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Democracia Digital en Nicaragua: El Ciberactivismo Político.

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Con el constante uso de Facebook fui observando cómo ha ido incrementando la tendencia de utilizar este medio para las expresiones en protesta o a favor de acontecimientos, opiniones, circunstancias, personajes o entidades de ámbito sociopolítico y me inquietó  a tal nivel que comencé a cuestionarme si todo eso podía tener alguna conceptualización y, como de los principales temas de esas publicaciones eran referentes a la democracia, se me ocurrió que esa tendencia podía ser un método aplicado para ese concepto. Al relacionarlo con las redes y con otras temáticas actuales llegué a la conclusión de que debía ser titulado “democracia digital”, pese a poco conocerse de este modo en nuestro país. Investigando más al respecto encontré que ya existía tal conceptualización y que es parte de las transformaciones de hacer y participar en la política.

Mi propósito ahora es dar a conocer a qué se refiere, cómo se aplica y cómo esta terminología ha ido siendo parte de la modernización en la participación ciudadana en los procesos sociopolíticos de nuestro país, además de las ventajas y desventajas que la introducción de las tecnologías electrónicas de la información y las comunicaciones (TIC) están aportando a los sistemas electorales y democráticos  contemporáneos. También pretendo abordar sobre las necesidades básicas y limitaciones que poseemos a nivel nacional para la efectuación de tales alternativas innovadoras de la democracia digital y qué tanto podemos caracterizarla en Nicaragua.on el constante uso de Facebook fui observando cómo ha ido incrementando la tendencia de utilizar este medio para las expresiones en protesta o a favor de acontecimientos, opiniones, circunstancias, personajes o entidades de ámbito sociopolítico y me inquietó  a tal nivel que comencé a cuestionarme si todo eso podía tener alguna conceptualización y, como de los principales temas de esas publicaciones eran referentes a la democracia, se me ocurrió que esa tendencia podía ser un método aplicado para ese concepto. Al relacionarlo con las redes y con otras temáticas actuales llegué a la conclusión de que debía ser titulado “democracia digital”, pese a poco conocerse de este modo en nuestro país. Investigando más al respecto encontré que ya existía tal conceptualización y que es parte de las transformaciones de hacer y participar en la política.

Puede ser retórico abordar las conceptualizaciones clásicas de donde surge la definición de democracia, sin embargo por ser el mismo origen de esto se hace imprescindible, cuando se aborda sobre este tema, tener en cuenta que la fecundación de la democracia fue gracias inicialmente a Platón y Aristóteles que hicieron referencia de esta a las formas de gobierno y la participación de los sublevados a esa gobernación.

Sin duda es necesario tener en cuenta los cuestionamientos que se han dado debido a las distintas concepciones que se han desarrollado sobre “democracia” y las formas de ejercer el poder en los reinos, estados y naciones, como también de la región y contexto histórico que precede a la aplicación de esos modelos. Por tanto, es un error tratar de esquematizar un mismo modelo democrático para todas las sociedades del mundo, procurar obligar una idealización generalizada de una de esas conceptualizaciones puede ser incluso hasta catastrófico. Se debe reconocer que la democracia no es inflexible.

Sin embargo, hasta el día de hoy cualquiera de las terminologías o prácticas que se le puedan dar a las formas de ejercer la democracia no se ha superado la debilidad de no siempre contar con el consenso total de la sociedad sino que suele imponerse la voluntad de la mayoría, dejando a esa minoría restante ante el sometimiento de los otros, simplemente en eso es una muestra clara de la imperfección de la “democracia”. Y más cuestionable se convierte cuando se analiza regionalmente los procesos que en el mundo se han desarrollado para ejercer el poder y el cómo los ciudadanos de determinadas ciudades han sido partícipes en ellos. El problema actual en nuestro continente es que nuestros procesos nacieron bajo una idealización externa a nosotros mismos y sin o con poco conocimiento de otros modelos democráticos que se aplicaron o filosofaron en otras culturas, tuvimos que ser del pensamiento griego u occidental.

Aun así, esa misma filosofía democrática griega u occidental que se ha aplicado en nuestras sociedades durante siglos en nuestro Continente Americano tiene las más imperfectas características, y eso es sencillo de descubrir cuando nos cuestionamos quién era, es o se conoce como ciudadano. Al día de hoy sigue siendo un problema, pese a que gracias a las revoluciones liberales se ha incluido la igualdad de las personas para el reconocimiento como ciudadano, aun ideológicamente muchas personas, normalmente con poca intelectualidad, no se sienten parte y partícipes de esa “sociedad democrática”, y no porque no quieran serlo sino porque se les sigue aislando y exceptuando en los procesos de ejecución o participación de los accesos al poder de la ejecución pública.

Las sociedades son cambiantes, somos evolutivas, y así como antes se podía ver ciertas cosas como inconcebibles, ahora esas mismas pueden verse como aún faltantes de esencialidad y dimensión en la praxis e inclusión. Nuestra era es cada vez más exigente, se han creado e innovado cosas que pueden volverse hasta amenazas contra la misma paz social, pero que también pueden ser desarrolladas para la interconectividad de las sociedades. Y esto también se extiende a la intangible democracia.

Por eso, cuando ahora se habla de la democracia digital se hace referencia justamente al uso de la informática, el internet y los equipos móviles (TIC) como medios alternativos que han abierto espacios para la reflexión social y el debate, satisfaciendo y mejorando los procesos de participación y maduración del pensamiento político de las sociedades, especialmente los jóvenes, mediante la interacción con entes políticos y grupos cívicos que se han ido adecuando a esta expansión de la implicación ciudadana en la participación de la toma de decisiones.

Se ha popularizado la implementación de la democracia digital que es necesario tener en cuenta las variantes como son la democracia de consumidores, que no es más que la proyección del ciudadano como consumidor de información generada por el estado o las fuerzas políticas; la demo-elitista, que representa la contemplación objetiva de alcanzar la distribución equitativa de los beneficios sociales; la neo-republicana, que se centra fundamentalmente en la deliberación de los ciudadanos como base para el avance de la democracia. Y, también, la cyberdemocracia que busca la participación efectiva de los ciudadanos en las tareas de gobierno, aspirando alcanzar la creación de ideas bajo el consenso comunitario.

Para el mejor entendimiento de esta conceptualización y de la adecuación a nuestro contexto debemos cuestionarnos qué entendemos por democracia y cómo consideramos que se debe aplicar en la sociedad moderna y cada vez más cibernética en la que nos encontramos. La primera duda puede complicarse cada vez más cuando profundizamos la aplicación y qué tan incluyente debe ser o es, la democracia, para considerarse como una herramienta o el poder mismo ejercido por y para la sociedad en general, sin excepciones. El cómo podemos considerar su aplicación puede depender de la idealización que tengamos o nos hayan teorizado puesto que, partiendo de las distintas concepciones, no habría un consenso y depende de los sistemas políticos implementados en cada uno de los Estados o sociedades.

Y debido a que esos sistemas siempre se encuentran con limitaciones como, principalmente, el hecho de que cualquiera de los modelos democráticos cotidianamente tienden a no ser totalmente incluyentes en cuanto a la apertura total de la intervención popular, es que las instituciones, personajes y organismos sociopolíticos se han visto en la obligación de implementar esta nueva alternativa del uso de las tecnologías para el mejoramiento de la participación ciudadana en los procesos políticos que se pueden desarrollar en cualquier país, eso en alineación según las concepciones estadounidenses que se le da a la democracia.

Eso nos implica reconocer, a nivel ciudadano y estatal, que atravesamos por muchas carencias en nuestras democracias, tanto en la aplicación de estas como en la concepción que poseen los ciudadanos al respecto. Por eso es conveniente promover los espacios cibernéticos o virtuales que las innovaciones modernas desarrolladas en la tecnología y, por tanto en la informática, nos brindan para facilitar nuevos accesos a la información e interacción entre los que ejercen el poder con los que les elijen para su representatividad.

Esta puede ser la mejor solución entre las opciones que buscan mitigar la actual desorientación que poseemos la mayoría de ciudadanos respecto al camino que se debe emprender para la participación en los acontecimientos sociopolíticos de nuestras comunidades. Sin embargo, se debe tener en cuenta que la implementación de una democracia mediante las tecnologías digitales también posee sus desventajas y debilidades que posteriormente las iré describiendo.

En la mayoría de las sociedades actuales, incluyendo la nicaragüense, se implementa el sistema democrático representativo y participativo, claro y sumamente diferente. En el participativo toda la toma de decisiones y agendas recaen directamente en los ciudadanos con poca o nula intermediación, mientras que la representativa está basada en la elección libre de gobernantes quienes coordinan las agendas y toman las decisiones sin la directa involucramiento de los ciudadanos electores. Dentro estas modalidades es que yace una de las principales problemáticas para la adecuada aplicación de la democracia digital puesto que muchos encuentran altas interferencias y confusiones entre si permitir la libre participación reduciendo el papel de los representantes o expandir el papel de éstos últimos para la interacción con los representados.

Sin embargo, entre las principales ventajas que la democracia digital nos permite disponer está el hecho mismo que la participación real de los ciudadanos en la toma de decisiones o en la intervención de ese proceso será más extenso y se irá convirtiendo en hábito que todos sean parte de la búsqueda de soluciones para los problemas principales mediante el consenso incluyente y focalizado. Además permitirá que la misma sociedad se vaya creando como un solo conjunto donde se pueda trabajar como grupo para alcanzar la eficacia de los resultados necesarios provocando estados emancipados de los ciudadanos ante la dependencia de los representantes políticos.

Por otro lado, como es de esperar, también el desarrollo de la democracia digital conlleva ciertos inconvenientes que se presentan si no se buscan alternativas que alcancen evitar el fracaso de esta nueva modalidad de hacer política ciudadana. Entre esto lo mas reconocido hasta ahora es la falta de accesibilidad con la que se encuentran grandes grupos sociales por su estatus socioeconómico y la poca capacitación que pueden tener los que si tienen el acceso a los soportes digitales. La indudable posibilidad de que la opinión ciudadana ejercida a través de los foros en línea sea manipulada para la creación de información falsa y contaminada para alcanzar el descontento social o la sensibilidad con la que los ciudadanos pueden obtener la visión de los gobiernos o actores políticos que, por medio del discurso, recurran a la demagogia y el populismo para la captura de la simpatía ciudadana.

También mediante la metodología del voto virtual, como parte de la democracia digital, se puede llegar a una mayor vulnerabilidad de los sistemas hasta niveles de fraudes electorales masivos por la ausencia de la fiscalización del escrutinio. Y lo más crítico es que la implementación de mayores tecnologías que hagan dependientes a los ciudadanos de la vida virtual provoca el aislamiento individual y la empatía ante las actividades sociales.

Todo lo anterior descrito no es para nada externo a nuestro contexto sociopolítico nicaragüense, somos parte de una sociedad globalizada y esa ola de comportamientos sociales en la penetración de los asuntos políticos a través los medios electrónicos también nos han contagiado. Cada día el incremento de los smartphones, laptops y distintos dispositivos móviles con acceso a internet cada vez más sencillos de obtener han permitido que los nicaragüenses, tanto el del buen vestir como el de a pie, haga uso de esas herramientas para el libre entretenimiento pero también para la interacción sociopolítica.

Los acontecimientos sociopolíticos han ido despertando en los nicas la motivación a expresarse y hacer uso de su libertad para promover las actividades con las cuales comparte una iniciativa ideológica o para criticar las fallas que la aplicación en el sistema (político) le parece incorrecta. Sin lugar a dudas, ambas reacciones sociales están siendo aprovechadas por las agrupaciones políticas y sociales para la promoción de mejores procesos o para crear estándares de desestabilidad nacional.

Las redes sociales se convirtieron en los medios más sencillos y accesibles para las demandas o reconocimientos donde los jóvenes se van involucrando y conociendo de las circunstancias del quehacer político en el país. Algunos sectores de la sociedad civil y organizaciones políticas han descubierto esta herramienta y la disponibilidad de los ciudadanos, disponiendo de estas para promover sus ideologías, propósitos y descontentos procurando “despertar” a los nicaragüenses de la apatía en los procesos democráticos.

Somos un país económicamente pobre, lo cual implica demasiado en el desarrollo tecnológico de la sociedad y en la implementación de esos recursos para la accesibilidad ciudadana ante la información pública estatal. Aquí está el más grande problema cuando queremos hablar de democracia y tecnología en el país. Un alto porcentaje de nuestra población es campesina rural y las posibilidades de que estos hagan constante uso de los celulares inteligentes y del internet es escasa o nula puesto que de los más de 6 millones de ciudadanos residentes solo alrededor de 555,000 tienen acceso general a internet y solo alrededor de 4% de la población cuenta con conexión fija a internet. No por falta de interés sino por la poca recepción de la red de datos y los altos costos de internet[1].

Eso refleja un estancamiento para lo que es el desarrollo de la democracia digital, porque un 4 o 7% (por ser optimistas) que tiene el acceso a la conexión de internet no representa ni la mitad de la población general en el país, lo cual limita la apropiación de una democracia que es abierta e incluyente. Tecnológicamente es aceptable decir que la mayoría de los nicaragüenses poseen un dispositivo que les pueda permitir acceder al internet pero eso no hace instantáneo ese acceso al ciberespacio. Esto muestra una falla tanto del Estado como de la demanda ciudadana, porque el ciudadano también debe exigir la promoción y respuesta a sus derechos, la efectividad del gobierno, la accesibilidad a los medios que le permitan hacer uso de su libertad, en la extensión de su definición.

Es innegable, y respaldado por datos oficiales, que el acceso a telefonía móvil en Nicaragua ha incrementado sorprendentemente y que incluso ha rebasado la cantidad de teléfono según una distribución per cápita pero no implica que justamente sean todos Smartphone o los mejores modelos y mucho menos con total acceso a internet sin interferencias de cobertura. Según datos de la Cámara Nicaragüense de Internet y Telecomunicaciones (CANITEL), el 55% de las personas que acceden a internet inalámbrico es para usar las redes sociales y tan solo el 7% es para la búsqueda de contenido educativo. Es tan sorprendente la simpatía por Facebook en nuestro país que en los últimos 12 meses la tasa de crecimiento de usuarios pasaron de ser 1,5 millones a 1,9 millones de personas en esta red social desde Nicaragua.

Sin embargo, debido a que en nuestro país la implementación de la democracia por medio de los espacios cibernéticos que nos brindan las tecnologías es aun empírica, vaga y sin ordenamiento ni reconocimiento oficial de las entidades públicas, no se han promovido ni implementado regulaciones legislativas que establezcan el uso, el desarrollo de la información y la participación ciudadana ordenada y atendida.

Es necesario que el gobierno intervenga en estas modalidades innovadoras, no para controlar ni restringir las opiniones o movimientos sociales, sino para capacitar e interactuar con la ciudadanía donde todos puedan sentirse partes y partícipes del sistema político y conozcan las actividades que se desarrollan desde la administración estatal. El ciudadano es la esencialidad del reflejo de la efectividad de la buena ejecución del gobierno y del estado de derecho de toda nación, pero también es el artífice de las demandas y defensas de los derechos propios y comunes.

A manera de conclusión, es necesario comprender que la misma historia nos ha demostrado que la democracia, tanto en su conceptualización como su aplicación, es objeto de una transformación continua que se presta a las exigencias de la sociedad y sus luchas por la amplia participación e inclusión ciudadana. Por tanto, debido que la modernidad ha brindado desarrollos en la tecnología para facilitar la vida y comunicación de los seres humanos, éstos mismos han conllevado sus exigencias a los espacios comunes, políticos, económicos y sociales, alcanzando para la lucha y el ejercicio del poder nuevos canales de interacción, esa es la democracia digital.

En Nicaragua es necesario adaptarnos a estas nuevas tendencias, aprovechar que la sociedad, especialmente la joven, hacen uso de las tecnologías y las redes sociales, para fomentar el conocimiento, la participación y la interacción entre ellos y los administradores públicos como sus representantes  políticos. Es vinculante que se reduzcan los costos de telefonía e internet como también la ampliación de cobertura telefónica a nivel nacional para que todos seamos parte de la evolución y podamos tener una sociedad cada vez más democrática.

[1] “Un impuesto selectivo de consumo como se cobra en el caso de Nicaragua, que es el veinte por ciento, por eso nosotros hemos solicitado al Gobierno que quite ese impuesto, porque toda la región no lo tiene, salvo el país”. Hjalmar Ayestas, presidente de Cámara Nicaragüense de Internet y Telecomunicaciones

Mi propósito ahora es dar a conocer a qué se refiere, cómo se aplica y cómo esta terminología ha ido siendo parte de la modernización en la participación ciudadana en los procesos sociopolíticos de nuestro país, además de las ventajas y desventajas que la introducción de las tecnologías electrónicas de la información y las comunicaciones (TIC) están aportando a los sistemas electorales y democráticos  contemporáneos. También pretendo abordar sobre las necesidades básicas y limitaciones que poseemos a nivel nacional para la efectuación de tales alternativas innovadoras de la democracia digital y qué tanto podemos caracterizarla en Nicaragua.on el constante uso de Facebook fui observando cómo ha ido incrementando la tendencia de utilizar este medio para las expresiones en protesta o a favor de acontecimientos, opiniones, circunstancias, personajes o entidades de ámbito sociopolítico y me inquietó  a tal nivel que comencé a cuestionarme si todo eso podía tener alguna conceptualización y, como de los principales temas de esas publicaciones eran referentes a la democracia, se me ocurrió que esa tendencia podía ser un método aplicado para ese concepto. Al relacionarlo con las redes y con otras temáticas actuales llegué a la conclusión de que debía ser titulado “democracia digital”, pese a poco conocerse de este modo en nuestro país. Investigando más al respecto encontré que ya existía tal conceptualización y que es parte de las transformaciones de hacer y participar en la política.

Puede ser retórico abordar las conceptualizaciones clásicas de donde surge la definición de democracia, sin embargo por ser el mismo origen de esto se hace imprescindible, cuando se aborda sobre este tema, tener en cuenta que la fecundación de la democracia fue gracias inicialmente a Platón y Aristóteles que hicieron referencia de esta a las formas de gobierno y la participación de los sublevados a esa gobernación.

Sin duda es necesario tener en cuenta los cuestionamientos que se han dado debido a las distintas concepciones que se han desarrollado sobre “democracia” y las formas de ejercer el poder en los reinos, estados y naciones, como también de la región y contexto histórico que precede a la aplicación de esos modelos. Por tanto, es un error tratar de esquematizar un mismo modelo democrático para todas las sociedades del mundo, procurar obligar una idealización generalizada de una de esas conceptualizaciones puede ser incluso hasta catastrófico. Se debe reconocer que la democracia no es inflexible.

Sin embargo, hasta el día de hoy cualquiera de las terminologías o prácticas que se le puedan dar a las formas de ejercer la democracia no se ha superado la debilidad de no siempre contar con el consenso total de la sociedad sino que suele imponerse la voluntad de la mayoría, dejando a esa minoría restante ante el sometimiento de los otros, simplemente en eso es una muestra clara de la imperfección de la “democracia”. Y más cuestionable se convierte cuando se analiza regionalmente los procesos que en el mundo se han desarrollado para ejercer el poder y el cómo los ciudadanos de determinadas ciudades han sido partícipes en ellos. El problema actual en nuestro continente es que nuestros procesos nacieron bajo una idealización externa a nosotros mismos y sin o con poco conocimiento de otros modelos democráticos que se aplicaron o filosofaron en otras culturas, tuvimos que ser del pensamiento griego u occidental.

Aun así, esa misma filosofía democrática griega u occidental que se ha aplicado en nuestras sociedades durante siglos en nuestro Continente Americano tiene las más imperfectas características, y eso es sencillo de descubrir cuando nos cuestionamos quién era, es o se conoce como ciudadano. Al día de hoy sigue siendo un problema, pese a que gracias a las revoluciones liberales se ha incluido la igualdad de las personas para el reconocimiento como ciudadano, aun ideológicamente muchas personas, normalmente con poca intelectualidad, no se sienten parte y partícipes de esa “sociedad democrática”, y no porque no quieran serlo sino porque se les sigue aislando y exceptuando en los procesos de ejecución o participación de los accesos al poder de la ejecución pública.

Las sociedades son cambiantes, somos evolutivas, y así como antes se podía ver ciertas cosas como inconcebibles, ahora esas mismas pueden verse como aún faltantes de esencialidad y dimensión en la praxis e inclusión. Nuestra era es cada vez más exigente, se han creado e innovado cosas que pueden volverse hasta amenazas contra la misma paz social, pero que también pueden ser desarrolladas para la interconectividad de las sociedades. Y esto también se extiende a la intangible democracia.

Por eso, cuando ahora se habla de la democracia digital se hace referencia justamente al uso de la informática, el internet y los equipos móviles (TIC) como medios alternativos que han abierto espacios para la reflexión social y el debate, satisfaciendo y mejorando los procesos de participación y maduración del pensamiento político de las sociedades, especialmente los jóvenes, mediante la interacción con entes políticos y grupos cívicos que se han ido adecuando a esta expansión de la implicación ciudadana en la participación de la toma de decisiones.

Se ha popularizado la implementación de la democracia digital que es necesario tener en cuenta las variantes como son la democracia de consumidores, que no es más que la proyección del ciudadano como consumidor de información generada por el estado o las fuerzas políticas; la demo-elitista, que representa la contemplación objetiva de alcanzar la distribución equitativa de los beneficios sociales; la neo-republicana, que se centra fundamentalmente en la deliberación de los ciudadanos como base para el avance de la democracia. Y, también, la cyberdemocracia que busca la participación efectiva de los ciudadanos en las tareas de gobierno, aspirando alcanzar la creación de ideas bajo el consenso comunitario.

Para el mejor entendimiento de esta conceptualización y de la adecuación a nuestro contexto debemos cuestionarnos qué entendemos por democracia y cómo consideramos que se debe aplicar en la sociedad moderna y cada vez más cibernética en la que nos encontramos. La primera duda puede complicarse cada vez más cuando profundizamos la aplicación y qué tan incluyente debe ser o es, la democracia, para considerarse como una herramienta o el poder mismo ejercido por y para la sociedad en general, sin excepciones. El cómo podemos considerar su aplicación puede depender de la idealización que tengamos o nos hayan teorizado puesto que, partiendo de las distintas concepciones, no habría un consenso y depende de los sistemas políticos implementados en cada uno de los Estados o sociedades.

Y debido a que esos sistemas siempre se encuentran con limitaciones como, principalmente, el hecho de que cualquiera de los modelos democráticos cotidianamente tienden a no ser totalmente incluyentes en cuanto a la apertura total de la intervención popular, es que las instituciones, personajes y organismos sociopolíticos se han visto en la obligación de implementar esta nueva alternativa del uso de las tecnologías para el mejoramiento de la participación ciudadana en los procesos políticos que se pueden desarrollar en cualquier país, eso en alineación según las concepciones estadounidenses que se le da a la democracia.

Eso nos implica reconocer, a nivel ciudadano y estatal, que atravesamos por muchas carencias en nuestras democracias, tanto en la aplicación de estas como en la concepción que poseen los ciudadanos al respecto. Por eso es conveniente promover los espacios cibernéticos o virtuales que las innovaciones modernas desarrolladas en la tecnología y, por tanto en la informática, nos brindan para facilitar nuevos accesos a la información e interacción entre los que ejercen el poder con los que les elijen para su representatividad.

Esta puede ser la mejor solución entre las opciones que buscan mitigar la actual desorientación que poseemos la mayoría de ciudadanos respecto al camino que se debe emprender para la participación en los acontecimientos sociopolíticos de nuestras comunidades. Sin embargo, se debe tener en cuenta que la implementación de una democracia mediante las tecnologías digitales también posee sus desventajas y debilidades que posteriormente las iré describiendo.

En la mayoría de las sociedades actuales, incluyendo la nicaragüense, se implementa el sistema democrático representativo y participativo, claro y sumamente diferente. En el participativo toda la toma de decisiones y agendas recaen directamente en los ciudadanos con poca o nula intermediación, mientras que la representativa está basada en la elección libre de gobernantes quienes coordinan las agendas y toman las decisiones sin la directa involucramiento de los ciudadanos electores. Dentro estas modalidades es que yace una de las principales problemáticas para la adecuada aplicación de la democracia digital puesto que muchos encuentran altas interferencias y confusiones entre si permitir la libre participación reduciendo el papel de los representantes o expandir el papel de éstos últimos para la interacción con los representados.

Sin embargo, entre las principales ventajas que la democracia digital nos permite disponer está el hecho mismo que la participación real de los ciudadanos en la toma de decisiones o en la intervención de ese proceso será más extenso y se irá convirtiendo en hábito que todos sean parte de la búsqueda de soluciones para los problemas principales mediante el consenso incluyente y focalizado. Además permitirá que la misma sociedad se vaya creando como un solo conjunto donde se pueda trabajar como grupo para alcanzar la eficacia de los resultados necesarios provocando estados emancipados de los ciudadanos ante la dependencia de los representantes políticos.

Por otro lado, como es de esperar, también el desarrollo de la democracia digital conlleva ciertos inconvenientes que se presentan si no se buscan alternativas que alcancen evitar el fracaso de esta nueva modalidad de hacer política ciudadana. Entre esto lo mas reconocido hasta ahora es la falta de accesibilidad con la que se encuentran grandes grupos sociales por su estatus socioeconómico y la poca capacitación que pueden tener los que si tienen el acceso a los soportes digitales. La indudable posibilidad de que la opinión ciudadana ejercida a través de los foros en línea sea manipulada para la creación de información falsa y contaminada para alcanzar el descontento social o la sensibilidad con la que los ciudadanos pueden obtener la visión de los gobiernos o actores políticos que, por medio del discurso, recurran a la demagogia y el populismo para la captura de la simpatía ciudadana.

También mediante la metodología del voto virtual, como parte de la democracia digital, se puede llegar a una mayor vulnerabilidad de los sistemas hasta niveles de fraudes electorales masivos por la ausencia de la fiscalización del escrutinio. Y lo más crítico es que la implementación de mayores tecnologías que hagan dependientes a los ciudadanos de la vida virtual provoca el aislamiento individual y la empatía ante las actividades sociales.

Todo lo anterior descrito no es para nada externo a nuestro contexto sociopolítico nicaragüense, somos parte de una sociedad globalizada y esa ola de comportamientos sociales en la penetración de los asuntos políticos a través los medios electrónicos también nos han contagiado. Cada día el incremento de los smartphones, laptops y distintos dispositivos móviles con acceso a internet cada vez más sencillos de obtener han permitido que los nicaragüenses, tanto el del buen vestir como el de a pie, haga uso de esas herramientas para el libre entretenimiento pero también para la interacción sociopolítica.

Los acontecimientos sociopolíticos han ido despertando en los nicas la motivación a expresarse y hacer uso de su libertad para promover las actividades con las cuales comparte una iniciativa ideológica o para criticar las fallas que la aplicación en el sistema (político) le parece incorrecta. Sin lugar a dudas, ambas reacciones sociales están siendo aprovechadas por las agrupaciones políticas y sociales para la promoción de mejores procesos o para crear estándares de desestabilidad nacional.

Las redes sociales se convirtieron en los medios más sencillos y accesibles para las demandas o reconocimientos donde los jóvenes se van involucrando y conociendo de las circunstancias del quehacer político en el país. Algunos sectores de la sociedad civil y organizaciones políticas han descubierto esta herramienta y la disponibilidad de los ciudadanos, disponiendo de estas para promover sus ideologías, propósitos y descontentos procurando “despertar” a los nicaragüenses de la apatía en los procesos democráticos.

Somos un país económicamente pobre, lo cual implica demasiado en el desarrollo tecnológico de la sociedad y en la implementación de esos recursos para la accesibilidad ciudadana ante la información pública estatal. Aquí está el más grande problema cuando queremos hablar de democracia y tecnología en el país. Un alto porcentaje de nuestra población es campesina rural y las posibilidades de que estos hagan constante uso de los celulares inteligentes y del internet es escasa o nula puesto que de los más de 6 millones de ciudadanos residentes solo alrededor de 555,000 tienen acceso general a internet y solo alrededor de 4% de la población cuenta con conexión fija a internet. No por falta de interés sino por la poca recepción de la red de datos y los altos costos de internet[1].

Eso refleja un estancamiento para lo que es el desarrollo de la democracia digital, porque un 4 o 7% (por ser optimistas) que tiene el acceso a la conexión de internet no representa ni la mitad de la población general en el país, lo cual limita la apropiación de una democracia que es abierta e incluyente. Tecnológicamente es aceptable decir que la mayoría de los nicaragüenses poseen un dispositivo que les pueda permitir acceder al internet pero eso no hace instantáneo ese acceso al ciberespacio. Esto muestra una falla tanto del Estado como de la demanda ciudadana, porque el ciudadano también debe exigir la promoción y respuesta a sus derechos, la efectividad del gobierno, la accesibilidad a los medios que le permitan hacer uso de su libertad, en la extensión de su definición.

Es innegable, y respaldado por datos oficiales, que el acceso a telefonía móvil en Nicaragua ha incrementado sorprendentemente y que incluso ha rebasado la cantidad de teléfono según una distribución per cápita pero no implica que justamente sean todos Smartphone o los mejores modelos y mucho menos con total acceso a internet sin interferencias de cobertura. Según datos de la Cámara Nicaragüense de Internet y Telecomunicaciones (CANITEL), el 55% de las personas que acceden a internet inalámbrico es para usar las redes sociales y tan solo el 7% es para la búsqueda de contenido educativo. Es tan sorprendente la simpatía por Facebook en nuestro país que en los últimos 12 meses la tasa de crecimiento de usuarios pasaron de ser 1,5 millones a 1,9 millones de personas en esta red social desde Nicaragua.

Sin embargo, debido a que en nuestro país la implementación de la democracia por medio de los espacios cibernéticos que nos brindan las tecnologías es aun empírica, vaga y sin ordenamiento ni reconocimiento oficial de las entidades públicas, no se han promovido ni implementado regulaciones legislativas que establezcan el uso, el desarrollo de la información y la participación ciudadana ordenada y atendida.

Es necesario que el gobierno intervenga en estas modalidades innovadoras, no para controlar ni restringir las opiniones o movimientos sociales, sino para capacitar e interactuar con la ciudadanía donde todos puedan sentirse partes y partícipes del sistema político y conozcan las actividades que se desarrollan desde la administración estatal. El ciudadano es la esencialidad del reflejo de la efectividad de la buena ejecución del gobierno y del estado de derecho de toda nación, pero también es el artífice de las demandas y defensas de los derechos propios y comunes.

A manera de conclusión, es necesario comprender que la misma historia nos ha demostrado que la democracia, tanto en su conceptualización como su aplicación, es objeto de una transformación continua que se presta a las exigencias de la sociedad y sus luchas por la amplia participación e inclusión ciudadana. Por tanto, debido que la modernidad ha brindado desarrollos en la tecnología para facilitar la vida y comunicación de los seres humanos, éstos mismos han conllevado sus exigencias a los espacios comunes, políticos, económicos y sociales, alcanzando para la lucha y el ejercicio del poder nuevos canales de interacción, esa es la democracia digital.

En Nicaragua es necesario adaptarnos a estas nuevas tendencias, aprovechar que la sociedad, especialmente la joven, hacen uso de las tecnologías y las redes sociales, para fomentar el conocimiento, la participación y la interacción entre ellos y los administradores públicos como sus representantes  políticos. Es vinculante que se reduzcan los costos de telefonía e internet como también la ampliación de cobertura telefónica a nivel nacional para que todos seamos parte de la evolución y podamos tener una sociedad cada vez más democrática.

Ponencia partícipe en el II Congreso Nacional de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua. UNAN- Managua.

Jolver Arauz Flores.                                                                                                                               -Centro Regional de Estudios Internacionales.

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Brasil. Cuando el Pueblo permite el auto-gol.

unnamed-2-8Para muy pocos la remoción  del cargo de Dilma Rousseff como presidente por parte del Senado no fue nada novedoso. En estos casos duele tener la razón. De igual manera ver como una fuerza política como el Partido de los Trabajadores (PT) no lo pudo evitar.

“Crónica de una muerte anunciada?”. En un país con una población de unos 205 millones de habitantes, donde 146 millones son los votantes, el PT con grandes dificultades logro ganar en las elecciones presidenciales de Octubre del 2014 con un 51,64% contra 48,36% de su rival  partido de la Social Democracia brasileña. (PSDB) Con solo 3 millones de diferencias de votos y eso que en segunda vuelta.

Ahora la fuerza opositora no la dejo correr mucho. No logro ni estar dos años en la silla presidencial.  Pero la derrota no puede verse tan minúsculamente alrededor de Dilma. Prácticamente cierra un periodo de gobierno a favor del PT desde que Lula Da Silva, un sindicalista, que alcanzo  la presidencia en el 2002 con el 61.3% equivalente a casi 53 millones de votantes.

A partir de ahí Brasil ha dado serios indicadores de crecimiento y desarrollo económico, convirtiéndose en la economía más grande del América latina. Pero las cifras son secas, si estas no develan su impacto en los más desfavorecidos.  Para nadie es desconocida el hambre y la miseria que azotaba a Brasil en todos los 80s, 90s; mejor conocido en aquel entonces por las famosas favelas y el enorme grado de violencia, criminalidad y corrupción pública.

Con los dos gobiernos de Lula y Dilma aun unos 65,5 millones de brasileños pasaban hambre en el 2009.  En el 2014 se redujeron a  52 millones. El PT había creado  una dinámica en materia de reducción de la pobreza en un 63% desde el 2004. A eso se le suma la reducción en la desigualdad, en la brecha entre negro y blancos, mujeres y hombres empleados, y aumento en la escolaridad, cobertura de salud pública y en general en las condiciones de vida del pueblo. Ya en el 2011 Dilma dirigió un programa para 16,2 millones de personas que permanecían bajo el umbral de la pobreza. económicas 

Brasil no ha sido, ni es, y por lo visto ni seguirá siendo fácil. Hoy la BBC anunciaba en 11,2 millones los desempleados y la industria brasileña viene presentando bajas fuertes, así como el PIB del país, producto de una contienda feroz políticas de trascendencia no solo nacional y regional, sino global.

Con lo ocurrido se rompe el pacto político social en Brasil. Si bien es un enorme retroceso para la nación, es una nueva oportunidad de reorganizar más las fuerzas de la izquierda en función no solo aspiraciones electorales. La lección ABC para todas las fuerzas populares es que no te dejaran gobernar aun cuando ganes en su juego electorero.

Se trata entonces de que esas fuerzas sociales aspiren no solo a llegar a un gobierno y convertirse en el poder político indiscutible, tras un sillón presidencial, que al término de la paciencia de la derecha respete el voto popular. La única lógica horizontal, es la lucha abierta política por alcanzar el verdadero  poder judicial y económico, que pueda tener la capacidad de maniobra y golpe de mano, que sus adversarios le acaban de asestar.

Para muchos imaginarse que el PT puede poner a 2 millones de manifestantes es tan difícil como creer, que, durante los gobiernos de Lula y Dilma, la nueva clase media abarca a 39 millones de personas. Entonces cual es el problema de encausar a unos y otros en un mayor activismo y liderazgo más comprometido con una estrategia más consolidada de radicalización socio-económica, que con vivir aceptando gobernar con una pistola en la cabeza cada tanto haya elecciones?

Manuel S. Espinoza J.

Analista Internacional.

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Matriz Analitica y de Monitoreo a la Desestabilización Global.

Matriz Analítica y de monitoreo de la Desestabilización Global

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El Centro Regional de Estudios Internacionales (CREI)  https://creinicaragua.wordpress.com/, ha diseñado no solo un curso sobre sistemas de desestabilización política, económica, militar, psicológica y mediática; sino que ha elaborado una matriz analítica  de seguimiento situacional y prospectiva sobre las acciones desestabilizadoras en cualquier país donde los EE.UU. y sus aliados occidentales deseen derrocar a regímenes que se le oponen.

El curso se fundamenta en la red de acciones desestabilizadoras mejor conocidas como las Revoluciones de color y primaveras y sobre todo las experiencias que sufren países de la región como Bolivia, Ecuador, Venezuela, Brasil, Argentina y la misma Nicaragua. La matriz creada recoge todo la gama de estos procesos desestabilizadores, los que fácilmente se asocian en la situación nicaragüense.

Tanto la metodología y técnicas aplicadas en la alimentación de la matriz analíticas son herramientas propias e innovadora del CREI y su staff de docentes investigadores

Espinoza advierte, que métodos novedosos en la guerra política se deben de aplicar y aquellos Estados que se rehúsen a implementarlos sucumbirán sin remedio causando un enorme atraso a las fuerzas progresistas del planeta; lo que impedirá su desarrollo para enfrentar un modelo que más que moribundo demuestra su capacidad máxima de agresividad e impunidad imperial.

El curso, los materiales bibliográficos, los métodos y técnicas investigativas que se imparten así como los métodos del seguimiento informativo y analítico vienen a llenar un vacío en la enseñanza superior de disciplinas como geopolítica, geo economía, planeación y análisis estratégico y las mismas Relaciones Internacionales.

El creador de dicho proyecto es el master en Relaciones Internacionales, Manuel Espinoza, presidente ejecutivo del Centro Regional de Estudios Internacionales (CREI), docente universitario y conferencista en materia de análisis geoestratégico en los cursos de altos estudios militares del Ejército de Nicaragua.

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Libro: El Metabolismo del Mercado

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Orlando Núñez Soto es el autor del presente libro que les compartimos. Él se pregunta ¿Qué misterios posee esa mano invisible del mercado que logró revertir un sinnúmero de revoluciones socialistas, ahí donde los regímenes capitalistas habían perdido tantas batallas en otros campos de la lucha? ¿Acaso llegamos al fin de la historia y el capitalismo corresponde a su punto de llegada como lo pregonan los neoliberales? A pesar de lo que ha pasado, este libro apuesta a mostrar la necesidad y posibilidad del socialismo para regular el mercado, socializar el capital, desmercantilizar la economía y gestionarla democráticamente, siempre y cuando realicemos un riguroso balance, más allá de aquellas posiciones que parecen haber regresado las ciencias sociales a los tiempos pre-modernos
y pre-marxistas cuando la historia se explicaba a partir de la vida y desempeño de los reyes o presidentes.

Acá el link para descargarlo.

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Globalización a la Centroamericana

Libro. Autor: Jose Carlos Bonino Jasaui

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Sobre el autor:

José Carlos Bonino, es estudiante de Doctorado en Ciencias Históricas y Filosóficas en la Universidad de La Habana, Cuba. Su maestría es especializada en Antropología Cultural y Etnología, en la Facultad de Letras y Filosofía, Universidad de los Estudios de Turín, Italia. Además, se graduó de licenciado en Ciencias Internacionales y Diplomáticas, Facultad de Ciencias Políticas, Universidad de los Estudios de Turín, Italia.

El señor Bonino, es actualmente un Académico del Centro Regional de Estudios Internacionales.

Aquí les compartimos el link para descargar uno de los libros que ha escrito:

Globalizacion a la Centroamericana

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Temática Internacional (Ejes de Política Exterior)

Libro. Análisis Coyuntural 2000-2008

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Autor: MSc. Manuel Salvador Espinoza

“… Comúnmente, nuestros especialistas en Relaciones Internacionales se preparan con materiales de enseñanza producidos y fundamentados por la visión de los intereses nacionales de los “países del Norte”, generando así conciencia y pleno respaldo a sus políticas de penetración y dimanación estructural. Es por eso que en este preámbulo encuentro la oportunidad de profundizar en el debate al presentar en cierta manera, posiciones autónoma, propia de nuestros “países del sur”, que no comulguen pero que eviten sin temor alguno la cosmovisión del norte a favor de nuestros intereses nacionales.

Lo anterior, lo veo posible de lograr (parcialmente) abordando tema de contenido internacional, que ayuden a los alumnos universitarios en Ciencias Políticas, Económicas y Relaciones Internacionales a visualizar estas temáticas desde nuestra óptica como Nación Centroamericana, la urgida problemática socio-económica, según la posición que ocupamos en el sistema internacional por consecuencia. En tal razón, ha incorporado un glosario de términos muy usuales en el lenguaje de la política internacional, permitiéndonos una mejor interpretación de los temas aquí abordados.

Manuel Salvador Espinoza Jarquín, fue enviado por el Departamento de Relaciones Internacionales (DRI) del FSLN a estudiar diplomacia a la antigua Unión Soviética. En 1990 obtuvo la Licenciatura en Relaciones Internacionales y el titulo de “Master of Science” en Ciencia Históricas. Graduado en el prestigioso Instituto Moscovita de Relaciones Internacionales (MGIMO), en el centro élite de preparación diplomática del antiguo Sistema Socialista y como muchos occidentales aseguraban durante la Guerra Fría, era la contraparte ideal para Cambridge, Oxford, Yale y Harvard.

Por estar Nicaragua en plena confrontación con los Estados Unidos de Norteamérica, fue preparado en el profundo estudio de esa potencia al  nivel de especialidad geográfica. Su trabajo de tesis lo dedicó  a la investigación de concepto de Conflicto de Baja Intensidad, aplicado en la práctica por las administraciones USA de Ronald Reagan y George Bush- padre contra Nicaragua en los años 80. Por la información incluida en su tesis, la Comisión Examinadora Estatal durante la defensa de ésta, propuso dicha monografía para ser utilizada posteriormente en la preparación de los futuros latinoamericanistas y sobre todo, por aquellos que se especializaran en la región de Centroamérica.” Dr. Marcos Casanova

Descarga el libro:

Libro Tematica Internacional CREI

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Maestría: Relaciones Internacionales Contemporáneas

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El Centro Regional de Estudios Internacionales (CREI) en convenio con la Universidad American College (UAC) presentan la maestría en Relaciones Internacionales Contemporáneas con Énfasis en Geopolítica, Seguridad, Análisis y Pronóstico Estratégico.

La finalidad de esta maestría es enriquecer el conocimiento sobre la teoría, desarrollo y práctica de las Relaciones Internacionales en su evolución Contemporánea de nuestro siglo. Además, especializar las materias geopolíticas mediante el análisis y el pronóstico estratégico como también la defensa de la información, como esencia de la protección de las grandes potencias y zonas de espacios influyentes en la política mundial.

Dicha es dirigida principalmente para los profesionales en relaciones internacionales, politólogos, especialistas en cooperación externa, analistas y asesores en asuntos internacionales, abogados, militares, sociólogos, funcionarios del servicio exterior y catedráticos universitarios en carreras afines. Profesionales en historia, trabajo social, comunicación y prensa. No obstante, la sociedad que muestre interés particular en esta disciplina también puede adquirirla.

Lo innovador de esta especialidad es el enriquecimiento académico que poseen sus módulos, los cuales son:

  • Geopolítica en las Relaciones Internacionales.
  • Análisis de Política Exterior y las Relaciones Internacionales Contemporáneas.
  • Nuevas Tendencias en el Derecho Internacional.
  • Análisis y Planificación Estratégica.
  • Diplomacia Estratégica.
  • Protección de la Información y Ciberdefensa.

Lo más importante de los módulos es que pueden ser adquiridos como posgrados independientes. De este modo, el CREI continúa trabajando por la calidad de la disciplina en Relaciones Internacionales a nivel nacional y regional permitiendo la accesibilidad a los egresados en esta materia y a las entidades que trabajan en áreas vinculadas e ella.

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El impacto de la visita de Obama

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La visita que realizó el presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, a su homólogo Raúl Castro en Cuba, es un tema de acalorados debates de análisis a favor y en contra de dicha visita y de especulaciones sobre el impacto que tendrá al corto y mediano plazo en las relaciones bilaterales en los temas económicos, políticos y en temas individuales como la falta de libertades y democracia en Cuba, pero además hay un elemento clave que muy pocos tienen en consideración, y es la posibilidad de una reconfiguración en la arena hemisférica y el relanzamiento de reuniones positivas.

Esta visita de Obama, la primera de un presidente de EE.UU., luego de 88 años de la última visita realizada por C. Coolidge a la Isla, por la celebración de la VI Conferencia Panamericana en 1928, nos puede dar una idea de un nuevo inicio de las relaciones interamericanas, que precisamente se configuraron en las diez conferencias panamericanas que se realizaron entre los países de América. A través de esas conferencias nació la Organización de los Estados Americanos (OEA) y todo su entramado jurídico y político, que hoy rige al continente americano.

Entonces, más allá del impacto a nivel bilateral, esta visita puede representar no necesariamente un cambio inmediato en las políticas estadounidense y cubana, pero sí abrir el camino para una reconfiguración de las relaciones interamericanas en el hemisferio, que puede dar resultados positivos para todas las naciones.

Resultados que pueden ir desde un mayor ímpetu comercial y turístico, así como un importante cambio en las políticas cerradas del gobierno cubano y con ello un efecto dominó (que se está empezando a sentir ya en América del Sur) y que debe ser aprovechado para relanzar a las Américas como un continente de gobiernos democráticos, libres y comprometidos con el desarrollo socioeconómico de sus habitantes. Pero además, con una mayor innovación industrial y tecnológica que nos permita ya no solo exportar materias primas, sino crear productos con nuestras propias materias primas.

Aunque no hay que dejar de lado que, desde 2011, América ha dejado de crecer tan positivamente, por lo que hay que atender de inmediato los problemas que ha generado el fin de un período de bonanza. Por ello, los cambios que vivimos actualmente están condicionados por la falta de resultados positivos a nivel económico, a nivel social y político, ante la falta de libertades, derechos, estados democráticos, dadas por largas hegemonías de un partido político e ideología en el poder, lo cual ha conllevado a la casi destrucción del Estado de derecho y democrático que tanto costó a los centro y sudamericanos.

Las poblaciones mismas nos muestran el camino. Ellas han optado por el cambio, en naciones como Venezuela, Argentina, Bolivia, mostrando el malestar existente en la conducción de sus países.

Algo que en Cuba, aún no es tan perceptivo, pero que ya existe. El mayor problema es que estos tiempos de crisis, tienen que ser manejados de formas no aceptadas por las poblaciones, ya que implican recortes del gasto público y ajustes a las políticas económicas del Estado.

Las relaciones interamericanas entonces, pueden estar iniciando un viraje hacia la consecución de mejores y mayores oportunidades de cambio, relacionando los éxitos y fallas obtenidas en estos años de cambio y crecimiento económico, además de los resultados intermedios en cuestiones sociales.

Las relaciones interamericanas deben de volver a aprovechar el espacio que ofrece la OEA, sus instrumentos jurídicos, diplomáticos, económicos, sociales y de defensa de los derechos humanos, todo un entramado que facilita la interacción entre las naciones. Si bien es cierto, tiene fallas la OEA, como toda organización internacional, también es cierto.

Ricardo de León Borge.

Decano de Facultad de Relaciones Internacionales. Universidad American College.