En la política norteamericana los escándalos de espionaje tienden a tener una prolongada permanencia mediática. El culto a la inteligencia es definitivamente diferente que el de sus adversarios rusos o chinos. Su enfoque sobre su utilización como herramienta de la política exterior es más bulliciosa y escandalosa.
Desde octubre del 2016 se especula sobre si Rusia influyó en las elecciones presidenciales a favor de Donald Trump en ese año y sus posibles nexos con este país, así como el de varios de sus funcionarios entre estos Michael Flynn ex – Asesor de Seguridad Nacional, quien tuvo que dimitir y se decía también de Rex Tillerson, Secretario de Estado, recientemente también destituido por sorpresa. Este último es culpado por llevar una agenda diplomática muy diferente a la del presidente. Algo demasiado raro.
Este primer escándalo esta entrelazado con otro no menos agudo como es que Tillerson posiblemente será sustituido por Michael Pompeo, quien se desempeñaba hasta hace días como director de la CIA y que deberá ser aprobado por el congreso. Además Gina Haspel, quien hasta ahora era la vice directora de la CIA (a pesar de estar bajo el escrutinio internacional por su relación con las cárceles secretas en varios países y las torturas ahí aplicadas) está siendo nominada a dirigir la Central de inteligencia. Sin querer entrar en la trama del espionaje, sería interesante desde la perspectiva de lo que técnica y académicamente se conoce como Análisis de Política Exterior (APE) responder , que tipo de beneficios trae estos cambios a la ejecución de la política exterior norteamericana?
Aparentemente el primer beneficiado es el presidente Trump, (el individuo, el estadista) y luego su administración (la “estructura” y su capacidad de poder funcionar), que ha tenido problemas con el FBI y la administración anterior de la CIA en manos de John O. Brennan que afirmaron sobre la mano oscura del Kremlin en su victoria electoral, poniendo en tela de duda cierta posible conexión personal con Rusia. No es raro entonces, que el primer día de trabajo a su llegada a la Casa Blanca fue la CIA la primera agencia, que visitó colocando a Mike Pompeo como el nuevo director de la CIA y a Gina como Vice Directora.
Siempre la primer forma de ver los nombramientos a cargos de este nivel, es por su relación personal con el presidente, y la segunda es a través de la lupa de los intereses partidarios (posicionamiento partidario en los órganos de poder y cohesión ideológica que permita promover la agenda de gobierno) en el marco de la lucha bipartidista y una mescla de gestión e influencia así como otras consideraciones políticas entre el ejecutivo y el congreso. En este caso Michael Pompeo reunía ambas demandas para asumir el puesto.
Congresista de Kansas, proveniente del movimiento (radical) del Tea Party del partido republicano, que sirvió en la Cámara de Representantes del 2011 hasta el 2017. Su experiencia legislativa incluye su labor en el Comité Especial sobre inteligencia (a cargo de la supervisión de la Comunidad de Inteligencia USA) y el subcomité que atiende específicamente a la CIA en la Cámara de Representantes.
Esto abre una tercera forma de entender su llegada a la CIA es producto de su relación con esta. Pues su dominio sobre la Central de Inteligencia (sus operaciones) y su relación ideológica basados en posiciones políticas internacionales comunes con Trump y la “Agencia”, lo hicieron merecedor de su cargo como Director. Es más habría que ver qué tanta información a su favor poseía Pompeo y en desfavor de la última administración de de Brennan en la CIA y hasta del mismo Brennan. Se pudiera decir que el congreso se tomó la CIA o que la CIA logró reclutar a un congresista a su favor durante su ínterin en la Cámara de representante y que fue premiado por su cooperación.
Igual de interesante fue el nombramiento junto con Pompeo de Gina Haspel como su vice-Director. Haspel con una gran experiencia en varias de las líneas operacionales de la CIA en la última década (Acciones Encubiertas, Recolección de Inteligencia y los programas de interrogatorio) y experiencia en los puestos de mando de las estructura que conduce las operaciones clandestinas, pero con una reputación no bien anunciada en los medios locales e internacionales. Con muchas imagenes no muy actractivan los medios masivos publican a articulos sobre Haspel asociandola a las torturas practicadas en las carceles clandestinas de la CIA y entre estas la de una joven militar estadounidense a la par de un cadaver iraqui. Se desconoce la certitud de esta imagen.
En todo caso Brennan sería sustituido por varias razones simples, la edad (talvez), el 2016 no fue muy bueno con el dado a muchas revelaciones en los medios sobre sus simpatías comunistas en su juventud hasta los problemas surgidos con las guerras en Siria, Iraq y Afganistán. Igual con Arabia Saudita (donde fue jefe de estación de la CIA) por su posible respuesta a la ley 9/11 norteamericana donde se vinculaba a este país. Prácticamente en su administración se le abrieron las puertas al pentágono para que tuviera mayor beligerancia Medio Oriente mientras a la CIA se le cerraban varias. Por último estaba ya escrito por la mano oculta que escribe y dirige la política USA a largo plazo.
Brennan sabía, que sería sustituido y por eso tomo junto con Michael Morell otro ex alto oficial de la CIA (Vice Director y hasta Director en funciones de la CIA) tomaron bando hasta hoy día a favor de Hillary Clinton en la campaña presidencial y hasta hoy día son anti Trump.
Pompeo, tras más de un año en el cargo de director de la CIA (23 de enero 2017 a marzo 2018) esta propuesto a convertirse en el Secretario de Estado; de ahí, que nuestra interrogante central toma fuerza y una nueva interrogante sale en el camino. ¿Por qué no es promovido un funcionario destacado del mismo Departamento de Estado para dirigir la diplomacia norteamericana?
Un ejemplo clásico de los nombramientos traumáticos en la política exterior USA fue el nombramiento de Collin Powel, un general de cuatro estrellas, que se destacó entre el mando que dirigió la operación Tormenta del Desierto contra Iraq. Las imágenes de Powell en la ONU demostrando la supuesta capacidad nuclear de Iraq, que fue la mentira-excusa para atacarlo en el 2003 y el rostro de incomodidad de George Tenet en ese entonces, director de la CIA representan las contradicciones de intereses diferentes entre las agencias norteamericanas y una clara lectura del curso a futuro en materia de acciones de política exterior USA. Sería entonces la guerra convencional la que sustituía a la Diplomacia y las acciones clandestinas.
No es que solo en los EE.UU estos de traslado desde la inteligencia a los ministerios de Relaciones Exteriores. en otros paises se da de igual manera, solo que a quien se traslada marca la diferencia en la linea de accion que seguira la politica exterior de un pais.
Los rusos por ejemplo, en su momento trasladaron del Servicio de Inteligencia Exterior (SVR por sus siglas en ruso) a su director Evgeniy Primakov, (un académico especializado en Medio Oriente, asesor de Política Exterior de Mijail Gorbachev y ex Director del Instituto de Relaciones Económicas Internacionales (IMEO) y amigo personal de Sadam Hussein) a la cancillería rusa como su Ministro. Se entendía entonces el énfasis en política exterior que habría con la llegada de Primakov al MINREX ruso. El Medio Oriente y la necesidad de obtencion de mayor informacion y colaboradores en esa region.
Parece, que las acciones encubiertas trasladadas en los 70s al Departamento de Estado desde la CIA vía la cooperación, las relaciones con partidos políticos, ONGs y la Sociedad Civil por medio de varias agencias como la NED, USAID, a la par de IRI o el IDRI han perdido ciertas capacidades en la conducción de estas y puestas en desprestigio con Hillary Clinton a la cabeza del Departamento de Estado y su mala actuación en las llamadas revoluciones de color y su graso error en Bengazi.
Se dice que Tillerson no compartía con Trump muchos de sus enfoques hacia problemas actuales de las relaciones internacionales. En esta nueva situación de la correlación de fuerzas internacionales requieren de un nuevo liderazgo; Pompeo está llamado a corresponder a la agresividad de las posiciones internacionales, que ha expresado TRUMP con acciones de política exterior hacia Corea del Norte, Venezuela, Rusia, Siria, Irán, Cuba. En los medios locales ya se ha informado, que ex funcionarios de la CIA estarán en la sesión que atiende Centroamérica en el Departamento de Estado. Otro aspecto interesante será la relación inter-agencial entre la CIA y el Departamento de Estado una vez que Haspel y Pompeo sean aprobados por el congreso y su accionar conjunto en la política exterior USA.
Tanto Mike Pompeo y Gina Haspel no han sido aprobados por el congreso cuando otro escándalo de espionaje mayor ha estallado en Inglaterra con la acusación británica hacia Rusia de haber envenenado un ex coronel de la inteligencia militar rusa (GRU por sus iniciales en ruso) Sergey Skripal. Por su parte Inglaterra expulso a 23 diplomáticos rusos por ser oficiales de inteligencia en cubierta a lo que Rusia respondió asimétricamente. Los EE.UU se han unido expulsando a 60 diplomáticos rusos al igual 14 países más de la Unión Europea.
Se trata entonces, no solo de limitar la capacidad de inteligencia rusa en Occidente sino de una nueva cruzada anti rusa por el planeta con miras a una confrontación mayor. Tanto Rusia y China lideran el bloque anti hegemónico occidental. Esto no es complicado si se entiende que tanto la labor de Inteligencia política como la diplomacia son medios básicos y especiales para la conducción de la política exterior del Estado y esta solo tiene dos objetivos principales: El CAMBIO, que genere nuevos réditos o en el peor de los casos “LA CONTINUIDAD“ del statu-quo, que no permita tener un retroceso en lo hasta ese momento se ha alcanzado.
Ambos conceptos son aplicables en este contexto en términos de superación del decline de la supremacía USA en el planeta a través de las operaciones clandestinas que el Departamento de Estado también realiza vía sus agencias. Al situar al ex director de la CIA en el Departamento de Estado se estaría trasladando toda una filosofía de trabajo de operaciones clandestinas a la entidad de la diplomacia norteamericana. Todo parece, que partieran de la idea, que es más fácil que el diplomático se convierta en oficial de inteligencia y no al contrario. Los oficiales de inteligencia solo usan la diplomacia como una fachada para actuar desde sus representaciones diplomáticas.
Manuel S. Espinoza J.
Catedrático y Analista Internacional.
26 de Marzo 2018.