Manuel S. Espinoza Jarquín (*)
Si bien es cierto que tanto Latinoamérica, Centroamérica y Nicaragua no ocuparon un lugar importante en los discursos de campaña de Joe Biden, era entendible, que en su actual administración habría un tanto de “continuidad” de la política exterior de la administración Obama cuando Biden fue su vice-presidente y otro tanto de la administración Trump. En materia de continuidad ya a inicios de este año se pudo constatar diversos artículos provenientes de los famosos think tanks (centros de pensamiento) con recomendaciones de cómo se debería actuar hacia Nicaragua.
1er Nivel: Los Centros de Pensamientos y los Académicos.
10 de enero, el Centro Wilson publicó un artículo de Richard E. Feinberg, un catedrático de la universidad de San Diego en California, el bajo el título “El Uso de las Sanciones en la política exterior y en relación a las elecciones en Nicaragua del 2021”.
A Feingber le vale un comino que el Santo Papa y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres pidan a gritos la suspensión del sistema de sanciones por ser un instrumento de muerte, hambre, calamidad, sub desarrollo y atraso para naciones enteras. Además Feinberg no dice ni propone nada nuevo, pues los EE.UU desde la administración Obama tienen un extenso programa de sanciones y que se sabe, será ampliado a medida que quieran sentar al gobierno sandinista a negociar con miras a procurar los resultados electorales de noviembre del 2021, que le faciliten el cambio del gobierno a su favor.
Para eso desde ya cuentan con la mal llamada Ley de Condicionalidad de Inversiones de Nicaragua conocida como «Nica Act», promulgada en diciembre del 2018 y que es una herramienta para impedir la funcionabilidad del gobierno, golpear la economía del país y al pueblo sancionando a los funcionarios gubernamentales, bloqueando y prohibiendo transacciones financieras y de otros activos, así como anulando los préstamos, a la asistencia financiera o técnica por parte de los organismos financieros internacionales y la inversión extranjera.
El mensaje es claro; sancionar tanto se pueda para obligar al presidente Ortega a que “ceda algunas ventajas”, que “obligarán al gobierno a levantar las restricciones a la actividad política, mediática y vandálica de la oposición, y a la realización de reformas del sistema electoral”. Feingber asegura que “con presión y negociación internacional la oposición aun cuando esta desunida y fragmentada con tal de que unifique criterio sobre un único candidato ganaría las elecciones con un gran margen a favor”.
2do Nivel: El Gobierno.
20 de enero Joe Biden tomó posesión de la Casa Blanca y a los once días, el 31 de enero el asesor para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) Juan Sebastián González en entrevista especial hizo su primera declaración sobre la percepción de la administración Biden sobre Nicaragua y las futuras líneas de acción contra nuestro gobierno de manera bilateral o en el marco de su relación con Centro América y otros actores internacionales. En su entrevista González estableció los enfoques básicos para la formulación de Política Exterior hacia Nicaragua al afirmar que:
a) Los aliados de Estados Unidos no son solo los gobiernos.
b) Los gobiernos no serán los únicos interlocutores de la Casa Blanca.
c) El gobierno de los EE.UU también acepta la interlocución de la sociedad civil, el Sector privado y la comunidad internacional.
También delineó las Líneas de Acción(Corrupción, Abusos de poder, Respeto a las instituciones, Procesos democráticos y transparentes)que les permitirá el accionar abierto de intervención política en todos los países del istmo centroamericano.
La Percepción Directa hacia Nicaragua es:
a) Nicaragua será un foco de atención para esta administración.
b) Nicaragua es de mucha preocupación.
c) “Estados Unidos defenderá que haya elecciones justas y transparentes”,
d) “La administración previa se enfocó en Venezuela y Cuba, y casi se olvidó de Nicaragua. Es algo muy preocupante y sí será un foco de atención para esta administración”.
Es fácil entender, toda la percepción y elementos de falacia, que expresa González como asesor de seguridad nacional para Latino América. También técnicamente es lógico porque un funcionario del CSN es el primero que destapa la botella y se pronuncia oficialmente en nombre del gobierno de Biden; pues la política de seguridad nacional estadounidense está sobre la política exterior. Además, la administración Biden aún no ha seleccionado al funcionario del Departamento de Estado para atender a Latino América y el Caribe desde la Oficina para el hemisferio Occidental.
En el caso del grado y tipo de incidencia que tendrá la política de seguridad nacional en la política exterior de Biden hacia el mundo, nuestra región y país, basta con conocer a los miembros del staff del CNS en el nuevo gobierno USA. Por lo menos a los principales asesores como: Jake Sullivan, Jonathan Finer, Juan Sebastián González etc.
3er Nivel: Los Think Tanks en el Gobierno.
Juan Sebastián González, hasta diciembre 2020 era un alto funcionario del Centro Penn Biden para la Diplomacia y el Compromiso Global (Penn Biden Center for Global Diplomacy and Global Engagement) de la Universidad de Pensilvania. Está ubicado en Washington D.C. Este centro de carácter globalista ve al mundo actual desafiado por “autoritarios” y “extremistas” y estresado por el ritmo, el alcance y la naturaleza disruptiva del cambio global. Este Centro estuvo involucrado de lleno en la preparación del programa global de política de seguridad nacional y política exterior durante la campaña de Biden.
González fue miembro de la junta de la Oficina de Washington para América Latina, (WOLA). Según su página web, WOLA “es un recurso clave para organizaciones de la sociedad civil en Latinoamérica y el Caribe”, que opera estrechamente con contrapartes locales en la región en la construcción de coaliciones, en campañas de incidencia política y en la participación en debates sobre políticas públicas. La línea de acción intervencionista del WOLA son los temas sobre los derechos humanos, la democracia y la justicia social, que a la par de su financiamiento generan consensos para la acción con sus bases locales en los países involucrados.
Por las características de las organizaciones como el Centro Penn Biden para la Diplomacia y el Compromiso Global y la Oficina de Washington para América Latina, (WOLA) su política hacia Nicaragua se inclinará a la promoción del golpismo e intervencionismo en los asuntos internos del país, pues su experiencia está basada en el trabajo con las organizaciones de la sociedad civil en Latinoamérica y el Caribe.
3 de febrero, la Oficina de Washington para América Latina (WOLA)junto con 19 organizaciones más (todas financiadas por las agencias norteamericanas) cantó a coro para que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, “Continúe monitoreando los abusos de los Derechos Humanos en Nicaragua”. Esta es una vieja táctica para la formación y luego la implementación de la política exterior USA, donde los “Think Tanks” generan un tema que lo propagan hasta la saciedad para convertirlo en un tema de acción de un organismo internacional como lo es la ONU y sus diferentes instancias.
3 de febrero también Biden anunció su deseo de nombrar a Brian A. Nichols actual embajador de Zimbabue, para Sub – Secretario para los asuntos de Latinoamérica y el Caribe en el Departamento de Estado. Su papel en ese país ha sido la de cualquier embajador gringo en apoyo a las acciones clandestinas de “cambio de régimen” vía la punta de lanza llamada “sociedad civil”, financiada por sus agencias de la supuesta cooperación para el desarrollo.
El gobierno sandinista está claro como operará desde el Departamento de Estado el análogo de Juan Sebastián González en el Consejo de seguridad Nacional y que agenda perseguirán si a este análisis estructural-funcional se le agregan dos sujetos más como son Victoria Nuland, Sub – Secretaria de Asuntos políticos del departamento de Estado y Anthony Blinken el Secretario de Estado.
4to nivel: El Departamento de Estado y el Pentágono.
Victoria Nuland En los años 90 trabajó en la Oficina de asuntos para Rusia en el Departamento de Estado como vice jefe de esta sección. Mucho tuvo que ver en la decisión de sustituir a Mijaíl Gorbachov por Boris Yeltsin a pesar que Gorbachov les ayudó a destruir al imperio soviético. Su apuesta tuvo lógica pues Yeltsin la terminó de destruir.
Nuland es un halcón distinguido de la política exterior yanqui. Del 2003 al 2005, fue la asesora principal de política exterior para el Vice-Presidente republican Dick Cheney, el arquitecto de la invasión a Iraq causando la muerte de más de 1 millón de iraquíes basados en la mentira de la existencia de armamento de destrucción masiva en el ejército de Sadam Hussein y generado un gasto del presupuesto federal en defensa de 2 a 6 trillones de dólares (en términos anglosajones) que fueron a manos del complejo militar industrial.
2005 al 2008 fue representante permanente de los estados unidos en la OTAN. Posteriormente fue portavoz del departamento de estado entre el 2011 y el 2013. Su relación con el “DEEP STATE” se evidenció más al fungir desde enero del 2018 hasta febrero del 2019 la dirección del Centro para una Nueva Seguridad Norteamericana (Center for a New American Security). Un think tank al servicio del Complejo Militar Industrial.
Muy conocida por sus posiciones anti rusas y jugó un papel clave en el golpe de Estado en la Plaza Maidan, en Kiev- Ucrania, que terminó por desestabilizar por completo a todo el país sometiéndolo a una guerra civil y generando miles de muertes, destrucción de la infra estructura económica y el cercenamiento territorial al promover desde el Departamento de Estado la instalación de grupos políticos de corte nacionalistas-fascistas al mando del gobierno ucraniano.
Aunque Victoria Nuland aún no ha sido confirmada por el congreso por todos lados se han disparado las señales de alarma. Nuland al igual que su esposo Robert Kagan ejemplifican las posiciones neoconservadoras de la política exterior USA. Según muchos especialistas Nuland es altamente peligrosa para la paz internacional. Nuland es especialista en cambio de régimen. Su experiencia reciente se basa en la destrucción y el asesinato de Muamar Al Gadafi en Libia y la guerra en Siria donde todo el armamento que tenía Libia fue a parar a manos de los terroristas en Siria.
Nuland es especialista en Guerras Proxy y sueña con traerlas a Nicaragua. Es muy importante entender la psicología y el culto a la desestabilización del escalón de mando de la administración Biden en materia de política exterior sobre todo en lo que se conoce como el equipo de seguridad nacional (Nacional Security Team), que reúne a las principales agencias como el NSC, la CIA, Departamento de Estado, Departamento del Tesoro, el Pentágono y otras más.
Victoria Nuland, por su participación en el golpe de Estado en Ucrania y como condujeron esa operación de cambio de régimen en Ucrania en el 2014 tiene mucho parecido con lo que ocurrió en el 2018 en Nicaragua. En Kiev los franco tiradores ultranacionalistas asesinaron por lo menos a unas 100 personas, pero acusaron a la policía y a las fuerzas elites del gobierno. Tras investigaciones internacionales se concluyó que fueron los protestantes desde un hotel y otros edificios los perpetuadores de la muerte.
Nuland quería que el presidente fuera el candidato opositor Arkadiy Yatsenyuk pero este perdió las elecciones. A pesar de que la Unión Europea sirvió de mediadora entre los opositores y el gobierno de Yanukovich, este no tuvo más remedio que salir huyendo al haberse interrumpido el acuerdo por la oposición instada por Victoria Nuland. Al final Arkadiy Yatseniuk, el candidato de Nuland, ocupó el puesto presidencial. ¿Entendemos entonces la importancia de ver todo el bosque y no solo unas cuantas ramas de este año electoral en Nicaragua?
Como posible sub-secretario para asuntos políticos en el Departamento de Estado, ocupará el tercer puesto más importante en esa estructura gubernamental y se espera que la cultura de acción política sea del mismo perfil que cuando trabajaba para la administración Obama solo que esta vez con proyección global. Nuland coordinará con el Sub-Secretario para los Asuntos de América latina y el Caribe llegue a ser Brian A. Nichols u otro designado al cargo, pero desde ya sabemos está claro cuál será su receta para Nicaragua, Cuba y Venezuela.
Por ese tipo de acciones desestabilizante, la nueva ley de “Agentes Extranjeros” y otras más en Nicaragua, les corta toda capacidad operacional de financiamiento y acciones de terror y mentira mediática para la promoción de la desestabilización y el cambio de régimen. Estas leyes están golpeando su espina dorsal. Por eso, el 05 de febrero, la Fundación Violeta Barrios y otra denominada PEN International cerraron sus operaciones. Estas ONGs han sido financiada desde hace años por los EE.UU.
5to Nivel: El Departamento de Estado y La CIA.
08 de febrero el portavoz del Departamento de Estado Ned Price, ex oficial de la CIA, (hoy en ese puesto) anunció, que “La Ley sobre los Agentes Extranjeros conduce a Nicaragua a una dictadura”. En tweeter y en la página web del Departamento de Estado, Price declaró que: “La administración Biden está comprometida a apoyar al pueblo nicaragüense y su demanda por democracia. Estamos enfocados en fortalecer a la sociedad civil y mejorar los derechos humanos. ¡Urgimos al presidente Ortega a cambiar el curso ahora!”
18 de febrero Ryan C. Berg, del American Enterprise Institute (AEI), no podía quedarse atrás y en un panel en línea junto a Monseñor Carlos Avilés abordaron el papel de actores religiosos en las elecciones venideras. Ryan establece que “hay solo dos vías para salir de la dictadura en Nicaragua”. La primera es por la vía pacifica con elecciones libres, justas y “vigiladas”. Para ello, la comunidad internacional junto a Canadá y la UE deben seguir sancionando y demandando elecciones libres.
25 de febrero. Michelle Bachelet presidenta del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, presentó un documento ya trillado, que abarca el periodo comprendido entre el 1 de agosto de 2019 y el 31 de diciembre de 2020, y expone “graves restricciones a los derechos y libertades, que padecen los nicaragüenses”.
1ro de marzo,Julie J. Chung, la Sub-secretaria interina de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, de los EE.UU, quien reza a diario para que no la sustituyan del puesto por un demócrata, publicó en su tweeter un comentario abusivo e intervencionista diciendo que: “el régimen sandinista podía pintar los edificios confiscados ilegalmente de 100% noticias y de Confidencial, pero que no puede encubrir sus sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos”.
03 de marzo el Secretario de Estado, Antony Blinken aseguró, “que la nueva administración Biden no promoverá la democracia mediante costosas intervenciones militares o intentando derrocar regímenes autoritarios por la fuerza, sino que hará las cosas de manera diferente”. Pero la realidad de las cosas es que a) los pueblos no pueden sentirse a salvo de guerras de agresión solo por este mero discurso. b) queda abierta la posibilidad de “intervención política” en los asuntos de Nicaragua y otros países, como la que ya estamos observando en los primeros 60 días de la administración Biden en la Casa Blanca.
03 de marzo, se anuncia la Estrategia provisional de Seguridad nacional de los EE.UU. Esta es mucho más compleja que el discurso de Blinken sobre la política exterior, ya que subordina a la Estrategia de Inteligencia Nacional y Defensa Nacional, por ende el actuar de la CIA, junto con el resto de la comunidad de inteligencia USA, incluyendo al Pentágono.
En este nivel la intervención política – clandestina, el papel de la Central de Inteligencia Norteamericana (CIA), la Agencia contra las Drogas (DEA), El Departamento de Estado, el Departamento del Tesoro, la Agencia de Seguridad Nacional, la Agencia para el Desarrollo y otras similares como la NED, NDI y el NRI desempeñarán un papel mucho más activo.Prácticamente no existe una esfera de la actividad gubernamental, social y económica del istmo centroamericano donde los servicios de inteligencia norteamericanos no operen.
El plan a largo tiempo está dirigido a fortalecer las estructuras de las organizaciones sociales, políticas, religiosas y económicas del istmo, que generen un nuevo liderazgo interconectados y orientados por la agenda de Washington. De ahí que la penetración, reclutamiento y dirección de un ejército de agentes en todo tipo de organizaciones que van desde el LGBTQ+, hasta los ambientalistas y cristianas evangélicas, miembros del crimen organizado, sin excluir a los objetivos tradicionales como sindicatos, movimientos campesinos, juveniles y ahora con mucha más fuerza las minorías étnicas es de gran importancia.
Escuadras de jóvenes del cuerpo de paz, los activistas cristianos evangélicos, mormones, testigos de Jehová, antropólogos, sociólogos, comunicadores pululan por toda Centroamérica creando y consolidando las redes de apoyo a la desestabilización permanente. Algo que no es percibido con rapidez en la guerra política. El activismo de los servicios norteamericanos se enfoca en el cambio de régimen en el istmo centroamericano, con algunos éxitos como en Honduras, Guatemala pero con menos éxito en Nicaragua. De ahí, que su énfasis está en:
Crear y consolidar una oposición política que pueda desafiar constantemente al gobierno sandinista. Crear mayor acercamiento entre el sector privado y la sociedad civil reduciendo la capacidad de ciertos partidos políticos.
Promover la desestabilización del gobierno sandinista sobre todo en este año electoral con elecciones o por la vía del golpe suave (antes o después de los resultados electorales).
Que al final logre cortarle mayor acceso a Rusia y a Cuba en términos geopolíticos que amenacen a la seguridad nacional USA. Debilitar el bloque regional anti-hegemónico.
Mantener una opción de propuestas económicas-financieras, de comercio e inversión al gobierno sandinista, que procuren la salida de Nicaragua del bloque anti -.hegemónico continental y orbite alrededor de la agenda de Washington.
De lo contrario incrementar la guerra de sanciones, junto a la presión internacional a Nicaragua de manera permanente hasta lograr su aislamiento y debilitamiento al estilo venezolano.
04 de marzo, la Secretaria General de la OEA tuvo una reunión a puertas cerradas con el Grupo pro Reformas Electorales en Nicaragua. El tema fue reformas electorales y el plazo de su presentación en mayo.
6to Nivel: El Congreso y la Política Exterior Bipartidista.
11 de marzo el senador por el partido demócrata, Patrick Leahy declaró, que “el gobierno de Nicaragua es por definición una dictadura y tratará de evitar por todos los medios la realización de elecciones libres y justas”.
11 de marzo, María Elvira Salazar, miembro de la Cámara de Representante por el partido republicano por el distrito 27 de la Florida, interrogó al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, durante una audiencia en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara. En su incisivo cuestionamiento le preguntó sobre Cuba, Venezuela y Nicaragua calificadas por ella como “las dictaduras socialistas de Iberoamérica”.
En el caso de Nicaragua, la representante Salazar preguntó, si Blinken estaba al tanto de que “la oposición nicaragüense participará en las próximas elecciones presidenciales sin garantías reales de que serán libres y justas“. A lo que éste respondió: “Tenemos profundas preocupaciones sobre que esas elecciones puedan ser libres y justas”.
13 de marzo, para los que no creen que la CIA esté en todas las esferas de la confrontación política; le robaron a Nicaragua enfrente las narices de todo el mundo, la pelea del boxeador nicaragüense Román González, más conocido como “Chocolatito”. Tras una pelea a 12 rounds con un púgil mexicano, tiempo suficiente para ver como ganador al Chocolatito, un juez de origen venezolano anti chavista, sacó de la manga una tarjeta con una puntuación con la que arrebataba la victoria al púgil nicaragüense. Días antes el boxeador mexicano se había tomado fotografías con camisetas con las imágenes de Nicaragua y con la bandera nicaragüense al revés.
16 de marzo. El jefe del comando Sur, Craig S. Faller, dijo en una comparecencia ante el Senado, que Cuba, Venezuela y Nicaragua son una amenaza directa para el territorio estadounidense. Son un desalentador desafío que no “podemos enfrentarnos por nuestra cuenta”. “La única forma de contrarrestar estas amenazas es fortalecer a nuestros socios en la región”, como Colombia y Brasil.
Entre el 18 y el 23 de marzo, durante la 46ma sesión del Consejo de la ONU intentaron por todos los medios, aprobar una resolución sobre Nicaragua siempre en relación a los derechos humanos y las reformas electorales.
Es necesario más muestras de intervencionismo político abierto y clandestino de la actual administración Biden hacia nuestro país?
Mucha atención entonces, pues sus deseos y acciones de cambio de régimen con los mismos formatos solo que más agresivos y urgidos están a la luz del día, pues las elecciones de noviembre están muy cerca y necesitan impedir la victoria sandinista.
(*) Manuel Salvador Espinoza Jarquín. Especialista en Relaciones Internacionales.