
Las desconocidas Islas Samoa. Por : Por Jorge Alejandro Saponaro| Director de El Minuto para Argentina. Distinguido Analista colaborador del CREI.

Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro (Distinguido Colaborador Analista Internacional del CREI)
Director de Diario El Minuto para Argentina.
Director de Diario El Minuto para Argentina.
«Teme la súplica de los oprimidos, ya que no hay barrera entre su invocación y Allah».
Profeta Muhammad
El conflicto entre Israel y el grupo HAMAS, nuevamente movilizó la opinión pública internacional, incluyendo las Naciones Unidas, declaraciones de líderes políticos, de la necesidad de establecer un acuerdo de paz duradero en el marco del conflicto palestino israelí, así como la movilización de importantes recursos en materia de ayuda humanitaria para los palestinos en la Franja de Gaza. Mientras el mundo se moviliza ante las consecuencias del conflicto armado citado, observamos una casi absoluta indiferencia al drama que viven los saharauis hace décadas, agregándose que están en un conflicto armado, tras la violación de los acuerdos de paz de 1991, por parte de Marruecos.
Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Director de Diario El Minuto para Argentina.
En noviembre de 2020, fuerzas marroquíes, con la finalidad de terminar con una protesta pacífica por parte de los saharauis en el paso ilegal de Guerguerat, violaron el Acuerdo Militar Nro. 1 del Plan de Arreglo de 1991. En el seno del Consejo de Seguridad, gracias a la protección de Francia y Estados Unidos, Marruecos, no sufrió ningún tipo de sanción por violar el acuerdo de paz citado.
Los saharauis hace largo tiempo que sufren verdaderos desaires y un comportamiento cómplice ante los abusos de la potencia ocupante hace décadas. Vemos a España, potencia administradora de iure y desde los acuerdos de Madrid de 1975, se ha desentendido de los saharauis y del conflicto, en el marco de una política de contención de su vecino marroquí, con un resultado. A nuestro entender, que perjudican seriamente los intereses españoles en el Norte de África y en la seguridad de su “flanco sur”. La justicia de la Unión Europea se pronunció en reiteradas oportunidades, dejando en claro que los recursos naturales son propiedad del pueblo saharaui, titular del derecho de autodeterminación. Vale la pena recordar 1992 y 1994 la Asamblea en sucesivas resoluciones (resoluciones 48/46, de 10 de diciembre de 1992, y 49/40, de 9 de diciembre de 1994) señaló que el saqueo y explotación de los recursos naturales de los TNA constituyen una amenaza a la integridad y prosperidad de dichos territorios, además de Sahara Occidental conformar graves violaciones a las obligaciones adquiridas a la luz de la Carta de las Naciones Unidas. El antecedente jurídico a la cuestión, lo entramos en a través de la Res 46/64 de la Asamblea General que regula concretamente el principio de soberanía de los pueblos coloniales sobre sus recursos naturales. La resolución reitera que la explotación y el saqueo de los recursos marinos y demás recursos naturales de los territorios coloniales y no autónomos por parte de intereses económicos extranjeros, en violación de las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas, constituyen una grave amenaza a la integridad y prosperidad de esos territorios.
Mientras que miles de saharauis sobreviven como pueden en los campos de refugiados y en las zonas liberadas, agregándose que otros miles viven como ciudadanos de segunda en la zona ocupada, las riquezas de su patria, son objeto del expolio por parte de la potencia ocupante, con clara complicidad de los “paladines” de la democracia en Occidente. Dichos gobiernos, son los que poco o nada hacen, para que la MINURSO, la misión de paz de Naciones Unidas, tenga facultades de monitoreo de derechos humanos. La indiferencia de la comunidad internacional, o por lo menos gran parte de ella, permitió que la desaparición forzada de cientos de saharauis, en las zonas ocupadas, las torturas, la existencia de presos políticos, como conocer el destino de los soldados saharauis que cayeron prisioneros, quedaran sin respuesta, y menos una sanción.
La violencia contra la mujer saharaui.
Los saharauis, en las zonas ocupadas, llevan a cabo acciones de resistencia pacífica, siendo objeto de una dura represión, siendo el ejemplo más evidente, el desmantelamiento del Campamento de Gdeim Izik. Mientras que los dirigentes europeos, nos hablan de derechos de la mujer, en los hechos, poco y nada hacen. Así observamos con estupor, el caso de Sultana Jaya, en noviembre de 2021, su vivienda fue allanada sin orden judicial por parte de paramilitares marroquíes, agregándose un hecho gravísimo, la violación, junto a su hermana y los violentos golpes contra su madre de ochenta años. Fue un verdadero escándalo internacional. La jurisprudencia internacional, ha sido muy clara en los casos de violación en los países u/o territorios sujetos a ocupación militar, los han reconocido como “tratos crueles, inhumanos o degradantes” y por ende punibles, como crímenes de guerra. Recordemos que el Sahara Occidental, es un territorio sujeto a ocupación y por ende le son aplicables las reglas de los Convenios de Ginebra. Finalmente cabe agregar: La violación como tortura es aquella infligida intencionadamente sobre una persona por un funcionario público u otra persona provocando dolores y sufrimientos graves, por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de sus funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación. (Crímenes de género en el derecho penal internacional. Buenos Aires, 2010).
El caso de Aminetu Haidar, es otro ejemplo, de violencia de género, contra la mujer saharaui. Padeció ser presa política, por su activismo a favor de los derechos humanos y ahora el estado español, luego de dieciséis años de residencia en España, a sabiendas que la potencia ocupante marroquí, la expulsó del Sahara Occidental, en abierta violación a los derechos humanos. El gobierno del Dr. Pedro Sánchez, olvida que, para Naciones Unidas, el Sahara Occidental, es un territorio sujeto a un proceso de descolonización, donde España, es la potencia administradora de iure. Por ende, la Sra. Haidar, merece la protección del estado español. No es un pedido antojadizo, sino que forma parte de las responsabilidades que tiene España como potencia administradora.
Presos políticos. Un drama silenciado
La violación a los derechos humanos de los saharauis, están a la orden del día. Brahim Ismaili, preso y juzgado por un tribunal militar marroquí, por ser parte de las protestas de Gdeim Izik, padece de un tumor, está detenido en condiciones deplorables, agregándose la falta de atención médica adecuada. La lista es larga de los detenidos por participar en una protesta social, siendo juzgados de manera ilegal, por tribunales ad hoc, fuera del territorio saharaui ocupado. El Derecho Internacional reconoce que el territorio ocupado no tiene ningún deber legal de obediencia al Estado ocupante, si bien dicho Estado puede establecer algunas normas que permitan cierta subordinación, en el marco de las Convenciones de Ginebra, y deben ser distintas a las normas vigentes al territorio ocupado. El Estado ocupante es responsable de garantizar el bienestar de la población del territorio ocupado, mantener los servicios públicos esenciales, la educación y la salud de la población. Las obligaciones del Estado ocupante incluyen la imposibilidad de modificar el estatuto de los funcionarios, respetar la legislación vigente, garantizar el funcionamiento de la Cruz Roja y sus sociedades, y los organismos de protección civil. Marruecos, desmanteló las instituciones existentes en el Sahara Español.
El activismo saharaui, en las zonas ocupadas, a través de distintos mecanismos de protesta, está claramente legitimada por el Derecho Internacional. Recordemos que los métodos empleados por los activistas son todos pacíficos, pero la respuesta siempre es la misma, con una dura represión, la prohibición de organizar asociaciones pro derechos humanos, condenar a los barrios poblados por saharauis, a vivir bajo un estado policial. La Liga para la Protección de los Presos Saharauis en las Cárceles Marroquíes, ha realizado constantes denuncias en los últimos meses, sobre malos tratos, torturas, falta de atención médica, agregándose las constantes huelgas de hambre, la única arma que tienen los presos políticos saharauis para hacer oír su voz. El gobierno de Pedro Sánchez, teóricamente progresista y sensible a la temática de los derechos humanos, guarda silencio sobre lo que pasa en tierras saharauis. En este contexto de contradicciones, si muestra especial preocupación por el conflicto palestino israelí, más precisamente sobre la guerra desatada entre el grupo Hamás e Israel el pasado mes de octubre de 2023. Realmente difícil de comprender.
La guerra silenciada
En noviembre de 2020, las fuerzas saharauis, luego que Marruecos violara el acuerdo de paz, con el desmantelamiento de la protesta de Guerguerat, “manu militari”, estallaron las hostilidades, reconocidas desde la misma Secretaría General de Naciones Unidas. Las fuerzas saharauis, se limitan acciones de pequeña escala, con duelos de artillería, golpes con fuerzas móviles y fuego de mortero. El estado de movilización, le permitió al gobierno saharaui, alinear a la población en una causa nacional. La respuesta de Rabat ha sido también limitada, a fin de no entrar en una escalada con Argelia. La guerra de Ucrania, llevó a países europeos, acercarse con el régimen de Argel, para buscar fuentes alternativas de energía. Esto refuerza el papel de Argelia en el Norte de África, como factor de estabilidad. Una guerra abierta entre Marruecos y Argelia, perjudica los intereses occidentales en el área.
Rabat, buscaría escalar el conflicto, especialmente para que Mauritania reaccione, y quite el apoyo, no oficial a la República Saharaui. No en vano por medio del uso de drones, atacó blancos civiles, donde argelinos y mauritanos perdieron la vida. La escalada hacia una guerra abierta, por ahora queda descartado. Los cambios geopolíticos llegaron al África, y Marruecos se convierte en un bastión de intereses occidentales. Los golpes de Estado en Malí, Guinea, Burkina y Níger, alejaron a dichos países de sus lazos con Francia y en menor medida con Estados Unidos. En este panorama, Mauritania, tiene un rol relevante, por su papel en el conflicto saharaui. Neutral, controla de facto la localidad de La Güera, con anuencia de la República Saharaui, a los fines de crear un “cordón” de seguridad. El paso ilegal de Guerguerat juega un papel de “polo de atracción geopolítica” para incrementar la dependencia económica de Mauritania respecto a Marruecos. Nuakchot, consciente de su debilidad, encontró en China un socio ideal, tanto en el plano económico, como militar, dado que las modestas fuerzas mauritanas han recibido material chino, especialmente para su pequeña fuerza naval. El mantenimiento del control de las zonas liberadas por parte de la República Saharaui, se vincula con la propia seguridad de Mauritania, de mantener alejado a Marruecos, que mantiene un claro interés expansionista.
Argelia, apoya a los saharauis, con el mismo motivo, de mantener lejos a Rabat del área cercana a Tinduf, donde se encuentra la mina Gara Djebile. El gobierno plantea no solo construir un centro minero, sino también industrial, con una red ferroviaria, que posiblemente se conecte con puertos mediterráneos. Quienes llevaron a cabo las obras, es un consorcio chino, formado por China International Water&Electric, Heyday Solar y Metallurgical Of China, y la empresa pública argelina Feraal. Los intereses de Argel, indican que es preciso impedir que Marruecos ocupe las zonas liberadas, intención que tenía antes de 2020, cuando comenzó a cuestionar el estatus de dichas zonas, respecto al Plan de Arreglo de 1991, con el objetivo de mantener alejadas las fuerzas de Rabat de un área estratégica como Tinduf. Por otro lado, la liberación de las zonas ocupadas, abre perspectivas muy alentadoras para los argelinos, teniendo una vía de salida para la producción minera de Tinduf, que beneficiaría ampliamente a la República Saharaui. Por ende, es muy poco probable que Argelia, le retire el apoyo al Frente Polisario/ República Saharaui.
La República Saharaui, precisa que dos actores claves como Mauritania y Argelia, mantengan su apoyo. A fin de cuentas, le proveen “profundidad estratégica”. Es posible que el liderazgo del Polisario, apueste a los cambios geopolíticos, donde claramente las potencias occidentales, están en pleno retroceso en África. Los cambios políticos en la región de la franja del Sahel, abrieron las puertas a una creciente presencia rusa y china. En el seno de los BRICS, el foro que aglutina a China, Rusia, Brasil, India y Sudáfrica, este último país, es especialmente crítico con la ocupación marroquí, lo que permitió en la cumbre de agosto de 2023, que se aprobara un comunicado, muy moderado, pero por lo menos, colocó en agenda la crisis del Sahara Occidental, exigiendo una solución de la controversia. El ingreso de Etiopía, a los BRICS, abre nuevas perspectivas para los saharauis, dado que Addis Abeba, reconoció la República Saharaui en 1979 y ambos estados forman parte de la Unión Africana
Marruecos se aferra a la ocupación, por muchos motivos, entre ellos el factor interno, dado que el conflicto justifica la represión interna, la exaltación nacionalista y refuerza el rol del rey, distrae a la opinión pública de la pobreza y corrupción, y además el expolio de los recursos pesqueros y mineros, financian la economía marroquí. España apoya la ocupación veladamente, a sabiendas que la pérdida del Sahara, significará un conflicto abierto por Canarias, Ceuta y Melilla. Rabat precisa los conflictos externos como válvula de escape, ante una situación doméstica no muy halagüeña. Los intereses de Francia y Estados Unidos, están vinculados también a intereses económicos, y dado que Marruecos, es uno de los últimos países pro occidentales en África. La pérdida del Sahara Occidental, incidiría directamente en la estabilidad de la monarquía y su peculiar régimen de equilibrios internos. Razones políticas lo llevan a no reconocer los combates en los muros defensivos, por lo menos abiertamente. Mantiene una postura defensiva y en el plano internacional busca el reconocimiento de la ocupación e imponer el plan de autonomía como única solución.
La única opción que queda es seguir manteniendo la presión militar, que permita que el conflicto del Sahara Occidental, para que no caiga completamente en el olvido. La pregunta del millón, hasta cuándo durará esta situación.
La deuda con los saharauis
Los saharauis, no recurrieron al terrorismo. La República Saharaui, libró una guerra de liberación por más de una década, con un ejército regular. En las zonas ocupadas, a pesar de la violencia de la ocupación, los movimientos saharauis, siempre se manifestaron pacíficamente. La respuesta siempre ha sido la indiferencia y un proceso de paz congelado por más de dos décadas. España que tiene un rol central en la resolución del conflicto, es rehén de la presión marroquí, como también indirectamente de Francia, aliado de Rabat. Estados Unidos, busca mantener como pueda aliados en África, que cada vez son menos. Egipto, viejo aliado de Washington, mantiene sus vínculos, pero con una visión de mayor autonomía, incorporándose al espacio BRICS en agosto de 2023. Francia, el gran perdedor, tuvo que replegarse del Sahel, y veremos por cuánto tiempo más, mantendrá su influencia en Senegal, Costa de Marfil, Togo, Camerún, por citar los países de la Françafrique.
El desarrollo económico a futuro del área de Tinduf, alimentará el interés de un Sahara Occidental unificado e independiente, agregándose el interés mauritano, de mantener lejos a Rabat de sus fronteras.
El resultado de la guerra de Ucrania, incidirá en el tablero global. África tomó nota de su papel en el mundo que se viene, de carácter multipolar, y ello abre una tímida luz de esperanza para el conflicto saharaui, y Rabat deberá tener en cuenta, que no puede vivir eternamente aislado de sus vecinos y ser funcional a la política “divide y reinarás” en la Unión Africana, funcional a los intereses franceses.
La comunidad internacional está en deuda con los saharauis, por tantos años de olvido, complicidad con el expolio de sus riquezas y las violaciones a los derechos humanos. La devolución de los territorios ocupados a la República Saharaui, sin ninguna duda será parte de la reparación histórica, que Occidente, le debe al pueblo saharaui desde hace cinco décadas.
PANEL de cierre de año con diez colegas analistas internacionales
Jorge A. Suarez (Argentina)
Marcelo Ramirez (Argentina)
Pablo Ansaldi (Argentina)
Ivonne Alves (Brasil)
Rafael Machado (Brasil)
Juan Gabriel Caro (Colombia)
Enrique Refoyo (España)
Andrea Virga (Italia)
Manuel Espinoza (Nicaragua)
Carlos Mamani (Peru)
instructores del Curso sobre: *Fundamentos de la *
CREI (Nicaragua) –
ASIA TV (Argentina) y
Proyecto Patria (Perú)
En el marco del 1er Curso Internacional “Fundamentos de Geopolítica”, organizado por el Centro Regional de Estudios Internacionales (CREI, Nicaragua), la productora internacional de contenido AsiaTv (Argentina), y el espacio de reflexión crítica y estratégica Proyecto Patria (Perú); dedicamos esta última conferencia del 2023 (más no del curso, que se extenderá hasta los primeros meses del 2024), a abordar las problemáticas que se suscitan en el convulso escenario internacional, signado por el derrumbe de occidente y declive de la hegemonía Unipolaridad Atlantista Mono civilizatoria (de matriz anglosajona principalmente), y la emergencia de la Multipolaridad Euroasiática Pluri civilizatoria, manifestada en el ascenso de múltiples polos de poder no occidentales (Rusia, China, India, Irán, etc).
Convulso panorama internacional de transición sistémica hacia el Mundo Multipolar del Siglo XXI, desencadenado principalmente (pero únicamente) a partir de la acción catalizadora de Rusia con su Intervención Militar Especial (OME) en Ucrania, y continuada con la renovada crisis de Medio Oriente; hechos sintomáticos, que no deben ser interpretados como una mera crisis coyuntural, sino como profundos e irreversibles cambios y/o transformaciones en el Ordenamiento Mundial del Siglo XXI. Atte. Mg. Soc. Carlos F. Mamani Aliaga; Director del Gabinete de Reflexión Crítica y Estratégica Proyecto Patria (Cajamarca-Perú), Director Descentralizado por Cajamarca del Departamento de Estudios en Sociología del Centro de Estudios Crisolistas (CEC-Lima), y Sub Director del 1er Curso Curso Internacional: “Fundamentos de Geopolítica” (CREI/AsiaTv. Julio-Diciembre, 2023) Moscú-Rusia, Sábado 30 de Diciembre del 2023.
https://deyseg.com/analysis/1225
Jorge Alejandro Suárez Saponaro
El origen del poder naval iraní es tan antiguo como la propia nación persa. A fin del siglo XIX, bajo la dinastía de los Qajars, fueron comprados dos cañoneros construidos en Alemania, teniendo la marina iraní el tamaño propio de un guardacostas. La reconstrucción de la Marina vino de la mano de la dinastía Pahlevi, que en los años 30 adquirió buques de origen italiano.
Esta flotilla, fue destruida durante la intervención anglo soviética en 1941, ante las posturas pro germanas del Sha Reza. Su sucesor, Mohammad Reza, luego de la Segunda Guerra Mundial, con ayuda del Reino Unido y Estados Unidos, recibió buques tipo fragata y corbeta, lo que permitió una rápida expansión de la entonces pequeña marina iraní, conocida ahora como Marina Imperial del Irán.
En la década del 70, las fuerzas armadas iraníes, inmersas en un plan de expansión y modernización acelerada, recibieron abundante material de Estados Unidos, Francia, Italia y el Reino Unido. La Marina no fue la excepción, alcanzando una fuerza de 6.000 efectivos, con modernas fragatas, corbetas, patrulleros, buques de guerra de minas, un petrolero de flota, aerodeslizadores – Hovercraft – y aeronaves para la aviación naval.
La Infantería de Marina se expandió rápidamente, en un contexto donde el Sha soñaba ver a Irán como la primera potencia del Próximo Oriente. En 1971, las fuerzas navales ocuparon las islas Tumb, disputadas con Emiratos Árabes Unidos.
El retiro del Reino Unido del Golfo Pérsico con la independencia de Qatar, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos, convirtió a Irán en un actor de peso en la zona. Los planes de modernización continuaron, con la firma de contratos por los cuatro poderosos destructores tipo Kidd de Estados Unidos, submarinos de segunda mano Tipo Tang y Guppy II, como de los novísimos U209 alemanes. La Revolución de 1979, truncó dichos proyectos.
En 1980, la Armada iraní golpeada por el embargo internacional de armas, tuvo que hacer frente a la guerra con Irak, llevando a cabo operaciones convencionales de minado, protección de las comunicaciones marítimas y ataque al tráfico mercante, lo que trajo aparejado incidentes con Estados Unidos y el Reino Unido.
Pero en 1983, apareció un nuevo actor en escena, la Marina del Cuerpo de Guardianes (Pasdaran), fuerza armada, creada a instancias del ayatolá Jomeini, ante la desconfianza de las fuerzas heredadas de tiempos del Sha. La nueva fuerza, dotada de lanchas rápidas, desarrollo tácticas de guerrilla en el mar en una etapa de la guerra de Irak, conocida como “Guerra de Tanqueros”. Los audaces ataques de los “pasdaran” generaron incidentes con las fuerzas navales de Estados Unidos y el Reino Unido, que desplegaron medios para proteger sus intereses.
Finalizada la guerra de Irak, la Marina iraní (IRIN) salió muy golpeada por las pérdidas materiales, las exigencias de la guerra, el embargo de armas y con un nuevo competidor, las fuerzas navales del Cuerpo de Pasdaran. En este caso, salieron fortalecidos en medios y personal, con una rica experiencia en operaciones asimétricas.
El régimen adquirió una flotilla de patrulleros lanzamisiles chinos tipo Houdong, armados con misiles C-802, pero la guerra del Golfo de 1991, puso en evidencia la vulnerabilidad de este tipo de medios ante ataques aéreos, como fue observado con atención por el IRGCN, cuando la armada iraquí fue barrida del mapa. Las prioridades entonces, fueron el uso de patrulleros más pequeños, dotados con misiles, además de un programa de construcción de torpederos norcoreanos y la compra de nuevos misiles chinos Silkworm. En los años 90, la Marina iraní, adquirió tres submarinos rusos tipo Kilo (recibidos entre 1992-1997), complementado con un programa de construcción de submarinos costeros de tecnología norcoreana (Clase Yono). Los buques de la flota, fueron modernizados con ingenios locales, misiles de origen ruso y chino, y la ingeniería inversa, permitió al país, comenzar con un programa de construcción de fragatas y patrulleros.
La Marina del Cuerpo de Guardianes o IRGCN, siguió con un plan de expansión en materia de personal y medios, especialmente patrulleros rápidos, misiles de crucero para ser lanzados desde baterías móviles, en el marco de una constante competencia con la IRIN, dado que las relaciones entre ambas fuerzas no era la mejor, a pesar que desde 1989, había sido creado el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, en un intento de mejorar la coordinación y conducción conjunta. No obstante estas tensiones, las dos “marinas” de Irán, desarrollaron sus propias doctrinas, una de carácter netamente convencional – IRIN – y la otra especializada en guerra asimétrica en el mar – IRGCN – pero compartiendo el mismo teatro de operaciones, hasta la reforma de 2007, cuando ambos servicios les fueron asignadas área geográficas determinadas, excepto el Estrecho de Ormuz, donde operan de manera conjunta.
La citada reforma, nuevamente benefició al IRGCN, que contaba con los medios adecuados para operar en mares semicerrados, mientras para el IRIN, el nuevo teatro de operaciones, implicaba tener capacidades de una fuerza naval de aguas azules. Esto derivó en planes de desarrollo de bases en la costa de la región de Makrán, un nuevo programa de modernización y construcciones navales, y el incremento de la presencia iraní en el Océano Índico y el Mar Rojo.
El Líder Supremo – Ali Jamenei – en su calidad de Jefe de Estado, es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. En asistido por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, responsable de determinar los escenarios de conflicto y en debatir la Estrategia Nacional de Seguridad.
La conducción operacional de las Fuerzas Armadas, recae en el Comandante del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, con grado de brigadier general, generalmente proveniente del Cuerpo de Guardianes o Pasdaran, del cual dependen el citado Cuerpo y la Fuerzas Regulares (Artesh en persa), que no son otra cosa que las Fuerzas Armadas heredadas de tiempos del Sha.
Ambas ramas cuentan con sus componentes navales. Dependiente del presidente de la República, quien ejercer el poder ejecutivo, con supervisión del Líder Supremo, encontramos al Ministerio de Defensa y Logística de las Fuerzas Armadas, responsable de cuestiones administrativas, gestión del complejo industrial militar, y logística de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas.
La Armada de Irán o IRIN, cuenta con un comandante, con rango de contralmirante, del cual dependen cuatro distritos navales, uno de ellos en el Mar Caspio. En Bandar Abbas existe el Cuartel General Avanzado del Sudoeste, responsable de las fuerzas de tareas desplegadas en alta mar. Este comando está en manos de un contraalmirante.
El IRIN con unos 18.000 efectivos, que incluyen infantes de marina y la Aviación Naval Los medios actuales abarcan 3 submarinos Clase Kilo, uno Clase Fateh (de producción local de 527 toneladas), 24 Clase Ghadir (costeros de 125 t); una fuerza de superficie con tres fragatas Clase Alvand de 1.400 toneladas (construidos en los 70 en el Reino Unido), cuatro Moudge de 1.500 toneladas (de producción iraní basadas en las Alvand), dos corbetas Boyandor de 900 toneladas (de origen estadounidense), y una corbeta Hamzeh (buque veterano de la década del 30, reconstruido).
Quince patrulleros La Combattente/Sina (Francia – Irán de unas 230 toneladas), 6 patrulleros de entre 85/105 toneladas de origen norteamericano, tres buques anfibios Hengam de 2.500 toneladas (construidos en el Reino Unido), 15 aerodeslizadores, y buques auxiliares. La Aviación Naval cuenta con varios Sikorsky SH-53 reconstruidos (estos fueron abandonados en el intento frustrado de rescate de los rehenes en la Embajada de Estados Unidos en Irán), Augusta/Sikorsky SH-3 Sea King, Mi-17, AB-212 de lucha antisubmarina, y una flotilla de aviones formada por 3 Fokker F-27 de patrulla marítima (los P-3 Orion, que muchos consideran parte de la Aviación Naval, los opera la Fuerza Aérea), y aviones de transporte Falcon 20 VIP, Do 228 y Commander 690.
Las capacidades de este componente son limitadas, a pesar del gran esfuerzo en materia de modernización. Los SH-3 fueron adaptados para poder llevar a cabo operaciones de minado. La capacidad de ataque naval desde aviones, aparentemente se conserva en manos de los veteranos F-14 Tomcat dela Fuerza Aérea Islámica de Irán, que pueden lanzar misiles antibuque chinos o iraníes, como de los Su-24 también de dicha fuerza. En cuanto a la infantería de marina, se estima que son unos 2600 efectivos de elite, seleccionados por un proceso riguroso.
En cuanto a la Marina del Cuerpo de Guardianes o IRGCN, cuenta con 20.000 efectivos, está desplegada en el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz y se organiza en cinco distritos navales, contando además de una potente flotilla de patrulleros rápidos, lanchas, torpederos y medios auxiliares, que en su conjunto suman más de un centenar de embarcaciones, y buques auxiliares, y una Fuerza Especial (Takavar como denominan los iraníes a las fuerzas de operaciones especiales), destinada a operaciones anfibias, buzos tácticos, y combate costero, y un pequeño componente aéreo formado por helicópteros Mil-17 y Bell AB-206.
Irán es un país que ha desarrollado en el ámbito marítimo, la llamada “estrategia de zona gris” definida como La zona gris es el espacio intermedio en el espectro de conflicto que separa la competición, acorde con las pautas convencionales de hacer política, del enfrentamiento armado directo y continuado. El conflicto en la zona gris gira en torno a una incompatibilidad relevante para al menos uno de los actores.
Las estrategias utilizadas son multidimensionales —también conocidas como híbridas—, de implementación gradual y con objetivos a largo plazo (ver JORDAN, Javier, ESTRATEGIAS DE IRÁN EN LA ZONA GRIS DEL CONFLICTO: SU DIMENSIÓN MARÍTIMA). El liderazgo iraní es consciente que saldría muy mal parado en un conflicto convencional con Estados Unidos y sus aliados, es por ello que su estrategia de defensa, tiene bien en claro el concepto de riesgo calculado y sus acciones, transcurren en la llamada “zona gris”.
Es por ello que el régimen de los ayatolá, buscan desgastar a sus adversarios a través del incremento de la influencia ideológico–política del régimen, promoviendo acciones desestabilizadoras (ejemplo: Hezbollah), acción psicológica y propaganda, con un hábil empleo de medios de comunicación; guerras por delegación (Proxy war), con el caso de Hezbollah o las milicias huzíes en Yemen; ciberataques (a escala limitada); disuasión militar, a través del desarrollo de determinadas capacidades (por ejemplo el programa balístico iraní, que es muy desarrollado).
En el ámbito marítimo, la estrategia de zona gris, incluye el envío de misiles antibuque a Hezbollah, existen sospechas, que Irán ha suministrado sistemas móviles, lo que incrementa el radio de acción, por medio de las llamadas “guerras por delegación” al ámbito Mediterráneo, con capacidad de golpear directamente a Israel.
En Yemen, el gobierno Pro iraní, por medio de las milicias huzíes ha lanzado ataques contra el tráfico marítimo en el estratégico Estrecho de Bab Al Mandeb, destruyendo por ejemplo en 2016, un catamarán de la marina de Emiratos Árabes.
Buques mercantes, también sufrieron ataques por medio de acciones relámpago desde embarcaciones ligeras artilladas. En 2017, la fragata saudita Al Madinah, fue alcanzado por un vehículo naval no tripulado. En dicha zona, es frecuente también el minado con diversos tipos de ingenios.
El IRGCN, es el responsable del entrenamiento y apoyo de los grupos Pro iraníes que operan en Yemen y Líbano. La experiencia adquirida la traslada al teatro de operaciones del Golfo Pérsico, donde el conflicto de zona gris, es llevado a cabo en el Estrecho de Ormuz, donde observamos que sin cerrar dicho espacio a la navegación internacional, las fuerzas del IRGCN realizan actos de presencia disuasiva y demostraciones de fuerza, siendo frecuente el acoso a navíos militares de Estados Unidos como también de buques mercantes, manejando con suma habilidad la escalada y no llegar a situaciones de confrontación abierta.
En 2007, miembros de la Marina Real británica, que tripulaban un patrullero en Irak, fueron capturados por el IRGCN, y mostrados en el marco de una intensa campaña mediática. También en 2016, miembros de otro patrullero de la US Navy, fueron capturados y devueltos al otro día en Bahrein. Estos incidentes son empleados para mostrar el nivel de libertad de acción con que operan las fuerzas navales del Cuerpo de Guardianes, los ataques sorpresa y el clima de incertidumbre que generan en las aguas del Golfo.
Las fuerzas navales del IRGCN, han desarrollado una doctrina de empleo de medios, caracterizado por la sorpresa, el engaño, la descentralización y la velocidad y maniobrabilidad de sus flotillas de patrulleros, atacando en enjambres de embarcaciones, armadas con cohetes, misiles, ametralladoras, saturando las defensas enemigas.
Esto es consecuencia de la experiencia cosechada en la guerra de Irak Irán, como también de las operaciones llevadas a cabo en la región. Las fuerzas del IRGCN, cuentan con una sofisticada red de vigilancia con radares, vehículos aéreos no tripulados y embarcaciones de patrulla, que permiten conocer con sumo detalles los movimientos de buques civiles y militares en el Golfo Pérsico, permitiendo contar con un elevado nivel de alerta, para sus fuerzas altamente entrenadas y con un alto nivel de alistamiento.
La IRIN, es responsable de la defensa del Mar Caspio, el Estrecho de Ormuz, las aguas jurisdiccionales del Irán en el Océano Indico. Los intereses marítimos iraníes se extienden al Golfo de Adén, por su importancia para el comercio iraní. Asimismo, los mandos iraníes han impulsado participar en ejercitaciones internacionales, participar en foros de seguridad marítima, como también mostrar en interés de tener presencia en los Estrechos de Malaca.
Gran parte del petróleo iraní, se dirige a China y atraviesa este estratégico “cuello de botella”. En su momento, el comandante de la IRIN, contralmirante Sayyari, señaló sobre las responsabilidades de la fuerza a su mando “El Triángulo Dorado de Malaca, Bab al-Mandeb, y el Estrecho de Ormuz es un triángulo importante que es el área de concentración de la Marina de las Fuerzas Regulares, basada según la recomendación del Líder Supremo, ya que el 93 por ciento de las importaciones y exportaciones del país se realizan a través de esta ruta“.
Los buques de guerra iraníes han participado activamente en la lucha contra la piratería, especialmente frente a las costas de Somalia, y por ende la lucha contra este problema es una de las responsabilidades de la IRIN. La doctrina naval ha evolucionado, como consecuencia de la situación geopolítica, los conflictos que tiene el país y la experiencia de la guerra 1981-88 En general, buscando establecer una defensa en profundidad, integrando diversos sistemas de armas, tanto marítimas, terrestres y áreas, para actuar de manera simultánea, para saturar las defensas enemigas.
Las líneas de comunicación marítima son vitales para la supervivencia de Irán, dado que el grueso de sus exportaciones e importaciones vienen por mar. Esta vulnerabilidad, también afecta a los vecinos de Teherán, que también son sus adversarios geopolíticos. La amarga experiencia de la larga confrontación con Irak en los 80, puso de manifiesto la vulnerabilidad del país, frente a marinas potentes como la de Gran Bretaña y especialmente Estados Unidos.
El régimen conocedor de sus debilidades, ha desarrollado una estrategia acorde a sus posibilidades, explotando con suma habilidad las oportunidades favorables y los puntos débiles del adversario.
En el plano naval, superaron en parte, la rivalidad entre dos fuerzas, una de ellas creada por razones eminentemente políticas y como consecuencia de la creación de una verdadera “guardia pretoriana” del régimen surgido de la Revolución de 1989. Estamos ante fuerzas especializadas y que teóricamente se complementan entre sí.
Por un lado, la marina del Cuerpo de Guardianes, forjada en los combates en la guerra Irán Irak, que la convirtió en una fuerza especializada en guerra asimétrica en el mar, combinando operaciones con patrulleros rápidos y pequeños, que dificultan su localización, que llevan ataques rápidos y sorpresivos, que dado la táctica de “enjambre”, apoyados por misiles crucero con base en la costa sobre plataformas móviles. Un eficiente sistema de inteligencia y de vigilancia del Golfo Pérsico, le permiten a esta peculiar marina, actuar con rapidez y con un amplio margen de preaviso.
La capacidad de ataque con misiles de crucero, le permite a Irán golpear bases al otro lado del Golfo Pérsico, agregándose la amenaza balística, que puede provocar muchos daños a la industria petrolera, con el impacto global que ello tendría. Ahí reside el éxito de la disuasión iraní, donde mantiene un nivel de escalada manejable, con el claro objetivo de erosionar la voluntad del adversario y encubrir muchas veces las reales intenciones que tiene Irán en la zona conflictiva del Golfo.
La Marina iraní, desde 2007, ha venido reforzando su rol tradicional, con un programa de mejoras de sus veteranas fuerzas de superficie, que gracias a mejoras en sus sensores y armas, puede golpear objetivos a distancias mayores de 150 Km. La moderna flotilla de submarinos, es un poderoso disuasivo, en especial en una región donde ninguno de los adversarios árabes, cuentan con estos medios. Agregándose la ventaja de contar con una modesta capacidad industrial que le permite construir y desarrollar medios a la medida de las necesidades iraníes.
La Marina ha llevado a cabo en estos años, ejercitaciones con países como China o Rusia, despliegue de medios en lugares tan lejanos como el Estrecho de Malaca y una creciente actividad en materia de seguridad marítima en aguas del Golfo de Adén y las costas del este africano. Esto permite adiestrar a sus tripulaciones y mandos, adquirir un buen nivel de operatividad, y complementar con su capacidad convencional, a las fuerzas del IRGCN.
Estamos ante un actor, que ha desarrollado una peculiar estrategia de defensa de sus intereses marítimos, haciendo un uso inteligente de los recursos, que a pesar de la superioridad de sus adversarios, ha logrado generar un nivel de disuasión aceptable, dado a las capacidades alcanzadas, que implicarían en una acción militar, un alto costo para sus eventuales adversarios.
Jorge Alejandro Suárez Saponaro
El origen del poder naval iraní es tan antiguo como la propia nación persa. A fin del siglo XIX, bajo la dinastía de los Qajars, fueron comprados dos cañoneros construidos en Alemania, teniendo la marina iraní el tamaño propio de un guardacostas. La reconstrucción de la Marina vino de la mano de la dinastía Pahlevi, que en los años 30 adquirió buques de origen italiano.
Esta flotilla, fue destruida durante la intervención anglo soviética en 1941, ante las posturas pro germanas del Sha Reza. Su sucesor, Mohammad Reza, luego de la Segunda Guerra Mundial, con ayuda del Reino Unido y Estados Unidos, recibió buques tipo fragata y corbeta, lo que permitió una rápida expansión de la entonces pequeña marina iraní, conocida ahora como Marina Imperial del Irán.
En la década del 70, las fuerzas armadas iraníes, inmersas en un plan de expansión y modernización acelerada, recibieron abundante material de Estados Unidos, Francia, Italia y el Reino Unido. La Marina no fue la excepción, alcanzando una fuerza de 6.000 efectivos, con modernas fragatas, corbetas, patrulleros, buques de guerra de minas, un petrolero de flota, aerodeslizadores – Hovercraft – y aeronaves para la aviación naval.
La Infantería de Marina se expandió rápidamente, en un contexto donde el Sha soñaba ver a Irán como la primera potencia del Próximo Oriente. En 1971, las fuerzas navales ocuparon las islas Tumb, disputadas con Emiratos Árabes Unidos.
El retiro del Reino Unido del Golfo Pérsico con la independencia de Qatar, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos, convirtió a Irán en un actor de peso en la zona. Los planes de modernización continuaron, con la firma de contratos por los cuatro poderosos destructores tipo Kidd de Estados Unidos, submarinos de segunda mano Tipo Tang y Guppy II, como de los novísimos U209 alemanes. La Revolución de 1979, truncó dichos proyectos.
En 1980, la Armada iraní golpeada por el embargo internacional de armas, tuvo que hacer frente a la guerra con Irak, llevando a cabo operaciones convencionales de minado, protección de las comunicaciones marítimas y ataque al tráfico mercante, lo que trajo aparejado incidentes con Estados Unidos y el Reino Unido.
Pero en 1983, apareció un nuevo actor en escena, la Marina del Cuerpo de Guardianes (Pasdaran), fuerza armada, creada a instancias del ayatolá Jomeini, ante la desconfianza de las fuerzas heredadas de tiempos del Sha. La nueva fuerza, dotada de lanchas rápidas, desarrollo tácticas de guerrilla en el mar en una etapa de la guerra de Irak, conocida como “Guerra de Tanqueros”. Los audaces ataques de los “pasdaran” generaron incidentes con las fuerzas navales de Estados Unidos y el Reino Unido, que desplegaron medios para proteger sus intereses.
Finalizada la guerra de Irak, la Marina iraní (IRIN) salió muy golpeada por las pérdidas materiales, las exigencias de la guerra, el embargo de armas y con un nuevo competidor, las fuerzas navales del Cuerpo de Pasdaran. En este caso, salieron fortalecidos en medios y personal, con una rica experiencia en operaciones asimétricas.
El régimen adquirió una flotilla de patrulleros lanzamisiles chinos tipo Houdong, armados con misiles C-802, pero la guerra del Golfo de 1991, puso en evidencia la vulnerabilidad de este tipo de medios ante ataques aéreos, como fue observado con atención por el IRGCN, cuando la armada iraquí fue barrida del mapa. Las prioridades entonces, fueron el uso de patrulleros más pequeños, dotados con misiles, además de un programa de construcción de torpederos norcoreanos y la compra de nuevos misiles chinos Silkworm. En los años 90, la Marina iraní, adquirió tres submarinos rusos tipo Kilo (recibidos entre 1992-1997), complementado con un programa de construcción de submarinos costeros de tecnología norcoreana (Clase Yono). Los buques de la flota, fueron modernizados con ingenios locales, misiles de origen ruso y chino, y la ingeniería inversa, permitió al país, comenzar con un programa de construcción de fragatas y patrulleros.
La Marina del Cuerpo de Guardianes o IRGCN, siguió con un plan de expansión en materia de personal y medios, especialmente patrulleros rápidos, misiles de crucero para ser lanzados desde baterías móviles, en el marco de una constante competencia con la IRIN, dado que las relaciones entre ambas fuerzas no era la mejor, a pesar que desde 1989, había sido creado el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, en un intento de mejorar la coordinación y conducción conjunta. No obstante estas tensiones, las dos “marinas” de Irán, desarrollaron sus propias doctrinas, una de carácter netamente convencional – IRIN – y la otra especializada en guerra asimétrica en el mar – IRGCN – pero compartiendo el mismo teatro de operaciones, hasta la reforma de 2007, cuando ambos servicios les fueron asignadas área geográficas determinadas, excepto el Estrecho de Ormuz, donde operan de manera conjunta.
La citada reforma, nuevamente benefició al IRGCN, que contaba con los medios adecuados para operar en mares semicerrados, mientras para el IRIN, el nuevo teatro de operaciones, implicaba tener capacidades de una fuerza naval de aguas azules. Esto derivó en planes de desarrollo de bases en la costa de la región de Makrán, un nuevo programa de modernización y construcciones navales, y el incremento de la presencia iraní en el Océano Índico y el Mar Rojo.
El Líder Supremo – Ali Jamenei – en su calidad de Jefe de Estado, es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. En asistido por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, responsable de determinar los escenarios de conflicto y en debatir la Estrategia Nacional de Seguridad.
La conducción operacional de las Fuerzas Armadas, recae en el Comandante del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, con grado de brigadier general, generalmente proveniente del Cuerpo de Guardianes o Pasdaran, del cual dependen el citado Cuerpo y la Fuerzas Regulares (Artesh en persa), que no son otra cosa que las Fuerzas Armadas heredadas de tiempos del Sha.
Ambas ramas cuentan con sus componentes navales. Dependiente del presidente de la República, quien ejercer el poder ejecutivo, con supervisión del Líder Supremo, encontramos al Ministerio de Defensa y Logística de las Fuerzas Armadas, responsable de cuestiones administrativas, gestión del complejo industrial militar, y logística de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas.
La Armada de Irán o IRIN, cuenta con un comandante, con rango de contralmirante, del cual dependen cuatro distritos navales, uno de ellos en el Mar Caspio. En Bandar Abbas existe el Cuartel General Avanzado del Sudoeste, responsable de las fuerzas de tareas desplegadas en alta mar. Este comando está en manos de un contraalmirante.
El IRIN con unos 18.000 efectivos, que incluyen infantes de marina y la Aviación Naval Los medios actuales abarcan 3 submarinos Clase Kilo, uno Clase Fateh (de producción local de 527 toneladas), 24 Clase Ghadir (costeros de 125 t); una fuerza de superficie con tres fragatas Clase Alvand de 1.400 toneladas (construidos en los 70 en el Reino Unido), cuatro Moudge de 1.500 toneladas (de producción iraní basadas en las Alvand), dos corbetas Boyandor de 900 toneladas (de origen estadounidense), y una corbeta Hamzeh (buque veterano de la década del 30, reconstruido).
Quince patrulleros La Combattente/Sina (Francia – Irán de unas 230 toneladas), 6 patrulleros de entre 85/105 toneladas de origen norteamericano, tres buques anfibios Hengam de 2.500 toneladas (construidos en el Reino Unido), 15 aerodeslizadores, y buques auxiliares. La Aviación Naval cuenta con varios Sikorsky SH-53 reconstruidos (estos fueron abandonados en el intento frustrado de rescate de los rehenes en la Embajada de Estados Unidos en Irán), Augusta/Sikorsky SH-3 Sea King, Mi-17, AB-212 de lucha antisubmarina, y una flotilla de aviones formada por 3 Fokker F-27 de patrulla marítima (los P-3 Orion, que muchos consideran parte de la Aviación Naval, los opera la Fuerza Aérea), y aviones de transporte Falcon 20 VIP, Do 228 y Commander 690.
Las capacidades de este componente son limitadas, a pesar del gran esfuerzo en materia de modernización. Los SH-3 fueron adaptados para poder llevar a cabo operaciones de minado. La capacidad de ataque naval desde aviones, aparentemente se conserva en manos de los veteranos F-14 Tomcat dela Fuerza Aérea Islámica de Irán, que pueden lanzar misiles antibuque chinos o iraníes, como de los Su-24 también de dicha fuerza. En cuanto a la infantería de marina, se estima que son unos 2600 efectivos de elite, seleccionados por un proceso riguroso.
En cuanto a la Marina del Cuerpo de Guardianes o IRGCN, cuenta con 20.000 efectivos, está desplegada en el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz y se organiza en cinco distritos navales, contando además de una potente flotilla de patrulleros rápidos, lanchas, torpederos y medios auxiliares, que en su conjunto suman más de un centenar de embarcaciones, y buques auxiliares, y una Fuerza Especial (Takavar como denominan los iraníes a las fuerzas de operaciones especiales), destinada a operaciones anfibias, buzos tácticos, y combate costero, y un pequeño componente aéreo formado por helicópteros Mil-17 y Bell AB-206.
Irán es un país que ha desarrollado en el ámbito marítimo, la llamada “estrategia de zona gris” definida como La zona gris es el espacio intermedio en el espectro de conflicto que separa la competición, acorde con las pautas convencionales de hacer política, del enfrentamiento armado directo y continuado. El conflicto en la zona gris gira en torno a una incompatibilidad relevante para al menos uno de los actores.
Las estrategias utilizadas son multidimensionales —también conocidas como híbridas—, de implementación gradual y con objetivos a largo plazo (ver JORDAN, Javier, ESTRATEGIAS DE IRÁN EN LA ZONA GRIS DEL CONFLICTO: SU DIMENSIÓN MARÍTIMA). El liderazgo iraní es consciente que saldría muy mal parado en un conflicto convencional con Estados Unidos y sus aliados, es por ello que su estrategia de defensa, tiene bien en claro el concepto de riesgo calculado y sus acciones, transcurren en la llamada “zona gris”.
Es por ello que el régimen de los ayatolá, buscan desgastar a sus adversarios a través del incremento de la influencia ideológico–política del régimen, promoviendo acciones desestabilizadoras (ejemplo: Hezbollah), acción psicológica y propaganda, con un hábil empleo de medios de comunicación; guerras por delegación (Proxy war), con el caso de Hezbollah o las milicias huzíes en Yemen; ciberataques (a escala limitada); disuasión militar, a través del desarrollo de determinadas capacidades (por ejemplo el programa balístico iraní, que es muy desarrollado).
En el ámbito marítimo, la estrategia de zona gris, incluye el envío de misiles antibuque a Hezbollah, existen sospechas, que Irán ha suministrado sistemas móviles, lo que incrementa el radio de acción, por medio de las llamadas “guerras por delegación” al ámbito Mediterráneo, con capacidad de golpear directamente a Israel.
En Yemen, el gobierno Pro iraní, por medio de las milicias huzíes ha lanzado ataques contra el tráfico marítimo en el estratégico Estrecho de Bab Al Mandeb, destruyendo por ejemplo en 2016, un catamarán de la marina de Emiratos Árabes.
Buques mercantes, también sufrieron ataques por medio de acciones relámpago desde embarcaciones ligeras artilladas. En 2017, la fragata saudita Al Madinah, fue alcanzado por un vehículo naval no tripulado. En dicha zona, es frecuente también el minado con diversos tipos de ingenios.
El IRGCN, es el responsable del entrenamiento y apoyo de los grupos Pro iraníes que operan en Yemen y Líbano. La experiencia adquirida la traslada al teatro de operaciones del Golfo Pérsico, donde el conflicto de zona gris, es llevado a cabo en el Estrecho de Ormuz, donde observamos que sin cerrar dicho espacio a la navegación internacional, las fuerzas del IRGCN realizan actos de presencia disuasiva y demostraciones de fuerza, siendo frecuente el acoso a navíos militares de Estados Unidos como también de buques mercantes, manejando con suma habilidad la escalada y no llegar a situaciones de confrontación abierta.
En 2007, miembros de la Marina Real británica, que tripulaban un patrullero en Irak, fueron capturados por el IRGCN, y mostrados en el marco de una intensa campaña mediática. También en 2016, miembros de otro patrullero de la US Navy, fueron capturados y devueltos al otro día en Bahrein. Estos incidentes son empleados para mostrar el nivel de libertad de acción con que operan las fuerzas navales del Cuerpo de Guardianes, los ataques sorpresa y el clima de incertidumbre que generan en las aguas del Golfo.
Las fuerzas navales del IRGCN, han desarrollado una doctrina de empleo de medios, caracterizado por la sorpresa, el engaño, la descentralización y la velocidad y maniobrabilidad de sus flotillas de patrulleros, atacando en enjambres de embarcaciones, armadas con cohetes, misiles, ametralladoras, saturando las defensas enemigas.
Esto es consecuencia de la experiencia cosechada en la guerra de Irak Irán, como también de las operaciones llevadas a cabo en la región. Las fuerzas del IRGCN, cuentan con una sofisticada red de vigilancia con radares, vehículos aéreos no tripulados y embarcaciones de patrulla, que permiten conocer con sumo detalles los movimientos de buques civiles y militares en el Golfo Pérsico, permitiendo contar con un elevado nivel de alerta, para sus fuerzas altamente entrenadas y con un alto nivel de alistamiento.
La IRIN, es responsable de la defensa del Mar Caspio, el Estrecho de Ormuz, las aguas jurisdiccionales del Irán en el Océano Indico. Los intereses marítimos iraníes se extienden al Golfo de Adén, por su importancia para el comercio iraní. Asimismo, los mandos iraníes han impulsado participar en ejercitaciones internacionales, participar en foros de seguridad marítima, como también mostrar en interés de tener presencia en los Estrechos de Malaca.
Gran parte del petróleo iraní, se dirige a China y atraviesa este estratégico “cuello de botella”. En su momento, el comandante de la IRIN, contralmirante Sayyari, señaló sobre las responsabilidades de la fuerza a su mando “El Triángulo Dorado de Malaca, Bab al-Mandeb, y el Estrecho de Ormuz es un triángulo importante que es el área de concentración de la Marina de las Fuerzas Regulares, basada según la recomendación del Líder Supremo, ya que el 93 por ciento de las importaciones y exportaciones del país se realizan a través de esta ruta“.
Los buques de guerra iraníes han participado activamente en la lucha contra la piratería, especialmente frente a las costas de Somalia, y por ende la lucha contra este problema es una de las responsabilidades de la IRIN. La doctrina naval ha evolucionado, como consecuencia de la situación geopolítica, los conflictos que tiene el país y la experiencia de la guerra 1981-88 En general, buscando establecer una defensa en profundidad, integrando diversos sistemas de armas, tanto marítimas, terrestres y áreas, para actuar de manera simultánea, para saturar las defensas enemigas.
Las líneas de comunicación marítima son vitales para la supervivencia de Irán, dado que el grueso de sus exportaciones e importaciones vienen por mar. Esta vulnerabilidad, también afecta a los vecinos de Teherán, que también son sus adversarios geopolíticos. La amarga experiencia de la larga confrontación con Irak en los 80, puso de manifiesto la vulnerabilidad del país, frente a marinas potentes como la de Gran Bretaña y especialmente Estados Unidos.
El régimen conocedor de sus debilidades, ha desarrollado una estrategia acorde a sus posibilidades, explotando con suma habilidad las oportunidades favorables y los puntos débiles del adversario.
En el plano naval, superaron en parte, la rivalidad entre dos fuerzas, una de ellas creada por razones eminentemente políticas y como consecuencia de la creación de una verdadera “guardia pretoriana” del régimen surgido de la Revolución de 1989. Estamos ante fuerzas especializadas y que teóricamente se complementan entre sí.
Por un lado, la marina del Cuerpo de Guardianes, forjada en los combates en la guerra Irán Irak, que la convirtió en una fuerza especializada en guerra asimétrica en el mar, combinando operaciones con patrulleros rápidos y pequeños, que dificultan su localización, que llevan ataques rápidos y sorpresivos, que dado la táctica de “enjambre”, apoyados por misiles crucero con base en la costa sobre plataformas móviles. Un eficiente sistema de inteligencia y de vigilancia del Golfo Pérsico, le permiten a esta peculiar marina, actuar con rapidez y con un amplio margen de preaviso.
La capacidad de ataque con misiles de crucero, le permite a Irán golpear bases al otro lado del Golfo Pérsico, agregándose la amenaza balística, que puede provocar muchos daños a la industria petrolera, con el impacto global que ello tendría. Ahí reside el éxito de la disuasión iraní, donde mantiene un nivel de escalada manejable, con el claro objetivo de erosionar la voluntad del adversario y encubrir muchas veces las reales intenciones que tiene Irán en la zona conflictiva del Golfo.
La Marina iraní, desde 2007, ha venido reforzando su rol tradicional, con un programa de mejoras de sus veteranas fuerzas de superficie, que gracias a mejoras en sus sensores y armas, puede golpear objetivos a distancias mayores de 150 Km. La moderna flotilla de submarinos, es un poderoso disuasivo, en especial en una región donde ninguno de los adversarios árabes, cuentan con estos medios. Agregándose la ventaja de contar con una modesta capacidad industrial que le permite construir y desarrollar medios a la medida de las necesidades iraníes.
La Marina ha llevado a cabo en estos años, ejercitaciones con países como China o Rusia, despliegue de medios en lugares tan lejanos como el Estrecho de Malaca y una creciente actividad en materia de seguridad marítima en aguas del Golfo de Adén y las costas del este africano. Esto permite adiestrar a sus tripulaciones y mandos, adquirir un buen nivel de operatividad, y complementar con su capacidad convencional, a las fuerzas del IRGCN.
Estamos ante un actor, que ha desarrollado una peculiar estrategia de defensa de sus intereses marítimos, haciendo un uso inteligente de los recursos, que a pesar de la superioridad de sus adversarios, ha logrado generar un nivel de disuasión aceptable, dado a las capacidades alcanzadas, que implicarían en una acción militar, un alto costo para sus eventuales adversarios.