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Obama en Cuba. ¿Que hay detrás del telón?

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Edificio del Ministerio del Interior de Cuba.

Con la visita del Presidente Barack Obama, de nuevo el tema de la normalización de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los EE.UU se ubica en la atención de los medios internacionales y en las redes sociales. La opinión que se vierte es de la más diversa.

Hablar de Cuba en sus difíciles relaciones con los EE.UU no es complicado, lo difícil es analizar con exactitud lo que ambos Estados pretenden alcanzar en esta nueva etapa que tiene un supuesto punto de partida el 17 de diciembre del 2014 cuando se anunció la intención de ambos Estados de reestablecer sus relaciones diplomáticas bilaterales.
Se ha especulado hasta la saciedad, lo que demanda reducir los apasionamientos, los argumentos intuitivos o hasta bien elaborados pero mal intencionados con el objetivo de deformar la realidad de las intenciones. De ahí la necesidad, que el tema sea mejor tratado bajo las diferente formas especializadas existentes en el análisis de política exterior y en sus diferentes niveles.
Encuentros secretos autorizados de los diplomáticos de ambos países, apertura de embajadas, intercambios de espías, encuentro de Barack Obama y Raúl Castro en reuniones cumbre en Panamá, sus diferentes discursos y hoy la visita de Obama y su recibimiento en Cuba son acciones de nivel táctico de política exterior. Acciones que se encierran en objetivos estratégicos de esa misma política exterior solo que a nivel macro. Recordemos, que los Estados conducen estrategias de corto y largo alcance en sus relaciones con otros actores del sistema internacional.
Para ambos Estados su política exterior se debe de medir racionalmente en materia de objetivos que le faciliten el cambio y mantenimiento del nivel en que se encuentran y en relación con el nivel de otros actores del sistema internacional. De ahí las razones de ventajas y amenazas, que cada Estado toma en cuenta con minucioso cuidado en sus acciones de política exterior.
¿Qué cambios a nivel macro le proporciona a los EE.UU propiciar un acercamiento con Cuba en esta coyuntura internacional en vista a sus planes globales a futuro? Sin duda alguna todas las acciones de política exterior que realicen los norteamericanos hacia Cuba, indiferentemente como estas se enmascaren estarán encaminadas al derrocamiento del régimen y modelo político económico establecido en la isla desde 1959. Instaurar un régimen de su absoluta obediencia y que genere réditos geopolíticos y geoeconómicos será el resultado final.
Mal hacemos en creer que acciones de flexibilización de las restricciones a los norteamericanos para viajar a la isla, el aumento de la cantidad de vuelos directos, la apertura de relaciones financieras, permiso del aumento de las remesas o que los cubanos puedan usar tarjetas de crédito, ampliación de actividades comerciales en tecnología, el sector agrícola tienen que ver con los deseos altruistas de libertad y democracia, que usan como la bandera de la política exterior norteamericana.
Por eso todo lo anterior es micro en el “Gran Juego” por la supremacía global. Más allá de Cuba está la doctrina Monroe que establece su dominio hemisférico, sin la influencia de los europeos en nuestra región, que pueda generar capacidad de alianza alguna de los países latinoamericanos para enfrentarlos.
En el plano regional es vital acabar con el proceso revolucionario cubano e impedir, que este cada día avance más en la región como en los casos de Nicaragua, Bolivia, Venezuela y Ecuador y otros, que a lo largo de los últimos 50 años han caído en su intento por la segunda independencia, me refiero a Chile, Grenada por citar solo algunos.
Más allá de la Doctrina Monroe esta la visión de un mundo al mando de los EE.UU. De ahí que el hemisferio occidental donde habitamos debe ser totalmente controlado y sin ruido alguno a partir del cambio que se logre en Cuba y otros países del cono sur como Venezuela, Argentina, Brasil, Ecuador y Bolivia.
Estos propósitos hemisféricos bien encajan con sus planes globales en su confrontación con Rusia y China, que de paso avanzan en el crecimiento de sus relaciones económicas con los países de Latinoamérica en la actualidad. Si observamos el resurgimiento de Rusia como potencia y la libertad de acción a nivel global con la que se conduce Rusia producto de la visión geopolítica heredada de la Rusia zarista y la extinta URSS, donde Cuba jugo un papel geoestratégico clave, entenderemos el apuro de los EE.UU por Cuba como espacio geopolítico de enorme relevancia en sus juegos geoestratégicos con los rusos.
El realismo político nos ayuda a ubicar el interés de asegurar los intereses del Estado como exigencia primaria de las acciones de política exterior. Eso va para Cuba también. Abandonada y entregada prácticamente a su suerte como producto de la política revisionista de Mijail Gorbachev y Boris Yelzin, Cuba soportó un periodo especial, que solo los cubanos son capaces de describir.
A excepción que tengan claros intereses muy alejados a los de la revolución cubana, los dirigentes cubanos no pueden auto engañarse como lo hicieron nihilistamente los líderes soviéticos en su momento. Tienen razón en pensar en términos de cambio y mejoramiento de su realidad actual o de mantener su condición y no sucumbir ese juego peligroso de apertura donde el “Soft – Power” norteamericano tiene mayor campo de acción.
La coyuntura internacional sin duda alguna influye tanto como muchos procesos socios económicos y políticos internos, que ocurren en la isla. Esa acción cubana de apertura con los EE.UU en su política exterior, si bien desde la visión cubana tiene elementos de posibilidades, oportunidades y cierto grado de bienestar, también encierra muchas más amenazas en términos de seguridad para el régimen y al modelo socio económico de la isla. En términos comparativos “in the long run” el beneficio a corto plazo no equivale a la amenaza inminente a largo plazo.
Insisto muchos ven tanto a lo interno como en ese acercamiento con los EE.UU un capitulo vivido en la URSS y una contienda, que termino con la desaparición no solo del modelo económico, sino con el Estado mismo. La lección, se abrieron demasiado después de 7 décadas de encerramiento.
No es pesimismo. Simplemente es una regla básica con la que se mide la decisión con el resultado en política Exterior. Gadaffi es la viva representación, de cuanto debes de abrirles la puerta de tu casa a los malhechores. La lección, jamás confíes en ellos!
Como conclusión las acciones de política exterior tanto de Cuba como de los EE.UU, que hoy vemos tan evidentes en los medios generaran situaciones de cambio, que demandaran estar atentos cuanto estos cambios demandarán mejor mantener lo que hasta hoy han logrado y les procura mayor seguridad, o que cualitativamente les permitirá un mayor nivel de bienestar y aseguramiento superior al actual.
La visita de Obama a la isla significa un cierre de ciclo y la apertura de otro en las difíciles relaciones entre esos dos países. Es posible, que lo que no ha logrado la CIA y el Departamento de Estado Norteamericano tenga un nuevo empuje con lo que ha de venir después de la visita. En todo caso buena suerte al pueblo de Cuba, que se ha ganado el derecho a vivir dignamente en su lucha contra el enemigo de todos los pueblos. El egoísmo ilustrado y el poderío impune.
Manuel Espinoza J.
Presidente Ejecutivo CREI.
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