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“El Anglo-Sionismo USA ocupa a Israel de Peón en la Guerra contra Irán”. Por: Manuel S. Espinoza J.

Por: Manuel S. Espinoza J * Director del Centro Regional de Estudios Internacionales CREI

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El Análisis de la Coyuntura Internacional. Entrevista en Canal 23 al Director del CREI Manuel Espinoza

“Programa Temas y Debates” Con el Periodista Eliazar Mora

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Ruanda. La “Esparta” africana.

Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro. Distinguido Analista Internacional (Argentina) Colaborador del CREI

Director de Diario El Minuto para Argentina

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En 1994, el Frente Patriótico Ruandés, invadió Ruanda, que estaba envuelta en el caos, a raíz del genocidio llevado a cabo especialmente contra los tutsis.  El nuevo régimen político, creó las Fuerzas de Defensa de Ruanda, sobre los restos de las Fuerzas Armadas Ruandesas y el brazo militar del Frente Patriótico.  La intervención en la Guerra del Congo, como en operaciones de pacificación, le dieron un perfil muy profesional, agregándose la asistencia de Estados Unidos.

El presidente Paul Kagame, en el marco de su estrategia de convertirse en un líder de proyección regional, ha empleado a las Fuerzas de Defensa, como una herramienta clave de su política exterior. Ruanda cuenta con fuerzas armadas bien entrenadas, equipadas y que logró integrar a los grupos étnicos del país. Desde 2005 el despliegue de fuerzas ruandesas, son vistas en África con confianza. El modelo de “diplomacia militar” llevó a Ruanda en 2021, a suscribir un acuerdo con el presidente de Mozambique, Felipe Nyusi, para hacer frente a la escalada terrorista de Cabo Delgado.  Gracias al alto grado de alistamiento, preparación y experiencia, un millar de soldados ruandeses fueron desplegados y en un mes, los terroristas fueron controlados, en cooperación con tropas de Sudáfrica y Botsuana, que son parte de la misión de paz de la Comunidad de Desarrollo de África del Sur, además de fuerzas de Mozambique.  El conflicto de dicha provincia de Mozambique en dos años costó más de 3.000 vidas y afectaba la explotación de los ricos yacimientos de gas, donde están involucrados intereses occidentales (especialmente franceses y de Estados Unidos). Es altamente probable que gigantes energéticos, financien el despliegue de fuerzas ruandesas. La guerra de Ucrania, forzó a los europeos a buscar alternativas al gas y petróleo rusos, cobrando especial importancia los yacimientos de Cabo Delgado. Un detalle no menor, es evitar también que dichos recursos puedan caer en manos de corporaciones chinas o rusas, es por ello el interés de restablecer el orden en dicha región de manera rápida, a diferencia de la situación dramática de la región del Sahel.

Paul Kagame en tiempos del Frente Patriótico Ruandés en los 90

En 2020, el gobierno de la República Centroafricana, solicitó a Ruanda apoyo militar, que contaba con soldados bajo la bandera de la ONU. Los beneficios de Kigali en su intervención en Centro África, se vinculan con el sector minero y agrícola, agregándose el incremento de la presencia de la diplomacia ruandesa en organismos internacionales. Ruanda al intervenir directamente en el conflicto centroafricano, se convierte en un actor relevante, con sus dividendos, que consolidan al régimen de Kagame. Las fuerzas ruandesas son empleadas para brindar seguridad a inversores como proteger sus intereses mineros. La creciente competencia con el grupo ruso Wagner, impulsa a Washington a respaldar la política ruandesa en la República Centroafricana. Este apoyo también se ha visto en la injerencia que tiene Kigali en las provincias orientales de la República Democrática del Congo o RDC.

La propuesta del presidente ruandés “problemas africanos, soluciones africanas” es vista con buenos ojos desde Occidente, dado que las misiones bajo mandato de Naciones Unidas, requiere consensos con actores como China y Rusia en el seno del Consejo de Seguridad. El papel de las potencias coloniales ha quedado completamente desprestigiado, como el caso de Francia en Malí. Ruanda, se transforma en una punta de lanza de intereses occidentales, por medio de la llamada “diplomacia militar”.  Los estados africanos apelan a Kigali, para evitar tocar las puertas a Rusia o China, con el impacto que puede tener en materia de ayuda internacional, siempre en manos de donantes occidentales en gran parte de los casos.

Soldado ruandés en la República Centroafricana 

Las fuerzas ruandesas desembarcaron en 2022 en Benín, país amenazado por el terrorismo yihadista. En dicho año, el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, el general Fructueux Gbaguidi, visitó Ruanda, llegando a un acuerdo por el envío de 350 efectivos, que fue consensuado en una cumbre bilateral ente el presidente ruandés Paul Kagame y su par de Benín, Patrice Talon. El papel que juegan las fuerzas ruandesas no queda muy claro, a pesar que oficialmente llevarán a cabo: “supervisión, entrenamiento, entrenamiento y despliegue conjunto”. Según el medio alemán DW, detrás de estos acuerdos con Benín,  capitales ruandeses participaran en la minería del granito, modernización del estado, programas de desarrollo agrícola.  En 2023, Paul Kagame se reunió con el presidente de la Junta Militar Mamady Doumbouya que gobierna Guinea, para cerrar acuerdos de cooperación en materia de seguridad, acompañado con la posibilidad que empresas de Ruanda tengan participación en la minería del oro.

localidad de Mozambique recuperada por fuerzas ruandesas. 

La creciente influencia del grupo Wagner como proveedor de seguridad en África, alarmó a las potencias occidentales. Rusia se transformó en un actor relevante como proveedor de armamento y entrenamiento.  El fin de la cooperación entre Ruanda y el grupo Wagner en 2021, se vincula probablemente por la búsqueda por parte de las potencias occidentales, de reducir o limitar la influencia de Rusia. El fiasco de Francia en Malí, puso en evidencia que la imagen de Occidente en la opinión pública africana está por los suelos. Es por ello que Ruanda, ofrece una alternativa a la intervención directa de las antiguas potencias coloniales o Estados Unidos. Políticamente es mucho más aceptable para la opinión doméstica de los países que requirieron la ayuda de Kigali.  La Unión Europea otorgó a Ruanda ayudas por US$ 20 millones por su contribución a la seguridad en Mozambique, además de obtener asistencia de la OTAN en materia de entrenamiento y equipo.

Tropas ruandesas en la Primera Guerra del Congo 

A pesar del intento del presidente Kagame de promover la imagen externa de Ruanda como un modelo exitoso, estamos ante un régimen autoritario y que financia su economía del expolio de recursos mineros en las provincias orientales de la RDC. En 2014, Ruanda fue el mayor exportador mundial de coltán, mineral clave para la fabricación de smartphones, tablets y ordenadores portátiles. Cabe destacar, en dicho país, no existen reservas ni yacimientos de dicho metal, sino que se encuentran en la RDC.  El control de materias primas como el coltán, diamantes, estaño y otros recursos estratégicos, motivó a Ruanda como la vecina Uganda, a involucrarse abiertamente en las guerras del Congo, que costaron más de 5 millones de vidas, gravísimos crímenes de guerra y una verdadera catástrofe ambiental para la RDC.  El gobierno ruandés niega que el coltán que exporta sea del Congo, la ONG The Enough Project, probó lo contrario, agregándose que desde las Naciones Unidas se acusó al régimen de Kigali de estar detrás de las milicias que explotan minerales en las provincias orientales, siendo contrabandeados a través de Uganda, Burundi y Ruanda. El resurgimiento del grupo armado M 23 que puso al borde de la guerra abierta a la RDC y Ruanda en 2023.

El presidente Kagame, construyó prestigio como responsable de poner fin al genocidio de Ruanda en 1994, cuando las fuerzas del Frente Patriótico Ruandés intervinieron desde sus bases en Uganda. La crisis derivó en la huida de millones de hutus al entonces vecino Zaire, hoy RDC.  En 1996, las fuerzas ruandesas invadieron las provincias orientales para buscar a los responsables del genocidio, desatando matanzas a gran escala.  El abogado español Jordi Palau, en 2015, inició una querella contra el régimen de Kagame, en donde señaló que detrás de las masacres en las provincias orientales de la RDC, había un motivo: el control de minerales y recursos estratégicos, respondiendo a intereses económicos occidentales.  La denuncia bien documentada prueba las operaciones del régimen de Kagame en las regiones orientales de la RDC.  En 2001, en un informe oficial de las Naciones Unidas, señaló que ente el 60/70% del coltán producido en el Congo, era transportado vía Ruanda.  En la denuncia del Dr. Palau, los camiones que transportaban soldados y armas rumbo a la RDC, regresaban a Kigali cargados de minerales.  La familia del presidente Kagame estaban involucrados directamente en el expolio, a través de aviones, de las cuáles varias eran propiedad de poderosos criminales.  En la denuncia quedó en evidencia la presencia de empresas estadounidenses involucradas en el comercio del coltán robado en la RDC.

Las milicias apoyadas por Ruanda, sembraron el horror, con violaciones masivas, reducción a la esclavitud a miles de personas para explotar los yacimientos mineros, además de operaciones de limpieza étnica.  El régimen de Kigali inició una serie de maniobras para no quedar involucrado directamente y gracias a la anuencia de Occidente, lo logró.  Paul Kagame es el hombre de Estados Unidos y el Reino Unido en la región, lo que permite contar con sólido respaldo a su agenda en la región de los Grandes Lagos.  Washington es el principal donante de Ruanda, cuya ayuda equivale a un tercio del presupuesto de dicha república africana.  En la cumbre de la Comunidad Británica de Naciones, celebrada en Kigali en 2022, Londres mostró su apoyo político al régimen de Kagame.

Las Fuerzas de Defensa de Ruanda.

El triunfo del Frente Patriótico Ruandés en 1994, transformó su ala militar en la base de las Fuerzas de Defensa de Ruanda.  Los antiguos cuadros de las Fuerzas Armadas Ruandesas disueltas en 1994, en gran parte se integraron exitosamente en las nuevas fuerzas militares de Ruanda. Un proceso que fue llevado a cabo sin asistencia externa.

Bajo la autoridad del Jefe del Estado Mayor de la Defensa, encontramos fuerzas armadas unificadas de 33.000 efectivos, organizadas en dos ramas: Ejército y Fuerza Aérea, además de organizaciones conjuntas (Fuerzas Especiales, Sanidad y Fuerzas de Reserva). El Ejército cuenta con cuatro divisiones, y 11 brigadas, incluyendo la guardia presidencial, de Ingenieros. Las fuerzas terrestres según fuentes internacionales tienen en su inventario 24 tanques T55, 12 blindados AML H60, 16 blindados de exploración VBL, 20 blindados de transporte de personal WZ-551, 36 vehículos de combate de infantería Ratel, y 36 transportes de personal Nyala. La artillería cuenta en su inventario piezas rusas de 122 mm, de 105 mm, y lanzadores de cohetes de 70 mm y 160 mm. La Fuerza Aérea, tiene una reducida flotilla de aeronaves: 11 helicópteros Mi 17, 5 helicópteros de ataque Mi 24, y 3 helicópteros ligeros SA 342. Los aviones de transporte se reducen a dos Cessna Caravan 208 y dos DA 42.

Las fuerzas ruandesas, asistidas por el Reino Unido y Estados Unidos en materia de entrenamiento, tienen un elevado nivel de preparación, gracias a la experiencia adquirida en las dos guerras del Congo, las misiones de mantenimiento de paz, lo que permitieron alcanzar un buen nivel y cohesión, que le permitieron actuar con eficacia en la República Centroafricana y en las operaciones contrainsurgencia en Mozambique.  Se estima que cuentan con unos cien mil hombres en la reserva, que es de carácter voluntario.

Nuevos blindados de origen turco de la firma OTOKAR adquiridos por Ruanda para su despliegue en Mozambique 

La llamada “diplomacia militar” fue posible gracias a contar con fuerzas armadas bien entrenadas y motivadas, con un liderazgo de calidad, que le permite suplir en parte las carencias materiales. La experiencia adquirida en combate real, le permitió a las Fuerzas de Defensa, lidiar con éxito en conflictos de mediana intensidad en manos de organizaciones terroristas e insurgentes. Esto ha sido un poderoso argumento para ofrecer a Occidente una “moneda de cambio” utilizando lenguaje estratégico, que le permitió al régimen de Kigali, en primer lugar, mantenerse en el poder, sin recibir críticas a pesar de su autoritarismo, en segundo lugar, proyectarse fuera de las fronteras, obteniendo inversiones y respaldo político. Hábilmente, el gobierno de Ruanda, mantiene buenos vínculos con Rusia, incluso públicamente el presidente Kagame defendió el derecho del Kremlin a estar presente en África. Sin ninguna duda, el régimen de Kigali, es consciente del peso creciente del tándem Rusia – China, y no quiere un enfrentamiento directo.

Fuerzas Especiales de Ruanda 

Ruanda superó en un tiempo relativamente corto las consecuencias del genocidio de los años 90. Los desafíos para su estabilidad y seguridad, están vinculados con la situación en la vecina RDC, especialmente con el grado de control sobre las milicias que operan en las provincias orientales y contrarrestar el accionar de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR). Ruanda corre el riesgo de convertirse en un mero peón de los intereses occidentales en su competencia por los recursos en la RDC. Otro problema es su ex aliado Uganda, en alianza con Burundi, combaten abiertamente contra las milicias del grupo M 23 apoyados por el ejército ruandés. Kigali, buscó mejorar las relaciones con Kampala y evitar quedar rodeado de actores hostiles. Es por ello que la RDC abrió las puertas a la Comunidad de Desarrollo de África del Sur, liderada por Sudáfrica. Fuerzas de Malawi, Tanzania y Burundi junto a los sudafricanos combaten abiertamente al M23.  Un posible giro de Kinshasa hacia Rusia, genera interrogantes, sobre si la RDC será el nuevo campo de batalla geopolítico, que puede afectar de lleno a Ruanda. Mientras tanto esta “Esparta” a la africana, logró convertirse en un actor relevante, particularmente en la conflictiva región de los Grandes Lagos e incluso fuera de ella.

https://estrategiaydefensadelsigloxxi.blogspot.com/2024/03/ruanda-la-esparta-africana.html

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Lula y Petro: “Dime con quien andas y te diré quien eres”

Por: Sergio Rodríguez Gelfenstein. Distinguido Analista (Venezuela) Internacional

4 de abril de 2024 

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Sergio Rodríguez Gelfenstein

No escribo con alegría este artículo, más bien lo hago con dolor, pero cuando no se guardan las formas, se deben decir las cosas por su nombre. Los presidentes Lula y Petro decidieron hacerse parte de la agrupación de corifeos que dirigidos por Estados Unidos y la Unión Europea atacan a Venezuela en nombre de ciertos valores liberales que los obligan a rendir cuenta ante el hegemón imperial.
Lula ha sido, sin duda alguna, un gran luchador social que enfrentó a la dictadura que asoló a su país por más de 20 años, pero no es un revolucionario ni ha confrontado el sistema de dominación de su país; al contrario, es parte de él. Su objetivo es producir reformas que mejoren las condiciones de vida de los brasileños sin tocar los intereses de las grandes empresas extranjeros que permanecen en el país. Como se decía a finales del siglo pasado es un social demócrata tradicional al estilo Willy Brandt o Françoise Mitterand, a quienes adora y admira.
En esa medida, no ha abandonado la idea de fortalecer el subimperialismo brasileño que heredó de sus antecesores intentando construir una integración subordinada. Por eso su esfuerzo de aliar Mercosur e incluso América Latina a Europa. Su operador político en estas lides fue, y es, Celso Amorim, un diplomático de carrera, típico producto de Itamaraty, devenido militante del PT por las circunstancias y los intereses mutuos. Es Amorim quien ha “bombardeado” a Lula -tras recibir instrucciones del Eliseo- acerca de las “carencias democráticas” de Venezuela basadas en la imposibilidad legal y constitucional de la señora Machado de ser candidata en las elecciones.
Hay que decir que es natural que Lula y Amorim actúen así, responde al ADN de la élite brasileña que nunca ha luchado contra nadie. Todo lo han obtenido negociando y cediendo en el marco de una institucionalidad sistémica frente a la cual jamás se han rebelado. Por supuesto que en la historia de Brasil ha habido grandes líderes revolucionarios como Tiradentes, Carlos Marighella y Luis Carlos Prestes entre otros. Lula no es uno de ellos.
La ambigüedad de su discurso (y el de Dilma Rousseff, todavía más acentuado), lo aislaron del pueblo. Ambos abandonaron a los humildes que los llevaron al poder. En este momento recuerdo cuando en 2006 las organizaciones populares y sociales de Brasil le solicitaron al Comandante Chávez que intercediera con Lula a fin de que los escuchara. Con aprobación de éste, Chávez arriesgó su capital político y, aprovechando un viaje a Curitiba, se reunió en un teatro lleno con líderes y dirigentes sociales que acudieron de todo el país a plantearle cara a cara tal demanda. Incluso poniendo en riesgo su integridad física porque un pequeño grupito de exaltados quisieron acercarse violentamente a él, los escuchó pacientemente, tomó nota y les dijo que entendía sus razones, que iba a hacer lo que le pedían pero que en su , en el momento presente de Brasil, él pensaba que se debía apoyar a Lula. No creo que en toda su vida, Chávez haya recibido una rechifla tan grande como la que escuchó con paciencia ese día hasta que una vez calmados los ánimos, le habló largamente a los asistentes de la superior causa de América Latina y el Caribe, cerrando el evento con continuados y efusivos aplausos y vivas.
Años después, cuando le dieron el golpe de Estado, Dilma llamó al pueblo a salir a las calles. Nadie lo hizo. Era normal, no les tomaba el teléfono a los dirigentes sociales, no los recibía, ni los atendía. Su alianza era con los empresarios, uno de ellos, que era su vicepresidente, fue el líder del golpe que la derrocó. El abandono del pueblo se paga caro. Nos daban lecciones, recuerdo la petulancia y soberbia de algunos dirigentes del PT que nos decían lo que debíamos hacer, pero aquí, Chávez resistió el golpe de Estado, porque el pueblo movilizado, lo repuso en el poder.
Ni siquiera se movilizaron a favor de Lula cuando estaba preso. Los grandes eventos que pedían su libertad reunían a 40 mil personas en un país de 215 millones de habitantes. Y es normal que haya sido así. En el momento en que lo estaban llevando a la cárcel, Lula en la versión más acabada de un hombre de las instituciones, dijo: “Confío en el sistema jurídico de Brasil”. No hizo un llamado al pueblo, no, confió en las instituciones.
Tal vez esas sean características positivas: la conciliación, el carácter pusilánime y la debilidad de espíritu, finalmente a ellos, la monarquía les regaló la independencia y la República y es posible que esa historia haya configurado su espíritu conciliador. Pero a Venezuela nadie le regaló nada, nosotros tuvimos que luchar por ellas y a un costo muy alto. Por eso, nosotros en lo nuestro y ellos en lo suyo, pero no es Lula quien nos puede dar lecciones de democracia.
Tampoco de sentimiento y espíritu latinoamericanista puede Lula dar enseñanzas. Dije antes que él piensa en la necesidad de una integración subordinada. No son palabras huecas: ¿Quién impidió que se estableciera una arquitectura financiera en América del Sur? ¿Quién le puso todo tipo de trabas al SUCRE hasta impedir que funcionara? ¿Quién prestó poca atención a la creación de la CELAC hasta que entendieron que la necesitaban como plataforma para lanzarse a la conquista de un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU? ¿Quién apoyó UNASUR solo cuando Itamaraty estuvo segura que la podía controlar? ¿Quién huyó de Mar del Plata cuando Chávez, Kirchner, Tabaré Vázquez y hasta el conservador Nicanor Duarte le plantaban cara al jefe del imperio? ¿Quién atrasó todo lo que pudo la construcción de la refinería Abreu e Lima que Chávez impulsó para el bienestar del nordeste olvidado y marginado de Brasil? ¿Quién, ante el golpe de Estado contra el presidente Castillo en Perú, dijo que había sido una transición en términos institucionales?
Yo respeto lo que puede haber hecho Lula en favor de su pueblo. No sé si es todo lo que pudo, pero no puede, ni debe, estar dando lecciones de democracia a nadie, por lo menos en Venezuela no lo permitimos. Si la señora Machado le concedió ese derecho, se debe entender con ella y asumir la responsabilidad de aliarse con aquellos que hacen apología del terrorismo y favorecen una intervención militar extranjera en el país. ¿Por qué si Bolsonaro lo hace, está mal, pero si lo hace Machado, es correcto? ¿Por qué uno actuó al margen de la ley y otra lo hizo en favor de la democracia? ¿Por qué Bolsonaro es golpista y Machado no? Aclárelo, señor presidente Lula porque sino el presidente Maduro podría tener derecho a pedir que cese la persecución contra el ex presidente Bolsonaro. ¿Qué le parece? Claro, el presidente Maduro jamás hará eso, primero porque no se inmiscuye en los asuntos internos de Brasil y segundo porque jamás apoyará a un terrorista violento y golpista como está haciéndolo Usted en Venezuela.
Estimado compañero Lula, quisiera recordarle que el primer presidente en manifestar la solidaridad con Usted tras su injusta prisión fue Nicolás Maduro y el primer presidente en expresar su rechazo y repudio al golpe de Estado contra Dilma Rousseff fue Nicolás Maduro. No hubo cálculo político al decidir esas acciones. Hoy recogemos el ánimo y la solidaridad del pueblo brasileño que rechaza sus manifestaciones de apoyo al terrorismo en Venezuela. También es bueno recordar que el 25 de julio de 2019, la señora Machado twiteó contra usted y el peligro que significaba que el Foro de Sao Paulo reclamara su libertad.
Como dicen los jóvenes ahora, “usted está en otra” presidente Lula. Mientras los pueblos africanos se rebelan y rompen con Francia, usted le declara su amor a Macron en el mismo lugar en que las empresas francesas devastan la Amazonía sin contratiempos. Más coherencia presidente, porque eso si es grave.
Otro caso, mucho más doloroso, es el de Colombia y su presidente. También se unió a los que se creen dueños de la verdad y pueden dar lecciones de democracia al mundo. Legamos de nuestro Libertador Simón Bolívar el amor por Colombia. Cuando en Bogotá hacían leyes para luchar contra el colonialismo, Bolívar construyó un Ejército para ir a liberar la Nueva Granada. La sangre de miles de venezolanos se derramó para lograr la independencia de Colombia. Cuando se preparaba la expedición, Antonio Nariño, el tribuno más renombrado del país y uno de los precursores de la independencia hispanoamericana, se encontraba preso en España. El Libertador tuvo que recurrir al oficial neogranadino de más alto grado para enviarlo a Casanare a organizar un ejército que recibiera al ejército venezolano y lo apoyara en la campaña que se preparaba.
Debió recurrir a un oscuro coronel sin mayor experiencia, a quien, para darle mayor poder de decisión, ascendió a general: Francisco de Paula Santander quien con los años se transformaría en el adalid de la independencia de Colombia, no sin antes traicionar a Bolívar, mandar a asesinar a Sucre e incluso intentar el mismo expediente con el Libertador. Sabemos desde hace 200 años de las traiciones gestadas en Bogotá. No nos sorprenden.
Vinieron 200 años de contubernio liberal-conservador que sumieron al país en guerra, destrucción y muerte, hasta que llegó a la presidencia Gustavo Petro. Por fin, un líder diferente…y vaya que lo es. Su esfuerzo por la pacificación definitiva del país merece los mayores elogios. Desde antes, el comandante Chávez y ahora, el presidente Nicolás Maduro han dado todo su apoyo a tal empresa, incluso cuando en el país hermano había sátrapas gobernándolo. Me consta, porque fui testigo directo del esfuerzo, a veces hasta incomprensible del Comandante Chávez por apoyar la lucha por la paz en Colombia.
El problema de Petro no es ese, es su ego, su afán de creer que tiene la verdad absoluta y que puede dar lecciones a todos. Y ahora que tiene a un hombre de la derecha, empleado de la embajada de Estados Unidos, como ministro de Relaciones Exteriores, pareciera que lo pusieron a seguir la pauta elaborada en Washington. Esto no hubiera ocurrido si el canciller Álvaro Leyva hubiera estado en funciones, porque siendo un hombre de derecha, ha dado pruebas sustanciales en defensa de los más altos intereses de la humanidad.
El colmo del ego de Petro ocurrió en fecha reciente cuando se permitió criticar y refutar la decisión rusa y china de vetar una propuesta para un alto al fuego transitorio en Palestina, elaborada por Estados Unidos para favorecer a Israel. Las organizaciones palestinas unánimemente agradecieron a Rusia y a China por la decisión, pero Petro siendo ”más palestino que los palestinos” la criticó. Esta decisión permitió la posterior, aprobada tres días después en la que Estados Unidos se vio obligado a abstenerse de hacer uso de su derecho a veto. Entonces Petro, intentando huir hacia adelante dijo que si no se cumplía la resolución, había que romper relaciones con Israel. Hágalo presidente Petro. ¡Hágalo! Pero antes debe librar una lucha interna contra su ego, que lo oprime y no lo deja pensar con la lucidez, el conocimiento y la coherencia que lo han engalanado en otros asuntos. “La mejor manera de decir, es hacer” enseñó José Martí, “Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar” afirmó por su parte Juan Domingo Perón.
Venezuela no tuvo que esperar 32.000 palestinos asesinados, entre ellos 12.000 niños para romper relaciones con el ente genocida. La decisión fue tomada por el presidente Chávez en 2009 cuando la barbarie sionista ni se acercaba a los niveles de repugnancia que hoy se han hecho públicos. No pretenda dar lecciones a los demás de algo que Usted no hace.
Y con respecto a Venezuela, no haga lo que no quisiera que le hicieran a usted. Porque si así fuera, el presidente Maduro podría hacer un llamado a que se acepte que el comandante Antonio García o el comandante Iván Márquez se les permita ser candidatos a presidente. Cuando en 2002, Colombia decidió elegir a un conocido narcotraficante y connotado paramilitar como presidente del país, Venezuela no dijo nada. Al contrario, recuerdo al Comandante Chávez en una conversación sobre el tema en la loza del aeropuerto de Maracaibo, el 8 de mayo de 2006 cuando se dirigía a la Guajira a poner el primer tramo del gasoducto binacional: “El pueblo colombiano lo eligió y nosotros tenemos que respetar la decisión del pueblo colombiano y trabajar con Uribe en beneficio de nuestros dos pueblos hermanos”. Y así fue. Ni siquiera en las condiciones en que Uribe daba una mano mientras al mismo tiempo con la otra, cual Santander moderno, empuñaba el arma fratricida, Chávez modificó su prédica.
Recientemente el gobierno de Venezuela ha hecho todo lo que está a su alcance para favorecer una buena relación. A usted le consta porque ha sido fervoroso promotor de lo mismo. No nos merecemos que Usted nos juzgue, defendiendo a una terrorista que al violar las leyes de la República, se auto excluyó de ser candidata.
Por cierto, cuando usted ganó los comicios presidenciales de 2022, esa misma señora Machado, tan solo un día después de su elección, es decir el 20 de junio escribió un tweet: “El proyecto de Petro es muy peligroso, pero es derrotable. Luchemos unidos colombianos y venezolanos por nuestra libertad”. Paradójicamente, señor presidente Petro, Usted acogió el llamado de la terrorista y ahora, junto a ella, quiere luchar en Venezuela por la democracia teledirigida desde Washington.
Esto de estar un rato con Venezuela y otro contra Venezuela a partir de un cálculo político interesado y mezquino no es de nosotros. Bolívar nos enseñó que se es solidario o no se es y sacó al ejército venezolano del territorio nacional cuando nuestra independencia se había consumado en Carabobo porque creía que la libertad no era total mientras permaneciera un pueblo americano sojuzgado. Al finalizar la guerra, nuestros soldados regresaron al país, no colonizaron, no ocuparon, no impusieron nada.
Chávez, por su parte, tampoco estaba haciendo cálculo político cuando decidió utilizar los enormes recursos energéticos del país para avanzar hacia la integración, mejorando las condiciones de vida de los pueblos, y lo hacía sin preguntar de qué signo político era el presidente. Tampoco opinaba sobre quién debía y quién no debía ser el máximo mandatario/a de un país. No hicimos cálculo político cuando ayudamos a Argentina en un momento aciago de ese país. El gobierno de Venezuela no hizo cálculo político cuando el presidente Maduro ordenó enviar oxígeno a los hospitales de Manaos en el peor momento de la pandemia, aunque era el instante en que arreciaba la agresión de Bolsonaro contra Venezuela. Manifestamos solidaridad y dimos solidaridad.
No hicimos cálculo político cuando creamos Petrocaribe, ni cuando multiplicamos nuestras embajadas en África, tampoco cuando solidarizamos con Palestina o con la República Árabe Saharaui Democrática. No le preguntamos a Estados Unidos y Europa si están de acuerdo con nuestras decisiones antes de implementarlas.
En tiempos en que arrecia la agresión imperialista y neoliberal, los que pensamos parecido, no necesariamente igual, debemos comprendernos y aceptarnos. Basta una llamada de teléfono y una consulta. No importa que la escuchen en la Embajada de Estados Unidos. Así sabrán que somos hermanos en las buenas y en las malas. Así también se evitan las opiniones erradas emanadas de la mediática transnacional desinformadora y de los agentes imperiales infiltrados en nuestros gobiernos.
Muy triste todo esto señores presidentes, pero mientras ustedes se alían con el terrorismo de la derecha venezolana, nuestro país, nuestro sistema electoral y nuestro proceso reciben el apoyo de Rusia, de China, de la mayor parte de la humanidad y por cierto, muy importante decirlo, de los pueblos hermanos de Brasil y de Colombia. Hay un viejo dicho que reza” Dime con quien andas y te diré quien eres”. Mucho cuidado estimados presidentes Lula y Petro.

www.sergioro07.blogspot.com

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“La Argentina frente a la perversa deuda externa”

En coordinación con Pablo Anzaldi (Argentina) Distinguido Analista Internacional Colaborador del CREI

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República Democrática del Congo ¿Otro fiasco de la ONU?

Publicado por DR. SUAREZ SAPONARO (Distinguido Analista (Argentina) Internacional Colaborador del CREI

En enero de 2024, el Ministro de Defensa de Uruguay, Javier García, despidió el último contingente de cascos azules uruguayos, que según el gobierno de la R.D. del Congo se extenderá hasta diciembre de 2024, luego de dos décadas de sin sabores.  En el país africano hay una fuerza conjunta de 800 efectivos que en el mes de marzo regresará al Uruguay.  El fin de la misión de las Naciones Unidas – MONUSCO – abre interrogantes sobre la seguridad y estabilidad del Congo.

Por el Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro

Especial para LA POLIS. Desde Buenos Aires

En noviembre de 2023, el gobierno de la R.D. del Congo y las Naciones Unidas de poner fin a la misión de dicha organización, denominada MONUSCO. Los motivos, que los “cascos azules” no han logrado establecer parámetros de seguridad en el este del país. Las protestas estuvieron a la orden del día, donde la sociedad no percibe que las fuerzas de paz, hayan logrado contener los grupos insurgentes, que en más de un caso están apoyados por Ruanda, como el caso del grupo M23 (Movimiento 23 de Marzo). El presidente congoleño, Félix Tshisekedi, conversó con el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, para organizar una retirada progresiva de los 16500 cascos azules, dado la incapacidad de para establecer la paz en un área donde hay numerosos grupos armados.

En 2022, la RDC y Ruanda estuvieron al punto de estar en guerra abierta, dado al incremento de las actividades del Movimiento M23 antes citado. En 2021, este grupo armado, compuesto por tutsis congoleños lanzó una ofensiva en la provincia de Kivu Norte. Por otro lado, las fuerzas congoleñas apoyaron en su momento el Frente Democrático de Liberación de Ruanda o FDLR, de la etnia hutu, donde muchos de sus dirigentes y cuadros estuvieron vinculados al genocidio de 1994. En este panorama complejo, la ofensiva del M23 coincidió con operaciones conjuntas entre fuerzas de Uganda y la RDC contra el grupo ADF (Fuerzas Democráticas Aliadas), responsable de atentados terroristas en Kampala. Vale la pena destacar que las ADF están vinculadas al siniestro Estado Islámico.  En Kivu Sur, las fuerzas de la RDC y de Burundi, apoyaron a las milicias hutu Imbonerakure, en acciones contra la Red Tabara, un grupo tutsi burundeses que actúan contra el presidente del citado país Évariste Ndayishimiye, atacando el aeropuerto de Bujumbura.  Estos son ejemplos de la decena de grupos armados, denominados localmente “mai mai” que responden a un grupo étnico/tribal o un liderazgo determinado, pero que carecen de objetivos políticos, sino más bien, se nutren del expolio de los ricos yacimientos mineros de la región de los Grandes Lagos.  Otros grupos que operan son el Ejército de Resistencia del Señor o LRA, célebre por reclutar niños soldados, muy diezmado por las operaciones del ejército ugandés; Fuerzas Nacionales de Liberación (FLN), formado por hutus burundeses opuestos al gobierno de su país.

La ofensiva del M23 está causando una crisis humanitaria, 180.000 congoleños huyeron hacia la ciudad de Goma, localidad que corre el riesgo de ser cercada por dicho grupo.  Las fuerzas de la misión de paz liderada por Sudáfrica, combate abiertamente a dicho grupo, además de brindar apoyo a las fuerzas armadas de la RDC. En su momento Kinshasa llegó a un acuerdo de paz de 2009, roto en 2012. Existen fuertes indicios que detrás de este grupo está Ruanda, que financia su economía gracias al expolio de minerales proveniente de la RDC, valiéndose del citado grupo.  En 2022, países de África Oriental, impulsaron una misión de estabilización con 12.000 efectivos, liderados por Kenia, que fracasó, abriendo las puertas a la intervención de los países agrupados en el bloque regional SADC.  Naciones Unidas en su momento reconoció el apoyo ruandés al Movimiento M23.  Mientras tanto el cerco sobre la ciudad de Goma, de dos millones de habitantes, parece ser una realidad, luego de la caída de la estratégica ciudad de Sake (a 27 km de Goma).  

La falta de una estrategia clara, los intereses en pugna, sumado a la incapacidad de la RDC de lidiar con la crisis, impidieron que dos misiones de estabilización que juntas sumaban 28.000 efectivos, pudieran actuar con mayor determinación contra los grupos armados que operan en este de la RDC.

FILE PHOTO: United Nations Organization Stabilization Mission in the Democratic Republic of the Congo (MONUSCO) peacekeepers patrol areas affected by the recent attacks by M23 rebels fighters near Rangira in North Kivu in the east of the Democratic Republic of Congo, March 29, 2022. REUTERS/Djaffar Sabiti/File Photo

La RDC apeló a sus aliados africanos para lidiar con la conflictiva región del Este. Sudáfrica anunció en diciembre de 2023 el envío de 2900 efectivos de las Fuerzas de Defensa, liderando la misión de estabilización de la SADC (Comunidad de Desarrollo de África del Sur), con participación de fuerzas de Tanzania y Malawi. La decisión del presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, posiblemente está vinculado con los intereses que están detrás de Ruanda, país patrocinador del movimiento insurgente M23. Pretoria sospecha que hay intereses occidentales, especialmente Estados Unidos y el Reino Unido, lo que alimenta un escenario de desestabilización, que podría afectar la región de los Grandes Lagos y proyectarse hacia el sur de África.  La intervención sudafricana, posiblemente se vincula con el objetivo de moderar los intereses occidentales, evitar que una competencia geopolítica convierta a la RDC en un campo de batalla entre China y Rusia frente a Estados Unidos y sus aliados.  Los mismos medios sudafricanos reconocen los intereses de corporaciones mineras de dicho origen, vinculados al potencial de la minería y producción de energía que ofrece la RDC, sin perder de vista, que la política de Pretoria se vincula con el apoyo de los intereses de sus aliados chino y ruso. Se destaca especialmente el oro de la provincia de Ituri, lindera con Uganda, donde tropas sudafricanas en su momento participaron en operaciones de pacificación.  El contrabando de oro hacia Uganda, se transformó en un lucrativo negocio para dicho país.

En cuanto a la efectividad de las tropas sudafricanas, es motivo de controversia, dado los recortes de presupuesto que han sufrido en estos años.  El M23 ha recibido un generoso financiamiento gracias al apoyo ruandés y los recursos minerales que obtiene ilegalmente.  La Comunidad Internacional se mantiene indiferente, dado las guerras que se desarrollan en Gaza y Ucrania, centran la atención de las grandes potencias.  No hay sanciones contra Ruanda o los grupos armados que operan en el este de la RDC, a pesar de las gravísimas violaciones a los derechos humanos. Ello no ha impedido que Estados Unidos hiciera un llamado al gobierno ruandés para retirar sus fuerzas de áreas de la RDC, rechazado por Kigali, argumentando que el despliegue obedece a la necesidad de defenderse de los rebeldes del FDLR. En verdad, la principal razón que llevó a Kigali asumir el riesgo de mantener su presencia militar en el este de la RDC, reside en la explotación de minerales, destacándose el oro y otros minerales de alto valor para la industria de telefonía celular y electrónica. Cabe destacar que el expolio de recursos se lleva a cabo con mano de obra en condiciones miserables, muchos de ellos menores de edad, agregándose el desastre ambiental con la desforestación y contaminación.

El valor geopolítico de la RDC.

La RDC tiene un territorio de 2 344 858 km2 y 100 millones de habitantes. El país es poseedor de importantes recursos naturales.  Más de la mitad del territorio son selvas, llenas de valiosa diversidad (600 especies de árboles y 10.000 de animales).  Los bosques tropicales esconden turberas que tienen atrapadas en su interior unos 30 mil millones de toneladas de carbono, lo que equivale a unos 20 años de emisiones de combustibles fósiles en Estados Unidos. La selva tropical de la cuenca del Congo, incluidas sus turberas, es esencial para mitigar el cambio climático a escala nacional, regional y global. La necesidad de financiamiento, junto con la corrupción, abrieron las puertas para subastar vastos espacios de boques para la explotación minera.

La creciente demanda internacional, como competencia cada vez más intensa en materia tecnológica, especialmente con automóviles eléctricos, telefonía móvil, desarrollo de la informática, colocan a la RDC como pieza clave para poderosos intereses de China, Estados Unidos y países de la UE, especialmente Francia. La competencia en materia de producción de semiconductores, que podría ser una oportunidad para la RDC, se transformó en su perdición.  Washington, a través del apoyo indirecto de Ruanda a los grupos armados que operan en la región del Este de la RDC, busca limitar el acceso de China a minerales clave para su industria de semiconductores (75% del mercado global)

trabajadores congoleños en una mina ilegal de oro en la RDC. Carecen de derechos y sometidos un régimen de trabajo en condiciones extremas.

 El caos resultante del fin de la guerra civil de los años 90, abrió las puertas para la instalación de un centenar de milicias, que generan violencia e inestabilidad, y las poderosas corporaciones mineras no dudaron en contratar fuerzas de mercenarios. El control de la RDC sobre sectores de las provincias orientales, solo es de carácter nominal.

La crisis derivada del genocidio de Ruanda, impulsó a Kigali a intervenir directamente en el antiguo Zaire, en busca de los responsables de las matanzas de 1994. La caída del régimen de Mobutu, abrió las puertas para la Primera Guerra del Congo, donde intervinieron diversos países africanos.  En 1998, el presidente Laurent Kabila, ordenó la expulsión de las fuerzas extranjeras, temeroso que se anexaran las provincias orientales y se apropiaran de sus recursos, dando origen a la Segunda Guerra del Congo. Tragedia que costó la vida a cinco millones de personas.  Este conflicto se caracterizó por la presencia de grupos armados con alto grado de autonomía, sin líneas de frente, sin grandes batallas, además de interactuar con fuerzas regulares. Las violaciones estuvieron a la orden del día, agregándose mutilaciones, torturas y limpieza étnica.  El control de los yacimientos del coltán, minera clave para las industrias espacial e informática, movilizó intereses extra regionales, llegando a tal punto que fuerzas ugandesas y ruandesas, que eran aliados, combatieron abiertamente en la ciudad de Kisangani.  Otro aspecto siniestro del conflicto, el reclutamiento de miles de menores de edad como soldados de las milicias y fuerzas regulares de los países contendientes, especialmente la RDC.  La intervención de tropas de Chad, Zimbabue, Namibia, Angola, permitió al régimen de Kabila impedir la caída de Kinshasa.  La paz precaria llegó en 2003, abriendo las puertas a una misión internacional de paz, liderada por la ONU.  

tropas sudafricanas en la RDC.

El pequeño Burundi, apoya la idea de la paz en la RDC, tiene como proyecto transformarse en punto de conexión entre las regiones orientales congoleñas y el puerto tanzano de Dar es Salaam.  Tanzania es un país con fuertes lazos históricos con China. Angola es otro potencial aliado de Kinshasa, dado la insurgencia del enclave de Cabinda, centro de la industria petrolera angoleña, exige la cooperación de la RDC. 

Kenia emergió como un actor clave en apoyo a la estabilidad de la RDC. Dicho país apoyó el ingreso de Kinshasa a la Comunidad del Este de África, incrementando el comercio bilateral entre ambos países, una creciente presencia de capitales keniatas por más de US$ 1.600 millones. Incluso Nairobi patrocinó una fuerza de paz, que no tuvo el éxito esperado. El temor de las autoridades keniatas, la creación de santuarios del terrorismo islamista que pueda proyectarse sobre su territorio, financiándose con el expolio de los recursos naturales.

La complejidad del caso de la RDC, son los múltiples actores con intereses contrapuestos, la fragilidad institucional del régimen de Kinshasa, que se traduce en sus fuerzas armadas, carentes de capacidad de imponer el control de estado en las regiones orientales, afectadas por cuestiones étnicas, corrupción y problemas de disciplina y equipamiento.  El fracaso de las Naciones Unidas obedeció a la existencia de intereses contrapuestos en el seno del Consejo de Seguridad, donde China, Rusia, Estados Unidos y Francia, no tienen la capacidad de alcanzar consensos mínimos, sino más bien ven a la RDC como un campo de batalla más, donde a través de terceros actores, buscan evitar o limitar el acceso a recursos estratégicos, especialmente para la producción de semiconductores. Esto derivó en una escalada de violencia y caos. Ruanda es vista como un actor clave para los intereses occidentales, y ello permite que tanto Estados Unidos como la UE, miren hacia el otro lado, cuando financia grupos armados ilegales, empleados para explotar ilegalmente recursos en la RDC, ejemplo que sigue en menor medida Uganda.  Esta situación, a nuestro entender, llevará a Kinshasa a buscar apoyo en otros actores, siendo el caso de Sudáfrica, miembros del bloque BRICS.  El presidente Félix Tshisekedi, impulsa una revisión de acuerdos con China, en la creación de una empresa conjunta minera, pero al fin de cuentas, muestra interés de considerar a Pekín como socio. El proyecto está valuado de US$ 7.000 millones.

Rusia es otro actor en la RDC. Existe una controversia sobre el grupo Wagner operó en la RDC, negado por Kinshasa, pero que según la BBC sí estuvo presente apoyando a las fuerzas de dicho país. El creciente sentimiento anti occidental, alimenta el acercamiento del gobierno congoleño con Rusia y China.  Existe un acuerdo de cooperación militar, que, en 2021, permitió la venta de 10.000 fusiles de asalto AK 47, acompañado por millones de cartuchos de munición, entregados gratuitamente, con apoyo de más de un centenar de instructores.  En 2022, el presidente Tshisekedi , en una entrevista, señaló que “cambiar a Rusia” no estaba sobre la mesa. Seguramente sus comentarios se debieron para no herir los sentimientos de los países occidentales que proveen asistencia. No obstante, el gobierno pretende gastar US$ 3400 millones en tres años, señalando altos responsables de seguridad de la RDC, que Rusia sería el socio indicado, dado que no pone obstáculos a la hora de adquirir armamento como si los países occidentales.

La vigencia de una resolución de Naciones Unidas que limita la adquisición de armamento a la RDC y los grupos armados que operan en dicho país, elevaron el nivel de sentimientos anti occidentales. La violenta ofensiva del M23, el pobre papel de la MONUSCO para estabilizar la situación. Kinshasa observa que Ruanda, estado patrocinador del M23, no es objeto de ninguna sanción, a pesar que la ONU sindicó a dicho país como proveedor de ayuda a grupos armados ilegales que operan en Kivu. Existe un claro consenso en el ejército de la RDC como de otras agencias de seguridad, que Occidente no brinda soluciones como lo realizan países asiáticos y Rusia. Los recuerdos de la colonización brutal belga, los abusos, el sostenimiento del régimen corrupto de Mobutu que saqueó a la Nación con apoyo de Estados Unidos y Francia, en el marco de la Guerra Fría, están muy presentes.  Moscú y Pekín, explotan con habilidad dichos recuerdos anti occidentales no solo en la RDC, sino en el resto de África, ganando espacio y ofreciendo mejores ayudas que Occidente.

Encuentro entre oficiales de las Fuerzas de la RDC y de la SADC.

La imposibilidad de recibir ayuda directa de Rusia por razones políticas, no impidió que Kinshasa buscara una salida alternativa, buscando apoyo en países aliados o cercanos a Rusia y China, como el caso de la intervención de la SADC, liderada por Sudáfrica.

Los problemas de cohesión interna y el contexto geopolítico, no hacen más que poner en una situación delicada a la RDC. El pasado colonial y el comportamiento de Occidente, en el proceso de paz, posterior a la Segunda Guerra del Congo, llevan a pensar que tarde o temprano, el régimen de Kinshasa seguirá el mismo derrotero que Malí y la vecina República Centroafricana, donde todos los caminos al parecer llevan a Pekín o Moscú.

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EE.UU. retira todos los cargos contra el diplomático venezolano Alex Saab

Wilmer Armando Depablos; Distinguido Analista Internaciona (Venezuela) colaborador del CREI

https://actualidad.rt.com/actualidad/504205-eeuu-retirar-cargos-diplomatico-alex-saab?s=08

Publicado:29 mar 2024 18:00 GMT

Wilmer Armando Depablos, analista internacional y defensor de la causa de Saab, asegura que con esta decisión judicial se ratifica que nunca existió un hecho jurídico que pudiera serle imputado al diplomático venezolano. “Era una decisión de orden político”, señaló.

permaneció más de dos años en una prisión federal estadounidense sin que se lograra establecer su responsabilidad en la comisión de delito alguno.

Descargar videoAlex Saab en el Palacio de Miraflores. Caracas, 20 de diciembre de 2023.Federico Parra / AFP

El juez del distrito sur de Florida, Robert Scola, comunicó este viernes el retiro de todos los cargos que la Justicia estadounidense impuso contra el diplomático venezolano Alex Saab, quien regresó a Venezuela en diciembre pasado como parte de un intercambio de prisioneros acordado entre Caracas y Washington.

En el comunicado se precisa que bajo las Reglas Federales de Procedimiento Penal y con la autorización de un tribunal, EE.UU. “desestima sin prejuicios la acusación contra el acusado Alex Naim Saab Morán, de conformidad con una concesión ejecutiva de clemencia” firmada por el presidente Joe Biden el 15 de diciembre de 2023.

Saab, que también posee la nacionalidad colombiana, fue apresado irregularmente en Cabo Verde en 2020 bajo cargos de lavado de activos. Posteriormente, fue trasladado a una prisión federal estadounidense, donde permaneció más de dos años sin que se lograra comprobar su responsabilidad en la comisión de delito alguno.