Por el Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro. Distinguido Analista Internacional colaborador del CREI
La crisis de Sudán, una vez más, llevó al Chad fuera centro de una nueva crisis humanitaria. Por su posición geoestratégica, lo convierten en pieza clave en el tablero geopolítico de la región. País azotado por guerras civiles, además de una guerra con Libia en los 80. Régimen autoritario, liderado desde 1990 por el general Idriss Deby, se ha convertido en un actor clave en la región, a tal punto que, con ayuda francesa, fortaleció sus fuerzas armadas, apoyando el esfuerzo de lucha contra el terrorismo en Malí y especialmente en Nigeria contra el siniestro Boko Haram.
Por el Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Especial para LA POLIS desde Buenos Aires.
La historia de Chad es milenaria y muy rica. Fue sede de importantes reinos e imperios, destacándose el de Bornú Kanem. Islamizado hacia fines del siglo XI, inicio su expansión, que lo llevó a su máxima expresión en el siglo XIII. En el siglo XVI, el impero Bornú se expendió, alcanzando su cénit en el siglo XVII, legado del rey Aluma. Posterior a su muerte en 1603, el país entró en un proceso de retroceso. En 1808, guerreros fulani conquistaron Bornú, que sobrevivió como entidad independiente hasta 1893, con la conquista francesa, luego de un milenio de historia. Chad fue escenario del desarrollo de otros reinos, como Baguirmi y Uadai. El reino Baguirmi apareció a fines del siglo XV y fue durante un tiempo tributario de Bornu Kanem. Fue también tributario en los siglos XVII – XVIII del reino Uadai. En 1893 el sultán En 1893, el sultán de Baguirmi Abd ar Rahman Gwaranga entregó el territorio a Francia y se convirtió en un protectorado francés.
El sultanato Uadai o Ouaddai, fue un estado islámico establecido a fines del siglo XVI y se convirtió en un poder militar y comercial. Conquistó el sultanato de Darfur e inició un proceso de expansión. Su historia estuvo marcada por guerras con los estados vecinos, por el control de rutas comerciales. En este sultanato nación la hermandad islámica de los Sanussi, que tuvo un papel central en la resistencia anticolonial y extendió su influencia hasta la propia Libia. La prosperidad de Uadai, lo llevó a contar con su propio sistema monetario, un ejército profesional y una identidad muy definida. Su independencia perduró hasta la conquista francesa en 1902.
El dominio francés se impuso vía expediciones militares y gobernador por un período de tiempo a través del alto comisario en el Congo Francés. La economía y la vida tradicional sufrió importantes cambios, imponiéndose el cultivo obligatorio del algodón y la entrega de cupos de este producto a los campesinos, que provocó importantes trastornos en el estilo de vida tradicional. Los franceses englobaron bajo una misma autoridad colonial a poblaciones, que no tenían una identidad común. El control efectivo del país quedó limitado en el sur, y los franceses no se mostraron interesados en impulsar el desarrollo del norte. En 1947, nació el primer partido político, el radical PPT o Partido Progresista Chadiano, que desde 1959, quedaría bajo el liderazgo del que sería el primer presidente del país François Tombalbaye. La Unión Democrática Chadiana, formada por sectores de la elite islamizada del norte, era pro francesa. En 1958, África Ecuatorial Francesa, dio origen a los actuales estados de Chad, Gabón, República Centroafricana y la República Popular del Congo. En agosto de 1960, el país se había independizado de Francia, siendo su primer jefe de estado Tombalbaye. En 1962 su régimen era de partido único y los presos políticos colmaron las cárceles.
Las profundas diferencias ente el norte y el sur, terminaron en una rebelión en 1965, con 500 muertos, dando origen al FROLINAT, organización armada que decidió derrocar el régimen de Tombalbaye. Este primero buscó apoyo francés, luego se decantó por el régimen de Gadafi. La dictadura de Tombalbaye, terminó en un sangriento golpe militar en 1975, siendo el presidente asesinado. Entre 1973-78, el general Malloum, se hizo con el poder, intentó conciliar con la oposición armada, nombrado a uno de los líderes rebeldes Hissené Habré como primer ministro. Este derrocó al gobierno de Malloum, dando comienzo a una nueva guerra civil. En 1979, bajo auspicios de la Organización de la Unidad Africana, fue creado el Gobierno de Unidad Nacional del Chad o GUNT por sus siglas en francés.
En 1981, Libia intervino directamente en el conflicto chadiano apoyando al presidente Goukuni. En 1982, Habré se hizo con el poder y las fuerzas libias quedaron controlando la Franja de Aozou. Una fuerza de pacificación financiada por Estados Unidos se hizo presente, estando formada por tropas africanas y francesas. Pronto estalló la guerra entre las fuerzas de Habré y el GUNT apoyado por Libia, llevándose a cabo la llamada “guerra de las Toyota”. Los libios fueron derrotados y abandonaron la Franja, potencialmente rica en uranio. El conflicto interno se prolongó por varios años. En 1990, el general Idriss Deby, se rebeló y con apoyo libio tomó la capital Yamena, dando paso a una nueva etapa política del país.
El régimen de Deby (1990-2021)
El Movimiento Patriótico de Salvación, estableció una nueva carta constitucional. En 1996 fueron celebradas las primeras elecciones multipartidistas desde los 60. El general Deby resultó electo como presidente. El país inició una lenta normalización, con resistencias esporádicas, agregándose el inicio de la explotación petrolera, cobrando importancia geopolítica, Camerún, vía de salida del oleoducto financiado por el Banco Mundial. El autoritarismo y las tensiones étnicas estuvieron a la orden del día. En 2002, en el medio de una crisis humanitaria, 200.000 refugiados huyendo de la violencia étnica y religiosa de Darfur, buscaron asilo en Chad. Esto degeneró una guerra entre Sudán y el régimen de Deby. El régimen de Jartum, respaldó a una serie de grupos armados, llevando a la guerra civil al Chad. Francia respaldó al general Deby. En 2009, fue iniciado el proceso de paz bajo auspicios de la ONU.
Años de guerra, convirtieron al ejército chadiano en una fuerza altamente experimentada, que tuvo que lidiar en 2011 con el regreso de mercenarios que combatían a órdenes de Gadafi. En 2015, Chad tuvo que lidiar con la escalada del grupo Boko Haram, responsable de verdaderas masacres. Para Occidente, el general Deby es un mal necesario. La posición geoestratégica, lo convierte un país clave, frente al inestable Sudán, que durante años estuvo gobernado por el general al Bachir, que toleró en su territorio organizaciones como Al Qaeda, transformó a Yamena, en un aliado. Fuerzas chadianas tuvieron un papel destacado en operaciones contraterroristas y contrainsurgencia en Malí, Nigeria y la República Centroafricana. Esto llevó a movilizar varios miles de soldados del Chad hacia dichos países. Por ejemplo, durante la Operación Serval, 2.000 soldados del Chad lucharon en Malí.
Déby, explotó con suma habilidad, el rol de Chad en la estrategia de Occidente en la lucha contra el terrorismo. Sus fuerzas armadas, de unos 25.000 efectivos, recibieron apoyo de Francia y Estados Unidos. En el caso de París, ha nutrido a las fuerzas chadianas con blindado y vehículos tácticos, que conviven con material ruso y chino. Esto le ha permitido constituir una potente fuerza blindada, con una gran experiencia operacional en guerra en el desierto y contra grupos irregulares. Su prestigio internacional, como “exportador” de seguridad, oculta los graves problemas internos de falta de democracia, altos índices de subdesarrollo, las fuertes divisiones étnicas y conflictos latentes.
El presidente Deby, fue ratificado en las urnas, a pesar de las denuncias de fraude, nepotismo y favorecer a su grupo étnico. Un país heterogéneo como Chad, ha impedido que la oposición construyera partidos o coaliciones, que superaran barreras tribales, étnicas o religiosas. El hábil general supo desarticular a la oposición, cooperando líderes opositores, que terminaban formando parte del gobierno. Pero es sabido que el multipartidismo y las elecciones son una fachada de un régimen autoritario. En 2021, el general Deby murió en plena campaña militar contra grupos yihadistas que amenazan el frente norte. El presidente Macron estuvo presente en el funeral del presidente chadiano, prueba del valor que tiene para Francia, Chad. Una Junta Militar asumió el poder y entregó el poder temporal al hijo del general Deby, Mahamat Idriss Déby, abriendo una nueva etapa. Hábilmente promueve un diálogo nacional, amnistía e intercambio de prisioneros con los grupos rebeldes. Esto generó estabilidad y cierta certidumbre de una posible transición ordenada hacia las elecciones, anunciando en noviembre de 2022 que prolongaría su mandato. El flamante presidente, es un hombre formado militarmente en Francia y con amplia experiencia militar, participando en operaciones de combate dentro y fuera del país. Asimismo, fue Jefe de los Servicios de Seguridad, por lo tanto, tiene conocimientos del campo de inteligencia. Su apellido, es un valor agregado para gran parte de la sociedad chadiana, como de las fuerzas armadas, cuya lealtad hasta ahora es incuestionable.
El gobierno militar está legitimado por las potencias occidentales, siendo sostenedores de las fuerzas armadas chadianas, que han logrado evolucionar a un nivel que les permite lidiar con los grupos armados que operan en las extensas fronteras y santuarios de países vecinos. Pero estamos ante un país con una institucionalidad endeble, que se apoya básicamente en el poder militar. El drama de los refugiados, la inestabilidad de los países vecinos, la desertificación, alimentan escenarios de mayores tensiones. Los conflictos entre las poblaciones nómadas y seminómadas dedicadas a la ganadería que buscan pastos en el sur y las poblaciones sedentarias, agricultores en su mayoría, por el control de las tierras útiles cada vez más escasas como de los recursos hídricos, potencian la violencia, especialmente en torno a la cuenca del lago Chad.
Chad. Su valor geopolítico e intereses contrapuestos.
En Yamena, en octubre de 2022, pudieron verse banderas rusas en manifestaciones antigubernamentales, violentamente reprimidas con un saldo de 50 muertos. La presencia de Rusia en África es una realidad y cada vez su peso es mayor. El grupo mercenario Wagner opera exitosamente en la República Centroafricana, la influencia rusa ha llegado a Malí, Burkina Faso, el golpe de Níger abre un interrogante. El conflicto civil en Sudán, donde también pugnan intereses externos, trajo aparejado la llegada de miles de refugiados, que contribuirán a mayor presión a un país pobre como es el Chad. En 2023, el gobierno anunció que había abortado un golpe liderado por el presidente una ONG de Derechos Humanos, Baradine Berguei Targuio., con apoyo de once oficiales del ejército. Cuestión que pone nervioso a París. Rusia juega sus cartas, en uno de los últimos aliados de Francia, como de Occidente en África. París no duda en respaldar a un régimen que viola abiertamente los derechos humanos.
Chad tiene su lugar en el mapa energético mundial la décima reserva de petróleo más grande del continente y exporta el 90% de su petróleo, por medio de un oleoducto hasta Camerún. Es por ello es vital la seguridad este ducto y ello queda reflejado en el compromiso en el gobierno de Yamena en la lucha contra Boko Haram y otras organizaciones terroristas. En las montañas del Tibesti, hay importantes reservas de oro y uranio, que exigen la presencia militar chadiana. Estos valiosos recursos, son ambicionados por grupos terroristas, circunstancia que incrementa el valor estratégico de Chad.
La región del Lago Chad, se encuentra sometida a una constante presión por el crecimiento demográfico, las obras hidroeléctricas aguas arriba de los afluentes, lo que ha llevado a una drástica disminución en las últimas décadas. Se estima que unos cincuenta millones de personas dependen directa o indirectamente de la cuenca del lago, por ende, su valor geopolítico es enorme. En los años 70, el Lago Chad tenía 25.000 km2, hoy solo 2500 km2. Las regiones de influencia de la cuenca del citado espejo de agua, se encuentran con más de cinco millones de personas en estado de inseguridad alimentaria. Un aspecto no menor y grave, lo constituye el desinterés de los gobiernos de Chad, Níger, Camerún y Nigeria por el manejo de los recursos hídricos del lago. Esto se traduce en altos índices de pobreza, subdesarrollo, analfabetismo e infraestructura deficiente. El estado está prácticamente ausente.
La violencia terrorista provocó el desplazamiento de unos dos millones de personas, estimándose que más de 200.000 personas viven en campos de refugiados, donde los derechos son casi inexistentes, quedando en evidencia la violencia sexual hacia mujeres, especialmente niñas y adolescentes, que incluye ataques sexuales, matrimonios forzados, reducción a la servidumbre, trata de personas.
El grupo terrorista más relevante es Jama’atu Ahlis Sunnah Lidda’awati w’al Jihad – Pueblo comprometido con la propagación de las enseñanzas y la yihad del Profeta – más conocido por Boko Haram. Este nació en 2002 como una secta, para evolucionar en una poderosa organización terrorista. La corrupción de las autoridades del estado federado de Borno en Nigeria, favoreció su crecimiento, que se basa en la extorsión, el reclutamiento forzado. El problema derivado de la seguridad de este grupo, derivó en la creación de una Fuerza de Tareas Multinacional, donde participan elementos de Nigeria, Níger, Chad y Camerún. A pesar de las divisiones de Boko Haram, donde un sector responde al Estado Islámico o ISIS, la violencia ha recrudecido. Las características del lago Chad, favorece que terroristas puedan ocultarse, agregándose los escasos controles y la ausencia del estado. Por ejemplo, el grupo ISWAP (Provincia de África Occidental del Estado Islámico), ofrece servicios públicos muy básicos, ayudas económicas, seguridad, construcción de pozos de agua potable, salud, además de recaudar impuestos. Todo ello facilitado por el vacío de poder existente en la zona. Por ende, estos grupos tienen una base social. Boko Haram, opta por atacar el tráfico fluvial en el Lago Chad, robando mercaderías, que le permite financiar sus actividades. Esta realidad pone en evidencia que la República de Chad, se encuentra bajo una realidad geopolítica sumamente delicada.
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