos, Laura Richardson dixit, como Rusia, China e Irán. Pero creo muy poco probable que Trump decida aplicar la “carta militar” contra Cuba o Venezuela, porque tal medida podría re-editar el fiasco sufrido en Afganistán o en Vietnam y, además, tendría gravísimas resonancias en todo el sistema internacional porque indirectamente afectaría a China y, en menor medida, a Rusia e Irán. Lo más probable es que Trump endurezca aún más el bloqueo a Cuba y aumente la parafernalia de medidas coercitivas unilaterales aplicadas en contra de Venezuela, ambas en abierta violación de la legalidad internacional. Por eso hoy es preciso reforzar la solidaridad con estos países, blancos privilegiados de las ambiciones imperiales en el ámbito geopolítico del Gran Caribe. Y por eso mismo resulta incomprensible el veto brasileño al ingreso de Venezuela a los BRICS así como es digno de todo elogio el fundamental apoyo que México le ha venido brindando a la Revolución Cubana.

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Un plan oscuro y de terror para la humanidad. “El Gran Reinicio”

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sandinista — 18 octubre, 2024 add comment

Un plan oscuro y de terror para la humanidadEl Gran Reinicio

Manuel S. Espinoza Jarquín (*)

¡Un plan que tiene la fuerza potencial para transformar la vida en el planeta para siempre y que lo va a estar llevando a un futuro oscuro! ¡Por qué, para qué y por quién funcionará este plan? Comúnmente cometemos el error de centrarnos en el Estado profundo de los EEUU para tratar de explicar a la élite de poder global, mas no es cierta esa afirmación. Y hasta lo percibimos como una unidad de poder económico financiero monolítico, mas no lo es.

Las elecciones   presidenciales   del   4 de noviembre próximo en los Estados unidos; el desenlace de la guerra en el plano europeo en el cuadrante “Ucrania”; el aumento de las acciones genocidas de Israel no solo en Gaza, sino contra el Líbano y muy pronto contra Irán, son procesos bisagras, procesos traslapes con una situación de horror que se avecina a la humanidad.

No es que esa nueva coyuntura dantesca surja de la nada, ésta tiene décadas de estarse gestando, su función de asegurar el mantenimiento del control de la élite de poder global sobre todo el planeta. No importa si es unipolar o multipolar. Simplemente será el orden donde unos pocos, el 1%, logre el dominio, control y esclavitud del otro 99% por varios medios y por más siglos.

¡Para cumplir este propósito, el exterminio de un enorme porcentaje de la población debe asegurarse! Lo anterior aseguraría que la élite anglo-judía de los EEUU logre mantener un espacio de orden unipolar sobre el orden multipolar que se ubique en otros espacios del planeta. Parecerá ilógico pensar en un orden internacional (mundial) que existe, integre a su vez a otro al mismo tiempo.

Comúnmente lo vemos como separados en un proceso de cambio definitivo y al final separados, porque se supone que prevalecerá el orden multipolar a nivel mundial. Pero la élite verdadera de poder global, no solo se ha venido preparando para que sobreviva el orden unipolar, sino que hasta prevalezca en la contienda y al final. En todo caso la élite global puede no solo convivir con ambos órdenes, sino hasta situarse en el timón de su dirección.

Por eso muchas cosas han sucedido en las últimas tres décadas, que las vemos, las distinguimos por separado, mas no las vemos como parte del mismo plan de cientos de años basado en apropiación y dominio de todos los recursos del planeta, de mantener su fuerza de trabajo esclavizada por diversas vías, condiciones y procesos, su permanente exterminio bajo el caos controlado. Si revisamos bien, estos objetivos son constantes en la historia universal:

  • Control de recursos planetarios
  • Uso de la fuerza humana de trabajo
  • Control y dominio político, ideológico y económico
  • Permanente exterminio

En nuestras latitudes, demasiado poco se domina muchos temas de incidencia de quiénes son y cómo se distingue la élite de poder global. Nos tratan de confundir hasta con el tema de la incidencia de extraterrestres en el devenir de la humanidad. Lo más a lo que nos llevan es a nivel de especulación y humor político, acusando a unos o a otros de reptilianos. Nos lo han vendido como algo de ficción, ocultismo, mitología y hasta esoterismo, pero la realidad es que no solo en esto nos mienten y nos despistan.

La mejor forma ha sido a través del formateo cultural histórico e ideológico y religioso, sobre todo occidental. Cuando entendemos que elementos y pasajes esenciales que describe la Biblia, ocurrieron miles de años antes que esta narrativa apareciera. La creación del cielo, la tierra, las aguas, el aire, la creación del hombre del barro y una costilla, el Jardín del Edén, el diluvio, todo eso ya se había contado en los pueblos de Mesopotamia, Babilonia, por los asirios y sumerios, etc.

Por eso nos hemos quedado con historias míticas de ciudades y continentes perdidos, pirámides, monumentos y jeroglíficos extraños pero con calendarios exactos; y mapas del sistema solar y de la tierra de tiempos aun cuando el hombre era omnímodo y hasta neandertal, a quienes se supone los dioses (extraterrestres), ángeles caídos o como deseen llamarlos, crearon al hombre de arcilla o lo modificaron genéticamente para mejorar su capacidad y rendimiento productivo a su favor, en el tiempo del esclavismo.

Pero no nos enseñaron a entenderlos desde razones de extracción y explotación de recursos estratégicos del planeta, de poder, dominio, control y exterminio, aún latente y oculto, hasta hoy día. Son muchas las teorías de continuismo de esos objetivos, ocultando siempre   a los verdaderos poderosos, sean estos humanos o no. Y qué más da que sean unos u otros si lo importante ha sido la práctica de control y esclavitud milenaria.

Hoy, estructuras de poder sistémico global, con antecedentes similares en conducta y proceder, están   tratando de implementar otra fase de todo un plan oscuro para el exterminio y control posterior de la humanidad. De ahí no solo la urgencia en el análisis estratégico sobre el choque colosal, que ya inició, por una redistribución del poder global que sin duda alguna pasará por la III Guerra Mundial.

A lo interno de los Estados Unidos hemos estado observando por varios años cómo los bancos, la Reserva Federal (la máquina de impresiones de dólares), las corporaciones, los centros financieros, las compañías tecnológicas (el syllicon valley), Wall Street, junto con el gobierno USA, están trabajando juntos para la construcción de una mayor dictadura corporativa local y global.

Para lograr lo anterior, junto con la Organización de Naciones Unidas y todo su enjambre de agencias de cobertura global y regional, a través de la diplomacia multilateral (organizaciones internacionales), más reuniones cumbre de la élite global, sea el G-7 o el Fórum Mundial Económico (FEM en Davos), están tratando de preservar el orden y sistema (modelo) económico hasta hoy imperante.

¿Cómo? A través de enormes programas gubernamentales que requieren gran cantidad de financiamiento y crédito por parte de la Reserva Federal. Como puede ser un próximo plan Marshall para la Europa que ellos mismos han destruido, las políticas globales de energía verde, la lucha contra el cambio climático vía la gobernanza o social ambiental (ESG, por sus abreviaturas en inglés).

O con enormes desembolsos para la mitigación de los estragos económicos que causó el ejercicio de control y encerramiento planetario del Covid-19, que transformó la forma y la rutina laboral, y destruyó millones de empleos; modificando, a tal medida. que perdías tu trabajo, el sustento propio y familiar por no querer ponerte la vacuna en lo que únicamente te pertenece: tu cuerpo y tu vida.

Los ejemplos son cientos ya. Como las cuantiosas asignaciones a la guerra de la OTAN contra Rusia, usando a Ucrania como carne de cañón, más de 250 mil millones de dólares, y la asignada antes del 2014 en función de crear el odio y una rusofobia efectiva, con la introducción del fascismo como ideología base del gobierno corrupto y mafioso de Volodimir Zelensky.

El progresismo de los globalistas, sobre todo los ligados a la cúspide de poder del Partido Demócrata, ¿cuánto no ha asignado a la desconstrucción de la identidad del individuo, de la conducta humana y social, (la transhumanización), despreciando miles de años de valores cristianos y fundamentos científicos, bilógicos del ser, a través del Wokismo y otras corrientes más?

Hoy hay seres, aun humanos, que prefieren que los saquen a las calles en Alemania a gatear encadenados como mascotas que aceptar su género único natural. La desconstrucción de la humanidad como hasta ahora le conocemos, está en marcha y acelerada. Solo vean las campañas de Walt Disney promoviendo leyes en el Estado de la Florida, que no les permiten a los maestros de tercer grado de primaria discutir a sus estudiantes sobre temas de sexualidad.

El futuro de horror del que estoy hablando lo estamos experimentando en todo lo que está ya demostrando el genocidio israelí en Medio Oriente, su impunidad internacional, su justificación desvergonzada, el apoyo de USA a su operación de la construcción del Gran Israel y la destrucción de por lo menos 6 países como Irán, Palestina, Yemen, Siria, Líbano, Iraq, y la cantidad de vidas que esto conllevará.

Vemos el   financiamiento,   protección y justificación de la Casa Blanca y sus vasallos occidentales a Israel. Esto apenas es el inicio del exterminio planeado por varias vías, como: nuevas pandemias, plagas, más guerras, desastres ambientales y climatológicos (HARP) etc. El 2030 no es la meta, este plan no tiene fecha de finalización, solo tiene objetivos a cumplir en un periodo de gran transformación tecnológica.

La élite global (anglo-judía) y sus vasallos localizados en la periferia, empoderados de la conducción de la revolución técnico- científica, en sus 4ta y 5ta etapa alterarán los pocos trozos de libertad a nivel global. Si no es así, entonces ¿a qué se deben todos los acontecimientos de cambio de orden y poder global en las últimas décadas?

La corrupción y el sometimiento del gobierno USA se está trasladando con rapidez a todos los actores tradicionales de las relaciones internacionales; no es y jamás será socialismo lo que impulsan los demócratas, ni son de izquierda o mucho menos comunistas. ¿Cómo un presidente y el congreso enjarana a las próximas 10 y 20 futuras generaciones de norteamericanos con los préstamos adquiridos para Israel, Ucrania y Taiwán, sin pensar en las propias penurias de su propio pueblo?

Tienen 40 millones de drogadictos, 20 millones de ultra pobres y más de la mitad de su población enferma y en completa dependencia de la industria farmacéutica, que es otro gigante componente de la élite de poder. La mitad de la población no puede comprar una vivienda o no puede pagar el pago del alquiler. Estos y muchos otros problemas están haciendo de los EEUU un lugar inhabitable.

Sólo entendiendo este plan macabro de transformación de la humanidad, podremos conocer a las fuerzas motrices detrás de los cambios profundos que están ocurriendo. Por eso, millones de millones de personas buscan no solo conocerlos, sino que cómo se les puede enfrentar en todos los planos, desde lo local periférico hasta en el centro del mal y, sobre todo, qué fuerza o actor internacional dará la batalla.

Cuando Xi’an Xi Ping, presidente de la República Popular de China, visitó a su homólogo el presidente de Rusia, Vladimir Putin, al despedirse se despidió públicamente con el siguiente mensaje: “Están ocurriendo cambios que no se dieron en los últimos 100 años. Ante estos estaremos juntos y empujaremos esos cambios. Cuídese por favor, estimado amigo”.

¿A qué cambios se refería el mandatario chino? ¿Qué tan profundos serán? En realidad, considero que no todos estamos conscientes de lo que está ocurriendo, pues en su mayoría vemos análisis aislados sobre situaciones y procesos que parecieran estar separados y que no son parte de un respectivo plan macabro de la élite global.

No es para menos. Los adelantos de la inteligencia artificial (IA), la tecnología de blockchain, la bioingeniería, el metaverso, la automatización (que ya produjo la mayor huelga de sindicatos portuarios en EEUU a inicio de este mes), la computación cuántica, la destrucción de los valores cristianos que por lógica abre nuevas puertas y ventanas a la aceptación y la fácil negación que lo que se cree por fe jamás existió.

Se abren nuevas puestas de aceptación de otros tipos de dioses y poderes terrenales o no de aquellos que ya se lo creen y están manipulando hasta el alma del individuo. Demostrando que la ciencia ficción de hace siglos hoy es realidad, y son ellos lo que la llevan a la realidad. Por eso, ellos deben de seguir controlando y conduciendo a la humanidad según sus planes.

Pero, ¿toda esta transformación basada en un plan trazado, no solo en las reuniones del Club Bildenderg, o el G-7 o el FME en Davos, traerá libertad o esclavitud? Por eso urge que nos demos el tiempo, y retroceder y entender por lo menos no solo desde cuándo y cómo se ha venido poniendo en marcha, sino qué se nos viene encima a todos y cuál es la salida, si es que la hay.

Una ruta es ver lo que hace unos cinco años se viene abriendo como la oportunidad tanto esperada, para lograr un reformateo global de la economía y las finanzas mundiales que establezcan el orden y modelo mundial que sobreviva al choque actual de las potencias que, sin duda, terminará en la victoria de unas y la desaparición paulatina de otras, por lo menos para varios siglos venideros.

El término sobre “El Gran Reinicio”, cada uno con un enfoque diferente y que tienen por objetivo primario despistarnos sobre sus verdaderos alcances, los hemos venido estudiando en textos como “Nuevas formas de vivir y trabajar que impulsan la prosperidad posterior a la crisis”, de Richard Florida, publicado en 2010. Este libro analiza cómo el desarrollo urbano y la crisis financiera de 2007-2008 han dado forma al futuro de las ciudades y las economías.

O lo expresado por Klaus Schwab, uno de los dioses del FEM, quien en junio del 2020 aseguró en un artículo que era el momento para un “Gran Reseteo”, para cambiar la economía global para todo este siglo XXI y más. El “Covid-19: El Gran Reinicio” de Klaus Schwab y Thierry Malleret, establecen cómo la pandemia de Covid-19 ha alterado los sistemas sociales, económicos y políticos globales, y propone formas de crear un mundo más inclusivo, resiliente y sostenible (léase para las élites de poder y no para el mundo).

Schwab escribe: “Hay buenas razones para estar preocupados. Ha iniciado una caída estrepitosa económica y que la estaremos enfrentando en la forma de una peor depresión que la vivida en 1930. El Gran Reinicio es su plan y asegura que todos los aspectos de las sociedades y economías no es un sueño imposible”. Solo una rápida situación del Covid-19 demostró qué tan rápido pueden llevarse a cabo cambios radicales a nuestros estilos de vida.

“La pandemia del Covid-19, en la opinión del rey Carlos, que para esa cumbre de Davos asistió en calidad aún de príncipe, había representado una gran oportunidad para introducir las reformas gracias a las ondas de choque, que había hecho a la gente más receptiva a grandes visiones de cambios”. Su visión de cambios va dirigida a instaurar un “capitalismo de accionistas”, pero no como hasta ahora lo conocemos.

El mismo Klaus Schwab escribe en su libro del 2021: “No podemos continuar con un sistema basado en esos valores como los de maximización de la ganancia en cortos plazos, la anulación de los impuestos y la regulación o solo hablando del daño ambiental. En vez de eso necesitamos una sociedad, una economía y una comunidad internacional designada a preocuparse por la gente y el planeta entero”.

Pero los pueblos deben de tener una clara lectura de este interés de diseñar “sociedades para el futuro”. ¿De qué tipo de sociedades pueden hablar los que asistieron a esta reunión en Davos? Solo una pequeña lista para tener una clara idea.

Bernard Looney, CEO de BP; Ajax Banga, CEO de Mastercard; Gina Gopinath, jefa economista del FMI; Kristalina Giorgeva, directora de manejo del FMI; el príncipe Carlos por Inglaterra; Antonio Guterrez, de la ONU; Larry Fink, CEO de Black Roc, la corporación más rica del planeta y la poseedora mayorista de las acciones en todas las corporaciones en EEUU.

El destino del mundo se decide en este tipo de foros, donde una enorme cantidad de millonarios y altos ejecutivos de las corporaciones de todo el planeta se reúnen para salvarlo, como suelen anunciar en sus entrevistas y obras escritas. Y ¿ustedes le creen? Más bien el diseño de sus sociedades poseen para el mundo un destino más oscuro y dictatorial de lo que nos imaginamos hoy día.

Pero el Gran Reinicio es casi ya una etapa superada, tras varios años de la conferencia de Davos, las cosas han cambiado drásticamente y cada día la élite de poder global se creen dioses para transformarlo todo, no importando las consecuencias. Cada vez que se reúnen y abordan temas de ingeniería social, reingeniería solar, transhumanismo y enemigos de la libertad y la democracia, debemos con urgencia pensar de manera crítica este tipo de discursos amañados.

Pero aún no es tiempo de asustarnos. Ahora no es el Gran Reinicio, sino la Gran Narrativa. La nueva etapa para la transformación   global.   Regresemos y veamos cómo el Gran Reinicio a la barbarie fascista que Ucrania, desde el 2014 hasta el 2022, implementó en las regiones del Dombass, donde más de 15 mil fueron asesinados por el régimen de Zelenskiy; y al genocidio sionista israelí en Gaza, Yemen, Siria y el Líbano, encabezado por Benjamín Netanyahu y a quien exactamente el Cmte. Daniel Ortega ha calificado de hijo de Hitler y que hace también unos cuatro años dijera que a ¡Netanyahu había que exorcizarlo!

Es necesario desde ya que los pueblos tomemos conciencia de lo que está amenazando a la humanidad, y que se deben tomar acciones serias, maduras, consecuentes con la vida y el derecho de las personas. No solo basta con ver desfilar a estadistas y oír sus bonitos discursos en el pódium de la ONU. Hay que tomar decisiones serias como las del GRUN, de romper relaciones diplomáticas con Israel. Solo así, desde la periferia se combate al progresismo globalista y sus mil máscaras demoniacas del mal, disfrazadas de revoluciones científicas y progreso para la humanidad.

(*) Director del Centro Regional de Estudios Internacionales CREI.