

Publicado por Dr. Suarez Saponaroel Analista Internacional ( Argentina) Colaborador del CREI
El presidente Donald Trump otra vez fue noticia, esta vez con el presidente de Liberia, Joseph Boakai, a quién elogió por hablar «buen inglés» y preguntarle donde lo había aprendido. El líder estadounidense pasó por alto que Liberia, fue un país creado por sociedades antiesclavistas estadounidenses en el siglo XIX y que la capital de dicho estado africano, Monrovia, lleva ese nombre el honor al presidente de Estados Unidos James Monroe. En esta nota repasamos la historia de este peculiar país que nunca estuvo bajo el dominio colonial europeo como sus vecinos de África Occidental, no exento de tragedias, dictaduras y guerras civiles que costaron la vida a 250.000 liberianos.
Por el Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Especial para LA POLIS. Desde Buenos Aires.
El presidente Joseph Boakai, fue electo presidente en noviembre de 2023, ganando en segunda vuelta por el 50.6% de los votos, frente al presidente saliente George Weah, ex estrella del fútbol con el 49.4% y cuya popularidad se vino abajo, con un electorado descontento frente a la incapacidad de realizar cambios destinados a mejorar la calidad de vida de los liberianos. Ello no impidió que el partido de Weah, la Coalición por el Cambio Democrático (CDC) en las elecciones generales de octubre de 2023, controlara gran parte de los escaños de ambas cámaras legislativas. Observadores de la Unión Europea no vieron actos de fraude, pero si destacaron el empleo de recursos públicos para la campaña, políticas clientelares para captar votos y violencia en algunos casos.

Boakai fue vicepresidente durante los doce años de mandato de la presidente Ellen Johnson Sirleaf, la primera mujer en llegar a ser jefa de estado en África. El país carga con el pesado lastre de una guerra civil finalizada hace dos décadas, pero las tensiones continúan. En diciembre de 2024 la sede de la Cámara de Representantes sufrió un voraz incendio, en el marco de fuertes protestas pidiendo la destitución del presidente de la cámara baja, Jonathan Fonati Koffa. Según trascendió este fue protagonista de una crisis política que paralizaba la actividad legislativa. El citado legislador está acusado de malversación de fondos y de tráfico de influencias. La crisis generó acusaciones cruzadas, donde el partido de Koffa no reconoció la sesión liderada por el oficialista Partido de la Unidad (UP) que proclamó como presidente de la cámara – Speaker – a Richard Koon. Koffa se negaba abandonar su cargo y esta crisis institucional, motivó la intervención de la Corte Suprema.

La corrupción un mal endémico, llevó al presidente Boakai, a suspender sin goce de sueldo a 450 funcionarios, por no presentar sus declaraciones juradas. El jefe de estado liberiano anunció al ser electo la reducción de su salario en un 40% como muestra de solidaridad con los liberianos y promover un gobierno responsable. Conocido como “Sleepy Joe” por haberse quedado dormido en algunos actos oficiales, el presidente liberiano de 80 años. Su carrera política comenzó como ministro de Agricultura en 1980, durante la gestión de Samuel Doe (sargento del ejército que protagonizó un cruento golpe de estado). Su campaña política estuvo marcada por la defensa del sector agrícola, la lucha contra la corrupción y reducir el costo de los alimentos. La prestigiosa ONG Freedom House al analizar la situación política en Liberia y especialmente en las elecciones de 2023: ha disfrutado de dos décadas de paz y estabilidad desde el fin de la segunda guerra civil en 2003, con avances considerables en la reconstrucción de la capacidad gubernamental, el restablecimiento del Estado de derecho y la garantía de los derechos políticos y las libertades civiles de los ciudadanos. Liberia disfrutó de su primera transición pacífica del poder en décadas en 2017, y las elecciones de 2023 fueron especialmente competitivas. Sin embargo, la corrupción, la impunidad y la violencia contra las mujeres siguen siendo problemas graves. El país cuenta con una legislación anticorrupción, pero las instituciones y organismos destinados aplicarla, carecen de recursos adecuados.

La libertad de expresión tiene limitaciones, a pesar de estar garantizada por la Constitución. Naciones Unidas ha informado de presiones a medios periodísticos independientes, siendo el incidente más grave el ataque por parte de un centenar de personas al periódico opositor New Dawn.

La justicia se caracteriza por elevados niveles de corrupción – calificado con 25 puntos por el Índice de Transparencia Internacional – donde es frecuente el uso del soborno. Asimismo el riesgo de detención arbitraria sigue siendo alto y más del 70% de los detenidos están en “prisión preventiva” dado la lentitud de los procesos, agregándose un sistema penitenciario sumamente precario y con muchas denuncias de abuso.

El nivel de vida está entre los más bajos del mundo, ubicándose en 2024 en el puesto 124 de 196 países relevados. La llegada del presidente Boakai y la composición del parlamento, auguran demoras en las reformas especialmente del sector minero, combatir el déficit fiscal y desarrollo de infraestructuras. La economía presenta una serie de puntos vulnerables, identificados por reconocidas consultoras y unidades de inteligencia económica: deficiencias importantes en la infraestructura de transporte y energía; dependencia de la importación de alimentos que impacta en el costo de vida; riesgo de epidemia de ébola, evidencia de un sistema de salud endeble; altos índices de desempleo; infraestructura educativa limitada y escasez de mano de obra calificada; estabilidad financiera frágil: altos índices de morosidad, riesgo cambiario, débil gobernanza del banco central y persistentes dificultades para dos bancos comerciales; política monetaria débil debido a la alta dolarización y un sistema bancario pequeño y vulnerable. El potencial del país reside en sus recursos naturales como la minería del hierro, oro, reservas de petróleo, sector forestal y el régimen de pabellón de conveniencia, en el cual el 17% de la flota mercante del mundo usa la bandera de Liberia. El país hasta 1979 tenía una economía estable y mejor nivel de vida que el actual, derrumbándose esta situación con el golpe de estado de 1980. La guerra civil, provocó el exilio de profesionales calificados, además de la salida de gran parte de la elite descendiente de los colonos de Estados Unidos, que lideró a Liberia desde su fundación hasta 1980.

El Banco Mundial en su informe sobre la situación económica de Liberia señala: La economía de Liberia se expandió un 4,8 % en 2024, impulsada por la minería, los servicios y la recuperación agrícola. El sector industrial se expandió un 6,0 %, impulsado por el mineral de hierro, la minería de oro y la construcción, mientras que el sector servicios creció un 4,2 %, impulsado por las finanzas, la hostelería, el comercio y el transporte. La producción agrícola aumentó un 3,5 %, frente al 1,4 %, lo que refleja una mayor producción de caucho. En cuanto a la demanda, el crecimiento fue impulsado por el consumo privado y el aumento de las exportaciones de oro y mineral de hierro (…) Los persistentes desafíos económicos —crecimiento lento, alta inflación, oportunidades laborales limitadas y protección social insuficiente— han incrementado significativamente la pobreza. Para 2022, la tasa de pobreza extrema había ascendido al 40,9 %, frente al 24,8 % de 2019.

El país arrastra las heridas del pasado, con más de 250.000 muertos en guerras civiles finalizadas hace dos décadas, pero sectores de la sociedad reclaman justicia por los crímenes del pasado. En las elecciones presidenciales de 2023, los candidatos prometieron crear un tribunal para juzgar los graves delitos durante la guerra civil. Uno de los grandes impulsores es Yekeh Kolubah, un ex niño soldado, reclutado en la década de 1990 por los rebeldes del NPLF de Charles Taylor, y actual diputado del condado de Montserrado. En declaraciones ante la BBC dijo: “Queremos el tribunal de crímenes de guerra económicos… porque quiero ir allí y poder exonerarme. Que la gente sepa el mal que he cometido y que me castiguen por ello”. Kolubah sostiene que será un gran paso para sanar las heridas del pasado y también limpiar la política local de personajes con un pasado oscuro. Las sesiones en el parlamento liberiano – conocido también como Capitolio – sobre esta delicada situación fracasaron. En mayo de 2024 finalmente fue establecida la Oficina Tribunal de Delitos de Guerra y Económicos para Liberia con facultades para investigar y sancionar a los responsables de los crímenes de guerra durante la guerra civil que asoló al país hasta el 2003.

La visita del actual presidente liberiano a Estados Unidos, se inserta en las relaciones que mantienen ambos países. Washington ha sido un socio importante en el desarrollo de Liberia luego de las guerras civiles, además de brindar apoyo ante emergencias sanitarias como la epidemia de ébola. No obstante, la ayuda en los últimos años fue disminuyendo, emergiendo como nuevo socio para el desarrollo de la economía de país africano, China. La disolución de la agencia estadounidense de ayuda al extranjero, la USAID, tuvo su impacto en Liberia. El interés de Estados Unidos reside ante todo en recursos mineros y tierras raras, además Trump busca países donde poder enviar a inmigrantes deportados, algo que genera reservas en los países africanos. Incluso se refirió a los países de los jefes de estado africano (Senegal, Guinea Bissau, Gabón, Mauritania, Liberia) que lo visitaron: “lugares muy vibrantes con tierras muy valiosas, grandes minerales, grandes depósitos de petróleo y gente maravillosa”. Más allá de los “elogios”, existe un mal recuerdo por parte de los gobiernos africanos cuando el presidente estadounidense en su primer mandato, al calificar las naciones de muchos inmigrantes provenientes de Haití, El Salvador y África: como países de “mierda”. Boakai precisa inversiones para su país y garantizar la ayuda externa, buscando obtener alguna ventaja para su país en el marco de la batalla geopolítica global que libran Estados Unidos y China.

Un país creado por sociedades antiesclavistas de Estados Unidos.
Liberia junto con Etiopía son los únicos estados africanos que estuvieron libres de la colonización europea. El poblamiento indígena del país, se cree que fue entre los siglos XII a XVI. Los portugueses arribaron en 1472 y denominaron el territorio liberiano como “Costa de la Pimienta” dado que crecía en el litoral una variante de esta especie. Los vínculos fueron limitados a cierto nivel de intercambio entre los lusitanos y las poblaciones locales. En 1602 los neerlandeses construyeron una factoría, pero fue destruida al año. Los ingleses también instalaron una base en 1663 pero no prosperó. El territorio quedó fuera del intereses foráneos hasta 1821.

La corriente abolicionista en Estados Unidos generó tensiones políticas, en especial, en los estados sureños donde los grandes propietarios de plantaciones, no deseaban la convivencia entre esclavos y libertos. En el norte, los afrodescendientes liberados engrosaron el proletariado urbano y eran vistos como competencia para los trabajadores blancos pobres. Los libertos y sus descendientes tenían escasos derechos políticos y eran marginados socialmente. En 1815 un reconocido empresario estadounidense Paul Cuffe promovió la instalación de una colonia de libertos en la isla Sherbro, actual Sierra Leona. En 1816 el clérigo protestante Robert Finley, de Nueva Jersey, fue el creador de la The Society for the Colonization of Free People of Color of America (Sociedad Americana para la Colonización del Pueblo Libre de Color de América), generalmente abreviado como American Colonization Society. El Congreso apoyó la idea donando cien mil dólares a la causa y en muchos estados se veía la idea de “retornar” a los libertos al África, como un mecanismo para evitar conflictos sociales.

En 1818 la Sociedad Americana de Colonización envió agentes al África para buscar un lugar para establecer una colonia de libertos, sin éxito ante la negativa de los jefes tribales de vender sus tierras. En 1821 hubo un nuevo intento en Sierra Leona, pero la alta mortalidad por la malaria, obligó a buscar otro sitio para la radicación de libertos. Un buque de la Armada de Estados Unidos y ante la negativa de los jefes locales de vender sus tierras, el enérgico teniente Robert Stockton, obligó a un gobernante local de la etnia gola a vender una franja de tierra a la Sociedad de Colonización, en las cercanías de la actual capital, Monrovia. La Sociedad expandió sus actividades a otros estados, que financiaron la compra de territorios en la actual Liberia, creándose colonias denominadas como “Kentucky in Africa” o “Maryland in Africa”.

La malaria hizo estragos en los recién llegados, agregándose la hostilidad de las poblaciones del interior de Liberia. Los directivos de la Sociedad de Colonización, continuaron enviando colonos, a pesar de las condiciones sanitarias y los riesgos que implicaba. Había una visión religiosa y era considerado como una misión divina el de promover el envío de libertos a la Costa de la Pimienta. La nueva colonia, con base en Monrovia, en honor al presidente James Monroe, era propiedad de la Sociedad de Colonización. No solo libertos de Estados Unidos llegaban al territorio, sino esclavos rescatados por parte de la Marina Real británica, cuando interceptaba buques negreros.

En estado de Maryland por iniciativa de la propia legislatura creó su propia sociedad de colonización. Instalada la colonia cerca de la frontera con la actual Costa de Marfil. Las poblaciones negras del estado fueron objeto de presiones para ir al África y las manumisiones, quedaban supeditadas aceptar a ir a la colonia de Maryland in África. La mortalidad siguió siendo un mal endémico, dado las tasas superaban el 40%. En 1836 la Sociedad de Colonización nombró gobernador de la colonia a un mulato, John Brown Russwurm, que hizo cuanto pudo para alentar la inmigración durante los doce años en que estuvo en el cargo. Este era el hijo un comerciante inglés y una esclava jamaicana, fue uno de los primeros graduados universitarios no blancos de EEUU. Editor de un periódico abolicionista y convencido de la empresa colonizadora, como solución para millares de afrodescendientes tanto sujetos a la esclavitud como libertos, víctimas de la discriminación. La vida en África para los colonos no era fácil y curiosamente tuvieron un comportamiento discriminatorio con las poblaciones nativas locales. A pesar de los problemas, el experimento de Maryland en África fue mucho mejor que las otras “colonias”, por el apoyo dado por el mismo estado. En 1854 proclamó su independencia como “República de Maryland” pero su existencia fue efímera, ante la hostilidad de los pueblos nativos, que se tradujo en la incorporación de la recién creada República de Liberia.

En 1838 las diferentes colonias creadas en la Costa de la Pimienta con libertos y esclavos rescatados de los buques negreros se unificaron en la Mancomunidad de Liberia y contaba con unos 20.000 habitantes, que desarrollaron una peculiar cultura muy cercana a la estadounidense, diferenciándose de las poblaciones nativas que permanecieron marginadas, generando tensiones, que se mantendrían latentes hasta el golpe de estado de 1980. El primer gobernador no blanco fue el mestizo Joseph Jenkins Roberts, electo para el cargo en 1841. En 1847, la legislatura votó por la independencia de Liberia, reconocida en primera instancia por Gran Bretaña, por sus intereses comerciales. Estados Unidos reconocería la independencia liberiana recién en 1862 de la mano del presidente Abraham Lincoln.

El esfuerzo del primer gobierno liberiano fue avanzar en el interior del país, someter a las poblaciones nativas, vinculadas a la trata de esclavos y obtener reconocimientos internacionales. La vida política estuvo marcada por el Partido Republicano y el Partido True Whig. El primer presidente Roberts impulsó la educación y el desarrollo del nuevo y peculiar país, en un contexto sumamente hostil. Es considerado el “padre fundador” de la nación liberiana. A fines del siglo XIX con el expansionismo colonial europeo en África, Liberia tuvo que ceder reclamos territoriales ante el avance de Francia y Gran Bretaña. La relación con las poblaciones nativa fue mala y estos fueron marginados de la política y economía del país, monopolizada por los americano liberianos (americo liberians).
La economía liberiana apena tenía un papel en el mercado mundial. Los intereses alemanes favorecieron cierto desarrollo, interrumpido en 1914 con la Primera Guerra Mundial. Monrovia declaró la guerra en 1917 a las Potencias Centrales con la esperanza de tener algún tipo de ayuda de los Aliados y especialmente de Estados Unidos, sin gran éxito. En el plano diplomático, esta postura le permitió ser estado fundador de la Sociedad de las Naciones.

La crisis del 30 y las políticas del imperio británico respecto del caucho, fueron una ventana de oportunidad para Liberia cuando la poderosa empresa estadounidense Firestone, que arrendó tierras por 99 años, obteniendo recursos para saldar la deuda con bancos europeos, que se había tornado impagable. La empresa controló la vida económica del país y siguiendo patrones de la época apeló al trabajo forzado para reclutar mano de obra. Esto fue un escándalo internacional que llegó hasta la Sociedad de las Naciones.

La Segunda Guerra Mundial fue una oportunidad para Liberia. Bases de Estados Unidos se instalaron en el país, llegó la ayuda económica y las inversiones: puerto franco de Monrovia y el Aeropuerto Internacional Roberts. El desarrollo y prosperidad beneficiaban a los americano- liberianos, que vestían al estilo occidental, hablaban un inglés similar al de Estados Unidos, su estilo de vida era similar al estadounidense, además de ser cristianos protestantes. Las poblaciones nativas eran vistas como culturalmente inferiores y se adoptó una política de segregación. Las elevadas tasas de crecimiento gracias a las inversiones extranjeras en la minería del hierro, madera, caucho y el régimen de pabellón de conveniencia, que permitió que gran parte de la flota mercante del mundo utilizara la bandera liberiana, no impactó en desarrollo e integración a la población liberiana. Las poblaciones nativas obtuvieron acceso al voto en 1951, pero siguieron siendo marginados y condenados a la pobreza.

Liberia fue un bastión pro occidental, pero mantuvo posiciones moderadas y no dudó en condenar el régimen del apartheid. El presidente William Tubman, que estuvo en la presidencia entre 1944 hasta su muerte en 1971, con algunos sesgos autoritarios, a pesar de los intentos de integrar las poblaciones nativas. Dicho jefe de estado mantuvo una política exterior activa vinculada a Estados Unidos y una política de puertas abiertas a la inversión extranjera, pero en el plano político con un estado dominado por un partido hegemónico, corrupción y sesgos autoritarios. Su sucesor William Tolbert impulsó el ingreso de los nativos a la escena política, generando tensiones con la elite local y los líderes nativos, que veían las reformas que marchaban muy lentamente. En el plano externo, abrió el diálogo con países del Bloque del Este, China, Cuba y el Movimiento No Alineados. A pesar de posturas críticas frente a Israel, Liberia apoyó la intervención de Estados Unidos en Vietnam, pero no impidió un acercamiento a países como Libia y revisar las complejas relaciones entre Firestone y el estado liberiano. En 1977, fue reconocido formalmente como partido opositor la Alianza Progresista de Liberia, rompiendo con cien años de unipartidismo de hecho.

El gobierno de Tolbert estuvo marcado por la masacre del condado de Maryland, donde fueron asesinadas unas cien personas (entre 1966-1977) en el marco de una suerte de ritual, que generó el pánico en dicho distrito. Los cuerpos aparecían mutilados. El presidente solicitó de manera vehemente su esclarecimiento. Finalmente fueron detenidas doce personas, entre ellas varios funcionarios. Siete de los imputados fueron ejecutados en la horca, en una ceremonia pública en 1977. El “canto del cisne” a su gobierno vino con los denominados “Disturbios de Arroz” cuando el ministerio de agricultura liberiano propuso el aumento de la bolsa de arroz de 45 kilos de 22 dólares a 26 dólares. Acusado por la oposición de beneficiarse del aumento, dado que la familia Tolbert tenía varias explotaciones agrícolas. Estallaron disturbios, luego de una manifestación convocada por el grupo opositor Alianza Progresista de Liberia, que buscaba ser pacífica, pero unas 10.000 personas de barriadas pobres se unieron a la marcha y degeneró en saqueos, violencia y disturbios con un saldo de 40 muertos. En 1980 el presidente Tolbert ordenó el arresto del líder opositor Gabriel Bacchus Matthews de la citada Alianza por traición. No queda muy claro cómo se gestó el golpe, protagonizado por el sargento mayor Samuel Doe y un grupo de suboficiales y soldados de origen nativo, que irrumpieron la residencia del presidente asesinándolo el 12 de abril de 1980. El cuerpo de Tolbert fue arrojado a una fosa común en el medio de gritos e insultos de una turba que presenció la escena.
El 22 de abril un tribunal chapucero e ilegal, condenó a muerte a diversos funcionarios del gobierno depuesto, ordenando el fusilamiento de ministros y legisladores, siendo televisado a todo el país, el acto realmente barbárico, frente a una multitud de liberianos nativos que insultaban y festejaban los asesinatos. Previo a la ejecución, los condenados, muchos de ellos ex ministros del gobierno de Tolbert, fueron paseados desnudos por la capital, Monrovia. Mientras tanto los que pudieron escapar del país lo hicieron en un clima de terror, donde las ejecuciones estaban a la orden del día. El sargento Doe se proclamó general y creó el Consejo de Redención del Pueblo, dando por terminado el dominio político económico de los americanos liberianos. Las promesas de democracia e inserción política de los grupos étnicos originarios de Liberia cayeron en saco roto. Doe solo benefició a su etnia, los krahn en el reparto de poder e instauró un régimen dictatorial. En 1985 convocó a elecciones generales, donde ganó la presidencia por el 51% de los votos, en un acto cargado de sospechas de fraude, que reconoció el mismo Departamento de Estado.

Existieron sospechas que la CIA estuvo involucrada en los hechos del 12 de abril de 1980, como fue denunciada en la Comisión de la Verdad y Reconciliación. El régimen de Doe se mostró abiertamente favorable a Washington, cortó lazos con los regímenes de Cuba, Libia y la Unión Soviética, permitió facilidades para el despliegue de fuerzas de Estados Unidos en África.
Doe favoreció el enfrentamiento interétnico y el autoritarismo de su régimen, corrupción, no hicieron más que alimentar el deseo de su derrocamiento. En 1990, Charles Taylor, antiguo aliado político de Doe, encarcelado por malversación de fondos, escapó a Estados Unidos en 1985. Allí fue detenido a la espera de su extradición a Liberia, pero logró huir de la cárcel de alta seguridad en Boston, a Libia (tiempo después se supo que era informante de los servicios de inteligencia de dicho país), donde recibió instrucción militar. Lideró el Frente Patriótico Nacional de Liberia (NPFL) con base en Costa de Marfil. El grupo creció gracias al descontento de diversos grupos étnicos que eran discriminados e incluso objeto de violencia por parte del presidente Doe. El NPFL recibió apoyo del presidente Campaoré de Burkina Faso. Mientras tanto el gobierno de Reagan apoyó al gobierno liberiano con 500 millones de dólares de ayuda, que nunca se tradujeron en mejoras en Liberia. Dicho país jugaba un papel importante en operaciones encubiertas de la CIA en apoyo a la guerrilla de la UNITA en Angola, en manos de un régimen marxista y contra el régimen de Gadafi.
El NPFL llegó aglutinar unos 25.000 combatientes mayoritariamente de las etnias dan y mano, perseguidas por el régimen de Doe. La Primera Guerra Civil liberiana, se caracterizó por una extrema violencia, asesinatos en masa, torturas, violaciones, reclutamiento de “niños soldado”, que formaron parte de la infame Unidad de Niños Pequeños – con reclutas de diez / doce años – que eran drogados para lanzar ataques en la capital Monrovia. El príncipe Johnson, un jefe tribal, líder de una facción disidente del NPFL capturó la capital liberiana y secuestró al presidente Doe, siendo asesinado luego de ser torturado brutalmente. La guerra civil, que tuvo intervención de una misión de paz africana, finalizó en 1996.Taylor fue electo presidente en un clima de intimidación pública. Pronto intervino en la guerra civil de Sierra Leona apoyando al Frente Revolucionario Unido. En el plano interno, la etnia krahn entró en conflicto por las persecuciones impulsadas por Taylor. En 1999 con posible apoyo de Guinea, surgió el grupo Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia (LURD) y desde Costa de Marfil, el Movimiento para la Democracia en Liberia (MODEL) tuvo rápidos avances.

La intervención de Taylor en la brutal guerra civil de Sierra Leona estaba vinculada con el tráfico de diamantes y armas. En 2003, el presidente liberiano quedó cercado en Monrovia. El mismo presidente Bush Jr, pidió su renuncia. Taylor señaló que solo lo haría con una fuerza de paz. Así nació ECOMIL liderado por Nigeria y apoyado por fuerzas de Estados Unidos. Finalmente, el presidente liberiano renunció con airadas críticas a Washington, refugiándose en Nigeria. En 2003 el Congreso de Estados Unidos fijó una recompensa de dos millones de dólares por la captura de Taylor. En 2006, la presidente Ellen Johnson Sirleaf (la primera mujer de África electa como jefe de estado) presentó una petición formal de extradición de Taylor a Nigeria. Este intentó huir pero finalmente regresó a Liberia donde fue arrestado para ser enviado ante el tribunal internacional que investigaba los crímenes de guerra ocurridos en Sierra Leona. Finalmente fue condenado a 50 años de prisión por crímenes contra la humanidad y de guerra, siendo alojado en una prisión en Gran Bretaña.
En 2005 en unas reñidas elecciones presidenciales, Sirleaf fue electa presidente y asumió en 2006. Reelecta en las elecciones de 2011 por el partido de la Unidad, bajo críticas de la oposición, dado que en la campaña de 2005, la presidente liberiana había asumido el compromiso de no buscar un segundo mandato. Su política estuvo marcada por promover mayor calidad democrática, la reconciliación nacional. Por su esfuerzo en incorporar a las mujeres en el proceso de paz de Liberia, recibió el Premio Nobel.

Este es un breve repaso de la historia y política de Liberia, el país, donde su presidente Joseph Boakai, aprendió hablar tan bien el inglés, que fue objeto del elogio del presidente estadounidense Donald Trump.