ESPINOZA: “Rusia y la OTAN están cerca de una guerra total. La situación es análoga a la II GM”
Manuel Espinoza, director del Centro Regional de Estudios Internacionales se centra en la situación política y social de Israel, especialmente en relación con la gobernanza de Netanyahu y las tensiones internas y externas que enfrenta el país. Señala que el “plan del gran Israel” enfrenta limitaciones prácticas, como la escasez de población suficiente para poblarlo, lo que pone en duda la visión de liderazgo a largo plazo que algunos podrían imaginar. La expectativa de un dominio prolongado o estable, equiparable a un “tercer rey” que duraría mil años, es presentada como irrealista.
Espinoza describe una implosión interna en Israel, que podría generar problemas graves para el gobierno y para la administración de Netanyahu y su círculo cercano. Esta situación se suma a las políticas de limpieza étnica y cultural en Gaza, que, aunque pueden avanzar temporalmente, no logran alcanzar los objetivos planteados de manera completa. Señala que, incluso si se logra desplazar a cientos de miles de personas, las consecuencias van más allá del territorio y afectan la percepción y dinámica internacional.
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El mundo tuvo sus ojos puestos en la ciudad de Anchorage, en el estado de Alaska, Estados Unidos. El presidente Donald Trump de Estados Unidos y su par ruso, Vladimir Putin, se sentaron a dialogar sobre la guerra de Ucrania. Los grandes ausentes de este proceso: Ucrania y la Unión Europea. Desde el punto de vista simbólico, el Kremlin, obtuvo una victoria… que Washington dialogará de igual a igual con Rusia.
Por el Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Especial para LA POLIS. Desde Buenos Aires
La reunión entre los jefes de Estado de Rusia y Estados Unidos se llevó a cabo en Fort Richardson y se estima que duró unas tres horas. El presidente Trump señaló que lograron “grandes avances” pero el ansiado alto el fuego en Ucrania no fue alcanzado. El líder estadounidense dio un claro mensaje a Kiev y Bruselas, que no “ponga piedras en el camino” ni “hagan provocaciones”. El presidente Zelensky de Ucrania, hizo un llamado para alcanzar una paz justa y poner fin a la guerra. Trump dejó en claro que no negociaría en nombre de Kiev y en el caso de negociar intercambios territoriales, era una cuestión entre Ucrania y Rusia. Escenario que el gobierno ucraniano rechaza de plano con apoyo de la UE, especialmente de Francia, Alemania y Reino Unido.
La cuestión del alto el fuego, el presidente Trump responsabiliza al presidente ucraniano. Entendemos que un mecanismo de presionar a Kiev para sentarse a la mesa de negociaciones. Este es el escenario que busca la Casa Blanca, para mostrar su liderazgo en la solución del conflicto. Esto se inserta en una cuestión ideológica, donde el nacionalismo trumpista busca revitalizar el concepto de “estado – nación” frente al globalismo y planteando un nuevo enfoque de las relaciones internacionales de Estados Unidos. Postura que se remonta a la polémica que hubo en torno al candidato conservador Pat Buchanan, cuyas ideas retomó Trump veinte años después. Desde su perspectiva, el liderazgo de Estados Unidos en el mundo está decayendo, abriendo las puertas al abuso por parte de aliados y adversarios. Asimismo, ha sido un duro crítico de las intervenciones en el exterior, especialmente en Afganistán (donde lideró la retirada de Estados Unidos y el triunfo talibán) e Irak. La Casa Blanca bajo la administración “trumpista” se apega al concepto de realismo en materia de política exterior, donde prevalece por, sobre todo, la seguridad e intereses. Hay un cuestionamiento al orden internacional basado en valores e instituciones – por ejemplo, la ONU es eje de duras críticas – y sostienen que las grandes potencias mundiales buscarán de manera inevitable, establecer sus propias zonas de influencia. El reconocimiento y la consideración de Trump por la oposición de Rusia a la adhesión de Ucrania a la OTAN pueden interpretarse como un reflejo de este enfoque por parte del propio jefe de estado estadounidense. Cabe destacar que el “trumpismo” rechaza de plano el wilsonianismo o internacionalismo liberal de Wilson, que marcó a la política exterior de Estados Unidos, en particular los tres principios o ejes de dicha corriente: la concepción legalista del orden internacional (eje legalista); el multilateralismo institucionalizado (eje multilateralista o institucionalista); y la defensa de la democracia en el mundo (eje democrático).
Trump aboga por un orden internacional basado en el poder y no en el Derecho Internacional. Considera el mismo tiene en la política exterior y la política internacional un papel de regulación mínima entre estados. Existe una aversión clara al multilateralismo y esto queda reflejado en la actitud que tiene el presidente norteamericano con Zelensky y la Unión Europea. El nacionalismo de Trump, no tiene lugar para el derecho internacional, que está por debajo de su concepción de soberanía. En otras palabras, no cree en las instituciones internacionales, ni que pueda existir un ordenamiento superior al concepto de Estado. Sin ninguna duda una visión muy diferente que tienen los aliados de Estados Unidos en Europa. El concepto de “America First” conduce al unilateralismo, agregándose una narrativa por la reivindicación de la política exterior de Estados Unidos de fines del siglo XIX, que sirve de sustento para fuertes inversiones en el campo militar y también para movilizar la opinión pública doméstica.
La alianza China y Rusia está fuera de discusión.
La experiencia empresarial de Trump, impacta en las decisiones políticas, que son de carácter “transaccional” y esto se traduce en la política internacional. Generalmente parte de una propuesta radical, rozando la amenaza, como punto de partida en sus negociaciones. Los ejemplos evidentes, la cuestión de Groenlandia para evitar la influencia china y el Canal de Panamá, que quedó en manos la gestión de sus puertos de una empresa de Estados Unidos. La “teoría del loco” aplicado en su momento por Nixon, es empleada por Trump, explotando su carácter imprevisible para desorientar a propios y ajenos, y estar una mejor posición a la hora de negociar. Zelensky lo vivió en carne propia en un encuentro que dio la vuelta al mundo.
Los aspectos centrales de la cumbre Trump Putin en Alaska.
El presidente Putin, como Trump, no dieron detalles de la reunión como de los puntos discutidos en la reunión, solo hablaron en términos generales. El líder ruso señaló que las conversaciones fueron “constructivas”. En la reunión participaron Trump por su jefe de la diplomacia, el Secretario de Estado, Marco Rubio y el enviado especial para Rusia, Steve Witkoff, y Putin por el titular de Exteriores del Kremlin, Serguéi Lavrov y el consejero diplomático Yuri Ushakov. En la rueda de prensa, Trump señaló «Llamaré a la OTAN dentro de un rato, llamaré a las personas que considero oportunas y, por supuesto, llamaré al presidente Zelenski para informarles sobre la reunión de hoy. En última instancia, la decisión depende de ellos».
El presidente ruso en la conferencia de prensa, luego de la reunión con su par estadounidense, hizo hincapié en la vecindad de ambos países y los lazos entre Estados Unidos y Rusia, destacando la ayuda de Washington en la Segunda Guerra Mundial. Sobre dicha “herencia” el presidente Putin señalo que “nos hará construir vínculos mutuos beneficios (…) incluso en este momento, hasta en las peores condiciones”. En el discurso del líder ruso, podemos destacar los siguientes aspectos:
Destacó los altibajos en las relaciones entre ambos países, señalando la importancia de restablecer el diálogo y la buena sintonía en las conversaciones con su par norteamericano.
La guerra de Ucrania es una tragedia, resaltó el origen común con Rusia.
Destaca que ambas partes quieren poner fin al conflicto
Necesidad de eliminar las raíces principales del conflicto.
Establecer un acuerdo de seguridad, restableciendo un equilibrio, que incluya a Europa y todo el mundo.
Coincidencia sobre la necesidad de establecer garantías de seguridad para Ucrania.
Voluntad para un camino para alcanzar una paz duradera, siempre y cuando la Unión Europea y Ucrania: “Espero que el acuerdo al que hemos llegado juntos nos ayude a acercarnos a ese objetivo y allane el camino hacia la paz en Ucrania. Esperamos que Kiev y las capitales europeas lo perciban de manera constructiva y no pongan trabas al proceso.”
Destaca si en 2022, si Trump hubiera sido presidente, la guerra de Ucrania se pudo haber evitado.
Abrir el diálogo para la cooperación económica y tecnológica, señalando que existe un enorme potencial en materia de inversiones, especialmente en el Ártico y el Lejano Oriente ruso. Ante de ello hay que “dar una vuelta de página”.
Asimismo, Putin invitó a Trump a Moscú, quién le contestó: “»Que interesante (sonrisa) me tomó de sorpresa, quizás sea”. En cuanto al presidente estadounidense, señaló que la reunión con su par ruso, que hubo avances importantes en las conversaciones, siempre en buena sintonía, a pesar de los intereses encontrados entre las partes. El presidente estadounidense dijo que las negociaciones están encaminadas alcanzar importantes acuerdos, asumiendo la responsabilidad de comunicar los resultados de la reunión al presidente ucraniano Zelensky y a los aliados de la OTAN. Destacó el potencial en materia de negocios e inversiones, y señaló que tiene una “relación fantástica” con su par ruso. Existen “buenas oportunidades” cuando “esto se acabe (guerra)” agregando que “tenemos grandes oportunidades, no lo logramos hoy, pero estamos en el camino” en referencia que no hubo un acuerdo definitivo sobre la guerra de Ucrania.
La cumbre significó para Rusia, una victoria política. Dicho país rompió con el aislamiento internacional y Putin logró que Estados Unidos mantuviera excluido de las negociaciones a Ucrania, logrando el estatus de gran potencia. La advertencia de la Casa Blanca de aplicar sanciones en caso de no alcanzar un acuerdo sobre Ucrania, quedó sin efecto, siendo otro triunfo para el Kremlin. El presidente Trump al parecer se mostró favorable a la tesis de Rusia de hablar de un acuerdo de paz duradero por sobre un alto el fuego.
President Donald Trump and Russian President Vladimir Putin speak Friday, Aug. 15, 2025, at Joint Base Elmendorf-Richardson in Anchorage, Alaska. (Photo by James Brooks/Alaska Beacon)
La respuesta dada por Trump a un periodista de Fox News sobre las posibles concesiones territoriales que darían a Rusia y eventuales garantías de seguridad de Estados Unidos para Ucrania: «Bueno, creo que esos son puntos que negociamos y en los que en gran medida estamos de acuerdo», constituyen una prueba que, en el futuro Ucrania, deberá aceptar cambios territoriales y realizar concesiones para alcanzar la paz. En los principales medios internacionales, trascendió que el presidente Trump les dijo a los líderes europeos, que la condición que impone Rusia para alcanzar la paz, es la cesión de la región del Donbás. Putin asumió el compromiso, en caso de aceptar sus exigencias, cesarían los ataques y mantendría las líneas de frente en el resto de Ucrania, siempre manteniendo las exigencias sobre la reducción de las capacidades militares de Kiev, el no ingreso a la OTAN y un estatuto de neutralidad.
Los jefes de estado y de gobierno del grupo Nórdico-Báltico Ocho, emitieron un comunicado como respuesta a la cumbre de Alaska: “no se debe tomar ninguna decisión sobre Ucrania sin Ucrania, y no se debe tomar ninguna decisión sobre Europa sin Europa (…) Para lograr una paz justa y duradera, el siguiente paso debe darse junto con Ucrania. Solo Ucrania puede tomar decisiones respecto a su futuro”. Asimismo, señalaron que el presidente Putin no es de fiar y que la responsabilidad de la guerra, es exclusivamente de Rusia y rechazaron cualquier veto de Moscú al ingreso de Ucrania a la Unión Europea y la OTAN. Los estados de dicho grupo asumieron públicamente el compromiso de seguir enviando ayuda militar. Un escollo para Trump, cuando busque consensos para incorporar a los estados europeos a un hipotético proceso de paz.
El presidente Zelensky planea reunirse con su par estadounidense, siendo posible que sea acompañado por un líder europeo. El presidente de los Estados Unidos, declaró que buscará una reunión con participación de líderes de Ucrania, Rusia y la nación norteamericana.
La realidad en el campo de batalla, más allá de las narrativas de las partes involucradas, indican que las cosas no están saliendo bien para Kiev. Es por ello que se alzaron voces favorables a la paz, cuando hasta no hace mucho, apostaron por la escalada. Ejemplo de ello, lo tenemos con el primer ministro canadiense Mark Carney, quién tiene profundas diferencias políticas con Trump, declaró sobre las negociaciones para alcanzar la paz entre Kiev y Moscú, está “creando la oportunidad de poner fin a la guerra ilegal de Rusia en Ucrania”.
El tímido acercamiento Moscú – Washington, reflejando en Alaska, no solo se inserta con la visión “trumpista” de la política internacional como señalamos anteriormente, sino como parte de una maniobra mucho más compleja, buscar de alguna manera generar fisuras en la alianza China – Rusia. El presidente Trump considera que el principal desafío para su país lo constituye el ascenso de Pekín, la segunda economía del mundo. Es muy poco probable que el Kremlin, tome distancia de su aliado chino, que ha sido la principal válvula de escape para eludir sanciones internacionales. Putin es consciente de la dependencia generada por las sanciones internacionales y busque de manera inteligente, incrementar las fuentes de inversión, entre ellos con capitales de Estados Unidos, especialmente en el Lejano Oriente ruso, el área desde la geopolítica rusa, más vulnerable y reducir el clima de confrontación en el Ártico. En dicho espacio, Moscú impulsa una nueva ruta marítima, favorecida por el cambio climático, siendo una suerte de alternativa a las rutas controladas por China y otros actores en conflicto o competencia geopolítica con Estados Unidos y sus aliados.
¿La suerte está echada?
La decisión de Donald Trump de impulsar un diálogo bilateral con Rusia respecto a Ucrania, sin ninguna duda se conecta con la situación militar. Existen avances en la zona de Pokrovsk, un importante nudo de comunicaciones en la región del Donbás. Las fuerzas ucranianas oponen una fuerte resistencia, pero al parecer el avance ruso continúa. Kiev tiene serios problemas de reclutamiento y reposición de pérdidas de personal. La tasa de deserciones se incrementó sustancialmente (años de guerra afectan la moral de combate). La 155ª brigada “Ana de Kiev” instruida en Francia, tuvo 1.700 desertores, de un total de 5.000 efectivos. La guerra “devoró” profesionales de carrera, que han sido reemplazados por reservistas con una formación que no es adecuada a las exigencias del campo de batalla. La dependencia del asesoramiento de los países de la OTAN es total por parte de Ucrania, dado que existen serios problemas en materia de planeamiento, gestión logística y administración. La ofensiva sobre Kursk, en Rusia, insumió valiosos recursos, por una razón meramente política, sin resultado en el plano estratégico. Las fuerzas del Kremlin cuentan con un sistema de rotación, incentivos a voluntarios – muchos soldados provienen de minorías étnicas y con una carga de resentimiento hacia los eslavos, los hace especialmente agresivos con los ucranianos – y una amplia reserva de recursos entrenados. La corrupción es un mal endémico, donde hubo un escándalo donde quedó al descubierto un aceitado sistema donde por dinero, muchos podían eludir ir al frente, como también los sobreprecios de los proveedores del Ministerio de Defensa ucraniano. Esto le costó en 2024 el cargo a su titular Oleksiy Reznikov y la presión abierta de la OTAN de modificar el sistema de adquisiciones y gestión logístico de las fuerzas ucranianas.
Zelensky se aferra al apoyo que brindan Reino Unido, Francia y Alemania, de negarse a cualquier concesión territorial y adoptar posturas intransigentes como la adhesión a la OTAN. Los europeos – excepto Hungría – se muestran favorables a endurecer las sanciones contra Rusia. Esto entra en colisión con la postura del presidente Trump, siendo Estados Unidos el principal apoyo al esfuerzo de guerra de Kiev, quién está presionando para que Ucrania alcance un acuerdo. El presidente estadounidense, tiene promesas de campaña que cumplir a sus electores en materia de política exterior, donde la cuestión de Ucrania tiene un papel relevante. Trump asumió el compromiso de poner fin a la guerra, es una cuestión de prestigio personal, además, tal vez, exista el temor que Kiev en algún momento empiece a ceder aún más, dado la sangría que implica la guerra, donde claramente su frente interno está agotado y con signos de desmoralización.
La guerra es un gran negocio para poderosas corporaciones, que seguramente deben haber hecho contribuciones a muchas carreras políticas en la Unión Europea, unido al impacto que tienen las industrias de defensa en la economía de muchos países europeos al generar empleos, ante economías golpeadas por la competencia china y la “guerra arancelaria” de Trump. Seguramente existen poderosas “influencias” para que el drama de la guerra continúe. Rusia explota con habilidad las contradicciones que hay en el seno de la OTAN y aumentar la presión sobre Ucrania. El Kremlin se ha mostrado sumamente hábil en el manejo del “tempo estratégico” o sea la gestión del tiempo enfocado a las acciones que contribuyen a la planificación y ejecución de objetivos a largo plazo: la anexión de los territorios orientales de Ucrania y evitar la incorporación de este país a la OTAN.
En el marco de este drama, observamos como las instituciones internacionales están completamente ausentes. Kiev se aferra a los europeos, que han sido marginados por Trump en las conversaciones bilaterales con Rusia. Zelensky parece no querer ver, desde el punto de vista de la Casa Blanca, no es un aliado, sino un mero peón del ajedrez geopolítico y llegado el caso, si es necesario, Washington no dudará en sacrificarlo para preservar sus propios intereses.
Canciller de Cuba presenta actualización del Informe sobre las afectaciones del bloqueo de los Estados Unidos correspondiente al periodo de marzo 2024 a febrero de 2025.
La Habana, 17 de septiembre de 2025.- El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, presentó hoy la actualización del Informe de Cuba en virtud de la resolución 79/7 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, correspondiente al período marzo 2024 – febrero 2025.
El documento ilustra el recrudecimiento extremo de la política hostil de Washington hacia la nación caribeña y compila ejemplos, testimonios y datos sobre su considerable impacto en la economía, los derechos humanos y la calidad de vida del pueblo cubano.
En sendas intervenciones ante al Cuerpo Diplomático acreditado en La Habana y la prensa nacional y extranjera, respectivamente, el Canciller cubano remarcó que ninguna otra nación enfrenta un andamiaje de leyes y políticas de agresión y coerción tan prolongado, anacrónico, sistemático y complejo. Añadió que a ello se suma el recrudecimiento sin precedentes del bloqueo en los últimos años y el despliegue de acciones sistemáticas de persecución a fin de cortar las principales fuentes de ingresos de la economía cubana.
Según datos presentados, del 1º de marzo de 2024 hasta el 28 de febrero de 2025, el bloqueo causó daños y perjuicios materiales a Cuba estimados en el orden de los 7 mil 556,1 millones de dólares. Rodríguez Parrilla explicó que este aumento exponencial se debe fundamentalmente al incremento en las afectaciones por los ingresos dejados de percibir por exportaciones de bienes y servicios.
“No hay sector de la vida social y económica que escape a los efectos del bloqueo”, refirió el Ministro. Explicó, por ejemplo que, 2 meses de bloqueo equivalen al costo del combustible necesario para satisfacer la demanda de electricidad normal del país (mil 600 millones de dólares); y que 5 días de bloqueo equivalen al financiamiento necesario para la reparación de una de las Centrales Termoeléctricas Antonio Guiteras, de Matanzas o Carlos Manuel de Céspedes, de Cienfuegos, (100 millones de dólares aproximadamente cada una), entre otras afectaciones.
Por otra parte, denunció el Canciller que el gobierno de Estados Unidos pretende ignorar o minimizar el impacto abrumador de esta política, culpando incluso al modelo de desarrollo cubano y a sus autoridades a través de operaciones de manipulación y desinformación principalmente en las redes sociales.
El Informe presentado antecede la próxima consideración del proyecto de resolución sobre el bloqueo por la Asamblea General de las Naciones Unidas prevista para los días 28 y 29 de octubre.
Se espera la participación de un alto número de países de todas las regiones y agrupaciones.
Información Relacionada:
El bloqueo genera penuria, escasez y sufrimiento, pero no logrará poner de rodillas a nuestro pueblo
Transcripción de la presentación realizada por el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parilla, a la prensa nacional y extranjera sobre la actualización del Informe nacional sobre las afectaciones del bloqueo de los Estados Unidos correspondiente al periodo de marzo 2024 a febrero de 2025.
(Se proyecta material audiovisual con declaraciones de Esther María La O Ochoa, quien fuera directora de la Escuela Solidaridad con Panamá)
El bloqueo genera un daño humanitario extraordinario en nuestro pueblo. No es posible cuantificar, no es posible expresar en números, en cifras, el daño emocional, la angustia, los sufrimientos, las privaciones que el bloqueo genera en la familia cubana. Así ha sido por varias generaciones, así ha sido para nuestro pueblo. Más del 80% de las cubanas y cubanos nacieron después del comienzo del bloqueo. Las consecuencias de esta política se evidencian dramáticamente en las carencias que enfrenta nuestra población. Esta realidad es innegable, es tangible.
Ustedes, los corresponsales de la prensa internacional y los periodistas de la prensa cubana, lo viven cada día. Algunos datos que fundamentan esta realidad:
• Dos meses de bloqueo, sesenta días de bloqueo, equivalen al costo del combustible para satisfacer la demanda de electricidad normal en este país. El daño de dos meses de bloqueo es equivalente a 1 600 millones de dólares. Si el bloqueo se detuviera por dos meses, dispondríamos de los recursos que permitirían garantizar el combustible para generar electricidad.
• Cinco días de bloqueo equivalen al financiamiento necesario para la reparación de alguna de las grandes centrales termoeléctricas. Con 100 millones de dólares, es decir, el daño que provocan cinco días del bloqueo, se podría reparar la central termoeléctrica Antonio Guiteras, o la central de Matanzas, o la central Carlos Manuel de Céspedes de Cienfuegos. Esta última sufrió de manera directa el impacto del bloqueo cuando un país industrializado, amigo de Cuba, sin embargo, no pudo suministrar asistencia técnica elemental para una reparación de esta planta, aduciendo que la asistencia que se solicitaba contendría más de un 10% de componentes estadounidenses. Eso ocurrió hace pocas semanas.
• Doce días de bloqueo equivalen al costo anual de mantenimiento, no cuento el combustible ni las inversiones, pero doce días de bloqueo equivalen al costo anual del mantenimiento del Sistema Electroenergético Nacional: 250 millones de dólares.
• Un mes de bloqueo equivale al costo del Plan de Inversiones de Energía Solar de todo el país para todo el año 2025, que prevé instalar 1 015 megawatts. Esto significa, es decir, un mes de bloqueo significa aproximadamente 600 millones de dólares de daños y perjuicios.
• Dos meses de bloqueo, de detenerse, permitirían financiar durante todo un año, la entrega de la canasta familiar normada, es decir, alimentos de primera necesidad que son insuficientes pero que alcanzan a todas las cubanas y cubanos con precios altísimamente subsidiados. Dos meses de bloqueo equivalen a 1 600 millones de dólares.
• Solo dieciséis días de bloqueo permitirían disponer del financiamiento para cubrir las necesidades del cuadro básico de medicamentos de todo el país, equivalentes a 339 millones de dólares.
• Catorce horas de bloqueo, el día de hoy, el horario diurno de hoy, equivaldría al costo de adquisición de la insulina necesaria para cubrir las necesidades de todas las personas, niñas y niños, diabéticas del país, que tienen un costo de 12 millones de dólares.
• Cuatro meses de bloqueo permitirían adquirir todos los ómnibus necesarios para el transporte público del país, 2 mil 850 millones de dólares.
• Sólo dos horas de bloqueo equivale al costo de adquisición de los medicamentos para el tratamiento de las patologías de cardiología, neurología, así como para los alimentos para niños con deficiencias genéticas y con enfermedades endocrino-metabólicas. 1,4 millones de dólares significan dos horas de cruel bloqueo.
• Diecinueve minutos de bloqueo, la mitad del tiempo que estaremos juntos, equivalen al costo de las sillas de ruedas que necesita la Escuela “Solidaridad con Panamá” y todas las demás del país, para atender las necesidades del sistema de educación especial para niñas y niños y adolescentes con discapacidades motoras e intelectuales. Significa 280 mil 506 dólares.
Entre marzo de 2024 y febrero de 2025, el bloqueo ha causado daños y perjuicios estimados en 7 mil 556,1 millones de dólares. Esto significa que el daño del bloqueo en comparación con el periodo precedente ha crecido en un 49%, a resultas de las medidas adicionales de endurecimiento del bloqueo aplicadas en los últimos 12 meses. El impacto del bloqueo comparado con el año precedente ha aumentado en 2 mil 499 millones de dólares más, por encima del daño enorme que produjo en el periodo 2023-2024. El bloqueo también, y la política migratoria políticamente motivada del gobierno de los Estados Unidos, ha acentuado los flujos migratorios desde Cuba. En un cálculo objetivo sobre los daños que provoca, por pérdida de personal calificado y fuerza de trabajo de nuestro país, se cuantifica en 2 mil 570 millones de dólares. A pesar de que Cuba dispone de una fuerza altamente calificada en magnitudes y capacidades reconocidas a nivel planetario, no deja de ser un daño enorme.
A precios corrientes, los daños acumulados históricos en estas más de seis décadas de bloqueo ascienden a 170 mil 677 millones de dólares. ¿Qué podría haber hecho Cuba por encima de lo mucho y bueno que se ha hecho en estos 60 años con esa cifra exorbitante para una economía pequeña como la nuestra? Pero si desean ustedes contar al valor del oro para evitar las fluctuaciones del dólar en los cálculos, puedo informar que ha provocado en estas décadas daños equivalentes a 2 billones 103 mil millones de dólares. Es decir, 2 millones de millones de dólares más 103.000 millones de dólares, que es una cifra extraordinaria para cualquier economía del mundo, no sólo para una insular y en desarrollo como la nuestra.
Si no hubiera habido el endurecimiento del bloqueo y el efecto opresivo extraordinario que provoca en nuestras familias y que se cuantifiquen daños económicos, sin contar los sufrimientos y los aspectos emocionales. De no haber habido bloqueo en el último año, el Producto Interno Bruto de Cuba habría crecido 9,2% y habría sido uno de los crecimientos más altos en el hemisferio.
El bloqueo constituye el principal obstáculo a la recuperación de la economía cubana, a su crecimiento y al desarrollo económico. Ha obstaculizado la capacidad de nuestro sistema de salud de obtener equipamiento, piezas de repuesto, insumos, y tiene una expresión directa en el deterioro de varios indicadores de salud.Tiene un impacto en indicadores de mortalidad en nuestra población. Los días 28 y 29 de octubre la Asamblea General de Naciones Unidas considerará la Resolución del proyecto titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”. Tendrá un apoyo prácticamente unánime de la comunidad internacional.
Lo nuevo en esta ocasión, es el contexto internacional marcado por el creciente unilateralismo, supremacismo, violencia y el reforzamiento de la política agresiva de Estados Unidos contra Cuba y contra prácticamente todos los países del planeta. Los datos que he presentado, que estarán a disposición de nuestro pueblo y de ustedes mediante código QR, tanto resumidos como en el informe que se rinde al Secretario General de Naciones Unidas, cubren el período entre el 1 de marzo de 2024 y el 28 de febrero de 2025.
Cuba no puede acceder con normalidad a tecnologías y medicamentos avanzados de fabricación estadounidense.
Estados Unidos persigue la colaboración médica internacional de Cuba. Buscan privarnos de ingresos legítimos sustentados en modelos de cooperación que cumplen los estándares de la cooperación Sur-Sur y de las Naciones Unidas y que como regla no implican ingresos para nuestro país, sino es una cooperación solidaria con familias de bajos ingresos en lugares remotos. Estados Unidos persigue las transacciones contra Cuba desde terceros países por vías de multas y amenazas de represalias.
Cuarenta bancos extranjeros se negaron a realizar operaciones con Cuba, con entidades bancarias cubanas y rechazaron 140 transferencias bancarias.
Los daños y perjuicios del bloqueo en el sector de las comunicaciones y la informática implicaron directamente, en el caso de la empresa ETECSA, una cifra de 73 millones de dólares.
Ha habido un deterioro progresivo de las capacidades de transportación de pasajeros debido a la imposibilidad de acceder a piezas de repuesto y la persecución estadounidense contra los suministros de combustible.
Las medidas políticamente motivadas, anunciadas en mayo de 2024, por parte de Estados Unidos supuestamente para favorecer al sector no estatal, es decir, al sector privado de la economía mediante servicios digitales y financieros, jamás se han hecho realidad.
Entre las medidas más severas aplicadas solo en los últimos meses se incluye: • La reincorporación fraudulenta y calumniosa de Cuba a la lista arbitraria de países que supuestamente patrocinan el terrorismo, • La posibilidad de interponer demandas en tribunales de Estados Unidos en violación del Derecho Internacional y la soberanía de terceros estados en cortes estadounidenses en virtud del título 3 de la ley Helms-Burton, • Las represalias, amenazas y sanciones contra empresas navieras, transportistas, aseguradoras o reaseguradoras involucradas en el suministro de combustible a Cuba, • La persecución a las transacciones financieras, incluso a las cifras pequeñas que realizan ciudadanos cubanos residentes en terceros países, por su ciudadanía, • La promoción de otras decisiones legislativas que endurecerían el bloqueo • La imposición del nuevo Memorando presidencial número 5 del 30 de junio por el presidente de los Estados Unidos para reforzar la política de máxima presión económica como instrumento criminal, ilegal y genocida para lograr objetivos de dominación y hegemonía con el propósito declarado de generar un cambio de régimen de destruir el orden constitucional cubano.
La imposición y aplicación de esta política contra Cuba ignora, desprecia, el apoyo mayoritario de la opinión pública estadounidense, de sus ciudadanos, de sus electores, de sus contribuyentes, de los cubanos residentes en el exterior y de la comunidad internacional, todos víctimas directas también del bloqueo. En 2024 se produjeron más de 2 000 eventos públicos y documentos, declaraciones, resoluciones y más de 1 700 pronunciamientos contra el bloqueo y contra la inclulsión en la infame lista terrorista, respectivamente. Hace un año en la Asamblea General 49 jefes de Estado y Gobierno condenaron el bloqueo, 23 denunciaron la lista arbitraria.
En octubre el Comité para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que es un órgano independiente de expertos de las Naciones Unidas, reconoció el impacto del bloqueo y de la lista en el disfrute de los derechos humanos de las mujeres y niñas en Cuba. En febrero de este año dos decenas de titulares de procedimientos especiales, es decir, relatores, etc., mandatados por el Consejo de Derechos Humanos reiteraron su solicitud al Gobierno de Estados Unidos de poner fin al bloqueo y de eliminar la presencia de Cuba en la lista infame.
El bloqueo genera penuria, escasez y sufrimiento en todas nuestras familias. No logra y no logrará jamás su propósito de poner de rodillas a nuestro pueblo, de hacernos renunciar a la constitución vigente, al orden constitucional que nuestro pueblo, en ejercicio de libre determinación, se ha dado en referendos universales y libres reiterados. No nos hará renunciar a nuestra Revolución ni al socialismo. El pueblo cubano ha dado sobradas muestras de su capacidad de resistencia, creatividad y determinación.
La economía cubana, como se ha demostrado en el pasado, aún en peores escenarios de aplicación de medidas adicionales del bloqueo, tiene y tendrá la capacidad de encontrar salidas y acelerar el curso de su recuperación. A partir de la conciencia de nuestro pueblo, del consenso mayoritario, de la comprensión de nuestro noble y aguerrido pueblo, de las causas de la muy difícil situación económica que estamos viviendo hoy; a resultas de la obra de estos 60 años, de la existencia de tierras cultivables, de territorio suficiente, de recursos humanos altamente calificados y conscientes, de la existencia de una industria biotecnológica y farmacéutica de las más competitivas y avanzadas a nivel del mundo;- una de las pocas que pudo producir con recursos mínimos vacunas contra la COVID, como no pudieron hacer la gran mayoría de los países industrializados , a partir de las grandes reservas de níquel y cobalto minerales estratégicos, de la existencia de hidrocarburos en nuestra zona marítima; y sobre todo de nuestra tradición, de nuestra historia, de nuestro espíritu de Baraguá, de nuestra decisión y firme determinación de nuestro pueblo de defender nuestra independencia, soberanía y libre determinación a cualquier precio.
El despliegue militar del gobierno de los Estados Unidos en el Caribe, enfilado contra la República Bolivariana de Venezuela y el presidente constitucional y legítimo Nicolás Maduro Moros, que amenaza a Cuba y a toda nuestra América, demuestra que el concepto de la paz sobre la base de la fuerza es una amenaza a toda la humanidad, en particular a la paz y seguridad regionales y a la estabilidad de nuestra región.
El Secretario de Estado de los Estados Unidos pretende generar acciones militares contra la República Bolivariana de Venezuela, del tipo de las acciones que ampara y justifica con su presencia personal durante las últimas horas de genocidio y atroz destrucción en Gaza.
El Secretario de Estado, congresistas anticubanos y otros políticos de extrema derecha de los Estados Unidos, en particular de la Florida, traicionan el interés nacional de los Estados Unidos, la voluntad de sus electores, incluidos de los emigrantes latinoamericanos y caribeños, y pretenden generar una guerra en nuestra región.
Defenderemos la proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz firmada por los jefes de Estado y de gobierno de nuestra región en 2014.
Llamo a la comunidad internacional a movilizarse en defensa del Derecho Internacional y de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas. Llamo a la Asamblea General de Naciones Unidas y al Consejo de Seguridad a cumplir sus obligaciones y a ejercer sus prerrogativas al mandato de la Carta para preservar la paz en nuestra región.
Convoco a la movilización internacional de los gobiernos, parlamentos, sociedades civiles, fuerzas políticas, movimientos populares para detener una agresión militar de Estados Unidos contra nuestros pueblos.
Denuncio que junto a la ampliamente publicitada – con el empleo de mentiras y calumnias persistentes – con relación a una supuesta amenaza venezolana o de países de nuestra región a la seguridad nacional de los Estados Unidos; pretextos burdos y ridículos porque Estados Unidos, es hoy el principal centro financiero y el principal centro de lavado de activos financieros que se originan en el crimen transnacional organizado, fundamentalmente en el narcotráfico y que culpar a los países de nuestra región es una mentira vulgar y ridícula.
Denuncio que el gobierno de los Estados Unidos trata de intervenir para ocupar y disponer por la fuerza de la primera reserva de petróleo mundial que existe en la República Bolivariana de Venezuela. Nos opondremos firmemente a una reedición de la Doctrina Monroe y a cualquier ejercicio de la política de cañoneras.
La intercepción y destrucción de lanchas, el asesinato de civiles de carácter extrajudicial, la intercepción de buques pesqueros y las acciones agresivas de Estados Unidos en el Caribe Oriental generan una coyuntura peligrosa que amenaza la paz y la seguridad regional.
Reitero la irrestricta solidaridad de Cuba con el presidente Nicolás Maduro Moros, la República Bolivariana de Venezuela y la unión cívico-militar de su pueblo.
Agradezco profundamente su presencia en esta conferencia.
Muchas gracias.
(Se proyecta material audiovisual con declaraciones de Karen Marrero, jefa de Grupo de Desarrollo de Productos Biológicos del Centro Nacional de investigaciones Científicas-CNIC)
Rindo homenaje a la memoria y compromiso del Héroe del trabajo de la República de Cuba y Viceprimer Ministro, compañero Ricardo Cabrisas Ruiz. Nuestras condolencias y solidaridad con su esposa Hilda, con su hijo Ricardo y con su familia.
Estoy listo para responder sus preguntas.
(Yaira Jiménez Roig, directora general de Prensa, Comunicación e Imagen, da la palabra a los periodistas presentes en la Conferencia de prensa)
Roxana Rodríguez del Canal Caribe: Muchísimas gracias, yo soy Roxana Romero Rodríguez del Canal Caribe. Durante su comparecencia usted hizo alusión a la situación de escasez y sufrimiento que provoca el bloqueo y en ese sentido quisiera tener sus valoraciones sobre el impacto de este entramado de políticas sobre la vida de las personas, o sea, sobre la situación emocional, psicológica, social. Y si me permite una segunda, el tema de la incorporación en la lista de países que patrocinan el terrorismo sumada a los que no colaboran lo suficiente con los esfuerzos antiterroristas. Entonces, en ese sentido, ¿qué nivel de agravamiento, o sea, qué significa la incorporación a las listas?
Ministro: Nuestras niñas y niños han crecido y crecen en este minuto bajo el cerco y la hostilidad de las políticas estadounidenses. Reciben información cotidiana, navegan en las redes nuestros adolescentes, encuentran constantemente mensajes tóxicos de odio, de asedio, de violencia. Sufren la escasez, perciben la ansiedad de sus padres, de sus abuelos. Conocen cuando faltan medicamentos, cuando los alimentos escasean, cuando hay la ansiedad de no saber si algo podrá resolverse al día siguiente.
Han tenido que pasar y pasan muchísimas horas de apagones que afectan toda la vida familiar. Tienen, además, la inseguridad que provoca el conocer estas circunstancias difíciles y el no saber cuándo podremos superarlas.
Reciben también, afortunadamente, la explicación de sus padres, el ejemplo de sus padres y el ejemplo de sus abuelos.
No menos de tres generaciones de cubanos hemos crecido y vivido así. Los nietos de mis compañeras y compañeros -yo todavía no los tengo-, han nacido y crecen en estas circunstancias. Eso no puede describirse en cifras, no puede llevarse a la contabilidad.
Nuestro pueblo seguirá cuidando la alegría de los niños y mantendrá el factor cultural de nuestra idiosincrasia que nos permite resistir con optimismo y con alegría cualquier embestida, cualquier coyuntura.
La lista de países patrocinadores del terrorismo es una vulgar herramienta opresiva políticamente motivada. La contradicción entre una lista y otra es una evidencia del burdo pretexto que usa tanto un gobierno demócrata como un gobierno republicano. Andrea Rodríguez de la Agencia de Prensa: Sí, buenos días, soy Andrea Rodríguez de la agencia de prensa AP. Usted ha mencionado que en relación al periodo anterior, el incremento de las sanciones o el impacto de las sanciones es del 49% y ha sido muy explícito sobre las consecuencias cada vez más dramáticas que parece tener estas sanciones. Pero por otro lado, el secretario Marco Rubio en ningún momento ha dado ninguna señal en los últimos meses sobre algún intento de conciliación o búsqueda de acercamiento. ¿Cuáles son las expectativas de las autoridades cubanas para los siguientes meses? ¿Qué espera Cuba en función a las relaciones con Estados Unidos? Gracias.
Ministro: Cuba defenderá firmemente su independencia, soberanía y libre determinación. Al mismo tiempo, reitero ahora la disposición al diálogo respetuoso, recíproco, mutuamente beneficioso para nuestros pueblos sobre absolutas condiciones de igualdad soberana sin condicionamientos ni injerencias en nuestros asuntos internos con el gobierno actual de los Estados Unidos.
Reitero la denuncia de que el secretario de Estado ejecuta una agenda personal políticamente motivada, atada a oscuros intereses corruptos asentados particularmente en la Florida, que el secretario de Estado es en sí mismo una construcción fraudulenta que ni nació en Cuba, ni conoce Cuba, ni sabe nada de Cuba y que ha mentido consistentemente en la idea de que sus padres fueron afectados o emigraron después de la Revolución, cuando se sabe que lo hicieron mucho antes de enero de 1959.
Impone al gobierno de los Estados Unidos, tanto en el Consejo de Seguridad Nacional como en el Departamento de Estado, como en la comunidad militar y de inteligencia, contra el interés nacional de ese país, contra la opinión de los ciudadanos y contribuyentes y electores estadounidenses, contra el criterio profesional de los estamentos más calificados de estas agencias; una agenda personal y violenta destinada a provocar un cambio de régimen en Cuba, incluso con uso de acciones terroristas o con el uso de la fuerza.
Su pregonada paz sobre la base de la fuerza, su papel nefasto y criminal en relación con el genocidio en Gaza, su apoyo vergonzoso con su presencia junto al régimen sionista en el ataque contra la delegación palestina en Doha, Qatar, su justificación permanente y su garantía de que Estados Unidos continuará financiando el genocidio, lo colocan como un criminal internacional.
El Secretario de Estado es un fraude, lo era en el Senado de los Estados Unidos, lo es en el Departamento de Estado y en el Consejo de Seguridad Nacional.
Fabiola López, TeleSur: ¿Qué puede comentar usted de la estrategia que tiene el gobierno cubano para poder salir de la crisis actual, a sabiendas que no hay interés del gobierno de los Estados Unidos de eliminar el bloqueo? Por el contrario, lo recrudece y mantiene la política de máxima presión. Y otra pregunta, en el momento actual la región se caracteriza, usted decía, por el reforzamiento de la política agresiva de Estados Unidos. ¿Cómo contribuye el bloqueo a complicar más la situación, no solo en Cuba, sino en la región?
Ministro: He tratado de dar información y opiniones con relación a estos temas. He dado datos y he presentado evidencia sobre el daño tangible y sobre el daño también intangible, emocional y de distinta naturaleza, sobre el daño financiero directo y también sobre el daño financiero indirecto al privarnos de recursos que provoca el bloqueo.
Barcos surtos en puertos cubanos, barcos de combustible, de trigo, también no han podido descargar, no porque Cuba, pese a las enormes dificultades financieras, no haya podido pagar su embarque, sino porque las transferencias bancarias cubanas, desde cuentas internacionales en bancos extranjeros, son rechazadas una y otra vez. De manera que, reitero, el carácter opresivo, universal, omnipresente del bloqueo en nuestras vidas.
Respecto a la primera pregunta, sí, la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, las decisiones de nuestro Parlamento estuvieron muy centradas en estos temas. Hay una estrategia macroeconómica, un programa del país que avanza y tiene algunos resultados favorables, sobre todo en el equilibrio fiscal y en la disminución del crecimiento de la inflación y en otros indicadores macroeconómicos.
Pero no alcanza resultados tangibles que se reflejen en nuestras casas, en nuestras familias, en la mesa a la hora de comer.
En segundo lugar, hay un programa de gobierno para corregir distorsiones de nuestra economía, para resolver algunos problemas estructurales de la economía cubana que vienen del pasado, del período incluso pre-revolucionario o del sistema económico internacional hostil, expoliador, excluyente. Y también para corregir distorsiones que se introducen en la implementación de nuestras políticas o incluso algún error de diseño de alguna acción o medida económica.
Reitero que nuestro país avanza en esta materia, aunque estamos lejos de tener resultados que se reflejen en el bienestar de nuestro pueblo, en el nivel de vida de consumo de la sociedad.
Si no fuera por algunas de estas medidas, como es una inversión cuantiosa, extraordinaria, milagrosa en las condiciones de nuestra economía, en el ámbito de la energía solar y la energía renovable, que aportan hoy una cuota verdaderamente importante a la generación eléctrica, estas luces no podrían estar prendidas hoy y la situación dramática que genera el régimen de apagones y la inestabilidad que tiene el sistema eléctrico y energético nacional sería muchísimo más grave.
Igual que otras medidas, como por ejemplo los incrementos en las áreas sembradas, los incrementos en los rendimientos en algunos proyectos internacionales en la producción de arroz y medidas de distinta naturaleza, el desarrollo de esquemas financieros para proteger la producción de medicamentos, u otros que aún no generan todos los resultados necesarios, sin embargo son los que aseguran hoy la vitalidad difícil y precaria de nuestra economía, pero orientada a un curso de recuperación que será factible aún en condiciones de mayor endurecimiento del bloqueo. Marta Andrés, Alma Plus TV: Gracias, Ministro, en este contexto adverso y tan complejo que ha estado describiendo, qué importancia tiene entonces para Cuba la cooperación sur-sur y el acercamiento a mecanismos alternativos de cooperación como los anunciados a inicios de este año, o la unión de Cuba como Estado asociado a los BRICS, este tipo de intercambios ¿Qué importancia tiene para el país?
Ministro: La cooperación internacional de Cuba históricamente tiene un balance extraordinario. A pesar de las dificultades en la década de los 60, en la década de los 90 y actuales en nuestra economía, Cuba ha sido y es en este minuto uno de los mayores emisores de cooperación internacional del planeta.
Decenas de miles de colaboradores cubanos trabajan en 59 países en este momento. En su inmensa mayoría lo hacen sin ocasionar gastos a nuestra economía, pero sin producir beneficios o dividendos.
Algunas exportaciones de servicios médicos, educacionales o de otro tipo son perseguidos por el gobierno de los Estados Unidos sin tomar en cuenta, incluso bajo un diseño deliberado, de privar de esos servicios a población de bajos ingresos en lugares remotos de países del sur y a dañar el apoyo y la solidaridad internacional prácticamente unánime que Cuba recibe.
La persecución de la cooperación médica cubana internacional es un acto criminal que ignora los estándares internacionales fijados por la Organización de Naciones Unidas y otras agencias, fondos y programas. Ignora los principios de la Cooperación Sur-Sur indispensable y que tendrá que ser creciente ante el egoísmo y la incapacidad del mundo industrializado de cumplir sus compromisos de ayuda oficial al desarrollo frente a una deuda externa que oprime a nuestra economía a pesar de haber sido pagadas varias veces, a pesar de los modelos de producción y consumo irracionales e insostenibles, a pesar del daño ambiental que generan las economías industrializadas, esos países no muestran voluntad política para contribuir con el desarrollo de los países del sur y destinan recursos exorbitantes a la guerra, a los conflictos militares.
Habría que decir que si esas economías internacionales cumplieran sus compromisos de financiamiento climático y respecto a las metas de desarrollo del milenio, no habría hoy los balances desfavorables en el cumplimiento de las metas fijadas por la Asamblea General de Naciones Unidas que eran ya magras e insuficientes.
El personal médico cubano cumple misiones de manera totalmente voluntaria en condiciones de cooperación internacional que responden a todos los estándares internacionales. Sin embargo, el Secretario de Estado, con una agenda personal impuesta al gobierno de los Estados Unidos, desata una persecución feroz, no ya contra Cuba, sino contra los países receptores. Aplica alguna sanción a funcionarios de dichos países, amenaza a otros, pero concita un enorme repudio internacional, un enorme rechazo como el que ha recibido, por ejemplo, en los países del Caribe o en África.
Cualquiera que sea el incremento de medidas de bloqueo o de amenaza contra Cuba, nuestro país cumplirá escrupulosamente nuestro compromiso de cooperación internacional con las naciones del Sur.
Muchas gracias y agradezco a todos su presencia. Muchísimas gracias.
**** Promotor de una llamada “lista de países patrocinadores del terrorismo” que tiene como real propósito de denigrar a países que rechazan sus políticas de dominio, Estados Unidos da asilo a decenas de terroristas, prófugos y estafadores de todos tipos reclamados por distinto países de América Latina.
El sitio web contrainjerencia.com ha establecido, desde principios del año, una lista de los fugitivos más conocidos.
Son unos sesenta los delincuentes que identificó como prófugos latinoamericanos radicados en territorio estadounidense, la mayoría de ellos con pasado terrorista.
Con la comunidad cubanoamericana de Miami, el “Fichero” tuvo que limitarse a los más “famosos” de los terroristas y sicarios.
La caída del régimen de Fulgencio Batista, sostenido por Washington, marco la llegada al sur de la Florida de miles de cómplices de la dictadura que la CIA luego reclutó para las operaciones terroristas que ejecutó y encubrió contra la revolución cubana.
Varios cómplices de accciones terroristas ocurridas en Venezuela, en los últimos años, han encontrado en EEUU un asilo seguro tal como varios de los autores de la conspiración asesina de Santa Cruz, Bolivia.
Entre otros individuos que promovieron el uso del terror en distintos países del continente y que hoy radican en Estados Unidos con el conocimiento y la aprobación del Departamento de Estado, contrainjerencia.com identifica los siguientes personajes (por orden de inscripción):
Alejandro Melgar, cabecilla de la conspiración de Santa cruz, este negociante boliviano, radicado en EEUU con la entera complicidad de las autoridades migratorias.
Angel de Fana Serrano, participó en 1997, en Isla Margarita, a un complot para asesinar al lider cubano Fidel Castro durante la durante la Cumbre Iberoamericana. Socio de Luis Posada Carriles. De Fana conspiró también para asesinar al presidente Chavez.
Armando Valladares, cómplice del intento de magnicidio de Santa Cruz, Bolivia, y de varios actos terroristas,fue preso en Cuba por poner bombas en tiendas y retomo su trabajo con la CIA desde su salida de la isla.
– Carlos Alberto Montaner, vive desde varias decadas de sus prestaciones contra Cuba. Prófugo de la justicia cubana por poner bombas en tiendas y cines en 1960, fue miembro de la red terrorista de Orlando Bosch. Tiene residencias en EEUU y España.
Gaspar Jiménez. asesino del diplomatico cubano Dartagnan Díaz Díaz, cómplice de Luis Posada Carriles y condenado por terrorismo en Panamá. radicado en Miami con protección del FBI.
– Guillermo Novo Sampoll, terrorista,cómplice del asesinato del ex ministro chileno Orlando Letelier, torturador del plan Cóndor, asesino de dos diplomáticos cubanos en Argentina, cómplice de Luis Posada Carriles y condenado por terrorismo en Panamá. Radicado en Miami.
– Huber Matos,traidor cubano conocido por haber dirigido acciones terroristas. Sus lazos con el mundo del narcotráfico centroamericano son tan conocidos como los de su hijo, refugiado en Costa Rica. Radicado en Miami.
– Hugo Acha Melgar, financista de la pandilla terrorista conformada por neonazis hungaros y croatas que intentaron asesinar al presidente boliviano Evo Morales en 2009 en el complot de Santa Cruz. Radicado en EEUU.
– Joaquim Chaffardet, ex directivo de la policía secreta venezolana, vinculado al terrorista internacional Luis Posada Carriles. fue formado por los servicios de inteligencia de EEUU en la Escuela de las Americas (SOA). radicado en EEUU.
– Jose Antonio Colina Pulido, responsable de atentados con bombas contra oficinas diplomáticas de España y Colombia en Caracas en 2003. Radicado en Miami con varios complices.
– Nelson Mezerhane, financista estafador, accionista de Globovision,aparece entre los principales sospechosos del asesinato del fiscal Danilo Anderson. Desapareció de Caracas robándose siete millones de dolares. Radicado en EEUU.
Patricia Poleo, cómplice del asesinato del fiscal venezolano Danilo Anderson. Se encuentra detrás de distintas operaciones CIA realizadas con lala embajada norteamericana de Caracas contra la revolución bolivariana. Radicada en Miami.
– Pedro Remón, sicario de la CIA, asesino de Félix García Rodríguez y Eulalio Negrin, en Nueva York; cómplice de Luís Posada Carriles, condenado por terrorismo en Panamá. Radicado en Miami con protección del FBI.
– Luís Posada Carriles, agente de la CIA y terrorista internacional. Tiene un interminable historial de crímenes. Reclamado por Venezuela por los 73 homicidios del avión cubano destruido en pleno vuelo. Radicado en Miami.
Reinol Rodríguez, asociado a Luís Posada Carriles: cómplice del asesinato en Puerto Rico de Carlos Muñiz Varela. Actual jefe militar del grupo terrorista Alpha 66, tolerado por el FBI. Radicadoen Miami.
Roberto Martín Pérez, hijo de uno de los mas famosos esbirros de la dictadura de Batista, ex jefe del Comité paramilitar de la Fundación Nacional Cubanoamericana (FNCA).
– Raúl Díaz, condenado por ataques con explosivo C4 a dos embajadas en Caracas, ocurridos en el 2003. Radicado en Miami.
Carlos Yacaman, hondureño, asesino del ex ministro de vivienda de la administración Zelaya, Roland Valenzuela. Se encuentra en miami.
Branko Marinkovic, lider opositor boliviano de Santa Cruz, principal financista y cómplice de la banda terrorista desarticulada en 2009. Marinkovic entrego 200 mil dólares a los terroristas para la compra de armas. Vive en Miami.
– José Guillermo García, general salvadoreño, ex ministro de defensa, torturador y responsable del asesinato de cuatro monjas norteamericanas. Asilado en EEUU.
Carlos Vides Casanova, ex jefe de la guardia nacional de El Salvador, torturador y responsable del asesinato de cuatro monjas norteamericanas. Asilado en EEUU.
– Michael Townley, oficial de la policía secreta de Pinochet, cómplice del asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier. Radicado en Miami.
– Santiago Álvarez Fernández Magriña, terrorista y traficante de armas cubanoamericano, cómplice de Posada Carriles. Radicado en Miami.
Osvaldo Mitat, terrorista y traficante de armas cubano, cómplice de Posada Carriles.Radicado en Miami.
– Hector Alfonso Ruiz alias Héctor Fabian, terrorista cubano, coloco bombas en sedes diplomáticas, asociado a Posada Carriles, radicado en Miami.
Ramón Saúl Sánchez, sicario de Omega 7, cómplice de Eduardo Arocena y Pedro Remón. Radicado en Miami.
– Rodolfo Frómeta, terrorista cubano, jefe de comandos F4, autor confeso de acciones terroristas contra Cuba, radicado en Miami.
Roberto Guillermo Bravo, militar argentino, responsable de la masacre de Trelew que costó la vida a 16 jovenes revolucionarios; vive en Miami.
– Virgilio Paz Romero, cómplice del asesinato del canciller chileno Orlando Letelier y su colaboradora Ronni Moffitt, indultado por George W. Bush, Radicado en Miami.
– José Dionisio Suárez Esquivel alias Charco de Sangre,cómplice del asesinato del canciller chileno Orlando Letelier y su colaboradora Ronni Moffitt, liberado por George W. Bush. Radicado en Miami.
Félix Rodríguez Mendigutía alias El Gato, agente CIA, ordenó el asesinato de Ernesto Che Guevara, cómplice de Posada Carriles en base salvadoreña de Ilopango en trafico armas contra cocaína. Radicado en Miami.
– Salvador Romani, presidente de la terrorista Junta Patriótica cubana en Venezuela, asaltante de la embajada cubana en Caracas, cómplice del asesinato del fiscal Anderson. Radicado en Miami.
Johan Peña, ex comisario de la DISIP venezolana, colocó la bomba que mató al fiscal Anderson. Vive en Miami.
– Jaime García Covarrubias, ex jefe represor de Pinochet, acusado de torturas y asesinatos, hoy profesor en academia del Pentagono, en Washington, EEUU
– José Basulto, terrorista cubanoamericano, agente de la CIA, jefe de Hermanos al Rescate, y autor de provocaciones asesinas. Vive en Miami.
Inocente Orlando Montano, coronel salvadoreño reclamado por justicia española por asesinato de jesuitas. asilado en EEUU.
– José Guevara, ex agente de la DISIP venezolana. Participó desde Miami en el complot para asesinar fiscal venezolano Danilo Anderson. asilado en EEUU bajo proteccion del FBI.
En Miami, decenas organizaciones cubanoamericanas vinculadas al terrorismo siguen activas aunque el FBI conoce perfectamente su relación con actividades violentas.
Los grupos terroristas Alpha 66 y Comandos F4 predican abiertamente el uso del terror contra Cuba mientras las actividades de apoyo a acciones terroristas de directivos de la FNCA y del Cuban Liberty Council ha sido denunciadas públicamente en distintas oportunidades.
Nada sorprende a nadie en esta materia en el estado del representante Connie Mack quién sugirió el asesinato del presidente venezolano Hugo Chávez, y de su colega Ileana Ros-Lehtinen quién propuso en una entrevista con la televisión británica la eliminación física del líder cubano Fidel Castro.
Ros-Lehtinen es Presidente honorario del Fondo de defensa del terrorista Luis Posada Carriles.
Su colega del Senado, Robert “Bob” Menéndez se reunió el último 17 de mayo con Luis Posada Carriles, en un restaurante de West New York, para celebrar su indulto por un tribunal tejano.
La política exterior de Estados Unidos se ha caracterizado durante mucho tiempo por sus intentos de dominar la vida política y económica de América Latina. Desde el siglo XIX y la Doctrina Monroe, Cuba ha sido un objeto central de estas ambiciones imperiales. Aunque muchos políticos estadounidenses han desempeñado papeles en el mantenimiento del bloqueo y el aislamiento de La Habana, el senador Marco Rubio destaca como uno de los más fervientes defensores de las medidas punitivas. Su carrera política revela no solo la persistencia de las mentalidades de la Guerra Fría, sino también cómo motivaciones personales y electorales convergen para perpetuar una política de agresión contra Cuba. En defensa de Cuba, es necesario criticar el papel de Rubio, no solo como legislador individual, sino como representante de una hostilidad arraigada y como figura que obstruye activamente la soberanía, la independencia y el derecho a la autodeterminación de la isla. Hijo de inmigrantes cubanos, Marco Rubio se ha presentado constantemente como una voz de las comunidades de exiliados en Florida. Sin embargo, en lugar de representar la diversidad del exilio cubano, ha optado por amplificar a los sectores más conservadores y radicales, en particular aquellos comprometidos con el derrocamiento del proyecto socialista cubano. Su capital político se ha construido a partir de convertir el dolor del exilio en una plataforma que demoniza al Estado cubano, mientras ignora la larga historia de agresión estadounidense. Rubio suele presentarse como defensor de la democracia y los derechos humanos, pero su retórica es inseparable de la continuación del embargo, una política condenada año tras año por abrumadoras mayorías en las Naciones Unidas como violación del derecho internacional y de la dignidad humana. Hay que reconocer que Marco Rubio no actúa de forma aislada. El embargo estadounidense, formalizado en 1962, ha persistido bajo administraciones tanto demócratas como republicanas. No obstante, Rubio ha tomado medidas extraordinarias para garantizar que cualquier intento de normalización se revierta. Cuando el presidente Barack Obama inició un deshielo en las relaciones, abriendo embajadas y flexibilizando restricciones de viaje, Rubio encabezó la oposición, presentando el acercamiento como una capitulación ante una dictadura. Bajo la presidencia de Donald Trump, la influencia de Rubio fue evidente en la reversión de las políticas de la era Obama: restricciones a las remesas, limitaciones a los vuelos y medidas punitivas dirigidas al acceso de Cuba a las finanzas internacionales fueron impulsadas con el respaldo de Rubio. Lejos de ser un senador marginal, Rubio actuó como arquitecto de una política que aseguró que la hostilidad permaneciera en el centro de las relaciones con La Habana. Ver másTienda Siglo XXIProductos de belleza naturalesSeguridadLugaresRubio enmarca su postura anticubana en el lenguaje de la promoción de la democracia y los derechos humanos. Sin embargo, este discurso es profundamente contradictorio. Critica el sistema político de Cuba mientras guarda silencio sobre las alianzas de Estados Unidos con regímenes autoritarios en todo el mundo —desde Arabia Saudita hasta Egipto— donde los abusos de derechos humanos son sistemáticos y a menudo facilitados por armas estadounidenses. La selectividad de Rubio evidencia que su oposición a Cuba no se debe a la democracia, sino a la supresión de un modelo de soberanía que rehúsa la dominación estadounidense. En este sentido, Cuba representa un agravio simbólico: una pequeña isla que ha resistido más de sesenta años de presiones, intentos de invasión y operaciones encubiertas, y que aún mantiene su independencia. La hostilidad de Rubio, por lo tanto, se dirige menos al sistema de gobierno cubano y más a castigar la posibilidad misma de autonomía en el Sur global. Defender a Cuba implica también poner en primer plano el costo humano de las políticas que Rubio apoya. El embargo, endurecido bajo su influencia, ha restringido el acceso a medicinas, tecnología y redes financieras, todo lo cual afecta directamente a los cubanos de a pie más que al aparato estatal. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19, Cuba desarrolló sus propias vacunas —un logro científico extraordinario para una nación pequeña bajo bloqueo—, pero el acceso a jeringas y materias primas necesarias fue obstaculizado por las restricciones estadounidenses. Rubio, mientras acusaba al gobierno cubano de supuesta mala gestión, omitía reconocer que las mismas carencias eran agravadas por las políticas que él ayudó a intensificar. Hablar de democracia mientras se priva a la gente de recursos vitales no es solo hipocresía; es una forma de crueldad disfrazada de política exterior. La postura radical de Rubio también es inseparable de los cálculos políticos internos. En Florida, donde los votantes cubanoamericanos tienen una influencia electoral desproporcionada, la retórica anticubana funciona como un movilizador confiable de apoyo. Al presentarse como guardián contra el socialismo, Rubio vincula la política hacia Cuba con narrativas conservadoras más amplias sobre la política interna de EE. UU., especialmente al avivar temores sobre movimientos de izquierda. Su agresión hacia Cuba no es, por tanto, solo cuestión de política exterior, sino también de supervivencia política. Esta postura oportunista subraya la vacuidad de sus apelaciones morales: Cuba no es tratada como un vecino con el que es posible dialogar, sino como una herramienta electoral que se manipula para obtener votos. La resiliencia de Cuba ante la hostilidad estadounidense es en sí misma una forma de desafío que merece reconocimiento y solidaridad. El papel de Marco Rubio en la perpetuación de la agresión demuestra cómo los intereses políticos arraigados en Washington continúan castigando a una nación simplemente por afirmar su independencia. Su retórica de democracia y derechos humanos se derrumba bajo el escrutinio, revelando en su lugar una política de castigo, oportunismo electoral y continuidad imperial. Defender a Cuba es afirmar el principio de que las naciones pequeñas tienen derecho a trazar su propio camino sin ser estranguladas por las políticas de una superpotencia.Rubio puede afirmar que actúa en nombre de la libertad, pero en realidad representa la perpetuación de la coerción. La lucha de Cuba, por tanto, sigue siendo no solo contra embargos y sanciones, sino también contra figuras como Rubio que encarnan la persistencia de la agresión imperial estadounidense
Renan Guevara Serrano Candidato a Doctorado en Estudios Estratégicos
Lo que está ocurriendo entre Irán e Israel no es una erupción espontánea del caos, sino una operación meticulosamente planificada. Israel, con el respaldo incondicional de Washington, ha lanzado ataques masivos que han devastado centros de investigación nuclear, infraestructuras críticas y viviendas civiles. No se trata de autodefensa. Son asesinatos selectivos. Y sin embargo, el coro mediático en Occidente insiste en vestir esta agresión con el ropaje del “choque de civilizaciones”o “el programa nuclear de Irán”.
No es una guerra en sentido estricto. Es una campaña de desmantelamiento, diseñada no para vencer a un enemigo militar, sino para quebrar la columna vertebral de un Estado soberano. Irán es castigado no por lo que hace, sino por lo que representa: una resistencia relativa, incómoda, al orden neoliberal regional dirigido desde Tel Aviv, Riad y Wall Street. Israel tampoco sale indemne. También sangra, también se desgasta. Porque en esta dinámica, la destrucción es un negocio. Cuanto más se arruina, más rentable se vuelve la reconstrucción… bajo condiciones impuestas, claro.
No se trata de ideología, religión ni seguridad. Se trata de capital. Los misiles abren paso a los contratos. Tras los bombardeos llegarán los tecnócratas, los fondos de inversión, los bancos del Golfo. No vendrán con tanques, sino con memorandos de entendimiento. Habrá promesas de “ayuda” y “modernización”, pero el precio será la subordinación económica, la pérdida de autonomía, la reconversión forzada. En nombre de la estabilidad, se sembrará dependencia.
Y eso, conviene decirlo con claridad, no es un accidente. Es el guión. Lo han hecho antes, y lo volverán a hacer. La tragedia es que muchos aún lo llaman paz.
El 12 de junio, Israel -armado hasta los dientes, financiado sin condiciones y diplomáticamente blindado por Washington- lanzó una ofensiva aérea masiva bajo el nombre de “Operación León Naciente.” Más de cien objetivos en Irán fueron alcanzados: instalaciones nucleares, fábricas de misiles balísticos, y las viviendas de altos mandos del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. No fueron actos de defensa. Fueron ejecuciones extrajudiciales. Entre las víctimas hubo científicos nucleares y líderes militares, figuras centrales de la soberanía iraní frente a un orden internacional estructurado para mantener la supremacía occidental.
La respuesta iraní no fue un arrebato irracional, sino el ejercicio legítimo y calculado de su derecho a la autodefensa. Teherán ha estado ejecutando una ofensiva precisa y cuidadosamente calibrada con misiles y drones, que no sólo desbordó los sistemas de defensa israelíes, sino que logró lo impensable: perforar la tan glorificada Cúpula de Hierro y golpear con fuerza zonas estratégicas en pleno Tel Aviv. Fue una operación quirúrgica, no simbólica, que demostró capacidad técnica, soberanía operativa y voluntad política.
Pero esto no es un caso de destrucción mutua asegurada. No es locura. Es cálculo. Lo que se está llevando a cabo es una desestabilización meticulosamente gestionada. Irán no está siendo derrotado: está siendo atacado por negarse a arrodillarse. No es su amenaza nuclear la que enfurece a las potencias occidentales, sino su negativa a convertirse en otro Estado cliente y ejercer su soberanía.
En esta campaña no se busca la paz, ni siquiera la victoria. Se busca el colapso. La “reconstrucción” llegará después, ofrecida como caridad neoliberal por los mismos actores que financiaron la destrucción. Y si los iraníes se resisten a ser domesticados, serán presentados como fanáticos o terroristas. Es un guión viejo. Lo han hecho antes.
Llamar “incontrolable” a la actual escalada es confundir el escenario con el guión. Esto no es una crisis que se desborda; es la ejecución milimétrica de una estrategia. Y no fue concebida ni en Teherán ni en Tel Aviv, sino en los despachos de estrategia occidental y las oficinas de corretaje financiero del Golfo. La devastación que hoy azota tanto a Irán como a Israel no es producto del caos, sino de un agotamiento planificado. Ninguno de los dos Estados está siendo “derrotado” en el sentido clásico. Ambos están siendo drenados, desarmados, debilitados, no mediante diplomacia, sino mediante desgaste.
Esto no es una guerra para ganar o perder. Es una guerra para erosionar, hasta hacer desaparecer, los últimos vestigios de soberanía militar efectiva en Asia Occidental. Irán no se está colapsando: está siendo empujado, paso a paso, hacia un “nuevo orden regional” no impuesto por la razón, sino por la promesa condicionada de reconstrucción.
Las monarquías del Golfo -Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar- se han presentado ante el mundo como las nuevas “fuerzas de moderación” en el conflicto. Se ofrecen como mediadores imparciales, gestores de reconstrucción y garantes de estabilidad regional. Pero sería ingenuo -o deliberadamente ciego- tomar este gesto por filantropía. Lo que se anuncia como ayuda es, en realidad, inversión estratégica. Quien financie la reconstrucción de la infraestructura iraní o la rehabilitación del sistema de defensa israelí no estará prestando asistencia: estará comprando acceso, moldeando políticas y asegurando subordinación.
Estas no son donaciones. Son apuestas geopolíticas con retorno esperado. Los fondos soberanos del Golfo -entre los más grandes del mundo- ya han sido movilizados en otras zonas devastadas, desde Siria hasta Gaza, siempre con condiciones. Hoy, frente a una región extenuada por el fuego cruzado y las sanciones, los contratos de “reconstrucción” se convierten en los nuevos instrumentos de dominación.
El Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo no actúa como un cuerpo de paz, sino como un consorcio de intereses. Quienes se integren a sus esquemas financieros lo harán a costa de su soberanía. El proyecto no es reconstruir para liberar, sino reconstruir para domesticar.
El Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo no actúa como un cuerpo de paz, sino como un consorcio de intereses económicos y estratégicos. Quienes se integren a sus esquemas financieros lo harán a costa de su soberanía. El proyecto no es reconstruir para liberar, sino reconstruir para domesticar. Lejos de consolidarse como una fuerza de paz, el Consejo opera como el fideicomisario de una dependencia regional cuidadosamente administrada. No necesita desplegar tanques; le basta con licitaciones. Así es como se neutraliza la soberanía en el siglo XXI: no con cañones, sino con contratos.
Frente a esta maquinaria, los BRICS -en particular Rusia y China- ofrecen una alternativa incipiente, aún limitada, pero históricamente significativa. Mientras Occidente disfraza el saqueo como “reformas estructurales” y los Estados del Golfo se presentan como filántropos de posguerra, Pekín y Moscú han promovido principios básicos de respeto a la soberanía, no-intervención y desarrollo mutuo. La Iniciativa de la Franja y la Ruta, plantea una lógica distinta: integración sin destrucción previa. Cooperación sin bombardeos como prólogo.
Pero el enemigo es persistente. Ya no se requieren tropas de ocupación ni planes del FMI: basta con la penetración del capital especulativo. Aquí es donde actúa el verdadero arquitecto de la dependencia: el Capital Financiarizado Global. Una vez agotadas las capacidades militares de Irán e Israel, ese capital se desplegará, no como gesto de paz, sino como instrumento de domesticación. Lo que no logró la guerra, lo impondrá la deuda. La política exterior se redactará, no en nombre de la dignidad nacional, sino al ritmo de los mercados.
Incluso Gaza, durante décadas símbolo moral de la dignidad árabe, está siendo transformada. Ya no como bandera de resistencia, sino como activo financiero en el portafolio de las monarquías del Golfo. La “reconstrucción” será financiada por Riad, Doha o Abu Dabi, pero no como acto de justicia, sino como inversión con retorno. Si Israel acepta integrarse a la lógica del capital, Gaza no será liberada: será explotada.
En este contexto, China y Rusia representan -con todas sus limitaciones- una contención parcial al despojo globalizado, una resistencia estructural al poder de los bancos y los fondos. No se trata de idealizarlos, sino de reconocer que, en un mundo donde los contratos reemplazan a la soberanía y las bombas preparan el terreno para BlackRock, cualquier atisbo de orden alternativo merece ser defendido.
Esto no es paz. Es pacificación. Y no se impone con drones ni tanques, sino con calificaciones crediticias y garantías de liquidez. El objetivo no es resolver los conflictos de la región, sino volverlos manejables, previsibles y, en última instancia, rentables.
Estamos presenciando el acto final de una operación largamente preparada. El modelo de resistencia en Asia Occidental no está siendo debatido ni reformado: está siendo desmantelado de forma sistemática. La ilusión de disuasión mutua -invocada durante años para explicar la tensa estabilidad entre las potencias regionales- se ha derrumbado. Lo que queda es una convergencia controlada: los dos últimos Estados de la región capaces de sostener una resistencia militar autónoma -Irán e Israel- están siendo neutralizados al unísono. No porque compartan valores, sino porque representan, de distintas maneras, un obstáculo al nuevo orden post-soberano que se está imponiendo en la región.
Esto no marca el fin de la guerra, sino el comienzo de una paz gerenciada, donde la violencia abierta es sustituida por un orden tecnocrático diseñado para preservar la arquitectura de poder. El vacío dejado por unas fuerzas armadas exhaustas no será llenado por movimientos de liberación ni por diplomacia desde abajo, sino por burócratas financieros, organismos multilaterales y empresas privadas con contratos en la mano. La autonomía estratégica de Irán está siendo progresivamente erosionada bajo la presión de sanciones, aislamiento y promesas condicionadas de reconstrucción. Israel, por su parte, no está siendo derrotado por la resistencia árabe, sino humillado por la caída del mito de su invulnerabilidad militar, y contenido -no por principios- sino por el capital del Golfo, que va a exigir estabilidad para proteger sus inversiones.
Ambos Estados están siendo rediseñados para ajustarse a un nuevo marco regional donde la moneda de cambio no es la legitimidad ni la autodeterminación, sino la liquidez. La región no se encamina hacia una reconciliación basada en justicia, sino hacia una recalibración funcional al mercado: una paz de gestoría, no de principios. En este nuevo paradigma, la soberanía es tolerada sólo si no interfiere con los flujos de capital. Y quienes se resistan, serán marginados. O reconstruidos.
La llamada “influencia” de Estados Unidos en este conflicto no responde a intereses nacionales ni a principios democráticos. Es, sencillamente, la extensión práctica del poder del capital financiero global, que utiliza a Washington como su ejecutor político y militar. No hay ninguna decisión que se tome en nombre de la justicia, la legalidad internacional o la paz. Lo que se impone es un sistema en el que el bombardeo prepara el terreno para el contrato, y la devastación garantiza la obediencia.
En este esquema, las monarquías del Golfo ya no son simples beneficiarias del paraguas militar estadounidense: se han convertido en cómplices activos y codiseñadores del nuevo orden regional. Arabia Saudita, Emiratos y Qatar no están “equilibrando” el poder regional, lo están capitalizando. Su papel es claro: ofrecer reconstrucción a cambio de subordinación, comprar influencia con licitaciones, imponer condiciones políticas mediante inversiones. Están reconfigurando su lugar en el sistema mundial no como actores soberanos, sino como administradores regionales del capital transnacional. En un mundo que se encamina hacia la multipolaridad, el Golfo ha decidido no desafiar el orden existente, sino convertirse en su gerente regional.
Al mundo se le dirá que esto es paz. No lo es. No es reconciliación. Es un reinicio. Y no concebido en Teherán o Tel Aviv, sino en Davos y Dubái. Quienes lo diseñan no hablan el lenguaje de la justicia, de la dignidad ni de la liberación. Hablan únicamente en la lengua fría y precisa del análisis costo-beneficio y del retorno de la inversión futura.
Este es un adelanto de nuestro libro “IRÁN y sus Fuerzas Armadas. Su particular Sistema de Defensa y Seguridad”, donde transcribimos el primer capítulo de dicha obra, que pronto estará a la venta como también gratis en PDF. Transcribimos el capítulo dedicado a la Guerra Irán Irak, cumpliéndose este 2025, 45 años de su inicio.
Por el Dr Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Mg. en Defensa Nacional.
La guerra desatada en 1980, siendo la justificación una serie de reclamaciones territoriales, escondía intereses mucho más complejos tanto de actores regionales como extrarregionales. El detonante fue la denuncia del Tratado de Argel por la cuestión del Shatt al-Arab, por parte de Irak, escalando el conflicto, en atención que consideraba que Irán bajo el nuevo gobierno revolucionario, estaba completamente vulnerable. El resultado fue la consolidación del régimen establecido en 1979, con el derrocamiento de la dinastía Pahlevi y una verdadera “escuela” donde se forjaron los futuros mandos de las Fuerzas Armadas iraníes, especialmente el Ejército de los Guardianes de la Revolución Islámica (“pasdaran”).
Las pérdidas sufridas, el aislamiento internacional que padeció Irán durante el conflicto, sin ninguna duda marcó el pensamiento en materia de Defensa Nacional para Teherán. En este capítulo de manera sintética, hablaremos los puntos más destacables del conflicto.
Los objetivos de los beligerantes, tomando en cuenta la bibliografía existente:
a) Irak.
Control efectivo sobre la vía fluvial Shatt el Arab, dejando sin efecto las obligaciones del Acuerdo de Argel de 1975.
Ocupación de la provincia iraní de Juzestán, con una importante población árabe y rica en recursos petroleros.
Proyección sobre el Golfo Pérsico.
Eliminación del régimen revolucionario iraní instaurado en 1979.
b) Irán.
Mantenimiento del statu quo resultado del Acuerdo de Argel de 1975 respecto al Shatt el Arab.
Proyección de la Revolución Islámica, dado que la mayor parte de la población de Irak es chií.
Mantener el control de la provincia de Juzestán.
Las Fuerzas Armadas de Irán, durante el reinado del sha Mohammad Reza Pahlevi, habían alcanzado teóricamente un alto nivel de desarrollo, gracias a los ingresos petroleros y la estrecha alianza con Occidente, permitiendo adquirir modernos sistemas de armas, pero con una fuerte dependencia del asesoramiento extranjero para su operación y mantenimiento. Las inversiones se orientaron a las fuerzas terrestres y aéreas, bajo los sueños del sha de convertir a Irán en la primera potencia del Próximo Oriente. En este proceso, también se sentaron las bases para el desarrollo de una industria de defensa local.
El despliegue de las fuerzas armadas estaba orientado, especialmente hacia la frontera con Irak, considerado la principal hipótesis de conflicto, por el viejo conflicto del Shatt al-Arab. Esto tuvo sus ventajas a la hora de responder ante el ataque iraquí.
El triunfo de la Revolución Islámica de 1979, significó una crisis para las Fuerzas Armadas, por las deserciones, purgas, ejecuciones de altos mandos y el exilio de muchos cuadros capacitados. El retiro de millares de asesores extranjeros, afectó también la operación de sistemas de armas complejos, especialmente para la Fuerza Aérea.
Los grupos paramilitares islamistas, se transformaron por orden del ayatolá Jomeini, en la base de un nuevo ejército, que en una primera instancia iba absorber las fuerzas armadas heredadas de tiempos del sha. Finalmente, se transfomó en otra fuerza armada, con rango constitucional: el Ejército de los Guardianes de la Revolución Islámica, cuyo proceso de expansión en plena guerra con Irak incluyó la creación de las armas aérea y naval, además de una milicia popular, conocidos como Basij.[1]
El liderazgo iraquí consideró que la delicada situación de las fuerzas armadas iraní y la inestabilidad derivada del nuevo régimen imperante en Teherán, jugaba a su favor en el marco de una acción militar. Irak tenía fuerzas armadas modernas, pero su alto mando, estaba altamente politizado y los ascensos estaban marcados por lealtades de clan, influencias políticas, más que por talento profesional. La personalidad de Saddam Hussein no ayudaba, siempre temeroso de un golpe de estado, llevó a cabo violentas purgas y ejecuciones de altos oficiales, afectando la conducción estratégica y operacional de las fuerzas armadas de Irak.
Primera fase de la guerra (22 de septiembre de 1980 – enero de 1981)
En septiembre de 1980,[2] las fuerzas de Irak, lanzaban la Operación Kadisiya, en honor a la batalla librada por las tropas árabes en 637, que derrotaron a las fuerzas del imperio persa sasánida.
En cuanto al despliegue inicial de las fuerzas en el Teatro de Operaciones, en las fases iniciales de la guerra:
a). Frente Norte, siendo el centro de gravedad: Kirkuk. Los iraquíes desplegaron cuatro divisiones de infantería, siendo la reserva un Cuerpo de Ejército. Lo iraníes contaban con dos divisiones de infantería.
b) Frente Centro. El centro de gravedad era Bagdad: los iraquíes tenían dos divisiones de infantería, una división mecanizada y una división blindada. Irán contaba con una división de infantería y otra blindada.
c) Frente Sur. Centro de Gravedad: Kasiriya. Irak contaba con dos divisiones mecanizadas, dos divisiones blindadas y un Cuerpo de Ejército como reserva.
d) Reserva Estratégica: Irak contaba con una división blindada y formaciones de apoyo en Bagdad. Irán en Teherán, tenía dos divisiones mecanizadas y una blindada.
El Objetivo Estratégico Operacional fijado por Irak fue la conquista y ocupación de las ciudades iraníes de ciudades de Abadan y Khorramshar, eventualmente Ahwaz y especialmente, la ciudad de Dezful, la terminal petrolera de la isla Kharg y el puerto de Bandar Chapur. Esto estaba en consonancia con la materialización de los Objetivos Político y Militar: el control del Shatt al- Arab y de la provincia iraní de Juzestán. De lo enunciado se desprenden dos Direcciones Estratégicas Operacional Principal y Secundaria.
En cuanto a las Direcciones Estratégicas:
a) Estratégica Operacional Principal: ubicada en el sur del Teatro de Operaciones se materializa en el eje Basora – Khorramashar – Abadán. Estaba en relación con los objetivos fijados por los reclamos de Irak. Estaban asignados los medios con suficientes capacidades para llevar alcanzar los objetivos fijados por el nivel estratégico, incluyendo la ocupación de la provincia iraní de Juzestán.
b) Estratégica Operacional Secundaria: ubicada en el Frente Centro, con eje en Bagdad – Ghasr e Chirin, abriendo la posibilidad de la prolongación hacia el interior de Irán.
En el sector Sur, los iraquíes no concentraron todo su poder de combate, a pesar de ser el principal objetivo de la guerra. Asimismo, la distribución de objetivos responde al concepto de “ataque frontal” y no la clásica maniobra de envolvimiento, rodeo o ruptura, siendo lo ideal en este tipo de operaciones militares. Las razones posibles que el alto mando iraquí adoptó la división del teatro de operaciones en tres sectores y optara por la idea de un ataque frontal, se debía posiblemente a cuestiones internas del país. En el norte, la población kurda tenía una relación conflictiva con Bagdad y podía impulsar a Irán apoyar una rebelión de mayor magnitud. También estaban los importantes pozos petroleros de Kirkuk. En la región central, Bagdad está a solo 150 km de la frontera iraní.
El Objetivo Estratégico Operacional desde el lado de Irán, consistió en la recuperación de los territorios ocupados por el enemigo y la ocupación de lugares puntuales en Irak, debilitando su capacidad ofensiva, garantizando el mantenimiento de las regiones recuperadas. La captura de la terminal petrolera de Fao, el intento de capturar los pozos petroleros de Kirkuk y el asegurar el control del Shatt el Arab, con la ocupación de Basora. Los iraníes en una primera instancia, a diferencia de los iraquíes, adoptaron un criterio de economía de fuerzas, sin buscar cubrir todo el frente. Organizaron un dispositivo de defensa en profundidad, por medio de escalones y con una adecuada reserva dispuesta para acudir cuando sea necesario en cualquier punto del frente.
Tropas iraníes usando máscaras. Irak hizo un empleo extensivo de armas químicas, prohibidas expresamente por el derecho internacional.
Las fuerzas iraquíes lanzaron operaciones aéreas a escala contra la industria petrolera iraní y bases de la Fuerza Aérea Iraní. En el frente norte, Irak mantuvo una actitud defensiva. La ofensiva en el sur perdió empuje, dado la enconada resistencia iraní, impulsando a Bagdad a lanzar acciones en Judeimaniyeh y Marivan. En dicho sector la principal victoria de Irak fue la captura del puerto de Khorramashar en octubre de 1980, luego de un mes de dura resistencia iraní. Esta localidad era la llave de acceso a las ciudades de Ahwaz y Abadan, y por ende significaba la conquista de Juzestán. La eficaz defensa iraní, permitió el repliegue del ejército de manera ordenada. El régimen internacional de sanciones a Irán, obligó a los estrategas de Teherán a reorganizar la logística, apelar el mercado negro y movilizar los recursos nacionales para apoyar el esfuerzo de guerra.
En esta etapa del conflicto, las fuerzas iraquíes sitiaron la ciudad de Abadan, sede entonces de una de las refinerías más grandes del mundo, donde la resistencia en una primera etapa estuvo en manos de los pasdaran y milicias Basij. En estas batallas, se formaron jóvenes mandos de dichas organizaciones militares, que operaban separadas del ejército. Recién en 1982, comenzaron a funcionar de manera conjunta (en el plano táctico) cosechando numerosos éxitos en el campo de batalla.
La Operación Morvarid (Perla) llevada a cabo de manera conjunta entre la Armada y la Fuerza Aérea iraní, desarrollada en noviembre de 1980, tuvo como resultado la destrucción de las dos terminales petroleras más importantes de Irak: Mina al Bakr y Khor-al-Amaya, además de la destrucción de gran parte de la Marina iraquí e instalaciones de radar. Este tipo de operaciones, puso en evidencia, que los cuadros que sobrevivieron a las violentas purgas y ejecuciones de los primeros días de la Revolución, eran competentes y buenos profesionales.
Piloto iraní y el F 14, poderoso caza adquirido en tiempos del sha.
Pronto las fuerzas iraquíes adoptaron una postura defensiva, una vez cumplido los objetivos a la espera de iniciar un proceso de negociaciones. En el sector central, los iraquíes capturaron Qasr el Chirine y Mehran, desaprovechando las ventajas para poder seguir avanzando hacia el interior de Irán, donde la defensa iraní era claramente inconsistente.
El ataque al puerto iraquí de Fao, por parte de comandos navales iraníes en noviembre de 1980, puso en evidencia la capacidad en el campo de las operaciones especiales de las fuerzas armadas persas. Irak se vio obligado a enviar su petróleo vía Siria, siendo objeto el oleoducto empleado para tal fin de una sofisticada operación de fuerzas especiales iraníes.
Los iraníes tenían serios problemas en el plano estratégico, dado el enfrentamiento entre el presidente Banisadr, el Consejo de Defensa Nacional y el liderazgo religioso, que se reflejaba en el campo de batalla, siendo el resultado la derrota de la batalla de Defzul. Asimismo, se observa el desarrollo de tácticas, mal llamada de “oleada humana” protagonizadas por las milicias Basij. Esto consistía en el empleo de grupos de tiradores de veinte efectivos, avanzaban hacia objetivos específicos, dando la impresión de “oleada” para abrumar defensas iraquíes en puntos débiles. Estas tropas con equipo ligero, actuaban generalmente de noche, combinando la infiltración y la sorpresa, a pesar del alto costo en vidas – millares murieron en los campos de batalla – generaron serios contratiempos a los iraquíes. Los combatientes fueron instruidos en técnicas de infiltración, logrando en muchos casos golpear centros de comunicaciones y puestos de mando. Dicha táctica permitía rodear a grandes unidades de combate, permitiendo a los iraníes llevar a cabo una verdadera guerra de maniobras.
La falta de armas pesadas y los problemas de coordinación en el nivel estratégico entre los dos “ejércitos” iraníes, impidieron llevar a cabo batallas decisivas. No obstante, en el plano táctico, las distintas ramas militares iraníes actuaron de manera coordinada.
La táctica de “oledada humana” fue empleada a escala en la ciudad de Bostan, en el marco de la Operación Tariq al Quds (Camino a Jerusalén). En la conducción participó el competente teniente general Ali Sayyad Shirazi. Esta batalla fue un antes y después de la guerra a partir de ese momento, Irán tomó la iniciativa, llevando a cabo unas 70 ofensivas, centrándose especialmente en el frente sur, con el objetivo de capturar la ciudad de Basora y hacerse con los importantes pozos petroleros, que impactaría directamente en el esfuerzo de guerra iraquí y en segundo lugar, en el frente norte, los iraníes con apoyo de grupos armados kurdos, buscarían también ir por la ciudad de Kirkuk y la importente actividad petrolera, afectando la economía de Irak y obligando a dividir fuerzas.
El competente general Ali Sayyad Shirazi, comandante en jefe del Ejército iraní en la guerra de Irán Irak.
Esta fase de la guerra se cerró con el ataque iraní a la base aérea H 3 de Irak, ubicada a 430 km de Bagdad, en pleno desierto. Una fuerza formada por ocho cazabombarderos F-4 Phantom, cuatro F-14 Tomcat (posiblemente empleados como mini AWACS) tres aviones cisterna de reabastecimiento Boeing 707 y un avión de mando Boeing 747, destruyeron más de 27 cazas iraquíes. Las sanciones internacionales limitaron la operatividad de la Fuerza Aérea iraní, que mantuvo un rol netamente defensivo y que impulsaría el desarrollo de tácticas con misiles balísticos.
Tapa del libro próximo aparecer, donde publicamos uno de sus capítulos en este Blog como adelanto.
Segunda Fase. Reorganización de las Fuerzas Armadas iraníes. Contraofensiva (enero de 1981- diciembre de 1982).
En esta fase se destaca por la liberación de la provincia de Juzestán. El régimen consideró que la paz solo podría alcanzarse con la caída del gobierno del Baas de Saddam Hussein, exportando la revolución islámica a Irak, quedando reflejado la aspiración de constituir un eje Beirut, Damasco, Bagdad y Teherán. Muchos años después este proyecto se mantuvo vigente en el marco del llamado “Eje de la Resistencia”.
La Operación Fath-ol-Mobin (Victora Innegable) liderada por el general Ali Sayyad Shirazi que culminó en la batalla de Sush, liberando el sur de Irán de la presencia iraquí. Los iraníes mostraron capacidad para operaciones de armas combinadas, destacándose acciones de asalto aéreo con helicópteros CH 47 Chinook.
La Segunda Batalla de Jorramashahr – Operación Beit ol-Moqadda – fue una victoria iraní, observándose una mayor cooperación entre los dos “ejércitos” y las milicias Basij.
En materia de operaciones especiales, los iraníes mostraron especial talento en acciones contra la red de oleoductos que conectaban los pozos iraquíes con Siria y Turquía (enero de 1982). Esto impulsó a Irak a construir alternativas a través de Arabia Saudita, con sus costos asociados. Las acciones fueron llevadas a cabo no solo en Irak, sino en los territorios de Líbano y Turquía. La inteligencia iraní sin ninguna duda tuvo un papel destacado y supo explotar con habilidad la vulnerabilidad (salvo Siria que era afín a Teherán) de los actores involucrados para infiltrar tropas tipo comando. Las fuerzas iraníes cosecharon una amplia experiencia, incluyendo el denominado Departamento 900, un organismo especial de inteligencia, germen de la futura Fuerza Quds de los pasdaran.
Prisioneros iraquíes.
Tercera Fase. Desgaste mutuo. Operaciones en el ámbito del Golfo Pérsico y la guerra de los “tanqueros” (1983-1988)
Irak recibió apoyo occidental, incluyendo a Estados Unidos, proveyendo inteligencia y equipamiento. Europa también vendió armamento y las monarquías del Golfo Pérsico, brindaron generosos préstamos. Incluso se vendieron productos químicos, que Irak le daría un uso militar, ante la indiferencia de Occidente. El gobierno de Bagdad hizo un llamado a las negociaciones y un cese del fuego, rechazado por Irán, quién exigió el cambio de régimen político, apoyando la creación de un gobierno en el exilio con su rama militar.
Los beligerantes no tienen la capacidad de imponerse a su adversario. El objetivo iraquí de provocar un colapso del régimen, tuvo un efecto contrario. La guerra movilizó a la población iraní y Jomeini consolidó su posición en su llamado a la “resistencia” y “guerra santa” contra los invasores. Las conquistas territoriales iraquíes, de por sí limitadas, comparadas con los medios empeñados y objetivos fijados por el nivel estratégico, fueron perdidas por la contraofensiva iraní.
En 1984, Irak gracias al reequipamiento de su Fuerza Aérea, pronto recuperó capacidades y declaró que todos los buques destinados a puertos iraníes serían objetivos militares. El primer ataque fue contra la isla de Kharg, importante terminal petrolera iraní. El objetivo era provocar que Teherán cerrara el Estrecho de Ormuz y ello motivara la intervención de Estados Unidos. Situación que no ocurrió, en cambio, si bloqueó el tráfico mercante dirigido a Irak. Las Fuerzas Navales de los pasdaran comenzaron a desarrollar tácticas de guerra asimétrica en el mar con lanchas rápidas, generando importantes daños al tráfico mercante. A pedido de Kuwait, sus buques fueron protegidos por la Armada de Estados Unidos.[3] Los seguros marítimos se dispararon.
Entre los años 1985-86 se produjeron reuniones secretas entre Teherán y Washington. El acercamiento fue motivado, entre otras cosas, por la necesidad de lograr la liberación de siete rehenes estadounidenses retenidos en Líbano, en manos del grupo terrorista Hezbollah, controlado por Irán. Por razones políticas, el presidente Reagan asumió el compromiso de su liberación ante su electorado. En la venta de las armas para Irán, intervino Israel y el dinero iba ser destinado a financiar la insurgencia (los “contras”) que luchaba contra el régimen sandinista de Nicaragua. En su momento fue un escándalo nacional en Estados Unidos. Los iraníes obtuvieron un importante lote de misiles antitanque TOW, vitales para lidiar contra la amenaza blindada iraquí, además de misiles antiaéreos Hawk y algunas fuentes mencionan repuestos para los poderosos cazas F-14 Tomcat.
La guerra de las ciudades, fue iniciada por Irak en 1984, no solo con ataques aéreos, sino con misiles balísticos, centrándose en grandes ciudades, tanto contra objetivos civiles como industriales. Irán llevó a cabo represalias contra Mosul, Kirkuk y Bagdad. Irak en 1987 lanzó un ataque químico contra la ciudad de Sardasht. A pesar de las protestas de Irán, la comunidad internacional no hizo nada y no se adoptaron sanciones contra el empleo de armas prohibidas expresamente por el derecho internacional. El entonces presidente del parlamento iraní, el influyente Hashemi Rafsanjani, declaró abiertamente sobre la necesidad que su país desarrollada armas nucleares. Miles de civiles murieron durante la llamada “Guerra de las Ciudades”. En dicho año, las fuerzas iraníes intentaron capturar Basora, movilizando a 100.000 efectivos, logrando alcanzar el río Tigris.
En 1985 se libró la Batalla de las Marismas de Howeszah, encabezada por la División Iman Hussein de la Guardia Revolucionaria y con apoyo de las 92 División Blindada del Ejército. Esta tuvo un alto costo en vidas humanas por parte de los iraníes, dado que muchos de los combatientes, eran simples milicianos Basij, con instrucción básica y por el empleo a escala de armas químicas por parte de Irak. Los iraníes a pesar de las enormes pérdidas – se estima en más de 20.000 – logró ocupar la isla Majnun, donde se ubicaban importantes yacimientos petroleros. Las mejoras en materia de defensa estática de las tropas iraquíes, impulsaron a los mandos iraníes a perfeccionar tácticas de infiltración, combate nocturno, operar en zonas pantanosas y guerra de montaña. Los pasdaran recibieron instrucción anfibia para operar en las marismas del sur de Irak, además de perfeccionar tácticas de asalto aéreo.
Soldado iraní en las marismas del sur de Irak. by Alfred Yaghobzadeh
Las fuerzas especiales iraníes adquirieron valor, para compensar las limitaciones materiales. Dos brigadas de comandos navales llevaron a cabo operaciones exitosas de reconocimiento, señalando objetivos iraquíes y realizando a cabo golpes de mano.
Los iraquíes consideraban las marismas como una barrera defensiva difícil de sortear y confiaron en su poder de fuego y aviación táctica, como herramientas disuasivas. El ataque iraní sorprendió a los mandos del ejército iraquí. El objetivo era la captura de Basora, acción que se había visto frustrada por la Operación Amanecer V.
La Ofensiva Kheibar – como denominaron los iraníes la batalla de las Marismas – con 250.000 efectivos, pero las limitaciones en materia de apoyo aéreo, artillería y blindados, impidieron cumplir con el objetivo de tomar Basora. El contraataque iraquí, permitió recuperar la isla de Majnun, pero a costa de grandes pérdidas, estimándose en 12.000 soldados (9.000 de ellos muertos) y el tener que recurrir a las armas químicas.
En la guerra, los iraníes, empezaron a utilizar los drones Mohajer 1, empleados para misiones de reconocimiento. La Guardia Revolucionaria y los Basij, adquirieron una estructura más convencional, mejoras en el entrenamiento y armamento. En todo el país se crearon centros de instrucción de voluntarios de todas las edades, incluso mujeres, tomando en cuenta las lecciones de campo de batalla.
Los iraquíes habían mejorado su capacidad de combate, pero el alto costo de las operaciones, llevó al mismo Saddam Hussein, a plantear la idea de alcanzar una solución negociada en el marco de las Naciones Unidas. Irán rechazó esta postura, el conflicto sirvió para fortalecer el régimen revolucionario, aglutinar a la población en torno a una causa nacional. Teherán consideraba viable una ofensiva para capturar la misma capital iraquí, Bagdad, apoyaba la insurgencia kurda como herramienta para debilitar el frente interno iraquí.
En abril de 1985, Bagdad fue atacada con misiles balísticos por parte de Irán, a lo largo de doce dias. Dichas armas fueron provistas por Libia. En este conflicto, dado las limitaciones de la Fuerza Aérea iraní por los embargos, comenzó a desarrollarse la doctrina militar sobre el empleo de este tipo de sistemas en manos del entonces recién creada Fuerza Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria.
Irak sentía el peso de la guerra en su economía y tenía problemas de reponer las cuantiosas pérdidas en vidas humanas. Ello no impidió recuperar terreno perdido y mejorar sus defensas, gracias a compras millonarias de armamento tanto occidental, como soviético y chino. Las fuerzas armadas iraquíes, mostraron mejor organización que los iraníes, que hacían uno uso masivo de importantes reservas de recursos humanos. El fervor religioso no podía suplir las carencias materiales iraníes, por los embargos internacionales.
En 1986, los iraníes lanzaron la Operación Wal Fajr 8, a través de un asalto anfibio en el Shatt al- Arab por varios puntos en al sureste de la ciudad iraquí de Fao, con la finalidad de bloquear la salida de Irak al mar. Este fue rechazado por una dura defensa iraquí, costándole a Irán importantes pérdidas. Por su parte, las fuerzas de Teherán rechazaron los contraataques iraquíes para reconquista las islas Majnun y Umm Al- Rattas situadas al norte de Fao. En estas acciones los iraníes denunciaron el uso de armas químicas, negadas por Irak.
En 1987 los bandos en pugna, no buscaban una derrota, sino obligar al adversario a sentarse a la mesa de negociaciones, teniendo como objetivo minar la moral en el frente interno. Los iraníes lanzaron la última gran ofensiva: Kerbala V, con el objetivo de conquistar Basora. Batalla librada entre el 8 de enero de 1987 al 26 de febrero de dicho año, sin éxito, por la resistencia iraquí. Por la cantidad de efectivos, bajas y magnitud de los combates, es considerada la batalla más grande de la guerra.
La Operación Conquista 5, esta vez tuvo como objetivo incentivar la insurgencia kurda, buscando distraer fuerzas a Bagdad y quebrar el frente interno iraquí. Los iraníes comenzaron a desarrollar su peculiar estrategia de apoyar “proxies” o agentes desestabilizadores, por medio de “guerras por delegación.” Cabe recordar que esos años, un naciente Hezbollah en Líbano recibía el apoyo de los Pasdaran.
En las últimas etapas de la guerra, Irán tenía signos de agotamiento, la población mostraba signos de cansancio, dado las enormes bajas en el frente de batalla. Irak se vio reforzado que pudo reconstruir sus fuerzas armadas. Esto le permitió sostener acciones defensivas, generando graves pérdidas a los iraníes, como quedó reflejado en la Operación Kerbala 5, uno de los intentos de capturar Basora. La moral comenzó a decaer. No cabe duda que el uso de armas químicas por parte de los iraquíes contra civiles y militares iraníes, minó el espírituo combativo. Los embargos internacionales, llevó a Irán a desarrollar una importante industria, capaz de producir misiles balísticos (Shabab 1), drones, misiles antitanque, misiles antibuque, municiones y piezas de artillería.
Las milicias Basij y los Pasdaran que se nutrían de voluntarios, no podían reclutar suficientes soldados para mantener la táctica de “oleadas” y el esfuerzo recayó en el ejército de reclutamiento obligatorio. El comandante del los Guardianes de la Revolución, Mohsen Rezaee, anunció el fin de los ataques a gran escala, reemplazado por el apoyo a la oposición armada en Irak, acciones de infiltración y ataques limitados. El frente norte cobró mayor relevancia, al apoyar a los guerrilleros kurdos. En la guerra de montaña, los iraníes se mostraron competentes y las diversas ofensivas les permitieron llegar a ciudades como Suleimanya, rechazados por el uso a gran escala de armas químicas por parte de Irak. Las fuerzas combinadas kurdo-iraníes amenazaron la ciudad petrolera de Kirkuk.
En 1988 en la última edición de la “guerra de las ciudades” las fuerzas iraquíes, emplearon misiles balísticos, muchos con armas químicas que provocó la salida del 30% de la población de Teherán. La Fuerza Aérea iraquí, contaba con munición guiada, mejorando su precisión, unido al empleo de tripulaciones extranjeras, mejor entrenadas, los daños a la infraestructura económica iraní fueron mayores. Las últimas operaciones iraníes volvieron a centrarse en el norte, llegando a las puertas de Kirkuk. La incapacidad iraquí de rechazar la infiltración iraní, los llevó al uso de armas químicas – prohibidas por el derecho internacional humanitario – obligó al repliegue de los supervivientes. La población kurda de Halabja, fue objeto de una atroz venganza, donde miles murieron por un ataque químico ordenado por Saddam Hussein.
Tropas iraníes en el norte de Irak en 1987.
Los iraquíes recuperaron el puerto de El Fao y todo el sur de Irak, controlado por los iraníes, haciendo un uso extensivo de armas químicas. Estados Unidos en el mes de abril lanzó la operación Mantis Religiosa, como represalia por los serios daños a una fragata de la Marina estadounidense por una mina marina iraní. El enfrentamiento generó serios daños a instalaciones petroleras iraníes, la pérdida de una fragata, buques lanzamisiles y otras embarcaciones. No obstante, las fuerzas navales de los pasdaran siguieron operando con sus lanchas artilladas.
En el final de la guerra los iraquíes lanzaron la Operación Tawakalna ala Allah (Ponemos confianza en Dios) entre los meses de abril a julio de 1988. La grave situación de las fuerzas iraníes, llevó a poner énfasis a expandir la insurgencia en Irak, siendo exitoso esta política en Kurdistán, donde Irán mantuvo un alto grado de control. El uso masivo de armas químicas, provocó terribles pérdidas en las tropas iraníes. En junio de 1988, las fuerzas de Teherán atacaron el palacio presidencial en Bagdad con su aviación de combate. A pesar de las terribles pérdidas y una moral menguante, el Consejo de Defensa iraní ordenó un contraataque con batallones pasdaran, pero la superioridad iraquí en equipamiento, le permitió llevar a cabo acciones en el frente central, generando una dura derrota a Irán. En esta victoria iraquí, las armas químicas fueron un factor decisivo.
En el norte la organización guerrillera marxista MEK (Mujahadeen-e-Khalq o Combatientes del Pueblo) lanzó una ofensiva arrollando en Mehran una división de los pasdaran. La respuesta vino del ejército regular bajo el mando del competente general Shirazi, lanzando la Operación Mersad, que terminó en la muerte de 4.000 insurgentes y la liberación de las localidades ocupadas por dicha organización.
Los iraquíes llegaron avanzar 30 km dentro de territorio iraní en el frente central, tomando varios miles de prisioneros. Finalmente, el líder supremo iraní, ayatolá Jomeini aceptó el cese el fuego aprobado por la resolución 598 de Naciones Unidas. El 20 de agosto habían cesado los combates, semanas después, las fuerzas iraníes evacuaban el Kurdistán iraquí. En 1990, fue alcanzada la paz entre las partes en el mes de agosto, sobre la base del status quo ante bellum.
Ataque iraní a la base aérea H 3
El horrible sacrificio
A diferencia del régimen iraquí, que hizo todo lo posible por proteger a su pueblo de los efectos de la guerra, los líderes religiosos de Teherán vieron la guerra con entusiasmo, considerándola una oportunidad para unir a la nación tras la revolución, eliminar la oposición interna y promover la visión de Jomeini de exportar el mensaje islámico iraní a todo el mundo. El conflicto con Irak tuvo su impacto en las luchas por el poder entre las facciones revolucionarias, siendo ejemplo de ello, la salida de Bani Sadr como presidente, que terminó en el exilio.
Los líderes iraníes desconfiaban de las fuerzas armadas, por ser una herencia de la época imperial. Esto quedó reflejado por las purgas, ejecuciones, que diezmaron los cuadros de las fuerzas armadas. A pesar de su buen nivel profesional, optaron por dar impulso al Ejército de los Guardianes, creado sobre la base de milicias islamistas, el régimen de Jomeini, no tuvo otra opción que aceptar el papel del Ejército para contener la invasión. La desconfianza, continuó, a tal punto que recién en julio de 1988, fue creado el Estado Mayor General común para los dos “ejércitos”. Esto tuvo un alto costo en vidas humanas, ante la inexistencia de una conducción operacional conjunta y la dispersión de medios y recursos – por cierto, muy escaso – en dos organizaciones militares, con misiones similares.
La narrativa del régimen iraní describió la guerra a la ciudadanía como una prueba para la determinación y el compromiso nacional, como una cruzada contra el régimen hereje de Irak. Esto se tradujo en una lucha implacable e inflexible – como quedó reflejado en la negativa de aceptar el cese del fuego – llevando al país al límite. En palabras de Jomeini: «La victoria no se logra con espadas, solo se puede lograr con sangre… se logra con la fuerza de la fe». El Líder Supremo sabía muy bien de qué hablaba. Si bien no unificó a la nación de la noche a la mañana, la invasión iraquí galvanizó la combinación única de fervor religioso y profundo sentimiento nacionalista generado por la Revolución Islámica, e hizo de Irán una nación con una moral más fuerte y estable que el enemigo iraquí, tanto en el plano militar como nacional. Esto quedó reflejado en las operaciones hasta 1987, cuando el fervor revolucionario empezó a disminuir, especialmente por el uso de armas químicas, los bombardeos contra objetivos civiles y la aguda crisis económica impuesta por el aislamiento internacional del país.
Las victorias iraníes entre los años 1981-82, no se debieron al valor de los soldados pasdaran o Basij, sino a la incorporación de estas ramas militares en operaciones de armas combinadas bajo una conducción profesional competente. Cuando la guerra derivó por razones políticas en asaltos frontales, el poder de Irán comenzó a declinar al no poder romper la sólida defensa iraquí.
La guerra demostró que el empleo solamente del poder aéreo, no era garantía de victoria, como intentó hacer valer Irak en la “guerra de las ciudades”. Esto llevó al gobierno iraní, a lanzar ofensivas, con falencias en la planificación, con el objetivo de reducir la presión sobre el frente interno. Esto desgastó a las fuerzas de Teherán, abriendo paso al contragolpe iraquí de 1988, que permitó el fin de la guerra.
El empleo de armas químicas por parte de Irak, fue tolerado por razones políticas por las grandes potencias, a pesar de estar expresamente prohibido. Desde la Primera Guerra Mundial que el mundo no era testigo del empleo de este tipo de armas. Esto abrió las puertas para un peligroso antecedente, sobre la ausencia de sanciones reales ante la violación flagrante del derecho internacional humanitario. Asimismo, el uso de misiles balísticos impulsó a diversos actores regionales a buscar este tipo de ingenios, además de desarrollar arsenales químicos.
Muertos por armas químicas iraquies en la operación contra la ciudad kurda iraquí de Halabja.
El frente interno iraní tenía problemas, resultado de la insurgencia kurda y de la organización marxista Combatientes del Pueblo o MEK. Esta última lanzó una campaña de terror que le costó la vida a más de un millar de líderes religiosos y políticos, que desencadenó una ola de represión con 5.000 ejecuciones. Hubo revueltas, manifestaciones, duramente reprimidas. Ese convulso frente interno, hizo creer a muchos que Irán se derrumbaría e Irak siguió recibiendo apoyo de los estados árabes, la Unión Soviética y algunos países occidentales, como Estados Unidos que en algunos momentos estuvo detrás de uno y otro bando.
La pérdida de base social del régimen – los sectores populares – especialmente hacia 1987, cuando Irán no podía imponer una victoria, a pesar de mantener la inicitativa y ocupar parte del sur de Irak, fue una señal de alarma de los líderes de la Revolución para buscar una salida. Las enormes pérdidas marcaron profundamente a la sociedad iraní y a sus dirigentes. El país perdió a más de 260.000 personas, de las cuales se estima que 120.000 eran combatientes y entre 11.000 a 16.000 civiles. Cientos de miles quedaron afectados en su salud por las lesiones recibidas en el campo de batalla, bombardeos, ataques de armas químicas. La guerra de las ciudades dejó grandes destrucciones en la infraestructura, la economía estaba al borde del colapso por las sanciones internacionales, el desempleo tenía niveles de vértigo.
La guerra puso en evidencia la capacidad de adaptación de la nación iraní a una situación excepcional. El sector agrícola no fue descuidado, sino que se adoptaron medidas creando la “Campaña de Reconstrucción”, con personal exento de prestar servicio militar, fueron adoptadas medidas inteligentes en la importación de bienes no esenciales para el ahorro de divisas y rutas alternativas para el petróleo y eludir sanciones y posibles ataques (Turquía se benefició de ello y permitió desarrollar un aceitado sistema para eludir sanciones por parte de Teherán). El régimen logró articular el sistema educativo con las necesidades de la movilización, permitiendo hacer funcionar plantas industriales, producir equipos militares (incluso para los modernos aviones de combate heredados de tiempos del sha).
Si los iraquíes alguna vez habían considerado socavar el régimen revolucionario en Irán, para 1988 hacía tiempo que habían renunciado a ellos. En cambio, la República Islámica mostró un compromiso inquebrantable con el concepto de guerra hasta la victoria (que implicaba el derrocamiento del régimen del Baas) hasta los últimos días de la lucha. El aceptar por parte de Irán de la Resolución 598 del Consejo de Seguridad, no fue una cuestión táctica, sino estratégica. El régimen entendió que poner fin al conflicto significaba la supervivencia de la Revolución. Los estrategas iraníes entendieron que no era factible moldear el Próximo Oriente según la visión islámica y por ende aceptaron el statu quo establecido por el sha en 1975. Teherán comprendió que no era viable exportar la revolución, a pesar del mantenimiento de la narrativa de la “umma islámica” y no había otra opción que adaptarse a las circunstancias. Esta prueba de pragmatismo lo veremos a lo largo de los conflictos sostenidos por Irán. El objetivo final siempre será la preservación de la unidad nacional y del sistema político heredado de la Revolución de 1979.
infantería iraní.
El mantenimiento del proxy Hezbollah en Líbano, le permitió a Irán, mantener cierta injerencia en la política del Próximo Oriente. El atentado contra el cuartel de la Fuerza Multinacional de Paz en el Libano, ocurrido en 1983, costándole la vida a 241 militares de Estados Unidos y 58 franceses, es un ejemplo del empleo de agentes desestabilizadores con apoyo iraní. En el seno del alto mando de los pasdaran, durante la guerra con Irak,fueron creadas una serie de unidades, destinadas a entrenar y asistir a organizaciones armadas extranjeras, como las guerrillas kurdas, la creación de una unidad de exiliados iraquíes o en el entrenamiento de las milicias de Hezbollah. La valiosa experiencia adquirida, le permitiría años después a Irán, construir las bases del Eje de la Resistencia y el concepto de la “Defensa Avanzada” por medio de agentes proxy.
El fin de la guerra impuso la necesidad de la reconstrucción nacional, prevaleciendo el criterio de un mayor grado de apertura económica y de protagonismo del sector privado. Años de sanciones y aislamiento, tuvieron un fuerte impacto en la sociedad iraní, pero también dejaron valiosas lecciones para el régimen para el desarrollo de una estructura para eludir sanciones a través de terceros actores.
En el campo internacional, los iraníes fueron pragmáticos y finalizada la guerra lanzaron una estrategia para romper el aislamiento, primero con la Unión Soviética, para compensar en parte la amenaza de Estados Unidos. Luego de 1991 con la implosión de la URSS, Teherán se proyectó discretamente sobre Asia Central, además de mantener buenas relaciones con Rusia. Esta estrategia de largo plazo tuvos sus frutos, donde los países de dicha región y el Kremlin, con válvulas de escape para romper el aislamiento y sanciones derivados del plan nuclear. Sin embargo, a pesar del pragmatismo, el régimen de los ayatolás, siguió apostando a una política exterior independiente, autosuficiencia en lo económico, siguiendo de alguna manera los lineamientos fijados por Jomeini.
La decisión de Irak, de aceptar los términos del Tratado de Argel de 1975, al poco tiempo de invadir Kuwait, fue visto como una victoria por parte de Irán. A pesar de las victorias iraquíes en 1988, no significó el cumplimiento de los objetivos fijados al inicio de la guerra: la ocupación de Juzestán y el colapso del régimen revolucionario. La República Islámica había logrado contener una potencia regional en ascenso – Irak – que tuvo pleno respaldo de Occidente, los estados árabes y la Unión Soviética, librando una terrible guerra de desgaste. Los líderes iraníes, por medio de su narrativa, mostraron este terrible conflicto, en un escenario en el cual se demostraba al mundo que la revolución estaba dispueta a promocionar el nacionalismo, su ideología y la necesidad de supervivencia como Estado, dejando manifiesta su intención de conseguir un rol de poder en la región a través del enorme sacrificio material y espiritual de los iraníes.
El horrible sacrificio, como lo define Moisés Gaduño García,[4] al conflicto librado entre Irán e Irak, a nuestro entender, tuvo un hondo impacto en la política de defensa iraní. Durante el conflicto, no solo se forjaron muchos de los altos mandos iraníes, sino que comenzó a gestarse una nueva doctrina militar, el empleo de proxies para desgastar el frente interno del adversario, el uso de misiles balísticos, la guerra asimétrica en el mar. A pesar de los años de guerra, las pérdidas materiales y humanas, las fuerzas armadas iraníes no fueron destruidas y sobrevivieron. Por otro lado, el régimen para mantener adhesiones, no impuso las medidas de austeridad a sectores tan influyentes como el Bazar, una prueba de pragmatismo en la política interna.
La guerra impulsada por intereses que buscaban la destrucción de la naciente república islámica, tuvo un efecto inverso, en el plano político el régimen se consolidó, movilizó la opinión pública y tuvo argumentos para aplastar de manera implacable la oposición política. La Revolución quedó fortalecida, a pesar de los enormes daños generados por años de guerra y las fuerzas armadas iraníes, poseedoras de una valiosa experiencia.
[1] El término Basij significa en persa, “Movilización” el nombre completo de la organización era: Sâzmân-e Basij-e Mostaz’afin u Organización para la Movilización de los Oprimidos. Estuvo nutrida por voluntarios y se hizo célebre por los niños soldados y jóvenes que se lanzaban contra las defensa iraquíes, llevando consigo llaves de plástico, conocidas como “las llaves del Paraíso”, dado que su sacrificio, era considerado “martirio” por la fe. En 1981, la organización fue integrada al Ejército de los Guardianes de la Revolución Isámica o Pasdaran. Nota del Autor.
[2] La fecha fue elegida por razones climáticas, que facilitaran las operacionese. Nota del Autor.
[3] Se estima que más de 500 buques fueron dañados y unos 430 marinos mercantes perdieron la vida. Nota del Autor.
[4] GARCIA GADUÑO, Moisés: Las Fuerzas Armadas de la República Islámica de Irán: una aproximación a su historia, ideología y armamento estratégico. Tesis. El Colegio de México. Disponible en https://repositorio.colmex.mx/concern/theses/c534fp149?locale=es. Consultado 21 de agosto de 2025.
Fotografía de archivo del presidente de EE.UU., Donald Trump, detrás del secretario de Estado, Marco Rubio.- FotoEFE Autor:
Alejandro Ribadeneira
Actualizada:
31 Ago 2025 – 21:51 ÚNETE A NUESTRO CANAL La inminente visita a Quito de Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos y hombre de absoluta confianza de Donald Trump, es crucial para el Gobierno de Ecuador en su lucha contra el crimen. Pero, además, ser aliado internacional de Washington puede resultar estratégico frente a la política arancelaria del Gobierno de EE.UU., que impacta en las exportaciones ecuatorianas.
La comunidad internacional no ha estado tan cerca de Carondelet. El punto más bajo constituyó la Cumbre Iberoamericana de noviembre de 2024, realizada en Cuenca sin ningún mandatario. El manejo que dio el presidente Daniel Noboa a sus diferencias con la vicepresidenta Verónica Abad, sancionada por un Ministerio que se arrogó funciones, fue solo el epitafio de otros hechos que no fueron pasados por alto.
Uno de ellos fue el asalto a la Embajada de México en Quito, el 5 de abril de 2024, para detener a Jorge Glas. Otro fue la develación de la opinión de Noboa sobre presidentes como Nayib Bukele, Gustavo Petro y Javier Milei en entrevista con el periodista Jon Lee Anderson para la revista estadounidense The New Yorker, por citar dos casos.
Congresistas de Estados Unidos llegaron a Ecuador, previo a la visita oficial de Marco Rubio Sin embargo, ese escenario ha cambiado desde que Daniel Noboa obtuvo la reelección y la Cancillería, con Gabriela Sommerfeld al frente, ha logrado un deshielo en el campo diplomático. Por supuesto, México y algunos aliados ideológicos de la presidenta Claudia Sheinbaum siguen mirando a Ecuador con recelo y mantienen rotas las relaciones.
Pero, a cambio, se han abierto embajadas y misiones diplomáticas en otros países, se ha avanzado en acuerdos, los encuentros con gobernantes aliados se incrementaron y el país será, en 2027, el anfitrión de la VI Cumbre de Países Amazónicos.
Rubio, una visita estratégica Pese a estos avances, la relación con Estados Unidos es crucial para no perder fuelle. Luego de una década de distanciamiento en el gobierno de Rafael Correa (2007-2017) y de acercamiento a China y el chavismo venezolano, Ecuador regresó la mirada a Estados Unidos con los gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso.
No obstante, en parte por la coyuntura geopolítica, en parte por natural afinidad, Daniel Noboa se ha constituido en un sólido aliado de Estados Unidos y Donald Trump en la región, en especial ante el desastre de la Colombia del presidente izquierdista Gustavo Petro en el control de sus fronteras.
Rubio dice que los carteles de Latinoamérica, incluyendo los de Ecuador, son un peligro para Estados Unidos Trump, Rubio y Noboa comparten, además, el desprecio hacia el régimen del venezolano Nicolás Maduro, al que desconocen como gobernante legítimo de su país y lo consideran, oficialmente tanto en Estados Unidos como en Ecuador, líder de un cartel.
Marco Rubio, el 72.º Secretario de Estado de los Estados Unidos y que no solo dirige la diplomacia estadounidense, sino que ha sumado funciones tan dispares como dirigir el cierre de Usaid, custodiar los Archivos Nacionales y encargarse de la seguridad nacional, llegará al país luego de mencionar a Ecuador como parte segura de una coalición internacional de lucha contra los carteles de drogas de Colombia y Venezuela.
El presidente Daniel Noboa ha buscado combatir el recrudecimiento de la violencia de pandillas vinculadas al narcotráfico en Ecuador y ha colaborado con la administración Trump en la reducción de la inmigración ilegal.
Un alto funcionario del Departamento de Estado declaró a la prensa que, si bien Ecuador había avanzado en ciertos aspectos de la inmigración, como la decisión de exigir visas de tránsito, aún quedaban temas por abordar, como la gestión de las personas de terceros países que no pueden regresar a su país de origen.
Aunque no es estrictamente un tema de la cartera de Rubio, es probable que las políticas arancelarias de Trump también se aborden en sus conversaciones. Ecuador ha sido afectado con aranceles del 15%, aunque el Gobierno afirma que trabaja para revertir esta medida.
La cuestión de China Además de los temas en ‘agenda’, como la lucha contra el narcotráfico y la inmigración irregular, se prevé que Rubo hable con Noboa sobre la posibilidad de que Ecuador se aleje más de China, según lo informó un funcionario estadounidense a la agencia AFP.
Marco Rubio concluyó su gira en Centroamérica marcada por la migración, el Canal de Panamá y China China sí es un punto en que no existe total sintonía, pues Noboa no se ha mostrado tan radical. Rubio, en cambio, ha pregonado abiertamente en sus viajes que desea “contrarrestar a los actores malignos extracontinentales”, como llama a China.
En ese sentido, se espera que el Gobierno de Ecuador informe al secretario de Estado sobre todas las necesidades par reducir la excesiva dependencia que, según Washington, se generó con China durante el mandato de Rafael Correa.
Finalmente, la visita de Marco Rubio también constituye un paso previo para el encuentro oficial de Daniel Noboa con Donald Trump este año. Por todo esto, que el secretario de Estado sea huésped de Noboa constituye un logro diplomático que el Gobierno Nacional no debe desaprovechar.