La rusofobia está de moda en la administración USA a todo nivel. Tres temas principales han generado enormes preocupaciones en la elite de poder norteamericana. La Batalla por Siria a favor de Rusia los ha obligado a mentir a la nación entera. En su discurso sobre el estado de la Nación, el Presidente D. Trump aseguró, que los EE.UU habían aniquilado al Estado Islámico en un 100%. Divertido no? La lógica de la mentira es sencilla. Mientras ellos luchaban contra el verdadero terrorismo, Rusia se dedica a aniquilar a la población civil (léase oposición) al régimen de Bashar al Assad en Siria.
El otro tema, es la modernización rápida y exitosa del armamento moderno ruso tanto táctico convencional como estratégico atómico. Disuasivos necesario para enfrentar a la OTAN en el plano europeo o a los norteamericanos en el plano nuclear.
Parece que la reanudación de las relaciones hostiles con Rusia lo han logrado servicios de inteligencia norteamericanos con el tema de la injerencia rusa en las elecciones presidenciales del 2016. Injerencia de la que ellos mismos pueden dar catedra. Basta con leer el artículo del 21 de febrero del corriente en el New York Times titulado “¿Qué diferencia a Rusia de Estados Unidos si se trata de intervenciones electorales?” Por Scott Shane. Donde varios funcionarios de la CIA abordan las acciones de injerencismo historico electoral USA y de los rusos.
En el caso de Nicaragua, rosario de acciones de injerencia encubierta y abierta por parte de los EE.UU no solo en nuestras elecciones, sino en toda la política nacional es más que obvio. Hasta hemos tenido desde presidente gringo (W. Walker) pasando por dictadores (Somoza) y hasta embajadores USA, que ingresaban al Consejo Supremo Electoral en pleno conteo de los votos (Garza).
¿Cómo lo han hecho en los últimos 30 años? Es sencillo. Basta leer cronológicamente las obras de Phillip Agee “Dentro de la Compañía, El Diario de la CIA” (1975). “Veil. The Secrets Wars of the CIA 1981- 1990” de Bob Woodward. “A Faustian Bargain. U.S. Intervention in the Nicaraguan Elections and American Foreign Policy in the Post Cold War Era” por William I. Robinson (1991). “Safe for Democracy. The Secrets Wars of the CIA” por Jhon Prados (2006). “Brennan Desenmascarado. El Golpismo Diplomático Imperial contra Nicaragua y Bolivia” de Iván F. Merida A. (2017) Ya ni se diga la abundante información que se puede extraer de los mensajes descifrados sobre el tema que aporta Wikileaks. Créanlo, que quien haya leído todos esos libros pueden auto diplomarse en especialistas de desestabilización política con énfasis de injerencia electoral.
Quien les podrá creer entonces que son víctimas del oso ruso con capacidades de guerra cibernética? Pero aun así no dejan de meter en miedo a todo el mundo incluyendo su propio pueblo de la amenaza rusa a sus intereses nacionales.
Leyendo a Nikolai Seergeevich Leonov, un Tte. General en retiro de la inteligencia soviética en su libro “Raúl Castro. Un Hombre en Revolución”; describe como se perdió la amenaza soviética en Cuba cuando se derrumbó la URSS. 13 millones de toneladas de petróleo anual, 1,500.00o toneladas de cereal, 170.000 toneladas de azufre para la industria de níquel, 550.000 toneladas de metal laminado y otro tanto de madera aserrada, 110.000 toneladas de cartón y papel, 35.000 toneladas de soda caustica, 270.000 neumáticos, 30.000 toneladas de algodón y tejidos, 28.000 toneladas de metales no ferrosos etc. La última acción amenazante de Rusia hace unos pocos años fue condonar más de 31 mil millones de 35 mil millones a los que ascendía la deuda de Cuba con la URSS.
Nicaragua en los 80s y 90s también fue víctima de una cooperación y condonación a menor escala que la de que recibió Cuba por parte de la URSS/Rusia. Seguramente lo ideal sería, que para alejar a Rusia de ambos países los EE.UU repitieran ese tipo de injerencismo ruso y dejaran de aplicar el acostumbrado por la CIA y las agencias del Departamento de Estado en el continente.
Manuel S. Espinoza J.
28 de febrero 2018